Capítulo 6: El Hechicero Impotente

Night mode
Pagina Anterior
Pagina Siguiente

Una hora más tarde, ya había vaciado la botella. Me abrí camino tambaleándome hacia el exterior y fui a un bar cualquiera. Tras esto inmediatamente me senté en el mostrador y ordené algo. “Maestro, deme el alcohol más fuerte que tenga aquí.”

“¿Para un chico? No tenemos—” Comenzó a objetar, pero su expresión se tornó una de sorpresa cuando saqué una moneda de oro de Asura desde mi bolsillo, depositándola en el mostrador. La sorpresa pronto dio paso al desagrado mientras inmediatamente alcanzaba una botella que se encontraba en la repisa detrás de él, ubicándola delante de mí. ¿Para qué tenerme esperando cuando tienes lo que te pedí? Pensé, amargado.

“Aah…” Bebí directamente de la botella, levantándola para así llevar mi cabeza hacia atrás y engullirlo por completo. Jamás había bebido alcohol de esta forma, pero se sintió sorprendentemente bien. M cabeza estaba dando vueltas y vueltas. ¿Intoxicación aguda por alcohol? ¿A quién le importaba eso? Haría mi sueño realidad si es que podía morir sintiéndome así de bien.

“¡Oye, viejo, dame una más! También dame algo que masticar.”

“Oye, no deberías estar bebiendo así.”

“¡Déjame  en  paz!  ¡Apresúrate  y  tráeme  la  bebida!”  le  contesté,  así  que  el      barman simplemente se encogió de hombros y me entregó la siguiente botella.

Aah, esto de verdad que traía recuerdos. Así era exactamente como las cosas iban en mi vida pasada. Ventilaría mi ira y mi mamá y papá, aterrados, harían exactamente lo que yo pidiera. ¡Ja!, luego de vivir en este mundo durante tantos años y llegar tan lejos, aquí estaba repitiendo la historia una vez más.

¡Demonios, demonios…!

Tomé otro sorbo. El alcohol de aquí era sumamente ardiente al bajar y lo suficientemente fuerte como para hacer que la lengua doliera. Aunque, el sabor no importaba. Entre más bebía, menos sentía el penetrante frio que me había congelado en el interior.

Los refrigerios que el barman me había traído eran solo frijoles. Frijoles tostados, para ser más específico. ¿Cómo era que se llamaban? Los había comido varias veces, pero no podía acordarme. Como sea, simplemente los voy a llamar frijoles. Después de todo, este pueblo tenía poco más fuera de frijoles.

“Oho ¿Qué es esto?”

Mientras yo estaba metiendo vorazmente estos frijoles en mi boca, tragándolos con alcohol, escuché una voz detrás de mí.

“Pero bueno, si no es Quagmire. Que inusual, ya sabes, el que vengas a beber aquí al bar que frecuentamos todo el tiempo. Pero oye, vas a arruinar el alcohol si te quedas aquí. Así que lárgate. ¿Me estás escuchando? ¡Oye! Mírame, te estoy hablando.”

Soldat llegó y se dejó caer en el taburete que estaba a mi lado. Le di una mirada. Él estaba mostrando la misma expresión burlesca y maliciosa que siempre tenía.

“¿Qué diablos pasa contigo y esa mirada depresiva que tienes en la cara? Déjame   adivinar ¿Algo terrible sucedió? No me sorprende…no es que importe. Siempre eres de esta forma ¿Verdad? Siempre que algo no va como quieres, huyes y huyes, sonriendo como un completo idiota y esperando que aquellos a tu alrededor te consuelen. ¿Cierto? Eso es exactamente lo que— ¡¿Urgh?!”

Su cara se había acercado demasiado, así que le mandé mi puño a esta. Soldat se tambaleó fuera de la silla a causa del impacto cayendo de lleno sobre su trasero, aunque inmediatamente se volvió a poner de pie. “¡Pequeña mierda!”

Yo me levanté del taburete y lo agarré del cuello. “¡¿De qué te enojas tanto?! Tú eres quien siempre anda buscando pelear conmigo. Esto es exactamente lo que querías ¡¿Verdad?!”

“Tú—”

Lo volví a golpear. Soldat ni siquiera se defendió, mucho menos intentó evitarlo. Él simplemente recibió mi puño en su cara y se tropezó un par de pasos.

“¿Qué tiene de malo sonreír como un idiota?” Otro golpe. “Si pudiera ser como tú—si pudiera denigrar y menospreciar a los demás mientras me jacto de mis propios logros, aun si las personas me resintieran y mi corazón se llenara de celos a medida que todos comenzaran a odiarme y se apartaran —¡si pudiera hacer todo eso y todavía tener tu clase de actitud, lo haría!”

Seguí, “Yo no quiero que la gente me odie. ¡Es por eso que sonrío de esa forma! ¡¿Qué es  lo que tanto te molesta sobre eso, huh?!” Las palabras simplemente siguieron saliendo. “¡¿Por qué todos me dejan?! ¡Solo quédate conmigo! ¡No me importa si es una mentira, sonríe para mí! ¡Duele cuando eres cruel conmigo!”

No pude contenerme.

“Como sea, todo está arruinado. Todo terminó para mí. Además ¿Qué diablos es tu problema? No sabes nada sobre mí y aun así siempre me andas disparando dardos. ¿En todo caso a quien llamas „lobo solitario de categoría‟ y „a medias‟? ¡¿Qué tiene de malo huir cuando las cosas se pongan difíciles?!” simplemente seguí. “¡Mierda! ¡Vamos, adelante y ven! ¡Golpéame, haz lo que quieras y entonces, cuando esté tirado en el piso, podrás mirarme hacia abajo y reír! De todas formas, es probable que seas más fuerte que yo.”

Dejé caer golpe tras golpe sobre él mientras despotricaba de esa forma. Los otros en el bar comenzaron a mofarse de nosotros diciendo, “¡Es una pelea! ¡Dale duro!” sin embargo Soldat no se movió. Seguramente, él podría haber reaccionado a mis ataques, pero en su lugar continuó permitiendo que mi alcoholizado cuerpo le lanzara golpes.

Gradualmente, las voces a nuestro alrededor se fueron apagando. Lo único que quedó, una vez que me hubiera agotado y hundido en el piso, fue el sonido de mi persona ahogando un sollozo.

“Oye, Soldat…no molestes demasiado al chico.”

“C-Cierto.”

Todos en el bar, incluyendo a los miembros de Stepped Leader quienes estaban bebiendo al fondo, e incluso el mismo Soldat, estaban totalmente anonadados mientras me miraban.

“Perdón. Fue mi error. Metí la pata. Quizás realmente la tienes peor que todos los demás. No llores. Estoy seguro que algo bueno te esperará en el futuro.”

“¿Qué diablos vas a saber tú?” escupí.

“Hmm…Ah, uh, bueno, bebe. Y luego me puedes contar sobre ello. Quizás así podremos solucionar algo o al menos podrás sacártelo del pecho. Así que…seca esas lágrimas,” dijo, golpeándome el hombro.

Y así de alguna forma, antes de siquiera darme cuenta de lo que había sucedido, Soldat y yo estábamos bebiendo juntos.

“Ósea, básicamente, ¿No se te pudo parar y la chica te dejó, huh?”

*Sollozo* “… ¿Qué, estás intentando burlarte de mí?” pregunté acusadoramente.

“No, para nada. Es solo que cuando uno se siente deprimido es importante entender exactamente que lo causó.”

“Supongo.”

Para mi sorpresa, Soldat me escuchó en silencio mientras sollozaba y relataba lo que había sucedido. Él incluso mantuvo a los otros miembros de Stepped Leader a cierta distancia y me llevó a la esquina del mostrador donde solo estábamos nosotros dos.

“Así que, Soldat-san, lo que realmente me tuvo tan horriblemente molesto fue—”

“Solo relájate,” él intervino.

“¿Huh?”

“Hace solo un momento, estabas hablando como una persona normal. No tienes  que ponerte una máscara al hablar todo tenso y formal. Solo te estás mintiendo a ti mismo cuando haces eso,” Soldat explicó.

“Está bien…”

“Tú sigues mintiéndote a ti mismo y es como un veneno que se va acumulando. Está bien ser educado, pero sé tú mismo.”

Considerando este último año,  quizás él tenía razón.

“Entonces lo que me tuvo tan decaído fue en realidad algo que sucedió antes de esto. Había una chica que me gustaba.”

“¿Sí?”

“Un montón sucedió y, bueno, lo hicimos…quiero decir,  ya sabes. Fue la primera vez para ambos.”

“Bueno, todos tienen una primera vez.”

Continué. “Cuando desperté, ella ya se había marchado en algún viaje.”

“Así que te hizo a un lado, huh?”

