“Huff…huff…”
Jadeando suavemente, troté a lo largo de las calles de Rosenburg bajo el brillo que precedía al amanecer. Podía ver mi aliento en el aire y los caminos estaban cubiertos por una capa apenas visible de escarcha.
Cada zancada que daba iba a acompañada por un pequeño “crunch” y un agradable crujir bajo mis pies. A medida que me absorbía por completo en mi trote, la ciudad parecía pasarme por el costado por su cuenta.
“¡Uf!…” finalmente bajé la velocidad hasta detenerme cuando llegué de regreso a mi posada. Respirando con fuerza, miré hacia abajo y murmuré.
“¿Cómo estuvo la corrida hoy, chicos? ¿Les gustó?” a mis temblorosas pantorrillas. A propósito, recientemente había nombrado a mi pierna derecha Tindalos y a mi izquierda Baskerville. Quería inspirarlas a que crecieran hasta ser tan rápidas y agilas como un par de sabuesos.
“¿Oh, sí? Heh ¡Buenos chicos, buenos chicos!”
Mis dos cachorros estaban brincando felizmente de momento, así que hice una pausa para acariciarlos un poco. Siempre me aseguraba de continuar nuestras caminatas con un buen y concienzudo masaje. Magia sanadora estaba fuera de toda discusión; los hechizos podrían adormecer el dolor muscular, eso estaba claro, pero no podían expresar mi gratitud.
“Este fue un gran esfuerzo el de hoy, chicos.” Susurré, apretando suavemente mis gemelos entre mis dedos.
Entre más amor le mostraba a esos dos, más amor me ofrecían a cambio. Mis músculos, al menos, jamás me traicionarían. Ellos siempre retribuyen mi afecto del mismo modo. Por supuesto, nuestra relación se desmoronaría rápidamente si les hiciera mucho daño o dejara de darles atención. Tenía que tratar a ambos con el mayor cuidado. Pero si alguna vez terminaba en un verdadero embrollo, nuestros vínculos probarían ser invaluables.
“Ups. No se preocupen, no me olvidé de ustedes dos.”
Ahora que había terminado con mis piernas, dirigí mi atención hacia mis brazos. El derecho ahora era “Hulk” y el izquierdo se llamaba “Hércules.” Yo esperaba que esto pudiera incentivarlos a madurar en forma de un par de musculosos monstruos. Hacía hincapié en darles a estos chicos algo de atención tras encargarme de mis piernas. Como un hechicero, no era necesario tener que depender de la fuerza de mis brazos tan a menudo, pero si eran útiles de vez en cuando. Las personas usaban sus brazos para toda clase de cosas; si no los trabajabas, terminarías arrepintiéndote tarde o temprano.
Hulk y su hermano estaban bastante celosos, y gracias a la excelente conexión que poseían, ellos sabían de inmediato si es que estaba planeando descuidarlos. Lo último que necesitaba era que los niños comenzaran a enfurruñarse.
“Está bien, intentemos cien flexiones. Partiendo desde el principio…”
Me tiré al suelo de frente y comencé a levantar y bajar mi cuerpo a un ritmo pausado. El alcanzar un número arbitrario no era realmente lo importante aquí, claro está; el objetivo era entrenar mis músculos. Pronto, Hulk y Hércules estaban temblando de alegría. Murmuré palabras de apoyo y los presioné aún más fuerte.
Esto no era sencillo para mí, pero era duro sobre ellos también. De todas formas, los recuerdos de nuestra lucha común nos harían más cercanos—y fuertes.
“Uf…está bien, listo. Buen trabajo, chicos…”
Una vez que terminaba, masajeaba y ponía hielo sobre mis adoloridos músculos mientras les ofrecía algunas pocas palabras de gratitud. Hulk y Hércules parecían ambos estar contentos. Claramente me había conseguido algunos puntos extra de afecto el día de hoy. Otro solido entrenamiento registrado. Excelente.
Luego de limpiarme concienzudamente en el baño, ofrecí mis oraciones de siempre al altar que había instalado en un rincón de mi cuarto.
“Bien, entonces…por favor protégeme hoy, Maestra.”
Removí mi reliquia sagrada de su santuario, doblándola cuidadosamente y guardándola en mi bolsillo. Normalmente, el remover tal artefacto de su lugar de descanso sería un acto de blasfemia, pero no podía arriesgarme a que fuera hurtada. Era sentido común no dejar ningún objeto realmente valioso tirado en un cuarto rentado.
“Está bien. Con suerte habrá uno o dos trabajos decentes en el tablero…”
Habiéndome puesto mi túnica, dejé la posada detrás y me dirigí hacia el gremio.
Varios meses habían pasado desde mi llegada a esta ciudad. Fuera de reiniciar mi entrenamiento físico, había estado trabajando para establecerme como un aventurero, siguiendo mi plan inicial.
“¡Oye, Quagmire! ¡Gracias de nuevo por tu ayuda el otro día!”
“Siempre es bueno tener alguien en quien apoyarse, chico.”
“Sí, tu elección del momento oportuno con esos hechizos de apoyo es realmente algo especial, creo que aprendí una o dos cosas.”
A fin de cuentas, se sentía como si había partido de forma bastante decente.
“Yo debería ser el que tendría que agradecerles a todos. Yo simplemente ayudé un poquito. Las cosas solo resultan bien debido a vuestros talentos.”
“¡Heh! ¡Muchacho, eres demasiado modesto! Luego de todo el trabajo que pones, estaba esperando que hablaras un poco peor.”
“Diablos, te dejaríamos entrar permanentemente a nuestro grupo, si quisieras.”
“Uh, bueno, yo—”
“¡Oye! Se supone que no debemos reclutarlo ¿Recuerdas?”
“Ups. Mi error.”
“Ahahaha….”
Yo seguía esencialmente operando como un aventurero en solitario. Cuando sea que veía un grupo debatiéndose acerca de si debían tomar un trabajo desafiante, yo me acercaría y les ofrecería mis servicios como mercenario. A lo largo de estos últimos meses, ayudé a muchos grupos diferentes. Mi tarifa era un décimo de las recompensas monetarias, en adición al cincuenta por ciento de lo que fuera que pillaran como botín y pudieran traer de regreso. El Gremio de Aventureros aparentemente no veía con buena cara esta clase de arreglos temporales, pero yo no estaba quebrando realmente ninguna regla, y hasta ahora, estos lo habían dejado pasar.
Las personas que trabajaban en esta sucursal presumiblemente habían escuchado que yo había “perdido” a mi equipo y que estaba buscando desesperadamente a mi madre. Tenía la sensación de que se estaban tomando las cosas con calma conmigo por simpatía. Si me movía a una nueva ciudad, probablemente necesitaría volver a unirme a los grupos con los que trabajaba de manera temporal. Aunque, de momento, seguía incómodo con la idea de añadir un nuevo nombre de grupo a la base de mi tarjeta—incluso por unos pocos días.
“Como sea, tomamos la decisión correcta en llevarte con nosotros, chico. ¡Esperamos con ansias volver a trabajar contigo!”
Mi estrategia general era comportarme de manera modesta y amigable, mientras también hacer sentir mi presencia en combate. Hasta ahora estaba funcionando bastante bien. Mi nombre era relativamente conocido a través de Rosenburg a estas alturas.
“¡Oye, Quagmire!” llamó una voz mientras me adentraba más en el cuarto.
“¡Oh, es Quagmire!” gritó otro. “¡Hombre, ven a darnos una mano! ¡Estamos a punto de salir!”
“Gracias por la oferta, muchachos, pero hoy solo voy a echar una mirada.”
Pensándolo mejor, quizás mi verdadero nombre no era tan bien conocido. La mayoría de las personas parecían conocerme por mi apodo “Quagmire.” Lo cual era entendible, dado que solía lanzar nada más que ese hechizo en batalla. A veces lanzaría otro hechizo de apoyo como Niebla Profunda cuando la situación lo ameritara.
De cualquier forma, la mayoría de los aventureros en este Gremio ahora sonreían al ver mi rostro. Dar mi mejor esfuerzo imitando a Timothy parecía estar dando frutos y no hacía daño que me presentara como un inocente y servicial joven hechicero que no sabía el valor de sus propios servicios. Era sencillo ser bien apreciado cuando te hacías tan útil.
De todas formas, los habituales de aquí me reconocían y sabían mi nombre. A este rimo, no me tomaría mucho tiempo para que algunos cuantos rumores sobre mí se esparcieran por toda la ciudad.
“¡Oye, Quagmire! Estamos dejando el pueblo hoy, te enviaré un mensaje si escucho algo sobre tu madre por allá ¿Está bien?”
“Oh, gracias. Realmente apreciaría eso.”
También había convencido a unos cuantos grupos viajeros como este que mantuvieran sus ojos abiertos por Zenith cuando avanzaran y dejaran Rosenburg detrás. En definitiva, las cosas estaban yendo lo suficientemente bien. Asumiendo que mi madre estuviera en algún lugar de este vecindario, ella escucharía sobre mi tarde o temprano.
Eso, por supuesto, era una gran conjetura. Pero no sentí como si estuviera perdiendo mi tiempo aquí de todas formas. Una vez que estableciera una buena rutina aquí en Rosenburg, fácilmente podría hacer la misma cosa en otras ciudades. Y si saltaba de un pueblo al siguiente, moviéndome ininterrumpidamente hacia el este a través de los Territorios del Norte, podría correr la voz a través de toda esta región, eventualmente me toparía con Zenith.
Me había tomado tres meses llegar a este punto, pero finalmente estaba comenzando a sentir que estaba progresando realmente. Si quería ser riguroso, puede que necesitaría pasar un año aproximadamente en cada ciudad en la que me detuviera. En otras palabras, mi plan podría tomarme mucho tiempo de llevar a cabo.