¿Hacer a un lado? La verdad de aquellas palabras fue como si una cuchilla me hubiera apuñalado en la garganta. Lágrimas frescas comenzaron a acumularse en mis ojos y mi mano tembló mientras sostenía mi vaso, otro sollozo se me escapó.

“Dije que la cortaras con las lágrimas. Como sea, si estás llorando por ello, entonces eso debe ser la fuente de tu problema. Lo has estado guardando todo este tiempo y es lo que te llevó a donde estás ahora. Está bien. Entiendo lo que sucedió. Ahora vamos, hasta el fondo. Trágate esas lágrimas,” dijo, vertiendo más del licor costoso en mi vaso.

Tiré mi cabeza hacia atrás y me lo tragué. Mi estómago se sentía totalmente entumecido.  No tenía idea de cuánto había bebido, pero mis lágrimas estaban comenzando a menguar.

“¿Por qué ella…Por qué Eris me dejó? Por qué—”

“Aah ¿Así que su nombre es Eris, eh? Ella es una mujer cruel. Pero no puedes desperdiciar tiempo preguntándote la razón detrás de cada acción de una mujer. Las mujeres son como los gatos. Nosotros somos más como los perros. No hay manera de que los perros y gatos puedan entender lo que el otro piensa ¿Verdad?”

“¿Pero aun así, por qué? ¿Por qué razón…?”

“Hmm. En base a mi experiencia, cuando una mujer de pronto desaparece de esa forma, es debido a que metiste la pata en algo inmediatamente anterior a eso. Ellas de la nada se enojan y se mandan a cambiar, diciendo que ya no les interesa.”

“Algo que hice inmediatamente antes,” repetí, pensando. Había una cosa que se me vino   a la mente. “Ósea supongo que realmente lo hice terrible en la cama…”

“Será mejor que no saques tus propias conclusiones acerca de lo que la puso tan irritada. Sea lo que sea que se te ocurra, probablemente estarás equivocado, así que ten cuidado con eso. Si te disculpas pensando que eso es, ellas se enojaran y te gritaran „¡Ni siquiera estoy enojada por eso!‟.”

“Ni siquiera sé dónde está, así que no puedo disculparme,” Confesé.

“Sí, eso lo tengo claro.” Soldat vació el resto de su vaso. Tras ello volvió a sentarse, pasando su pulgar por sobre el filo, limpiándolo de las gotas de líquido que ahí había. Luego de mirarme contemplativamente durante algunos instantes, él murmuró, “Simplemente será deprimente si sigues de esta forma.”

Aquellas palabras captaron perfectamente mis sentimientos. La expresión de Soldat no había cambiado. Él seguía teniendo esta expresión de profundo resentimiento hacia el mundo—esa burlesca y sarcástica expresión. Aun así, esa solo era su cara. Sus ojos me estaban mirando directamente y sus palabras eran sinceras.

“Arreglémoslo,” dijo finalmente.

“¿Pero cómo?”

“Ni idea.” Sacudió su cabeza y continuó. “Pero si eso es la fuente de tu problema,  solamente necesitas anularla con la misma cosa.”

Anularlo con sexo. Sexo, sin embargo, eso significaba que tendría que usar la cosa que no se estaba parando por mi ¿Cierto? Arreglarlo requeriría que la misma cosa que estaba rota volviera temporalmente a funcionar. “¿No es eso imposible?”

“¿Tú solo lo has hecho una vez, verdad?”

“…Sí.”

“¿Entonces, quién sabe? Escucha, el encontrar placer no necesariamente significa que tienes que meterlo en un hoyo.”

De cierta forma entendía lo que estaba intentando decir. Ciertamente, él tenía razón. Los videos porno no podían durar dos horas si así no fuera y no habría tantos videos de ese tipo ahí afuera.

“¿Qué propones entonces?” pregunté.

“Vayamos con una profesional.”

Ante la sugerencia de Soldat, nos dirigimos hacia el barrio rojo de Rosenburg.

Era mi primera vez aquí y efectivamente, mi primera vez ingresando en cualquier barrio rojo. Para ser más preciso, había evitado deliberadamente de acercarme a este lugar.

El sol ya se había desvanecido en el cielo, los burdeles estaban todos abiertos y una respetable cantidad de personas vagaba por las calles a su alrededor. La mayoría de estas personas eran hombres, pero también había un número considerable de mujeres. La  mayoría de ellas estaba ahí para trabajar, pero por lo que había escuchado, había también aquí algunas como clientes en busca de hombres. Todas usaban tanto maquillaje que me era difícil discernir a unas de las otras.

No, las mujeres bajo los aleros, calando lo que parecían ser cigarros, eran sin lugar a dudas trabajadoras aquí. Vestían ropa sugestiva con sus pechos expuestos. Pude darme cuenta por la forma en que me estaban observando—no, a Soldat—que estaban intentando atraer clientes.

“E-Esta es mi primera vez en un lugar como este,” le confesé.

“Lo sé.”

“¿Q-Qué clase de chica debería elegir?”

“Nah, no tienes que elegir a nadie de aquí. Estas chicas, para decirlo sin rodeos, son de la clase que solo se acuestan ahí quietas si les pagas. Yo estoy bien con eso, pero tú no eres como yo.”

“Oh, está bien.” ¿Así que incluso las prostitutas tenían un variopinto de niveles de habilidad y servicios, huh? Y las de bajo nivel  de aquí, en todo sentido de la palabra, solo vendían  sus cuerpos. Eso definitivamente no era la clase de compañera que buscaba.

“Nosotros vamos a ir a un lugar un tanto más especial,” declaró Soldat.

“Oh ¿Especial, huh?”

“Bueno, yo digo „especial,‟ pero existe un montón de variedad para probar. Hay lugares que te dejan hacer cosas que tu burdel común y corriente no y la clase que satisficiera cualquier fetiche secreto que tengas. E incluso hay establecimientos más sucios ahí afuera—lugares de los que las personas se niegan a hablar.”

¿Más inescrupulosos que los otros que ya mencionó? Sentí que solo tenía una vaga idea de lo que estaba hablando.

“Por ahora, nosotros simplemente iremos a tu burdel estándar. Un lugar con hábiles profesionales que usarán técnicas que jamás has visto. Realmente te dejarán con la boca abierta.”

Solo escuchar eso fue suficiente como para tenerme excitado. Jamás había estado en un lugar así antes, ni siquiera en mi vida pasada. Había estado interesado incluso en ese entonces, pero también había sido el tipo que arrogantemente declararía que solo los idiotas iban a tales lugares. Era joven—joven e idiota.

Ahora mismo, en contraste, todo lo que sentí fue anticipación. Pero mi amigo entre las piernas no parecía estar de acuerdo.

“Soldat…-san ¿Has venido a esta clase de lugares un montón?”

“Córtala con el „-san.‟ Y, bueno, sí. Soy un hombre ¿Por qué no?”

“¿Pero no tienes una mujer en tu equipo?”

“Eso va en contra de las reglas de nuestro grupo, o mejor dicho, de nuestro clan. Los equipos son solo una reunión de aventureros basada en sus habilidades. La regla es, que si un hombre y una mujer en un grupo son descubiertos en una relación, serán expulsados del clan.”

“Oh, está bien.”

En los juegos online que había jugado en mi anterior vida, tuvimos problemas con las relaciones románticas. Los jugadores se conocerían fuera de línea, comenzarían a salir y luego las cosas se pondrían incomodas para todo el gremio cuando la relación se echara a perder. También teníamos trolls que solo estaban ahí para generar problemas.

Esto, sin embargo, era un mundo diferente. Nadie tenía un avatar para esconderse detrás y los efectos colaterales del drama de una relación podrían poner en peligro la vida de los aventureros. Probablemente era debido a esto que existían reglas tan estrictas contra ello, particularmente entre los clanes de gran tamaño.

“Pero aun así,” manifesté, “estando en situaciones de vida o muerte por días simplemente crea de forma natural aquellos lazos entre hombres y mujeres.”

“Lo hace,” concordó Soldat. “Es por eso que somos tan estrictos acerca de reemplazar miembros. Si un líder siente esa clase de sentimientos entre dos personas, se les pide que se marchen inmediatamente.”

“Pero has estado con ellos durante tanto tiempo. ¿Qué le sucede al trabajo en equipo cuando de pronto traes a una nueva persona?”

“Bueno, simplemente reorganizamos las reglas básicas administradas por el clan para la batalla y un poco de práctica hace el resto. De todas formas toma un poco de tiempo, pero es por eso que los líderes como yo somos proactivos acerca de postular recomendaciones para miembros nuevos. Como sea, llegamos.” Soldat se detuvo en seco.

“Ven, sígueme.”


Ante nosotros estaba un edificio, encantador con su pintura roja y pequeñas fogatas. Parecía demasiado intimidante para entrar; yo normalmente jamás me habría siquiera acercado a tal lugar, mucho mejor ingresado.

Y aun así me apresuré tras Soldat, hallándome cruzando el umbral sin mayor problema. Yo solía preguntarme como alguien tan desagradable como Soldat podía liderar un equipo de aventureros, pero ahora de cierta forma lo entendía. Él era extrañamente sencillo de seguir, algo así como Suzanne. Uno podía confiar en ellos para que te llevaran a lugares.

“No actúes tan nervioso. Oh, tienes dinero ¿Verdad?”

“C…Creo que tengo lo suficiente.” Había algo en la entrada que se asemejaba a una lista de opciones disponibles y confirmé que el dinero en mi monedero era más que suficiente para pagar la mayoría de las opciones más costosas ofrecidas.

“¿Has estado guardando  todo tu dinero, verdad?  Entonces deberías estar  bien—al   menos por una noche. Estarás jodido si quedas prendado y comienzas a regresar a diario.”

Cuando hicimos ingreso, fuimos recibidos por un arcoíris de colores, con un elegante tapizado que se extendía más allá de lo que el ojo podía ver. Hacia nuestra derecha estaba un mostrador y hacia nuestra izquierda estaban cerca de seis mujeres en vestidos, todas sentadas. En lugar de ese maquillaje de mal gusto que sus pares de afuera estaban usando, ellas solo usaban lo suficiente para acentuar su belleza natural, haciéndolas ver tanto seductoras como sensuales. Esta probablemente era una de muchas habilidades.

A simple vista, pude darme cuenta que sus vestidos y muebles eran cosas costosas. Prostitutas de lujo, tal como su nombre implicaba, emanaban una sensación de grandeza.

“Esos son unos vestidos asombrosos,” comenté.

“Si, aparentemente son importaciones desde el Reino de Asura. Son vestidos hechos para la nobleza, pero los mercaderes evitan los impuestos y los venden a un precio decente al transportarlos en piezas separadas y luego otras personas los cosen.”

“S-Sabes bastante sobre eso.”

“Escuché sobre eso la última vez que vine aquí. El líder de la cadena de tiendas Remate,

Silent, se le ocurrió esta idea. Así es como Remate pudo volverse tan grande recientemente.”

“Oh, vaya.” Esto definitivamente era interesante para mí, pero no tenía ni el tiempo o dinero para ello ahora.

Soldat caminó en línea recta hacia el mostrador y dejó descansando su codo sobre este.

“¡Eh!”

“Vaya, vaya pero si no es Soldat-sama. Bienvenido a nuestro humilde establecimiento. Ah, pero lamento informarle que su compañera preferida está actualmente totalmente reservada.”

“Solo estoy aquí para beber hoy. Pero esta es la primera vez de mi amigo aquí, así que ¿Podrías explicarle cómo funcionan las cosas?” Él se apartó del mostrador para  empujarme hacia adelante.

Di un paso hacia el recepcionista como se me indicó. La persona en el otro lado del mostrador era un elegante hombre con una agradable sonrisa y aunque claramente me veía como un chico ante sus ojos, siguió tratándome con la mayor de las cortesías. “Un placer conocerlo,” dijo. “Permítame extenderle mi agradecimiento por haber escogido visitar nuestro establecimiento, el Palacio Rosa Azul, el día de hoy. Yo soy el encargado de este lugar, Profen.”

“Oh, un gusto conocerlo. Soy Rudeus Greyrat.”

“¡Ah! ¡Usted es Quagmire Rudeus! Había escuchado los rumores sobre usted desde hace ya un tiempo.”

¿Qué clase de rumores? Parte de mí quería saber y parte de mí no. “Soldat-sama mencionó que esta es su primera vez aquí. Si pudiera preguntar ¿Eso también significa que esta sería su primera vez?”

“Oh, no, no lo es.” Sacudí mi cabeza.

“Muy bien, entonces. Le explicaré como funciona nuestro sistema.” Y se puso a explicar.

Primero, uno elegiría de entre una de las chicas esperando en las sillas. A continuación, el precio sería determinado en base al itinerario que seleccionaras. Los itinerarios tenían un montón de diferentes opciones y cualquier cosa que no estuviera listada se encontraba simplemente fuera de discusión. Por supuesto, se te entregaría una lista de lo que estaba permitido y lo que no, pero usualmente un cliente no tenía que preocuparse demasiado con los detalles. Las damas de compañía ya se habían memorizado todo lo que había en las listas.

Una vez que hubieras elegido, entrarías a uno de los baños a limpiarte y luego serías guiado a un cuarto. Ahí, la mujer que habías elegido se te uniría y los dos pasarían un tiempo a solas para hacer lo que quisieras. Siempre y cuando lo que quisieras estuviera en la lista, ella te complacería. Si proponías algo que no estaba en la lista, ella se negaría y eso sería todo.

Habiendo dicho eso, si uno realmente deseaba algo de todo corazón y no estaba en la lista, uno podría negociar su inclusión bajo el costo de una tarifa adicional. Por supuesto, el establecimiento tenía numerosos métodos a su disposición para asegurarse que uno pagara. Se pagaba un setenta por ciento por adelantado y un treinta por ciento más cualquier tarifa adicional más tarde.

“Entonces ¿A quién vas a elegir?”

Siguiendo la recomendación de Soldat, elegí el itinerario más costoso disponible y rápidamente me encargué de la mitad de la cuenta. Esto me permitiría intentar una variedad de diferentes métodos para resolver mi problema. Después de eso, evalué a las mujeres que estaban esperando. Dado que yo era un cliente que había pagado, tenía permitido dar un vistazo más de cerca e incluso tocarlas si quería. Cada una de las damas de compañía estaba mostrando una deslumbrante sonrisa a medida que me acercaba, sonrisas tan seductoras que podría haberme enamorado de sus dueñas si nos hubiéramos encontrado literalmente en cualquier lugar menos este.

Cuatro de los asientos estaban vacíos, lo cual probablemente significaba que aquellas  chicas ya estaban atendiendo a otros clientes. Aun así, se sentía un tanto incomodo tocar a alguien que me estaba sonriendo, así que…

“Supongo…que iré con ella.”

La chica que elegí era la segunda desde la izquierda. Ella se veía como si estuviera rozando los veinte años y era un tanto más pequeña que yo. Tenía pechos de tamaño considerable, una ajustada cintura y un lindo trasero redondo.

Sus rasgos faciales parecían ser de Asura y exudaba un aire de confianza. Tenía un cabello rojo ligeramente rizado que caía de forma ondulada.

En otras palabras, su apariencia física se parecía a la de Eris.

“Soy Elise. Un placer estar en su compañía.”

Incluso su nombre sonaba similar. No—probablemente ni siquiera era su nombre real.

“¿Podría a su vez solicitar su nombre, mi señor?”

“Oh, Rudeus. Rudeus Greyrat.”

Ella se vio conmocionada por un momento, pero luego sus labios se fruncieron. “Muy bien entonces, Rudeus-sama. Espero con ansias poder servirle.” Elise mostró una encantadora sonrisa en su rostro mientras rápidamente se daba media vuelta y desaparecía en otro cuarto.

“En fin, buena suerte,” dijo Soldat. “Vendré por ti cuando tu tiempo se haya acabado.”

“E-Está bien.”

Una vez que dijo eso, Soldat eligió a la chica más a la derecha y desapareció en otro lugar. Me sentí repentinamente indefenso ahora que estaba solo.

“Por aquí hacia el baño. Por favor siéntase libre de tomarse su tiempo limpiándose, dado que no se contabiliza dentro de su tiempo asignado con su compañera.”

Me quité la sensación de soledad y seguí a la guía, adentrándome aún más en el edificio. El área de baño incluía una bañera rebosante de agua caliente y dos jovencitas vistiendo lo que equivalían a trajes de baño. Ellas eran bastante jóvenes a su vez e inmaduras. Las dos se pusieron a lavarme silenciosamente. Quizás estas chicas eran aprendices, aun no lo suficientemente adultas como para tomar clientes, pero apenas aprendiendo las habilidades como potenciales candidatas a damas de compañía. Ellas fregaron cada rincón de mi cuerpo. Y cuando digo que limpiaron cada rincón, lo digo en serio. Ellas incluso me lavaron los dientes y me pulieron hasta sacarme brillo. Si mi parte inferior hubiera estado en su estado normal, mi compañero de seguro se habría levantado atento y saludando al cielo. Sin embargo, como siempre, él estaba totalmente en silencio.

Una vez que me entregaron ropa interior y una camisa que ellos mismos proveían, pusiera además mi ropa y demás cosas valiosas en una cesta que me habían dado, me dirigí al Cuarto número 5 como me habían señalado.