Aun así…tenía que seguir avanzando, paso a paso… ¿No es cierto, Roxy?
“Oye, mira. ¡Él está rezando de nuevo!”
“Déjalo solo. Quagmire simplemente es un chico piadoso. Lo vi haciéndolo en medio de la calle el otro día…”
Ups, eso fue descuidado de mi parte.
En algún momento, había llevado mi mano al bolsillo e inclinado mi cabeza en una oración reflexiva.
Siempre y cuando tuviera mi reliquia sagrada, estaría bien. Podría soportar cualquier cosa que le mundo me tirara. Con Roxy cuidándome, nada podría hacerme daño. Era invencible.
¡Era Meca-Rudeus, el indestructible!
“Pff.”
“¿Quagmire Rudeus? Denme un maldito respiro.”
“Ese chico es tan engreído…”
Naturalmente, también había algunas cuantas personas que no opinaban demasiado favorablemente de mí. Pero no estaba a punto de dejar que eso me molestara, dado que no estaban interfiriendo activamente con mis actividades. Siempre y cuando mantuviera una actitud dócil y sumisa, mantendría a la gran mayoría del Gremio de mi lado. En un mundo perfecto, eventualmente también me ganaría a la minoría que le desagradaba, pero por ahora, en su lugar simplemente los evité.
“Oh…” Justo cuando estaba a punto de marcharme del Gremio, me encontré cara a cara con una conocida mía. Era Sara, para ser especifico.
Ella hizo una mueca al verme. No era la mejor sensación del mundo.
“¿Qué estás mirando?”
“Uh, nada.”
Nuestra relación no había cambiado mucho durante los últimos meses. Claramente le había caído mal desde el principio y su tono de voz jamás parecía ponerse menos agresivo.
“¿Vas de regreso a la posada o algo?”
“Uh, sí. Acabo recién de terminar un trabajo el día de ayer, así que estaba planeando descansar un poco esta noche.”
“Bien. Nosotros estábamos a punto de tomar un nuevo trabajo ¿Quieres venir?”
“Oh. Hmm…”
Counter Arrow regularmente me invitaba a unirme a sus trabajos, probablemente debido a mi actuación durante nuestra primera excursión. He trabajo con ellos más que con cualquier otro grupo. Dado mi objetivo general, el hacer equipo repetidas veces con un solo grupo no era particularmente eficiente. Una vez que establecía una buena relación con un equipo y les decía acerca de mi objetivo, había poco beneficio en seguir acompañándolos.
“¿Uh…van a partir mañana?”
Y aun así, por alguna razón, me veía reticente a rechazar a Counter Arrow. No estaba totalmente seguro por qué. Quizás quería devolverles el favor por ayudarme a identificar algunas de mis debilidades.
Sara frunció el ceño, irritada.
“Siempre eres tan desagradablemente reacio a ello. Si no quieres venir, entonces simplemente dilo. No es como si te estuviéramos rogando por tu ayuda ni nada parecido.”
Como siempre, el tono de la chica era frío. De todas formas, sentí que su actitud era ligeramente mejor a como había sido en el inicio. La clara hostilidad que había sentido de ella al principio ya no estaba tan expuesta como antes. Tampoco era como si ahora fuéramos mejores amigos ni nada…
De todas formas no importaba. No necesitaba que todos en esta ciudad les agradara.
“Perdón por eso. Supongo que simplemente soy una persona indecisa. Me toma algo de tiempo decidirme por algo.”
“¿…Podrías también dejar de disculparte por cada pequeño detalle? Es algo patético.”
Al juzgar por la apariencia ligeramente exasperada en el rostro de Sara, ella estaba expresando sus verdaderos pensamientos en lugar de intentar ofenderme. De todas formas, no iba a cambiar mi comportamiento simplemente debido a que ella lo encontraba “patético.” Ya me había decidido mantener una actitud dolorosamente educada por el futuro inmediato.
“Córtala, Sara,” una voz llamó desde la entrada.
Los otros miembros de Counter Arrow habían seguido a Sara hacia el Gremio. Suzanne iba a la cabeza grupo, seguida por Timothy en su túnica roja. Patrice y Mimir trajeron la retaguardia.
“Bien, como sea.” Sara murmuró, haciendo un puchero mientras apartaba la cara hacia un costado.
“¿Qué dices, Rudeus?” preguntó Suzanne con una sonrisa. “¿Vienes con nosotros?” Pausé por un momento. Aunque me había llamado indeciso, a decir verdad ya me había decidido en esto. Por alguna razón, solo quería actuar como si fuera inseguro.
“Sí, iré con ustedes si me lo permiten.”
“¡Suena bien! Elijamos entonces un trabajo el día de hoy.”
“Seguro.”
Si uno ignoraba la mala actitud de Sara, Counter Arrow era agradable a la hora de trabajar. Me gustaba estar a su alrededor. Suzanne era una persona considerada y cariñosa; Timothy era amigable y sociable. Los otros dos eran retraídos pero eran lo suficientemente agradables. El grupo estaba bien balanceado y habían aprendido como incluirme en su estrategia, así que el combate usualmente iba sin mayores problemas. Ellos si intentaban dejar que Sara y los peleadores de la vanguardia obtuvieran experiencia durante cada batalla, así que yo tenía que restringir cuidadosamente mi lanzamiento de hechizos, pero se sentía como si estuviera trabajando con ellos, el lugar de simplemente estar ayudándolos.
En otras palabras, de cierta forma me sentía como parte del equipo.
“Está bien, veamos. Tenemos a Rudeus con nosotros esta vez, así que…”
“¡Oye, Suze! ¿Qué tal este?”
“Whoa. ¿Un trabajo de recolección de rango A? Oh, quieren un montón de escamas de Dragones de Nieve…Hmm. No lo sé, Patrice. Suena algo riesgoso.”
“Sí, pero tenemos a Rudeus ¿No? ¿Por qué no tomar una de las que pagan bien?”
Observando a los cinco de ellos conversando las cosas en frente del tablero de anuncios me puso en un estado ligeramente nostálgico. No hace mucho, había observado a Eris y Ruijerd tener conversaciones tal como esas en los gremios a mitad del mundo de distancia. En ese entonces, yo fui quien tomaba en realidad las decisiones…”
“¿…Qué opinas, Rudeus?”
“¿Hm? Oh, seguro. Creo que suena bien, personalmente.”
Estos días, todo lo que tenía que hacer era dar mi opinión cuando era pedida. Era un rol bastante diferente del que había interpretado en Dead End. No tenía autoridad alguna en este grupo; en verdad, era un forastero. Simplemente podía decir lo que pensaba y entonces alguien más tomaría la decisión. Cero estrés.
“Muy bien entonces, creo que estamos de acuerdo,” dijo Suzanne. “Tomemos ese trabajo.”
Y simplemente así, la decisión fue tomada. La misión no era tan diferente de aquellas que habíamos realizado en el pasado, pero el obtener resultados de manera persistente era parte de como uno construía una reputación. Simplemente tendría que darle mi todo a esta, igual que siempre.
*****
Al día siguiente, empaqué mis cosas y salí de Rosenburg con los miembros de Counter Arrow. Nos dirigíamos hacia unas antiguas ruinas ubicadas a dos días aproximadamente hacia el sur de la ciudad. Jamás había estado ahí antes.
Por si sirve de algo, hice una pequeña investigación la noche anterior. Dado que nuestro objetivo era recolectar las escamas de Dragones de Nieve. Comencé preguntando por los alrededores sobre ellos. Resultó que los Dragones de Nieve eran un monstruo solamente encontrado en estas ruinas en específico, por lo menos en esta área. Como su nombre lo sugería era una clase menor de dragón de escamas totalmente blancas. No poseían alas y solían ser de tres a cuatro metros de tamaño. En lugar de surcar los cielos, ellos anidaban en lo profundo de las cuevas y calabozos, usualmente en grandes grupos.
Los Dragones de Nieve eran poderosas criaturas y usualmente uno los encontraría en manadas, así que eran consideradas amenazas de rango S en combate. Pero ellos odiaban la luz brillante, lo que significaba que no se aventuraban al exterior muy a menudo. En definitiva, la mayoría de los aventureros no pensaba en ellos como especialmente peligrosos. A lo más, serían un monstruo de rango A avanzado.
Nuestro trabajo estaba era abrirnos camino hacia su hogar, las Ruinas Galgau y simplemente recolectar cualquier escama que encontráramos en el piso allí. Estas escamas eran aislantes magníficos y usualmente eran usados en construcción—los habitantes de esta región del mundo habían elaborado formas de protegerse del frio, y para aquellos que podían costearlas, las escamas de Dragones de Nieve eran una de las mejores. Fuera de su firmeza y durabilidad, eran de un precioso blanco absoluto, con un agradable brillo azuloso bajo la luz. Usualmente uno las encontraría como baldosas en los pisos de los cuartos de las mansiones de la nobleza local.
Las escamas también podían ser usadas como armaduras o escudos. Uno no encontraría muchos aventureros comunes cubiertos con herramientas de ese tipo, pero un veterano de rango S podría tener una o dos piezas. Y, se suponía que los caballeros del Ducado de Basherant vestían cotas de escamas de Dragón de Nieve. Los monstruos más poderosos en esta región eran más resistentes que cualquier otra cosa viva en este continente. Era fácil de entender porque las personas querían producir equipamientos de alta calidad a partir de ellos.
Por supuesto, el asegurar estas escamas significaba colarse sin permiso dentro del territorio de unas criaturas muy poderosas. Nosotros no teníamos intención de lanzar un ataque sobre el nido de los Dragones de Nieve, pero estas ruinas eran hogar de muchos otros monstruos…y mientras los Dragones eran usualmente dóciles, estos podrían decidir atacarnos de la nada. Todos parecían estar un tanto nerviosos mientras nos habríamos camino hacia el sur.