Dejé el baño a través de una puerta diferente a la que había entrado, pasé luego por un estrecho pasillo para llegar al cuarto designado. Con los números claramente escritos en la puerta, fue sencillo de divisar. Las habitaciones más allá del 6 estaban en el piso de arriba.

Tímidamente abrí la puerta. Solo la idea de que hubiera una chica esperando en el otro lado, dispuesta a hacer cualquiera cosa dentro de las reglas de este establecimiento, me excitó. Y aun así mi precioso compañero ahí abajo permaneció indiferente. “Permiso,” automáticamente dije e ingresé.

Estaba oscuro en el cuarto. La única luz que había provenía de varios candelabros y algunas velas en la mesa. En esa tenue luz estaba una cama con toldo. Elise estaba sentada en el borde, vestida en ropa trasparente.

“Lo he estado esperando, Rudeus-sama. Por favor, venga por aquí.” Ella sonrió suavemente mientras se me acercaba, tomando mi brazo. Elise claramente era diferente de Sara, con la forma en que su prominente pecho se presionaba contra mi brazo. Mi corazón latía furiosamente. “¿Comenzamos de inmediato? ¿O preferiría un poco de conversación antes?”

“Uh, um…”

“Parece estar nervioso. En ese caso ¿Por qué no charlamos un poco? No se preocupe, la noche sigue siendo joven. No es necesario apresurarse.”

Aaah, así que esto era una profesional. Era fácil de darse cuenta por la forma en que se conducía a sí misma y hablaba mientras se sentaba a mi lado en la cama. Con manos experimentadas sacó una botella de alcohol de la mesa y la vertió en una de las copas que ahí habían “¿Le gustaría beber algo?” preguntó.

“Uh, sí, me gustaría.”

Persuadido por su oferta, vacié la copa. Por un momento me pregunté si ella no se me uniría, pero luego recordé haber visto que estaba escrito en la entrada que las compañeras no beberían. También estaba la advertencia de que si un cliente insistía en que su compañera bebiera, sus habilidades podrían opacarse y sus palabras arrastrarse debido a la embriaguez. Así que por ahora bebería solo. La caminata hasta aquí me había despejado un poco. Lo que sucedería tras esto sería esencial, así que necesitaba la influencia del alcohol para ayudarme a seguir.

“Estos dulces son del Reino de Asura ¿Le gustaría alguno?”

“S-Sí.”

Cuando hice lo que Elise sugirió y comí uno, ella soltó una risita. “Ya había escuchado de usted, Rudeus-sama.”

“Oh, si…bueno, me he vuelto bastante famoso en el Gremio de Aventureros. Eso es  cierto.¿Supongo que tienes que haber oído de mi por parte de otro aventurero?”

“No, por mi hermana menor. Usted sanó una vez sus heridas sin pedir nada a cambio.”

“¿Una vez?” repetí interrogativamente.

“Escuché que fue el invierno pasado, mientras estaba ayudando a limpiar la nieve.”

“Ooh.” Algo así había sucedido, ahora que lo recordaba.

“Los aventureros son amables con nosotras cuando nos vestimos de esta forma, nos ponemos maquillaje y nuestras pieles se tocan, pero de otra forma muchos de ellos tienden  a ser bastante violentos. Particularmente con respecto a las jóvenes aprendices de aquí, quienes no tienen dinero y cuyas ropas están hechas harapos y usualmente son confundidas por huérfanas. Muchos aventureros no se detienen a considerar que, a medida que esas niñas se hacen mayores, comenzarán a recibir clientes y esos mismos aventureros bien podrían terminar volviéndose uno de estos últimos.”

Una sucia huérfana en las callejuelas y una hermosa mujer aceptando clientes en un burdel parecían estar a mundos de diferencia. Si me hubiera molestado en mirar más detenidamente, podría haberme dado cuenta que las niñas que me bañaron anteriormente se veían como las mocosas que a veces divisaba en los callejones durante el día. “Creo que tienes razón. Lo admito, yo también pensé que eran huérfanas.”

“Pero usted fue diferente al resto,” ella insistió. “Usted no buscó nada a cambio y ayudó a  lo que pensaba fue una huérfana sin dinero por mera amabilidad. Usted es una persona increíble. Ha habido conversaciones incluso donde algunas chicas irían al extremo de complacerlo si llegara a visitarlas en el futuro.”

Esto definitivamente tenía que ser falsas promesas, estaba seguro. Pero aun así, era agradable de oír.

“Estoy segura que las otras chicas estarán celosas una vez que oigan que fui yo quien logró dormir con usted.”

“Uh, sí, seguro…Um ¿Podría beber otra vez?”

“Sí, ciertamente. Pero no debe beber hasta perder el conocimiento ¿Sabe? Tenemos tanto tiempo libre esta noche. En lugar de disfrutar el licor ¿Por qué no intenta disfrutarme a mí en su lugar?”

“Oh, por supuesto. Sí.”

Luego de comer y beber, mi cerebro se sintió suficientemente intoxicado con el alcohol. En cuanto a Elise, ella se sentó a mi lado todo el tiempo, pegada a mi brazo, con su mano acariciando mi muslo hasta la base de mi pierna mientras decía, “¿Sabe bien?” y “Usted ciertamente sabe aguantar el licor.”

“Um ¿Podemos empezar ahora?” Pregunté finalmente.

“Desde luego.” Elise me soltó del brazo, al cual ella había estado firmemente aferrada durante todo este tiempo y se puso de pie frente a mí. “¿Le gustaría desvestirme usted mismo?”

“¿Uh, qué? Oh, no, eso está bien.”

“Muy bien.”

La forma en que ella se movió mientras se quitaba la lencería fue tan seductora que era realmente cautivante.

“Ahora bien, Rudeus-sama, a la cama.”

Su cuerpo desnudo me mantuvo fijo en el lugar mientras yo agarraba con torpeza mi ropa. Una vez que las hubiera quitado, seguí su invitación para unírmele sobre el colchón.

“Daré mi mayor esfuerzo para complacerlo.”

Toda la situación fue tan sensual que casi se sintió como una ilusión o como si estuviera en un sueño. Fue lo suficiente como para hacerme creer, Oh si, definitivamente puedo hacer esto.

 

*****

 

Para ponerlo de forma simple, no funcionó.

“Lamento mucho no haberle sido de utilidad.”

En el momento que me metí a la cama con ella, Elise de inmediato se dio cuenta de mi problema. Ella a continuación procedió a deshacerse en disculpas, preguntándome si acaso preferiría estar con alguien más. No era una mala idea, pero me sentiría culpable, así que le expliqué mis circunstancias. Eso hizo que se decidiera a ayudarme, usando todas las técnicas que ella poseía—incluyendo algunas que no estaban marcadas en el itinerario que había seleccionado.

Honestamente, ella fue maravillosa. Se sintió genial. Pude probar como eran las habilidades de una profesional. Sin embargo, las sensaciones físicas no me llevaron a ningún lado. Mi amigo permaneció callado casi como si sus dos muchachos bajo este hubieran sido arrancados. De hecho, entre más intentamos, más vacío me sentí y más lejos parecíamos estar de descubrir la fuente del problema.

Y entonces nuestro tiempo se terminó. “No, Elise-san, hiciste tu mejor esfuerzo,” le aseguré.

“Aun así, yo…oh no ¿Qué debería hacer…?”

“Pagaré la tarifa. También por las cosas que no estaban listadas, si me dices el precio.”

“No, no tiene que preocuparse por eso. Lo hice porque genuinamente quería ayudarle.”

Cierto, yo no le había pedido que hiciera esas cosas. Pero tuve la clara sensación de que ella normalmente no las habría hecho sin una compensación apropiada. “¿Estás segura?” pregunté, incomodo.

“Lo que le dije anteriormente fue en serio. Alguna de nosotras juramos que daríamos aún más esfuerzo del normal para complacerle si es que fuera a venir aquí.”

No pude esconder mi incredulidad. “¿Oh, enserio?”

“Sin embargo, yo escuché que seguía siendo bastante joven, así que no creía que vendría aquí en algún tiempo,” confesó Elise.

Una mezcla de halago y verdad, entonces. “Me fio de tu palabra,” decidí.

“Pero dado que es cierto que no fui capaz de satisfacerle ¿Me permitiría al menos escoltarlo afuera del distrito rojo?”

“Uh, seguro.”

Tal como solicitó, dejé el cuarto con ella atravesando el estrecho pasillo. A mitad de camino, sentí a alguien detrás nuestro y miré por sobre mi hombro. Divisé a varias jovencitas escabulléndose dentro del cuarto que acabábamos de dejar. Ellas llevaban artículos de limpieza y supongo que estaban a cargo de ordenar los cuartos una vez que los clientes hubieran terminado. Reconocí a una de ellas—estaba bastante seguro que era la chica cuyo congelamiento había sanado. “Supongo que lo que dijiste realmente era cierto,” señalé con sorpresa.