Una vez que llegamos a las ruinas, armamos el campamento en el exterior y celebramos nuestra usual reunión grupal para revisar el plan.
“Traje flechas con punta de hueso de Wyrm para esta ocasión, pero no estoy segura de sí podrán atravesar las escamas de un Dragón de Nieve.”
“Hmm. Supongo que podríamos intentar usar veneno también.”
“¿A ellos no les gustan las luces brillantes, correcto? ¿Podríamos espantarlos con algo de magia de fuego?”
“Si eso fuera suficiente para espantarlos, no estarían ad portas de ser monstruos de rango S.”
Como siempre, los miembros de Counter Arrow se tomaban los preparativos seriamente. Todos ellos habían reunido información por su cuenta e intentaban descifrar como maximizar sus contribuciones. Si solo fueran un poquito más talentosos como individuos, o tuvieran todo un equipo de siete, probablemente podrían llegar al Rango A sin mayor problema.
Siendo honesto, era raro encontrar un equipo así de diligente sobre su trabajo. La mayoría de las personas andaba prácticamente improvisando allí afuera.
“No has dicho mucho, Rudeus. Intenta no meter la pata ahí ¿Está bien?”
“Seguro, haré lo que pueda.”
“En serio, será mejor. Quiero decir, mis flechas puede que ni siquiera funcionen sobre esas cosas…si uno de ellos te arrincona, puede que no seamos capaces de ayudar…”
Sara definitivamente parecía estar nerviosa por este trabajo. Ella podía disparar flechas con una increíble velocidad y precisión, pero eso no significaba mucho contra enemigos con defensas naturales tan fuertes. Aunque ella podía encontrar puntos débiles donde apuntar, como los ojos o la boca, la precisión que eso requería la ponía en una verdadera desventaja—especialmente contra grandes grupos de enemigos.
Y por supuesto, habían bastantes monstruos de rango A que podían no inmutarse por una flecha, o incluso esquivarla en medio del aire. Los Dragones de Nieve definitivamente estaban en esa categoría. Los otros monstruos que habitaban estas ruinas probablemente no eran tan amenazantes. Pero si efectivamente nos llegábamos a encontrar con un monstruo de rango A, sería difícil saber si Sara podría lidiar suficiente daño. Eso claramente era frustrante para ella.
De todas formas, esa era la clase de cosas que sucedían en esta línea de negocios. Pocos aventureros podían lograr mucho sin un equipo. Yo no era muy bueno por mi cuenta, tampoco. Cuando uno comenzaba a ponerse petulante, solo era cuestión de tiempo hasta que apareciera alguien mejor. Y cuando pensaras que has entendido como funciona el mundo, no sería mucho después que esta cambiara por completo. El mantenerse humilde era la única forma de vivir.
Sara seguía siendo joven. Ella probablemente no había experimentado demasiados contratiempos reales y consecuentemente ella parecía la más preocupada con respecto a lo que podría suceder que el resto de los miembros del equipo si es que no podía realizar su rol. El hecho de que quizás se pusiera en riesgo a sí misma no parecía registrarse en su mente.
Por supuesto, el resto de nosotros siempre podríamos dar un paso al frente para ofrecer un poco de asistencia de forma discreta cuando ella lo necesitara. Si eso no era suficiente, bueno…tendríamos que cruzar ese puente cuando llegara.
“No te preocupes demasiado, Sara,” dije. “Nuestro trabajo es recoger escamas, no luchar contra Dragones de Nieve. Básicamente vamos a limpiar por ellos el pelo que han pelechado.”
“Él tiene toda la razón,” dijo Timothy, asintiendo gentilmente. “Intentemos no luchar contra ellos de ser posible.”
“¡Si llegara a suceder lo peor, siempre podemos salir corriendo!” añadió Patrice.
“Tú eres realmente bueno huyendo, Patrice. Te concedo eso,” dijo Mimir.
“No seas tan modesto, Mimir,” dijo Timothy. “Tú eres nuestro mejor velocista por mucho.”
Todos comenzaron a reír y la tensión en el aire pareció disiparse aunque fuera solo un poco.
Timothy era un hombre de voz suave, pero él sabía cómo tirar una broma o una sugerencia cuando una era necesaria. Esa era otra cosa suya que yo quería aprender a imitar.
“Muy bien.” Dijo Suzanne, juntando sus manos. “¿Partamos, muchachos?”
Todos se levantaron, con sus expresiones nuevamente serias.
La entrada a las ruinas estaba ubicada en la ladera de un serpenteante arroyo de montaña. No era nada más que un agujero en la pared de un acantilado, realmente. El espacio en su interior estaba medio cubierto por hielo, con densos témpanos colgando a través de la entrada. Por arriba, uno fácilmente podía ignorarlos.
Siendo honesto, el lugar parecía menos una ruina y más como una caverna donde los osos podrían hibernar durante el invierno. Casi se sentía como si hubiéramos venido al lugar equivocado.
Sin embargo, esto si coincidía con la descripción general de la entrada de las Ruinas Galgau, la cual aparentemente había sido descubierta por algún aventurero de casualidad hace diez años atrás. Pero nadie pudo darme una descripción específica del interior, así que eso me era difícil de asegurar.
“¿Será eso realmente todo?” dijo Suzanne dubitativa.
“Creo que tiene que serlo,” dijo Sara apuntando hacia abajo. “¿Ven? Hay algunas huellas de pies por aquí.”
Cuando me agaché frente a la nieve de la entrada, divisé ligeros remanentes de pisadas humanas. Era difícil decir con exactitud cuántas personas habían estado aquí recientemente, pero el lugar claramente atraía una cantidad decente de visitantes.
“Hmm. ¿Son esas pisadas frescas? Espero que no tengamos entre manos una misión tomada dos veces…”
“Nah. Estas parecen tener cinco o seis días de tiempo.”
“Aun así, existe la posibilidad de que otro grupo siga adentro.”
“Algunas de estas se dirigen hacia afuera de la cueva ¿Ves? Te apuesto que ya se fueron a casa.”
Estaba escuchando a medias la conversación de Sara y Suzanne mientras revisaba a través de las herramientas el equipo que necesitaríamos al interior de la cueva. Principalmente las antorchas que habíamos preparado de antemano. Las saqué y encendí una tras una.
Las antorchas eran herramientas esenciales de exploración de cavernas. Las lámparas también eran una opción, pero una antorcha ardiente podía actuar también como un arma improvisada, y seguiría emitiendo luz incluso si las usabas de una manera un poco brusca.
Uno podía tirarla a un lado cuando la batallara comenzara sin sumirse en la oscuridad. Podía ser peligroso si uno terminaba entrando en una cámara llena de gases atrapados, o encender demasiados fuegos que consumirían todo el oxígeno en el área…pero si esa clase de riesgos te molestaban, en primer lugar era mucho mejor mantenerse alejado de las cavernas.
Habiendo dicho eso, habría sido agradable tener una alternativa más brillante y confiable que estos ardientes pedazos de madera. ¿Quizás algo como una fuerte linterna LED?
“Chicos, el piso está congelado en ciertas áreas. Tengan cuidado donde colocan sus pies.”
Les entregué las antorchas a todo el grupo, comenzando con Suzanne para luego ir retrocediendo. Algunos grupos preferían que solo algunas personas designadas llevaran sus antorchas, pero Counter Arrow hacia que todos llevaran una. Nosotros no teníamos a alguien que pudiera ver perfectamente en la oscuridad, y dado que había una arquera dedicada en el grupo, queríamos tener la mejor visibilidad posible.
Una vez que ingresamos a la cueva, la ociosa conversación finalizó. Moviéndose en una sola fila, descendimos por el inclinado camino en silencio, manteniéndonos alertas ante cualquier peligro.
No habían muchos monstruos al inicio. Algunas criaturas que se asemejaban a ciempiés gigantes aparecerían y atacarían, pero nuestra vanguardia Suzanne los eliminaría por su cuenta con facilidad. Aquellos encuentros, en verdad, apenas siquiera podrían ser calificados como combates.
Tampoco es que me estuviera quejando. El camino que estábamos siguiendo era tan angosto que habría sido realmente incomodo luchar contra un verdadero enjambre de enemigos. Si los monstruos comenzaban a atacarnos más frecuentemente, puede que tuviéramos que considerar retroceder…incluso si estaban concentrados solamente en algunas pocas secciones de la cueva.
Las zonas de hielo en el piso no ayudaban. Teníamos que prestarles mucha atención a cada paso que dábamos para evitar caernos de frente. Todos estábamos usando botas con púas, pero a veces eso no era suficiente para mantener tus pies sin que se resbalaran.
“¡Ah!”
“Ups…”
Sara, quien estaba caminando justo en frente de mí, se tambaleó abruptamente hacia el costado, así que me estiré rápidamente para atraparla. Mi Ojo de la Premonición efectivamente era de ayuda en momentos como éste. No es que no lo fuera básicamente, todo el tiempo.
“¿…Me estás metiendo mano?”
“Uh, no.”
Ubiqué a Sara en un área despejada del piso. Su respuesta fue cubrirse el pecho con un brazo y fulminarme con la mirada. Su rostro estaba sonrojado y había sed de sangre en sus ojos.
¿Acaso estaba seriamente molesta de que la hubiera tocado ahí? Honestamente no había sentido mucho, excepto el rígido cuero del protector del pecho. Quizás habría provocado que mi corazón saltara al palpitar en el pasado, pero ya no era un inocente niño, si entienden lo que quiero decir.
Aun así, al final decidí que era más seguro disculparme. “Perdón por eso.”