“¿No me creyó?”

“Pensé que eran palabras vacías.”

Cuando le respondí con honestidad, ella simplemente enroscó sus dedos alrededor de mi brazo y lo acarició. “Para serle sincera, lo fue en parte.”

“Lo supuse.”

“Pero en diez años más a partir de ahora, cuando    esa muchacha comience a tomar clientes por su cuenta, estoy segura de lo que ella le dará será sinceridad y no halagos.”

¿Acaso ella estaba intentando convencerme de volverme un cliente frecuente? Decidí tomar sus palabras con cautela mientras nos habríamos camino de regreso al vestíbulo.

No pudimos convencer al encargado de prescindir de mi tarifa. Sin embargo, bajo solicitud de Elise, me fue dado tiempo adicional con ella, aunque cualquier cosa que ella hiciera durante ese periodo de tiempo sería sin compensación.

“Me han dicho que Soldat-sama está bebiendo en el cuarto de al lado.”

Seguí la indicación de Elise y caminé hacia el bar de al lado. Dado que era operado por la misma compañía, podía llegar ahí atravesando el edificio en lugar de tener que volver a  salir afuera. Quizás aquellos que no estaban aquí por sexo iban allá en su lugar, a beber junto a damas de compañía principiantes, quienes si bien eran lo suficientemente mayores como para hacer el trabajo, aun no estaban listas para recibir clientes por su cuenta. Aquí, las aprendices del trabajo podían practicar y refinar sus habilidades conversacionales hasta que pudieran halagar con tanta naturalidad como Elise. Por supuesto, probablemente les daban algunas guías en algún otro lugar para desarrollar sus otras habilidades.

“Así que ahí fue les dije „Un solo golpe, eso es todo lo que necesito para eliminar a estas bestias en frente de nosotros. Ustedes simplemente concéntrense en los enemigos a nuestros costados.‟”

“¡Aaaah! ¡Soldat-sama, usted es tan sexy!”

“¡Sí! ¿Ustedes realmente piensan que soy sexy, verdad?”

Soldat estaba  en la  parte de  atrás  disfrutando su trago mientras  dos  chicas  le   atendían. Cuando me vio acercarme, inmediatamente se levantó. “¡Oh, Quagmire! ¿Qué tal te fue?”

“Ella intentó varias técnicas diferentes conmigo, pero…nada funcionó.”

“Aaah, así que fue un fiasco.” Soldat se rascó su cabeza y suspiró. “¿Cómo diablos deberíamos arreglar esto?” Se cruzó de brazos, aparentemente sopesándolo, pero yo ya me había rendido. De hecho, creía que mi corazón podría destrozarse si seguía intentando en vano.

“Oye tú ¿Qué es lo que opinas?” Soldat se giró para hablar con Elise.

“¿Yo?” ella preguntó, sorprendida. “Me temo que no tengo una respuesta, fuera de lamentar no haber podido ser de mayor ayuda.”

Soldat permaneció resuelto. “¿Cómo se comparó con tus otros clientes? ¿Hubo algo que destacara para ti?”

Elise estaba sorprendida. “No podría siquiera compararlo con otros clientes, eso sería—”

“Vamos, solo dilo,” Soldat le instó bruscamente mientras su mirada rápidamente se movía entre ella y yo.

“Rudeus-sama pareciera estar…bueno, asustado de las mujeres. Él me pareció bastante tímido siempre que me hablaba, miraba o tocaba.”

“Sigue.”

“Quizás si su compañera fuera alguien de la que no estuviera asustado, alguien de la cual él pudiera estar seguro que no lo odiaría sin importar como las cosas resultaran, quizás sería capaz de hacerlo.”

“¿Tienes a alguien así?” Él me miró.

Negué con mi cabeza. Por un momento la imagen de Roxy apareció en mi mente, pero inútil. Roxy era la persona a la que más respetaba en todo el mundo y por lo tanto la persona a quien yo menos quería que me odiara. En otras palabras, el opuesto exacto a lo que Elise estaba proponiendo.

“No creo que eso sea algo que él pudiera encontrar inmediatamente. Es algo que debe irse construyendo gradualmente durante el tiempo,” Elise añadió.

“Sí, lo sospechaba.”

Bebí mientras escuchaba su conversación. Soldat se veía serio mientras discutía la situación con Elise y continuó considerando el asunto. “Bueno, simplemente bebamos por ahora. ¡Bebe lo suficiente para caerte de espaldas!”

Estimulado por él, tomé asiento.

“Perdonen, señores pero ya es hora de que nosotros cerremos.”

“Aaah ¿Ya es tan tarde, huh?”

“Mm…” le balbuceé en respuesta a Soldat.

Al mismo tiempo que nosotros nos poníamos de pie, Elise envolvió su brazo alrededor   del mío. “Permítame despedirlo.”

Pagamos nuestra cuenta y nos dirigimos hacia la puerta. En algún punto la oscuridad había comenzado a dar paso a la luz a medida que llegaba el amanecer. Había sido durante el alba también cuando había regresado a la ciudad tras rescatar a Sara. Ahora un amargo recuerdo.

“Urrgh…Aah, realmente nos tragamos ese alcohol. Un poco excesivo…” Soldat dijo.

“Sí…” Concordé con él.

Habíamos bebido un montón—tragado hasta estar borrachos. Ahora mis pies trastabillaban y el mundo giraba a mí alrededor. No sabía hacia donde tenía que avanzar. Abajo bien podría haber sido arriba y no podía diferenciar izquierda de derecha. Heh heh. Tomé  ventaja de mi estado para agarrarle el trasero a Elise.

“Oye, Rudeus.” Soldat dijo.

“¿Quééé?”

“Sabes, yo…bueno, cuando estoy en un laberinto, intento no apresurar las cosas.”

“Mm.” Escuché, incluso mientras me preguntaba de qué diablos estaba hablando tan repentinamente.

“Verás, entre más profundizo en un laberinto, más fuerte serán los monstruos que encuentras,” explicó. “A veces los bastardos incluso forman equipo entre sí. Si entras en pánico y huyes a ciegas, simplemente te patearan el culo. Así que te tomas tu tiempo luchando  con  los  monstruos en  los  primeros pisos  para que así  puedas  decidirte en    tu formación y acostumbrarte a las cosas. Esto es realmente efectivo ¿Entiendes? Debido a  que un montón de esos monstruos pueden volver a aparecer en otros pisos.”

“¡…Sí, efectivo! ¡Entiendo!” Ósea uno tenía que observar los movimientos de tu  oponente, en  los  pisos  anteriores,  acostumbrarse  a  como  luchaban  y  luego  pasar  al      siguiente ¿Correcto? ¡Sí, eso sería efectivo!

“¿Cuál  era  su  nombre  de  nuevo,  Sara?  ¿No  crees  que  ustedes  dos  se       apresuraron demasiado?”

“¿Apresurado? ¿Qui quieress decir?” Estaba comenzando a arrastrar las palabras. “Sí, quiero decir, yo soy bastante rápido en la cama, pero no sé si realmente puedas decir lo mismo sobre Sara.”

“Eso no es lo que intento decir,” Él dijo moviendo una mano para negarlo. “Sonó como si ella estuviera lista para esto, pero tú necesitaste más tiempo para prepararte mentalmente ¿Sabes?”

“Nah,” Discrepé. “No tuvo na‟a que ver con essta‟ preparado. Te lodije‟ ¿No? Ella no lo dijo en ese sentido. Jue‟ mera obligación, esa fue la única razón por la que ella dormiría conmigo.”

“Nop. Si me preguntas a mí, esa arquera realmente parecía estar loca por ti.”

Ninguno de los dos podíamos articular apropiadamente las cosas, pero de alguna forma seguíamos teniendo esta conversación. Aunque ¿De qué estaba hablando Soldat? ¿Sara loca por mí? ¿Ósea qué, ella solo dijo lo que dijo para esconder su vergüenza? Hmm. En retrospectiva, sí que sonó algo tsundere…

Nah, eso no podía ser. Si ella realmente tenía esa clase de sentimientos por mí, no me  habría llamado un desastre.

“Bueno, todavía tienes tiempo ¿Verdad? Vuelve a verla, hazlo casual e intenta hablar con ella como si nada hubiera sucedido. Si eso funciona, entonces poco a poco puedes abrirte y dejarla entrar ¿Cierto?”

“Sí, supongo…”

Mi mente, nublada por el alcohol, comenzó a pensar. Él tenía razón, no podía estar seguro a menos que intentara hablar con ella. Esa era una lección que había aprendido al hablar con él, de hecho. La comunicación realmente era la clave de nosotros los humanos.