Dejando esa tontería a un lado…nos habíamos amontonado tanto que definitivamente moverse juntos había comenzado a ponerse un tanto incomodo, pero esta cueva era tan estrecha que no teníamos mucha más opción. De momento, nos estábamos moviendo en estrechas filas de a dos, con Suzanne y Patrice al frente, seguidos por Mimir y Sara, y finalmente yo con Timothy en la retaguardia.
Todavía podía mirar por sobre la cabeza de Sara cuando ella estaba enfrente mío, pero dado que ella que era algo más pequeña, probablemente le era imposible ver algo cuando Patrice estaba directamente en frente suyo. Usualmente tendríamos a la fila del medio espaciada pero de forma alineada para que así ella pudiera ubicar a los enemigos más adelante, pero simplemente no había suficiente espacio en este pasaje. Esta formación parecía ser nuestra única opción de momento. Si las cosas se complicaban, yo tendría que lanzar una muralla de tierra directamente por delante de nuestra vanguardia…
“…Oh.”
Justo entonces, el camino que habíamos estado siguiendo repentinamente llegó a su final. Hicimos ingreso a un gran espacio abierto, tan brillantemente iluminado que casi sentí como si hubiéramos estado de regreso en el exterior.
“Wow…”
Miré hacia arriba y me di cuenta que todo el techo estaba cubierto de pedazos de algo que emitía un brillo de color blanco azulado. Desde esta distancia, no podía discernir si era moho o alguna clase de mineral, que fuera lo que fuera, volvió prácticamente innecesarias a nuestras antorchas.
Nuestro camino estaba mucho más ancho de lo que había estado hace un minuto atrás. De pronto había suficiente espacio para que cinco personas caminaran cómodamente uno al lado del otro. Más adelante, un rostro de roca pura apareció en la oscuridad desde un costado del camino. Era difícil de descifrar lo que podía haber en el fondo, pero parecía ser alguna clase de lago o rio subterráneo. Tenía un mal presentimiento acerca de lo que podría estar acechando ahí abajo. El caer ahí probablemente no sería la mejor de las ideas.
Aún más adelante en el camino estaba el lugar que habíamos venido a visitar: una gigantesca estructura, similar a una fortaleza, derrumbándose en ciertos lugares pero estructuralmente intacta.
Estas eran las Ruinas Galgau.
“El lugar sirvió como una fortaleza durante la Primera Guerra Humano-Demonio,” dijo Timothy en voz baja. “Aparentemente, fue construida por uno de los cinco más grandes Reyes Demonios de la época. Lo llamaban Largon-Hargon el Subterráneo.”
¿Hargon, huh? Me pregunto si él invocó al Dios de la Destrucción cuando lo mataron.
“Según se dice, él era un hechicero de nivel Dios. Regularmente creaba fortalezas como este en lugar donde ningún humano le sería posible encontrarlas y entonces crearía túneles hacia la superficie para que así sus fuerzas pudieran lanzar ataques sorpresas.”
“¿En serio? Estás realmente bien informado, Timothy.”
“Bueno, la lucha entre la humanidad y el Rey Demonio Subterráneo fue bastante feroz en esta región, así que tenemos un montón de historias acerca de la guerra que fueron pasadas de generación en generación. Todavía recuerdo varias de ellas de mi juventud.”
Ah. Todo esto eran solo leyendas, entonces. Aun así, parecía ser bastante plausible. No tenía idea de que otra forma podría haber construido una gigantesca fortaleza de este tipo tan en lo profundo bajo tierra. Si lo que Timothy había dicho era cierto, este Largon- Hargon podría haber creado túneles por donde sus fuerzas atacarían hacia arriba a cualquier momento, sin advertencia alguna. Murallas defensivas habrían sido totalmente inútiles. Todos y cada uno de los soldados humanos tendrían que haber estado constantemente nerviosos, sin saber nunca cuando el siguiente asalto podría venir…era casi estrafalario que la humanidad efectivamente hubiera logrado ganar esa guerra.
“¿Timothy, no habías dicho que creciste en Ranoa?” dijo Suzanne, mirándonos hacia atrás con una expresión ligeramente curiosa en su rostro.
“Correcto. Nací en una aldea sin nombre ahí y pasé mis años formativos en la ciudad de Sharia. Ustedes puede que la conozcan por su Universidad de Magia. Eventualmente, me dirigí hacia Asura para perseguir mi sueño de convertirme en un gran aventurero…Y es por lo cual que terminé aquí hoy, un hombre mucho más humilde.”
¿El Reino de Ranoa, huh? Supongo que probablemente terminaré yendo allí eventualmente…
En este punto, nuestra conversación fue abruptamente interrumpida. “¡Estamos bajo ataque!” gritó Sara, soltando su antorcha y agarrando su arco.
Yo miré hacia adelante y divisé un grupo de formas negras volando que aleteaban sus alas en nuestra dirección a una considerable velocidad. Cada uno de ellos parecía tener un metro aproximadamente de largo.
“¡Murciélagos Gigantes!”
“¡Fórmense!” gritó de inmediato Suzanne. “¡Déjenle esto a nuestra retaguardia!”
Patrice dio un paso hacia delante de mí de manera protectora; Suzanne y Mimir se movieron para formar una muralla humana en frente de Sara y Timothy.
Nos estábamos enfrentando a monstruos voladores esta vez. Mientras había algo de espacio para maniobrar ahora, teníamos que ser cuidadosos, dado que no estábamos muy apartados del filo de un acantilado. Era más seguro para nuestra vanguardia el simplemente recibir los ataques de los murciélagos mientras los tres de nosotros los abatíamos desde atrás.
“¡Yaaah!” Sara no perdió el tiempo disparando la primera flecha. Su flecha se clavó en uno de los rápidos murciélagos, atravesándolo directamente en la cabeza; su cuerpo cayó dando vueltas en la oscuridad al fondo del acantilado. Siempre era impresionante ver su trabajo. La chica era un artista con ese arco.
“¡Que este pequeño y ardiente fuego convoque una gran y abrasadora bendición! ¡Flamethrower!”
El enfoque de Timothy fue un poco menos sutil. Él apuntó ambas manos hacia el cielo y desató un hechizo de fuego de amplio rango que envió dos Murciélagos Gigantes a su perdición.
“¡Blast Wind!”
Yo fui por un método aún más básico, levantando mis manos y emitiendo una poderosa explosión en medio del aire. Dado el moderado tamaño de estos murciélagos, supuse que la onda expansiva sería suficiente para dejarlos incapacitados. Tal como había esperado, el explosivo viento rasgó agujeros en sus alas; fue suficiente para impedirles de volar apropiadamente. Observando a los sobrevivientes murciélagos aleteando lentamente mientras descendían al lago, dejé escapar un pequeño suspiro de alivio…solo para quedarse atrapado en mi garganta un momento más tarde.
“Whoa…”
“¡Ugh!”
Una gigantesca rana había salido desde abajo del agua, tragándose uno de los murciélagos de un solo bocado. Los hombres del grupo miramos con algo parecido al asombro en nuestros rostros; Sara, por otro lado, hizo una mueca de disgusto.
El anfibio era una brillante cosa de color azul y negro que me recordaba a las ranas punta de flecha en mi anterior mundo. Había asumido que no eran seguras de comer. Desde esta distancia era difícil decir con exactitud lo grande que era, pero dado como se había comido con facilidad al Murciélago Gigante, tenía que asumir que tenía al menos unos cinco metros de largo. Y era vigorosa para su tamaño, también. Podía verla observando ansiosa a su alrededor, preguntándose si habría alguna otra presa que pudiera caer en su guardia. Si la cosa podía ser así de activa con este frio tan intenso, tenía que ser notablemente resistente, incluso para un monstruo.
“¿Intentemos no caer ahí abajo, huh?” murmuró Suzanne.
Sara simplemente asintió vehementemente. Podía ver como se le había puesto la piel de gallina.
De alguna forma, tuve la sensación de que nuestra arquera no era una persona que gustara de las ranas. Pensé que el gran anfibio tenía algo así como una cara encantadora, pero en gustos no hay nada escrito. Dicho eso, yo me había topado con más de unas pocas personas con rostro de rana en el Continente de los Demonios. Era algo que Sara tendría que superar uno de estos días.
“Muchachos, apresurémonos,” dijo Timothy. “Tengan cuidado donde pisan.”
Los seis partimos en dirección a la fortaleza una vez más, manteniendo los ojos abiertos ante nuestros alrededores.
Galgau realmente era una gigantesca estructura. Observándola desde la ventajosa posición de su entrada era bastante impresionante. La ruinosa fortaleza tendría quizás cinco pisos de altura y tan amplia como tu escuela secundaria promedio. Era imposible decir hasta donde llegaba, dado que parecía estar parcialmente enterrada en la roca detrás. Aunque, una suposición, su profundidad probablemente era aún más impresionante. No era el edificio más grande que había visto en el este edificio, pero su impacto definitivamente estaba realzado por el hecho de que estaba de alguna forma erigida bajo tierra. ¿Acaso realmente una sola persona había creado esta cosa con magia de tierra?
Nuestro punto de acceso a las ruinas no fue la entrada principal. La forma en que nos llevó a través hacía pensar que pudo haber sido una puerta lateral, o posiblemente solo un agujero en la muralla. Desde ahí, teníamos realmente una espectacular vista de la cueva a nuestro alrededor. Hacia la izquierda estaba el serpenteante camino del acantilado que habíamos seguido hasta aquí; hacia la derecha estaba un enorme espacio abierto con un tranquilo lago oscuro en su fondo.
El mundo del que venía tenía su ración de espectáculos, por supuesto, pero no había muchos comparables a esto. El único lugar donde podrías encontrar algo comparable estaba en un videojuego o una ilustración. Yo podía oler la cueva, sentir su aire estancado y escuchar el ocasional salpicón de una rana gigante saltando abajo en el agua. La tangible realidad de ello enviaba un pequeño escalofrío a través de mi espalda. Contemplando el vasto lago subterráneo, me encontré preguntándome que sucedería si alguien intentara nadar allí abajo.
“¿Acaso vas a quedarte simplemente de pie mirando el lugar durante todo el día o qué?” preguntó Sara.
“Oh. Perdón, ya voy.” Dije, apresurándome para regresar a mi ubicación en nuestra formación.
“¿Acaso realmente te gustan los edificios grandes o algo?”
“No particularmente. Simplemente no he visto tantos lugares como este antes ¿Sabes?”
“Hmm.”
Estábamos en el trabajo ahora. Puede que hubiera estado tentado de tomar algunas fotos si tuviera una cámara, pero no había tiempo para esa clase de cosas. Necesitaba poder reunir estas escamas y regresar al pueblo tan pronto como fuera posible.
Sí. Apresurémonos para volver…a mi solitario y vacío cuarto en la posada…
Sacudí mi cabeza para aclararla de desagradables pensamientos y dirigí mi atención hacia la ruinosa fortaleza misma. “¿Esta cosa ha estado aquí desde la primera guerra Humano-Demonio, huh…?”
Luego de todo el tiempo que pasé viajando a través del Continente de los Demonios, había visto una gran parte de edificios construidos por los demonios. Eso incluía algunos bastante grandes, castillos y fuertes de apariencia peculiar, incluyendo el Castillo Kishirisu en la ciudad de Rikarisu. Esta fortaleza efectivamente poseía cierta semejanza a ellos, pero era claramente más antigua, generando una impresión ligeramente diferente de aquellas que había visto hasta ahora. Quizás eso tenía sentido, dado que este era un puesto de avanzada funcional construido para ser usado en una guerra de verdad. Todo acerca de este era grande en escala; los techos estaban casi por cinco metros por encima. Pero extrañamente, los caminos tendían a ser desproporcionadamente angostos.
La altura tenía sentido, por lo menos. Los demonios podían ser físicamente muy diferentes de los seres humanos, lo cual incluía ser más alto en promedio. ¿En cuánto a los estrechos pasillos…quizás era un intento deliberado de hacer el lugar más sencillo de defender?
“Hmm…toma la derecha en la siguiente bifurcación, Suze.”
“Recibido.”
Estaba ligeramente sorprendido de darme cuenta que Timothy estaba llevando un mapa de verdad de las ruinas en una mano. Los aventureros parecían visitar este lugar a intervalos regulares, así que supongo que no era sorprendente que alguien hubiera puesto su esfuerzo para hacer un mapa del lugar.
“Dios santo,” Timothy murmuró, suspirando con suavidad. “¿Qué es lo que los demonios estaban pensando cuando diseñaron este lugar?”
Una mirada al mapa fue suficiente para ver que estas ruinas eran algo así como un laberinto. Parecía un poco los garabatos de un niño que prefería que su laberinto estuviera enredado y sin sentido debido a que “se veía más genial” de esa forma. Dado que yo conocía acerca de la raza de los demonios, esa puede que hubiera sido en parte la motivación aquí, pero…
“Bueno, ellos no construyen como nosotros ¿Saben? Esto puede que hubiera sido más conveniente para ellos, de alguna forma.”
“Hmmm, supongo que puede que tengas razón…”
Incluso en una fortaleza subterránea como esta, ellos presumiblemente equilibraban sus fuerzas con variedades de demonios, incluyendo algunos que pudieran volar y otros que pudieran caminar por las paredes. Eso podría explicar los altos techos y estrechos pasillos, a la vez que la extraña y compleja disposición. Algo así como… ¿Qué tal si los agujeros en el techo que parecían como agujeros de ventilación en realidad llevaban a pasajes que solo demonios que caminaban por paredes podían utilizar? El tener algunos pasajes que solo los demonios pudieran hacer uso les daría una mayor ventaja contra cualquier humano que se abriera camino en su interior.
De cualquier forma, se sintió como un largo tiempo desde que habíamos visto un monstruo. Todo lo que había escuchado en los alrededores del pueblo me llevó a creer que estas ruinas estaban pobladas con multitud de insectos y criaturas del tipo anfibio, pero no habíamos sido atacados ni una sola vez desde que hubiéramos entrado en la fortaleza misma. Habían huesos esparcidos por aquí y por allá, a veces algunos todavía manchados con sangre, pero los monstruos mismos no se veían por ninguna parte.
Pero por supuesto, eso no significaba que pudiéramos bajar nuestra guardia.
De pronto, una larga ráfaga de viento nos pasó de largo con un tétrico silbido. Y por alguna razón, los vellos de mi nuca se erizaron.
“¡Estamos bajo ataque!” Mimir gritó instantáneamente.
Miré hacia adelante, detrás y cada lado, pero no divisé nada que pudiera constituir una amenaza.
“¡¿Dónde están?!”
“¡A tus pies!”
Resultó que, el enemigo estaba debajo de nosotros.
Esos huesos que había notado esparcidos por todo el camino se estaba levantando lentamente del piso, traqueteando mientras se movían. Al parecer teníamos algunos huesudos entre nuestras manos. O esqueletos, si así lo preferían.
A medida que comenzaron a unirse, una…cosa parcialmente reluciente apareció un poco más allá en el corredor, flotando lentamente hacia nosotros. Era una delgada figura humanoide, pero no tenía cabeza o piernas. Ataviado con una destartalada túnica vieja, flotó hacia nosotros ingrávido, como si estuviera nadando a través del aire en sí. Yo no era un experto ni nada, pero ese tenía que ser alguna clase de fantasma.
“¡Jefe, tenemos Esqueletos y un Espectro!”
“¡Atácalos desde cerca, Patrice!”
“¡Correcto!”
“¡Sara, Timothy, Rudeus, protejan nuestras espaldas! ¡Concéntrense en los Esqueletos!”
“¡Está bien!”
Di una vuelta y descubrí que varios Esqueletos acarreando viejas espadas oxidadas ya estaban acercándosenos por detrás. Podían moverse en verdad sorprendentemente rápidos.
“¡Fuera del camino!” gritó Sara, abriéndose camino más allá de mí y Timothy para tomar una posición delantera. Ella puso su arco en el hombro y en su lugar sacó un cuchillo.
“¡Rudeus, los esqueletos son débiles ante los ataques contundentes!” gritó Timothy.
“¡Esa es mi especialidad!” apunté con ambas manos hacia los Esqueletos que arremetían contra nosotros. Si la fuerza bruta era suficiente para hacerlos caer, esto no sería tan malo en lo absoluto.
“¡Stone Cannon!”
Mi proyectil letal favorito golpeó en el primer Esqueleto en línea y lo pulverizó; la piedra siguió moviéndose, destruyendo a su vez al segundo.
“¡Responde mi llamado, Dios de las oscuridades y aniquila a mi enemigo! ¡Stone Cannon!”
Un instante después, Timothy disparó su propio Canon de Piedra, el cual atravesó a un solo Esqueleto antes de detenerse.
Supongo que yo gano esta ronda…no es que fuera una competencia ni nada.
“Muy bien, estamos listos por acá. Vamos—”
“¡Todavía no!”
Justo mientras estaba dándome media vuelta para apoyar a Suzanne y el resto, el urgente grito de Timothy hizo que regresara. Un esqueleto estaba tomando forma frente a mis ojos. Los mismos que había destrozado de alguna forma se estaban volviendo a unir lentamente.
“¡Mientras ese Espectro esté vivo, los Esqueletos son inmortales!”
Oh. Cierto. Por supuesto.
Los Esqueletos eran criaturas inmortales. Uno podía hacerlos añicos y prenderles fuego y aun así estos te atacarían mientras se quemaban. Carbonizarlos hasta ser cenizas y estos todavía se volverían a unir. Los ataques contundentes eran la forma más simple de incapacitar su movimiento, pero ese solo era una medida temporal. Mientras uno los tenía incapacitados, tenías que encargarte del Espectro que los estaba animando. La magia de fuego podía quemar a un Espectro, pero eso no hacía mucho más que conseguirte algo de tiempo. Al igual que los esqueletos que controlaba, eventualmente regresaría.
La magia Divina era por lejos la respuesta más efectiva contra un Espectro. Podía borrar sus formas espectrales mucho más rápidamente que a través de cualquier hechizo de fuego; y un Espectro derrotado de esa forma desaparecía para siempre. Adicionalmente, Esqueletos golpeados por hechizos Divinos se transformarían en partículas de luz, desapareciendo permanentemente. Pero siempre y cuando el Espectro mismo estuviera intacto, podía invocar un suministro interminable de estos.
“¡Recurro a usted, Dios que bendice la tierra que nos nutre! ¡Emite tu divino castigo sobre aquellos lo suficientemente ingenuos como para desafiar las leyes de la naturaleza! ¡Exorcistrate!”
Evidentemente, Mimir se había entrenado en esta escuela de magia.
Miré por sobre mi hombro ante el sonido de un encantamiento desconocido y vi la esfera de luz que Mimir había invocado golpear directamente en el cuerpo fantasmal del Espectro.
“¡Gyyeeeeaaaa!” con un ensordecedor alarido, el fantasma desapareció. Su cuerpo parcialmente transparente estalló y fue reducido a pequeñas motas de luz, las cuales pronto pasaron al olvido. Al instante, los Esqueletos se derrumbaron, con sus huesos desmoronándose inertes en el piso.
“¡Vale, estamos bien!” dijo Suzanne. “¡Chicos, de regreso a la formación!”