“Muy bien,” Finalmente dije. “Haré el intento de acercarme a ella, ya sea esta tarde o la mañana del día siguiente.” Estaba bastante seguro que los miembros de Counter Arrow habían mencionado que saldrían temprano esta mañana en una misión. Al juzgar lo brillante que el cielo estaba, probablemente se habían marchado hace un tiempo ya. Sí…

Espera. Uh ¿No sé suponía que yo iría con ellos?

Ups. Parece que iba a estar ausente.

“Bueno, me temo que hasta aquí es lo más lejos que puede acompañarle. Rudeus-sama ¿Estará bien?” Elise se liberó mientras nos aproximábamos a la salida del barrio rojo.

La ausencia de sus suaves pechos y su calidez dejó mi cuerpo sintiéndose solitario.

“Mm, sí, estaré bien. ¡Soy un…hechicero! ¡Puedo usar Desintoxicación!” declaré.”

“¿Está realmente seguro de que estará bien?”

“Mm, sip, estaré bieeeeen. Pero, Elise, solo una última vez ¿Puedo tocar tu pecho?”

Ella se quedó callada por un momento. “Sí, sírvase.”

“¡Sí, gracias!” Las apreté en mis manos solo un poquito. Aunque el amigo entre mis piernas permaneció colgando. Sip, él estaba ahí abajo agachado. Después de todo, uno tenía que agacharse para poder saltar alto. Él solo se estaba preparando para eso.

Sí, en serio. Eso es todo lo que era. Estaba agachado.

“Aunque no fui capaz de complacerle hoy. Espero que regrese a verme de nuevo.”

Elise me plantó un beso en la mejilla, retrocediendo un par de pasos y haciendo una reverencia antes de marcharse.

“¡Entendido!” Respondí, a pesar de que sabía que probablemente no regresaría. Quizás si lograra arreglar este problema. Quizás entonces la próxima vez que sintiera esos pechos, mi amigo ahí abajo realmente resucitaría.

Me giré hacia Soldat. “¡Bien, hora de regresar a casa!”

“¡Sí! ¡Asegúrate de hablar con ella!”

“Sí, sí, lo sé.”

Mi aventura en el distrito rojo no había arreglado nada, pero no se sintió como si hubiera sido una pérdida de dinero. Mi tiempo con Elise al menos me había traído algo de consuelo. Incluso si no sentí electricidad recorriendo mi espalda, pude de todas formas disfrutar de la suavidad de sus pechos.

“¿Aunque, realmente lo entiendes?” Soldat me preguntó, dubitativo. “A decir verdad,   hoy voy a—”

Él se detuvo en seco a mitad de lo que estaba diciendo.

“¡Sí, ya lo entiendo!” ladré. “Rayos, realmente no lo vas a dejar pasar. Incluso sino funciona, meh. Yo debería ser el que dijera no gracias a una chica plana como esa. ¡Las mujeres solo son buenas si son como Elise y tienen algo brincando en el área del pecho!”

Sin respuesta.

“Vamos, Soldat ¿Estás de acuerdo conmigo, no? Quiero decir, nosotros yendo de compras  y comiendo juntos…que estúpido. Quiero decir ¿Estamos jugando a la casita o qué?”

“Uh, Quagmire, creo que será mejor que lo dejes hasta ahí.”

“¿Dejar que? Es un simple hecho. Sara es una niña y Elise una mujer adulta.”

Finalmente miré a Soldat, preguntándome que es lo que intentaba decir. Sus ojos estaban fijos en algo en frente de él y tenía una expresión de „Oh mierda‟ en su cara.

Seguí su mirada y vi a dos mujeres de pie ahí. Una era Suzanne, vestida con su coraza de acero y guanteletes, viéndose lista para partir en una aventura. La otra era Sara. Ella se veía similarmente preparada para salir, pero sus ojos estaban hinchados y con ojeras, casi como si se hubiera pasado la noche llorando.

Ellas también me estaban mirando, con sorpresa y consternación en sus caras. Mierda, pensé mientras Sara se me acercaba. Sus pasos eran cortos y rápidos. “Sara, espera, eso no fue lo que quería decir justo ahora—”

Mi voz se quedó atrapada en mi garganta ante la expresión de su rostro. Me tragué mis palabras. La mirada de Sara era tan fría como el hielo, como si hubiera estado usando una máscara del teatro noh. Elise rápidamente se había alejado a medida que ella se acercaba.

*Bofetada*

Una bofeteada resonó a través de las silenciosas calles del distrito rojo. Mi cabeza giró con el impacto y mi mejilla ardió en donde me había golpeado.

“¡Eres basura! ¡Jamás vuelvas a mostrarme tu cara!” La escuché decir, con mi cabeza todavía apartada. Para el momento que volví a mirar, ella ya iba corriendo donde Suzanne, quien también tenía una mirada intensa en su rostro.

“Eso fue inaceptable,” Suzanne dijo en voz baja, aunque fue lo suficientemente alto como para que pudiera escucharla. Ella puso su mano sobre el hombro de Sara y las dos se marcharon.

No tenía idea de lo que recién había sucedido. En una fracción de segundo, recobré totalmente la sobriedad. Cuando volví a mirar Soldat, este tenía su cabeza reclinada y su mano sobre la cara.

Había una cosa que si entendí: acababa de ser rechazado por completo. No había error alguno. Lo que había dicho fue a causa del alcohol, pero eso no le importaba a Sara. Ella escuchó lo que dije y decidió que jamás querría volver a verme.

Como aventureros, estábamos destinados a toparnos en el Gremio de Aventureros. Estaba seguro que ella me miraría con disgusto cada vez que nos topáramos a partir de ahora y quizás Suzanne también. No solo ella, sino también Timothy y Patrice. Ahora, ellos serían quienes sentirían la misma repugnancia con respecto a mí, tal como Soldat alguna vez sintió.

Me dejé caer sobre mis rodillas. No podía soportarlo. “Ah…aah…”

Se acabó. Ya no podía seguir haciéndolo. Pasé todo un año con ellos y finalmente, finalmente comenzamos a volvernos amigos, pero así era como todo terminaba. No más. “Simplemente debería morir.”

Saqué un cuchillo de mi bolsillo y lo puse en la base de mi cuello.

Algo instantáneamente me golpeó la muñeca y dejé caer la hoja. Soldat me había golpeado con el costado de su mano.

“¡Idiota, no te apresures! Este fue solo un malentendido. Ustedes casi durmieron juntos, luego ella te ve saliendo del distrito rojo con una dama de compañía y hablando mierda de ella. ¡Por supuesto que se va a hacer la idea equivocada! Además, el hecho de que ellas seguían aquí significa que tenían que haber estado buscándote. ¡Apresúrate y corre tras ellas!  ¡Ve  y  explica  las  cosas!  Todavía  puedes  arreglarlo.  ¿Bien?  Déjate  de    joder— ¡Levántate y anda!”

“Nada de eso…siquiera importa ahora. Este es…es el final… ¡Ya no quiero seguir haciéndolo…!”

Mientras ahogaba un sollozo, Soldat me dio una palmada en el hombro. “¿Entonces por qué no en su lugar regresas a casa por ahora? No tienes que arreglarte con tu madre y padre, pero al menos puedes dejar que te cuiden…Ah, espera, dijiste que tu mamá estaba desaparecida. ¿Dónde es que estaba tu padre? ¿El Reino de Asura?”

“…Millis. El Reino Santo de Millis, como parte del Escuadrón de Búsqueda y Rescate de Fittoa.”

“Ah, entonces supongo que eso no funcionará. Eso está bastante lejos.” Soldat se rascó la nuca mientras murmuraba sumido en sus pensamientos.

El ir a casa ciertamente era una opción. Tras este golpe, no tenía la fuerza de voluntad para seguir por mi cuenta. Podría ser bueno regresar donde Paul estaba y pasar mi tiempo cuidando a Norn y Aisha junto a Lilia. No podía hacer nada por mi cuenta. Era lo suficientemente maduro, mentalmente hablando, pero esto era a todo lo que llegaba. Sin importar cuando tiempo pasara, esto era todo a lo que era capaz.

Aun así, mi hogar estaba demasiado lejos. Me tomaría al menos un año llegar a Millis  desde aquí. Paul y las demás podrían haberse movido a otro lugar para entonces. Podríamos incluso perdernos. No había forma de que pudiera arrastrar este destrozado corazón mío y seguir viviendo mientras tanto.

Era inútil.

“Bueno ¿Qué tal venir conmigo?” Soldat dejó escapar, justo mientras estaba comenzando a desesperarme.

“¿…Huh?”