Sara se dio vuelta y corrió pasado donde me encontraba yo para tomar su posición en el medio; Mimir se le unió y ya estábamos de regreso en nuestro arreglo original. Esa pelea había sido ligeramente inquietante, pero al menos había podido ver un hechizo nuevo por primera vez.
“Esa es la primera vez que he podido ver Magia Divina…o un fantasma, si es que vamos al caso,” dije en voz baja, mirando a Timothy.
“Esta ha sido solo la segunda vez que yo mismo he visto un Espectro,” respondió. “La primera vez, mi equipo estaba completamente despistado, resultando que uno de nuestros amigos fuera asesinado. Esa fue una lección muy dolorosa.”
“¿Acaso Mimir no estaba contigo en esa época?”
“No. Esto fue mucho antes de que formáramos Counter Arrow. Aunque, hice hincapié en que practicáramos para este escenario. Me alegra mucho haberlo hecho.”
Sara miró por sobre su hombro hacia nosotros y puso un dedo sobre sus labios. Nuestra conversación probablemente le estaba haciendo más difícil escuchar posibles amenazas.
“Perdón por eso,” susurré. Este definitivamente no era el momento ni el lugar para una conversación casual. En un lugar como este, la desatención podía matarte en cualquier momento.
De cualquier forma, aparentemente estas ruinas estaban embrujadas además de todo lo demás. Eso era más o menos un poco perturbador. Al juzgar por su apariencia, ese fantasma puede que hubiera sido un guerrero en vida… ¿Podría haber sido un soldado de la Primera Guerra Humano-Demonio?
No, eso parecía realmente poco probable. Seguramente un fantasma de un pasado tan distante no seguiría merodeando en un lugar visitado regularmente. Probablemente tenía que haber sido un aventurero que murió dentro de los últimos años. Mis condolencias, colega. Espero que descanses en paz.
“Ah, bien. ¡Hemos llegado!”
La voz de Suzanne me regresó a la realidad. Me di cuenta que finalmente habíamos salido de ese serpenteante laberinto de corredores hacia un espacio más abierto y grande. Parecíamos estar en un amplio pasillo de quizás unos cien metros de largo. Un desmoronado juego de escaleras en el medio nos llevó hacia el segundo piso, y a ambos lados del pasajes estaban acompañadas con gigantescas esculturas de piedra. Se sentía bastante obvio que alguna importante parte de la fortaleza yacía justo por delante.
“Oh vaya…”
Y entonces estaba el piso.
Estaba prácticamente cubierto con una alfombra de hermosas escamas blancas, casi como si fueran pétalos de un cerezo en plena floración. Estas tenían que ser las escamas de Los Dragones de Nieve por las que estábamos aquí. Considerando su valor, ciertamente habían un montón de ellas esparcidas en el piso.
Basado en la investigación que habíamos hecho de antemano, este salón era parte de la ruta que los Dragones de Nieve usaban para moverse desde su nido hacia sus cotos de caza. Ellos usualmente se detenían aquí para acicalarse mientras transitaban por el airea. Era claramente conocido como el mejor lugar para encontrar escamas en todo este complejo.
“Más allá de este salón, estaremos entrando en el territorio de los Dragones de Nieve,” dijo Suzanne desde adelante. “No vayan más allá de esa última estatua en la fila de allá. ¿Está claro, muchachos?”
Mimir y Patrice gritaron “¡Sí!” al unísono, poniéndose a continuación a trabajar en recoger las escamas.
Nosotros habíamos planeado cuidadosamente esta parte de la operación de antemano. Junto con Sara y Timothy, se suponía que yo debía mantenerme vigilante por amenazas desde cualquier dirección. Los Dragones de Nieve eran conocidos por emerger desde el extremo lejano de este pasillo y a veces otros monstruos aparecerían desde el segundo piso el corredor que recién habíamos atravesado. Estábamos atentos principalmente ante Murciélagos Gigantes, Topos de Ojos Rojos, Micónidos y Espectros.
Si los Dragones de Nieve en persona aparecían, simplemente regresaríamos al pasaje o nos esconderíamos detrás de algún lugar para cubrirnos. SI los otros monstruos aparecían, simplemente alertaríamos a los demás y los eliminaríamos. Mientras tanto, el resto del grupo reuniría tantas escamas como fuera humanamente posible.
Una vez que hubiéramos llenado los seis sacos que habíamos traído, tendríamos más que suficiente para entregar de regreso en el Gremio.
Esto podría volverse muy peligroso si de alguna forma terminábamos entablando combate con los Dragones de Nieve…pero fuera de esa posibilidad, este trabajo honestamente era tan simple que apenas se sentía digno de su calificación de rango A. Yo había esperado toparnos con muchos más enemigos en nuestro camino hacía aquí. Extrañamente parecía haber muy pocos monstruos en las cercanías. Ese Espectro fue la única verdadera amenaza con la que nos topamos.
Por alguna razón, eso en verdad me hizo sentir algo intranquilo. Tenía que asegurarme de no bajar mi guardia.
Con esa idea en mente, enfoqué mi atención en la dirección del nido de los Dragones de Nieve. La última estatua en el pasillo representaba a una voluptuosa mujer con sus piernas plantadas bien separadas—una mujer vistiendo nada pantalones cortos provocativos, un protector de pechos y una capa. Ella tenía sus manos en las caderas…y por alguna razón, había cadenas en ellas. Me sentí ligeramente triste que su cabeza se hubiera derrumbado en algún punto durante el pasar de los siglos.
Había una puerta entre medio de las piernas de la estatua. Un poco más adelante en el corrector estaba donde aparentemente vivían los Dragones de Nieve, así que presumiblemente era de ahí de donde aparecerían.
No que realmente importara, pero la ropa de esa estatua se sentía extrañamente familiar.
¡Oh! Esperen ¡¿Se supone que esa es Kishirika Kishirisu?! La última vez que la vi, ella se veía más como una niña pequeña que una exuberante nena, pero… ¿Quizás? No, no, eso no puede ser correcto…Hmm.
Aunque, por otro lado, estatuas como esta solían exagerar lo impresionante que las personas eran ¿Correcto? No sería sorprendente que el escultor se hubiera dado una pequeña licencia artística. Aun así, esto parecía ser demasiado exagerado. Especialmente en el departamento de la altura. Y el departamento del busto.
Hmm…esas cosas eran simplemente inmensas…
“Ups. Ahí empecé de nuevo…”
Concéntrate, Rudeus. Concéntrate. Necesitaba estar listo y en espera si es que los enemigos aparecían de la nada o algo así.
De todas formas, la visión de un gigantesco par de senos ya no me excitaba tanto como alguna vez lo hizo. Quizás era debido a que realmente había tocado unos reales. Mi inocencia se había perdido para siempre…
“¡¿Qué fue ese sonido?!” Gritó Timothy.
Un instante después, desgarradores gritos desde algún lugar a la distancia alcanzaron mis oídos.
“Tengo un mal presentimiento sobre esto, jefe…”
“¡Muchachos, prepárense para el combate!” gritó Suzanne. “¡Empujen hacia un lado las bolsas!”
Desafortunadamente, el recelo de Mimir probó ser justificado. Los seis nos agrupamos en una cerrada formación, mirando a nuestro alrededor en busca del enemigo. Los gritos que resonaban a través del pasillo provenían de algún lugar en lo profundo de las ruinas y estaban gradualmente poniéndose más fuertes.
Tensos e inseguros, intercambiamos miradas los unos con los otros.
Por como sonaba, había un montón de monstruos gritando. Si fuéramos a estar a punto de ser golpeados por una gigantesca horda de enemigos, lo más inteligente sería simplemente agarrar las escamas que habíamos alcanzado a recolectar y huir rápidamente. Mimir, Patrice y Suzanne ya habían llenado una bolsa entera; lo cual probablemente ya era suficiente para alcanzar el requisito mínimo de nuestra tarea.
Por algunos largos momentos, Suzanne escuchó con atención los gritos y luego consideró las escamas y nuestros sacos a medio llenar. “No suena como si se estuvieran dirigiendo en nuestra dirección.” Finalmente dijo. “Creo que probablemente deberíamos seguir juntándolas, pero rápidamente.”
No parecía ser una opinión irracional. Los gritos seguían estando bastante lejanos y no se sentía como si estuvieran viniendo justo sobre nosotros. Quizás alguien más había puesto en frenesí a los Dragones de Nieve, pero esa podría ser justo la distracción que necesitábamos para terminar de reunir sus escamas.
Aun así, esa era solamente una posibilidad. También estaba la posibilidad muy alta de que nosotros pudiéramos terminar mezclados en lo que sea que fuera eso. ¿Acaso era más astuto el irse a la segura de esta forma y reducir nuestras ganancias o tomar el riesgo persiguiendo una recompensa mayor?
De cualquier forma, cada segundo que pasábamos estando de pie esperando solo nos estaba poniendo en un peligro mayor. Existía la posibilidad de que nada sucediera, es cierto; pero sin importar que curso de acción quisiéramos tomar, necesitábamos decidirnos rápidamente.
“Yo también creo que deberíamos terminar.” Dijo Sara.
“Sí, estoy a bordo,” dijo Mimir.
“De todas formas ya casi estamos listos ¿Verdad?” dijo Patrice.
Eso ponía una sólida mayoría del grupo del lado de Suzanne. Para ser honesto, yo prefería la idea de huir. Pero a diferencia de los demás, yo no enfrentaría consecuencia alguna por fallar la misión. Dado que no era un miembro del equipo, no sería responsable por pagar la tarifa del Gremio. Dado que yo no tenía la piel en juego, me era difícil decir algo.
“Muy bien,” dijo Timothy en voz baja. “Vamos a juntar las escamas por un poco más de tiempo. Pero seamos rápidos.”
Con eso, todos se apresuraron en retomar sus anteriores tareas. Todos estábamos mucho más alertas que antes, pero yo no podía quitarme la sensación de que aquellos agudos gritos solamente iban haciendo más y más fuertes. Aferrando mi báculo con fuerza, miré la estatua de piedra a lo lejos en el final del salón.
Los gritos seguían distantes, si la manada se estaba dirigiendo donde nosotros, probablemente vendrían desde esa dirección…pero por alguna razón, sentí como si podía escucharlos desde por atrás también. Quizás simplemente era el eco resonando al interior de las ruinas.
¿No podría simplemente usar magia de tierra para sellar todas las entradas excepto la que habíamos tomado?
No. Eso era una mala idea. Si los monstruos llegaban inundándonos en este lugar, estaríamos en verdaderos problemas.
Cálmate, Rudeus. Ni siquiera sabes lo que va a ocurrir todavía. Cualquier cosa que hagas ahora podría resultar contraproducente.
Afortunadamente, ninguno de nosotros estaba todavía cansado. Incluso si nos encontráramos con problemas, teníamos la energía para abrirnos paso luchando, lo cual era probablemente la única razón por la que Suzanne había elegido tomar este riesgo en primer lugar. Lo único de lo que debíamos preocuparnos era matar los monstruos si es que aparecían. Bueno y bonito.
Esperé que los otros finalizaran. Intentando mantener mi mente lo más despejada posible, intentando ignorar los aterradores gritos que enviaban escalofríos por mi espalda.
“¿…Hm?”
Justo mientras estábamos llenando la última de nuestras bolsas, los aullidos de los monstruos comenzaron a debilitarse poco a poco. Suzanne miró hacia arriba y observó con sospecha en la dirección del atenuado sonido.
Quizás nos habíamos estado preocupando por nada. ¿Puede que esos hayan sido simplemente los gritos de apareamiento de los Dragones de Nieve o algo así? Algunos animales se ponían realmente ruidosos cuando entraban en celo. Quizás habíamos pasado a saludar en medio de sus rituales de apareamiento.
Suspirando relajado, comencé a aflojar el agarre de mi báculo…
“¡Oh mierda! ¡Nos descubrieron!”
En ese instante, un diluvio de brillantes formas blancas irrumpió pasada la estatua con una feroz velocidad. Estos se lanzaron apresuradamente a través de sus pies, bajando a su vez desde el espacio de donde su cabeza había estado, se parecían a unos enormes gecos blancos.
Eran Dragones de Nieve. Y en cuestión de segundos, había más de ellos en la recámara de los que podía contar.
A medida que se acercaban a toda velocidad, sus ojos inyectados en sangre encontraron a nuestro pequeño grupo y los pocos que venían a la delantera súbitamente se detuvieron justo antes de alcanzarnos. Conté seis de ellos. Habían muchos más, por supuesto, pero mi campo visual solo pudo contar a esos.
Todo había sucedido tan repentinamente. Timothy se había quedado congelado en el lugar, igual que el resto de nosotros. Él no pudo siquiera gritar la palabra “Retirada.”
Sin embargo, nuestros escamosos amigos parecían estar reaccionando exactamente de la misma forma. Jamás había visto antes a un lagarto sorprendido, pero esta probablemente era la forma como uno se veía. Sus ojos completamente abiertos, paralizados y abriendo un poco sus bocas amenazándonos con sus colmillos.
Por un largo instante, se sintió como si el tiempo se hubiera detenido.
Y entonces, finalmente logré gritar la palabra “¡Corran!”
Timothy y los demás se dieron media vuelta y comenzaron a correr a toda velocidad en dirección a la salida como si hubieran disparado un cañón. “¡Gaaaaah! ¡Otra vez nooooooo!”
Quizás provocados por los afligidos alaridos de Patrice, los Dragones de Nieve volvieron a su vez a moverse.
“¡Earth Fortress!”
Erigí una gigantesca muralla de tierra en el camino, bloqueando su avance. Era una sólida y gruesa barrera, llegando hasta el hombro de la estatua de piedra más cercana. Asumiendo que eso nos compraría un poco de tiempo, me di media vuelta y comencé a dirigirme también a la salida.
Pero cuando miré por sobre mi hombro un momento más tarde, no pude evitar dejar escapar un suave chillido aterrorizado. Los Dragones de Nieve eran esencialmente lagartos—una simple muralla, incluso una alta, básicamente carecía de significado para ellos. Uno a uno, ellos la escalaron y se deslizaron a través de los pequeños espacios por los lados.
Esto no era nada bueno. A este ritmo, nos iban a alcanzar y a rodearme. Gracias a mi trote diario, aun no estaba sin aliento, pero eso no significaba mucho. De ninguna forma yo era un corredor rápido.
“¡Gah!” Giré dándome vuelta y apunté con mis manos a los Dragones de Nieve. Estas cosas son lagartos ¿No? ¿Cómo matas a un lagarto? ¿Con un frio intenso funcionaría? ¡Quizás al menos los ralentizará!
“¡Blizzard Storm!”
Actuando mayormente por reflejo, intenté un hechizo de hielo. Ráfagas de viento congelado pasaron corriendo a través del aire, haciendo volar escamas desde el piso. Un momento más tarde, lanzas de hielo tan gruesas como el muslo de un hombre se dirigieron hacia los Dragones de Nieve que habían logrado superar mi muralla.
Los monstros no estaban muy lejos y no tenían mucho espacio para maniobrar. Pero de alguna forma, estos lograron evitar la mayoría de mis lanzas con rápidos y agiles movimientos de sus cuerpos. Los pocos proyectiles que si hicieron impacto tampoco fueron efectivos—estos simplemente rebotaron en lugar de penetrar las escamas de los Dragones de Nieve.
Había escogido muy mal mi magia. Las escamas de Dragones de Nieve eran aislantes naturales y ellos vivían en una región glacial del mundo. Por supuesto que un hechizo de hielo no funcionaría en estos.
Mi muralla de tierra había colapsado. Más blancos cuerpos serpenteantes se abrieron camino a través de los escombros. Vi al menos una docena de ellos solamente en la primera ola. Me estaban presionando como grupo ahora, en grandes números. Anteriormente solo había visto a algunos cuantos de ellos al mismo tiempo, pero se amontonaron a medida que mi muralla ralentizó a la vanguardia. Cada uno de ellos se movía rápida y ágilmente como un pequeño lagarto, a pesar de su gigantesco tamaño.
Esto no era bueno. No podía esperar seguir corriendo. Tenía que luchar. Tenía que repelerlos de algún modo, mientras huía. ¿Acaso podía lograr eso? Probablemente no.
¿Acaso los otros al menos habían logrado escapar?
Al menos había dejado una carta en mi habitación en caso de que algo como esto sucediera. Cuando un aventurero fallecía, alguien dentro de su grupo usualmente lidiaba con las cosas que estos dejaban atrás. Yo no era un miembro oficial de Counter Arrow, pero quizás al menos enviarían ese mensaje por mí…
Metí mi mano izquierda en mi bolsillo para luego apretar con fuerza el pedazo de tela que había en el interior. Mientras los Dragones de Nieve se me venían encima, intenté prepararme para lo inevitable.
“¡Yah!”
En ese momento, escuché una voz desde atrás…y una flecha pasó volando, insertándose en el ojo del Dragón de Nieve más cercano.
“¡Gryaaaaah!” Chillando a todo pulmón, el lagarto se tambaleó hacia un lado golpeándose contra una de las estatuas de piedra alineadas en el pasillo. Abalanzándose hacia adelante más allá de nosotros y presionando con fuerza su cuerpo contra la muralla lateral del pasaje.
“¡Que este pequeño y ardiente fuego convoque una gran y abrasadora bendición! ¡Flamethrower!”
Una hilera de llamas rugió desde atrás mío a la izquierda, provocando que la irrúmpete masa de Dragones de Nieve se detuviera abruptamente, en lugar de atravesarla.
“¡Hagámoslo, Patrice!”
“¡Sí!”
Suzanne me empujó al pasarme, flanqueada a ambos lados por Patrice y Mimir. De pronto, había tres personas en la vanguardia y tres en la retaguardia. Y yo estaba en el centro de la formación.
“¡Estas cosas no están tras nosotros! ¡Simplemente golpeen a las que están cargando en nuestra dirección y sáquenlos de curso!”
“¡Entendido!”
“¡Más vienen desde la izquierda!”
Dándose instrucciones los unos a los otros, la vanguardia se puso en guardia frente a la horda de enajenados Dragones de Nieve. Sara desató una oleada de flechas y Timothy disparó explosiones de fuego en todas las direcciones.
¿Acaso realmente habían regresado por mí? ¿Por qué? Yo ni siquiera era un miembro de su equipo.
Mientras estaba de pie ahí anonadado, Timothy se dio vuelta y me dio una palmada en la espalda.
Ellos realmente…regresaron a salvarme. En el momento que me di cuenta de eso, sentí que algo cálido se hinchó en mi interior.
“¡…Ugh!”
Forcé a que ese sentimiento volviera a bajar tan pronto como había surgido. No estaba seguro exactamente por qué. Pero simplemente no podía manejarlo ahora. Yo…no estaba listo.
“¡No te quedes ahí parado, idiota!” Sara me gritó, regresándome a la realidad. “¡Tú también estás luchando!”
“¡C-Cierto!”
Apunté mi báculo hacia los Dragones de Nieve y comencé a canalizar maná a través de éste. Ahora que tenía una vanguardia estable para mantener a raya el asalto por ahora, logré calmarme ligeramente. Tal como Suzanne había dicho, los Dragones no estaban activamente intentando matarnos. Ello al parecer simplemente nos habían reconocido como obstáculos peligrosos, pero la gran mayoría estaba optando por evitarnos por completo al arrastrarse a través de las murallas o el techo.