“Un enorme laberinto fue descubierto en el Ducado de Neris. Un par de grupos dentro de Thunderbolt recibieron órdenes de ir a conquistarlo. Eso nos incluye a nosotros, así que estamos pensando en marcharnos hoy. ¿Quieres acompañarnos?”

Estaba confundido. ¿Se marchaban hoy? ¿Eso significaba que él pasó la noche previa a su partida cuidándome?

“Pero yo no quiero entrar al equipo de nad—”

“Tú no tienes que unirte a nuestro grupo. Solo te estoy preguntando si quieres venir con nosotros. Si estás aterrado de volver a ver a estos tipos, puedes ir a otro lugar y encontrar otras personas ¿Cierto? Allá afuera hay tantas mujeres como estrellas en el cielo. ¿Qué dices?”

Lentamente levanté mi cabeza. Soldat me estaba mirando desde arriba. Como siempre, su expresión bordeaba la burla. El brillo en sus ojos, sin embargo, era genuino.

“¿Por qué estás…dispuesto a ir tan lejos por mí?”

Él se encogió de hombros. “Ninguna razón en particular.”

“¿Pero yo pensé que me odiabas?”

“Sí, esa espeluznante sonrisa tuya y ese discurso tan enfermizamente educado como si fueras alguna clase de santo…esa mierda realmente me pegaba mal. Quería que te sacaras  la máscara. Pero ahora que sé todo lo que está pasando contigo. Entiendo que tenías  razones válidas para actuar de esa manera. No hay razón para seguir odiándote.”

Así que eso era. Soldat realmente no me seguía odiando.

“Te molesté y molesté y justo cuando pensé que explotarías conmigo, comenzaste a sollozar como un niño. Sentí que había metido la pata también. ¿Sabes? Las personas tienen cosas que quieren guardarse para sí mismas. Yo sabía eso pero seguí presionándote de todas formas.”

Sentía que realmente había malentendido a Soldat. Hubo más de una ocasión cuando me encontré preguntándome cómo era posible que un equipo en correcto funcionamiento pudiera tener un líder como él, pero este resultó ser una persona mucho mejor de la que había imaginado. Sí, seguro, también tenía sus fallas. De hecho, sus defectos eran en su mayoría lo que había expuesto hasta ahora. Pero los miembros de su equipo podían tomárselo en broma debido a que a su vez estaban bastante conscientes de sus buenas cualidades.

“Entonces ¿Qué será?” Soldat preguntó mientras yo lo sopesaba.

Por ahora, simplemente quería alejarme de aquí. La idea de encontrarme con Sara debido a que yo andaría dando vueltas arrastrando mis pies me aterraba.

“Iré. Por favor llévame contigo.”

Yo sabía que esto equivalía a huir, pero quería liberarme de este lugar. Incluso si me iba a un lugar nuevo, no tenía intención de buscar a una nueva persona. Ya estaba harto de intentar volverme íntimo con otro ser humano. Por supuesto, quería arreglar mi problema  de ser posible, pero estaba totalmente seguro que Rosenburg no lo iba a hacer. Como sea, estaba bien. Estuve sin sexo en mi vida pasada. El abandonarlo no iba a matarme.

“Está bien, bueno, marchémonos entonces.”

Lentamente me puse de pie ante el apoyo de Soldat, mirando al sol naciente y jurándome a mí mismo que jamás volvería depender de un solo equipo.

 

Sara

Mientras tanto, Sara quedó sintiéndose impactada y resentida tras el encuentro, albergando un feroz desprecio por aquel llamado Rudeus Greyrat. “No puedo creerlo. ¡Simplemente no puedo, no puedo!” chilló.

Era justo pasado el mediodía. Una sustancial cantidad de tiempo había transcurrido desde que ella hubiera abofeteado al muchacho. Actualmente, ella estaba en la rivera de un rio a medio día de distancia de Rosenburg. El equipo estaba escoltando a unos pescadores, una solicitud de rango C que no significaba peligro alguno. En otras palabras, Sara no tenía nada que hacer. Como resultado, esta pasó su tiempo libre maldiciendo a Rudeus.

“¡No puedo creer que yo—con ese malnacido…! ¡Qué escoria! ¡Que completa y absoluta escoria!” Ella estaba frustrada. A ella realmente le había gustado.

Por supuesto, ella al principio no podía soportarlo. Pero incluso cuando hicieron su primer trabajo juntos, más o menos entendió que él no era una mala persona. Sus sentimientos por él no fueron más allá de eso: él simplemente era un cobarde muchacho de la nobleza, a pesar del enorme poder que poseía.

Esa impresión sobre él solo cambió tras lo sucedido en las Ruinas Galgau. Él se encargó de la retaguardia y enfrentó a la horda de Dragones de Nieve sin decir una sola palabra, solo para que el resto de ellos pudiera escapar. Rudeus ciertamente era lo suficientemente fuerte como para dejar atrás a las criaturas por su cuenta, pero él había priorizado el conseguir que Counter Arrow saliera vivo de ahí. En ese entonces, ella no entendía porque él había escondido sus habilidades, pero ella si se dio cuenta que él era la clase de persona que se sacrificaría a sí mismo para salvar a otros.

De ahí en adelante, sus sentimientos por él gradualmente comenzaron a cambiar. Sara comenzó a tomar un interés en lo que decía y hacía. Ella intentó descartar sus incipientes sentimientos, recordándose a sí misma que ella odiaba a los aventureros que habían nacido en la nobleza o que en verdad ella simplemente odiaba a los nobles en su totalidad. Pero la negación no se mantuvo y en algún lugar de su corazón se dio cuenta que Rudeus era diferente de los nobles a los que odiaba.

El desastre en el Bosque Trier fue la gota que colmó el vaso en hacerla admitir sus verdaderos sentimientos. O quizás era mejor llamarlo una oportunidad en lugar de un desastre. A puertas de la muerte en ese bosque, siendo testigo de Rudeus llegando a salvarla por su cuenta, finalmente reconoció que no era odio lo que había en su corazón, sino que, afecto. Ella se había enamorado de Rudeus.

Con ese entendimiento, Sara tomó una forma de acercamiento firme. Ella comenzó a invitarlo a sus juntas entablando conversación con él activamente. Entre más hablaban, más su afecto por él crecía. Cuando ella lo miraba, esta sentía un floreciente afecto por él. Sara estaba demasiado avergonzada como para confesarle sus sentimientos directamente, así que planeó usar la deuda por su vida que tenía con él como pretexto para llevarlo a la cama. Y entonces, decidió, que le revelaría sus verdaderos sentimientos una vez que hubieran dormido juntos.

Es por eso que lo que siguió a continuación resultó en tal conmoción.

Su cuerpo no reaccionó al suyo. Rudeus parecía como si se preocupara por ella e incluso parecía receptivo a sus sentimientos por él, pero aparentemente no sentía atracción por su cuerpo. Fue una bofetada en la cara.

Si ella hubiera tenido la sensatez de observar más de cerca la reacción de Rudeus, ella se habría dado cuenta que él también estaba conmocionado—él no había buscado que eso sucediera y había estado igual de nervioso que ella. Desafortunadamente, esta fue la primera vez de Sara y ella no tenía la suficiente compostura para ello. Todo lo que pudo hacer fue escupirle algunas palabras para salvar su orgullo y largarse de ahí. Ella sollozó mientras huía de regreso a su posada y continuó llorando mientras le explicaba la situación a Suzanne. Ella pasó toda la noche llorando, pero de alguna forma se resolvió a poner un rostro feliz al día siguiente.

Pero Rudeus no apareció en el lugar de encuentro al día siguiente. En su posada, el dueño les dijo que había salido la noche anterior y no había regresado. Preguntando por el lugar, ellas descubrieron que Soldat lo había arrastrado a algún lugar.

Rudeus—y  la  totalidad  de  Counter  Arrow,  de  hecho—no  se  llevaba  bien  con Soldat. ¿Quizás él y Soldat se habían puesto a pelear y este último lo arrastró hacia algún lugar  para colgarlo? A medida que Sara se preocupaba pensando en las posibilidades, ella y Suzanne siguieron el rastro de Rudeus. Ahí fue cuando lo divisaron—a la entrada del distrito rojo, besando a una prostituta pelirroja.

Increíble. Luego de que Sara no fuera capaz de satisfacerlo, él se había ido en su lugar a tener sexo con una prostituta. Soldat estaba de pie cerca y los dos claramente estaban borrachos.

Ahí fue cuando ella escuchó lo que dijo.

En base a todo lo que ella vio y escuchó, Sara llegó a esta conclusión: Rudeus había pasado la noche con Soldat, acostándose con mujeres y ahogándose en el mismo alcohol que él se había negado a beber con ella y los otros miembros de Counter Arrow. Él se rio mientras recordaba lo increíblemente poco atractivo que había sido su cuerpo. Su conmoción y la devastación que sintió la abrumaron, evitando que conectara las reveladoras señales que sugerían lo contrario. Su afecto por él instantáneamente se transformó en aversión.

Si Sara hubiera sido un poco mayor, ella puede que hubiera sido capaz de pensar en esto con calma. Desafortunadamente, solo era una chica de dieciséis años de edad. Los adolescentes de su edad estaban seguros de que todo lo que veían y sentían era un hecho. Además, ella había vivido toda su vida como una aventurera y no tenía idea de cómo contener la ola de emociones que se generaban a causa de esto. Claramente no se había dado cuenta que tenía el mal hábito de mentirse a sí misma e ignorar la verdad.

“Oye, Sara.”

Suzanne era un tanto más madura en ese aspecto. Ella también había visto a Rudeus y Soldat, pero la impresión que recibió del encuentro fue ligeramente diferente. Ahora que  sus emociones se habían calmado, ella se dio cuenta que había algo extraño en lo que Rudeus había dicho. El muchacho que vio esa noche no era el Rudeus que conocía. Algo había sucedido. Suzanne había estado en esta clase de situaciones anteriormente y sabía el peligro en tomar lo que uno veía al pie de la letra.

Por otro lado, era posible que Rudeus realmente hubiera sido deshonesto con ellos. Lo cual fue la razón por la que ella optó por consolar primero a Sara, en lugar de actuar como mediadora.

“¿No crees que quizás malentendimos de cierta forma la situación?” Suzanne preguntó.

“¡¿Qué parte malentendimos?!” Sara le ladró. “Luego que yo—luego que nosotros…y  luego tuvo la audacia de aparecer con una prostituta y comenzar a denigrarme…”

“Piensa en ello,” Suzanne le instó. “¿Acaso Rudeus realmente podría ser un tipo tan despreciable?”

“¡No, dah! ¡Él simplemente lo escondió de nosotros todo este tiempo! ¡Realmente fui engañada—todos lo fuimos! ¡Quién sabe, quizás él incluso estuvo coludido con Stepped Leader durante lo de las Ruinas Galgau!”

“Caramba…” Suzanne se encogió de hombros sin poder contenerse. Ella misma no estaba bien versada en los asuntos del romance, así que no tenía ningún buen consejo que ofrecer. Mientras esta buscaba las palabras, Sara continuó rebosante de resentimiento.

Timothy intervino. “¿Qué sucede? ¿No será hora de que me digan lo que pasó también?”

“Sara ¿Puedo contarle de forma general?”

A Sara no le importaba que Timothy fuera el líder del equipo—ella no tenía interés en contarle los detalles de su situación. Pero sabiendo cómo podría impactar en el estado de ánimo del equipo, ella asintió reacia a Suzanne.

“Está bien, lo que sucedió entonces fue…” Suzanne habló en un susurro, relatándole los eventos a Timothy. Ella dio su mejor esfuerzo intentando mantenerlo lo más general y objetivo posible.

Luego de algunos momentos, Timothy de pronto miró hacia arriba. “¿Soldat, huh? Quizás deberían preguntarle a esa prostituta por los detalles exactos de lo que sucedió, entonces.”

“Pero Soldat nos odia,” Suzanne protestó.

“Al único que odia es a mí. Y Rudeus, pero ustedes lo vieron juntos. ¿Quizás él estaba intentando ayudar? El hombre tiene una mala actitud y habla estupideces, pero he escuchado rumores que es bastante bueno cuidando a la gente. Si él realmente estuviera podrido hasta la médula entones no podría ser el líder de un equipo veterano de rango S como Stepped Leader. Además, si Soldat realmente hubiera querido desquitarse con Sara,  él no lo habría hecho de forma tan indirecta. Él habría puesto un hombre en su habitación, o—”

“Timothy, entendemos,” Suzanne lo interrumpió. “Suficiente.”

Sara levantó el rostro. Ella tenía que admitir que Timothy tenía un buen punto. Ella había estado demasiado atrapada en su autocompasión como para realmente observar sus alrededores esa noche, pero parece que Rudeus también estaba deprimido. Quizás la forma en que las cosas resultaron se había escapado incluso de su control.

“Deja que le pregunte cuando lleguemos a casa,” Suzanne se ofreció.

“No, yo misma le preguntaré.” Sara decidió. Y si resulta que me adelanté en sacar conclusiones, entonces me disculparé.


Sin embargo, para cuando Sara regresó al pueblo, Rudeus no podía ser encontrado en ninguna parte. Él no estaba en el Gremio de Aventureros ni en la posada.

“¿Quagmire? No lo sé, no lo he visto hoy.”

“Hmm.”

Incapaz de encontrarlo en algún lugar, Sara se aventuró en el distrito rojo. Los negocios ya estaban comenzando a abrir a medida que la noche se acercaba, pero los clientes todavía tenían que llegar, así que el número de personas en las calles seguía siendo reducido. Sara comenzó a preguntar por la ubicación de Rudeus. Quizás, ella sospechó en lo profundo de su mente, él pudo haber regresado aquí esta noche.

Ella recorrió varios burdeles, los cuales todavía estaban preparándose para abrir, antes de que divisara a cierta mujer.

“E-Eres tú…” Sara se quedó sin aliento.

“¿Hm? Ooh.”

Era Elise. Sara no conocía el nombre de la mujer, solo que ella era una prostituta y que la había visto besando a Rudeus en la mejilla esa mañana. “Oye ¿Sabrás acaso donde está Rudeus?”

“No, me temo que no. ¿Quizás en el Gremio de Aventureros?” Elise frunció el ceño ante  la repentina visitante, sin reconocerla.

“Él no estaba ahí. Él vino y te vio anoche ¿Verdad? ¿No sabes nada?”

“Ah, tú debes ser Sara.” Eso fue suficiente para que Elise adivinara la identidad de la chica que tenía enfrente. Ella fulminó inmisericordemente a Sara, recordando porque Rudeus— quien ayudó a una niña a la que ella consideraba su hermana menor—había venido a ella el día de ayer. Y la expresión en su rostro, junto a las emociones con las que luchó mientras se iba a casa. “¿Qué planeas hacer cuando lo encuentres? ¿Volver a ponerlo entre la espada y la pared?”

“¿Ponerlo entre la espada y la pared?” Sara repitió, sorprendida. “Solo quiero preguntarle sobre ayer.”

“Muy bien. Entonces yo te responderé.” Elise comenzó a relatar la historia de Rudeus, con toda la intención de hacer responsable a Sara. Las damas de compañía generalmente tenían prohibido revelar detalles sobre sus clientes, pero ella sintió que tenía que compartir esto.

“¿Impotencia?” Luego de escucharlo todo, Sara inclinó su cabeza hacia un lado. Ella jamás había antes escuchado el concepto.

“Es una enfermedad donde los hombres ya no son capaces de hacer que se les pare. Él ya estaba enormemente triste y angustiado por la situación. ¿Qué más planeas decirle?”

“No, yo—”

Elise la ignoró y siguió. “Si no te diste cuenta de lo herido que estaba, entonces no estás lista para ser su compañera. ¿No crees que deberías darle algo de espacio?”

“Sí…supongo.”

Sara no tenía nada que decir en su defensa, así que se marchó. Una vez que estuvo fuera del distrito rojo, ella se tambaleó a lo largo del camino hacia su posada, donde Suzanne la estaba esperando.

“Oh, bienvenida de regreso, Sara. Acabo de oír que al parecer Rudeus dejó el pueblo esta mañana. ¿Qué quieres hacer? ¿Deberíamos ir tras él?”

“…No.”

Sara simplemente continuó hacia su cuarto con una sombría expresión en su rostro. Ella se desplomó en su cama y reflexionó en lo que había pasado. Ahora no solo estaba aquejada por su propio dolor sino por el conocimiento de que Rudeus también había sido herido. Ella continuó digiriendo el hecho hasta bien entrada la tarde, finalmente murmurando. “Al menos me habría gustado disculparme.”

Pero ella estaba demasiado asustada como para perseguirlo. Ella temía que él pudiera no escuchar, temía que él la alejara. Adicionalmente, ella se dio cuenta que al dejar el pueblo sin decirles nada a ellos era a su vez una señal de rechazo.

Un sollozo escapó de su garganta. Al final, Sara se acurrucó en su cama como una tortuga y no se movió en lo absoluto. Cuando hubo amanecido y finalmente se bajó de la cama, dos cosas estaban profundamente claras para ella: que tenía ojeras bajo sus ojos y que Rudeus  la había rechazado. Ella sabía que su amor se había terminado y a medida que observaba el sol naciente, pensó: Pero si llegáramos a encontrarnos de nuevo, me gustaría disculparme. Y ser más sincera sobre ello.

Pagina Anterior
Pagina Siguiente