En otras palabras, no teníamos que luchar contra toda esta manada de monstruos. De todo lo que teníamos que preocuparnos era de dos o tres que nos estaban atacando directamente en cualquier momento. E incluso entonces, no había ninguna necesidad de matarlos. Si les hacíamos un poco de daño, estos cambiaran de curso lo suficientemente rápidos. Algunos animales solo se volvían más peligrosos y agresivos al estar rodeados, pero afortunadamente, estos lagartos preferían huir.
Las flechas de Sara no podían perforar sus escamas, y la magia de Timothy no era lo suficientemente fuerte como para matarlos. Los ataques de Suzanne y Patrick no les estaban produciendo ningún daño real tampoco. Pero si todo lo que necesitábamos hacer era apartarlos de nosotros, teníamos una oportunidad de sobrevivir esta arremetida.
“¡Stone Cannon!”
Disparé hechizo tras hechizo hacia los Dragones de Nieve en frente mío, intentando hacer que cambiaran su trayectoria. Un golpe directo de mi Cañón de Piedra era lo suficientemente poderoso como para trizar las escamas de los Dragones y perforar su carne, pero incluso eso no era suficiente como para matarlos. No estaba seguro si acaso era la distancia o si de alguna forma habían logrado retorcer sus cuerpos para limitar el daño.
Aunque, realmente no importaba. Todo lo que me importaba era espantarlos. Siempre y cuando los convenciera de alterar su curso, podríamos salir de esta en una sola pieza.
“¡Está bien!” gritó Suzanne. “¡Avancemos muy lentamente hacia la muralla!”
Poco a poco, comenzamos a mover nuestra formación hacia un costado. Una vez que llegamos a la muralla, los Dragones vendrían a nosotros desde menos direcciones. Y si retrocedíamos de esa forma, podríamos llegar hasta la salida.
Era imposible saber cuánto tiempo más estas olas de Dragones de Nieve continuarían llegando, pero eventualmente podríamos escapar de esta cámara.
“¡Graaah!”
De repente, vi grandes rociadas de sangre disparándose a través del aire desde algún lugar en lo profundo de las olas de Dragones de Nieve. Algo—no, alguien—estaba saltando ferozmente a través del campo de batalla, matando Dragones de Nieve en rápida sucesión.
Tampoco era un solo atacante. Otra pequeña forma apareció en la parte más lejana del salón y comenzó a atacarlos desde la retaguardia con una poderosa magia de fuego. Enloquecidos de miedo, los Dragones de Nieve se apresuraron a huir aún más desesperadamente que antes de la fortaleza.
“¡¿Qué, eso es todo lo que tienen?!” El hombre en frente de este grupo—aquel que había rugido anteriormente—abatió un Dragón tras otro y las personas que lo seguían se apresuraban en apoyarlo.
Aparentemente, la caballería había llegado.
Le lancé una mirada a Timothy. Él asintió antes de que yo pudiera decir algo. “¡Muy bien!¡Presionemos en el ataque también!”
“¡Como digas, jefe!”
Suzanne dio un paso al frente con una sonrisa y nuestro contraataque comenzó.
*****
Yo fui quien abatió al último de los Dragones de Nieve.
Mi Cañón de Piedra dio en el blanco sobre la cabeza de la criatura, atravesando su cráneo y esparciendo el contenido en todas las direcciones.
“… ¿Finalmente se terminó, huh?”
Solo para asegurarme, miré cautelosamente alrededor del área. Cadáveres de Dragones de Nieve yacían apilados por todo el salón. La gran mayoría de ellos habían sido asesinados por el grupo que se había unido a la mitad, pero nosotros mismos vencimos a una decente cantidad. Lo más importante, es que ninguna de las criaturas parecía seguir moviéndose. Insistí en revisar el techo, murallas superiores y cualquier potencial escondite en el pasillo, pero no pude ver nada que pudiera constituir una amenaza.
Al final, mis ojos se encontraron con los del equipo que había aparecido desde las profundidades de las ruinas. Todo el grupo estaba mirando en nuestra dirección. Algunos llevaban espadas, otros escudos o bastones. Tenían que ser aventureros, por supuesto. El hombre de pie en el centro mismo del grupo con un abrigo azul oscuro definitivamente era un espadachín. Y al juzgar por su actuación de recién, él era bastante bueno.
Mientras yo seguía observando, el hombre en cuestión dejó su equipo y se acercó rápidamente hacia nosotros. Él no parecía tener un rostro particularmente amigable y la expresión con el ceño fruncido tampoco ayudaba. Quizás él seguía estando enfervorizado tras la batalla.
De cualquier modo, él básicamente nos había salvado. Teníamos que agradecerle.
Aunque, yo di un paso hacia atrás. En momentos como este, el líder del equipo usualmente se encargaba de hablar en nombre de todo el grupo. De cierta forma había sido mi culpa que nos topáramos, dado que había sido demasiado lento corriendo, pero simplemente no era mi lugar decir algo.
“¿Qué tal? Soy Timothy de Counter Arrow,” dijo Timothy, acercándose al hombre con una amigable sonrisa. “Muchas gracias por tu— ¡gah!
Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos.
Todavía frunciendo el ceño ferozmente, el hombre atacó a Timothy golpeándolo en el rostro, enviándolo al piso. Gritando a causa de la ira, Suzanne y Sara prepararon sus armas.
“¡No me vengas con esa tonta sonrisa, imbécil!” gritó el hombre. “¡Sí que tienes agallas, de robarnos nuestra presa de esa forma!” Él fulminó con la mirada a Timothy por un momento, para luego lanzar una mirada igualmente encolerizada al resto de nosotros. La hostilidad en sus ojos prácticamente era homicida.
“¡¿Robarte tu presa?!” gritó Suzanne. “¿Estás bromeando? ¡Esas cosas nos atacaron de la nada! ¡Tú nos metiste en esto!”
El hombre dejó escapar un resoplido en burla. “¡Oh, por favor! ¡Ustedes se colaron por detrás e intentaron agarrar esas escamas mientras nosotros estuvimos haciendo todo el trabajo!”
“¡Nosotros ni siquiera sabíamos que hubiera alguien más en una misión por aquí!”
“¡Nosotros le dijimos a todo el maldito pueblo que estaríamos aquí!”
“¡Bueno, nosotros no escuchamos nada sobre ello!”
El hombre claramente estaba furioso con nosotros y las personas detrás de él parecían estar igual de molestas. Pero sentí como si hubiéramos estado hablando mientras ambas partes hacían oídos sordos a lo que decía la otra.
Aunque, ahora que los veía de cerca, al menos los reconocí. Ellos eran “Stepped Leader”, un grupo aventurero de rango S. Ellos eran un grupo altamente competente asociados con el prominente clan Thunderbolt. Había escuchado que eran llamados EL grupo más fuerte de toda la ciudad de Rosenburg.
Este hombre extremadamente irascible era su líder, naturalmente. Si mal no recuerdo, su nombre era Soldat Heckler. Él supuestamente era un espadachín altamente hábil en el estilo del Dios de la Espada.
“Oh…” Ahora que había recordado esto, algo finalmente hizo clic en mi mente.
Suzanne se dio vuelta ante el sonido de mi voz. Todos los demás a su vez miraron en mi dirección. No pude evitar estremecerme ligeramente. “Rudeus ¿Sabes algo sobre esto?”
“Uh…bueno, ahora que lo pienso, efectivamente escuché algo sobre Stepped Leader tomando un trabajo de rango S en el Gremio el otro día.”
Counter Arrow estaba afuera en terreno realizando otro trabajo en ese tiempo, pero…Soldat había estado presumiendo sobre su próxima misión y prometiendo contarles a todos sobre sus heroicas hazañas una vez que regresara.
Por lo que pude recordar…“Creo que ellos iban a ir a exterminar una gran manada de Dragones de Nieve que habían aparecido en la Cueva Ilbron…”
“¡¿La Cueva Ilbron?! ¡¿Qué?! ¡Eso está a todo un día de aquí!” gritó Suzanne.
Soldat frunció el ceño furioso. “¿Qué carajo? ¡Esta es la Cueva Ilbron!”
“¡¿Estás ebrio?! ¡Estas son las Ruinas Galgau!”
“Tranquilízate, Suzanne.” Dijo Timothy, levantándose lentamente.
“Timothy… ¿Estás bien?”
“Sí. Él fue lo suficientemente amable como para golpearme con suavidad. Sara, baja tu arco, por favor.”
Frotándose el área alrededor de su cuello con una mano, Timothy le gesticuló a Sara con la otra. Ella tensó hasta el máximo su arco viéndose lista como para soltar una flecha en cualquier momento.
“Creo que puede que tenga una idea aproximada de lo que sucedió aquí,” prosiguió con un pequeño suspiro, sonriendo gentilmente al hombre que recién lo había golpeado. “Recuerdo haber escuchado que un gran número de monstruos surgió desde la Cueva Ilbron hace algún tiempo y que el equipo enviado a luchar contra ellos fue eliminado. El único sobreviviente informó que ellos habían encontrado un nido de Dragones de Nieve en lo profundo al interior de la cueva.”
Cierto. Yo también recordaba esa parte.
La Cueva Ilbron estaba a un día de viaje desde Rosenburg. Los monstruos que la habitaban eran en su mayoría amenazas de rango D o E. Uno podía encontrar grandes masas de sal de roca en lo profundo así que los aventureros a veces se aventuraban hasta allí para recolectar un poco. Aunque, recientemente las noticias habían llegado a la ciudad acerca de hordas de monstruos de rango C saliendo de la cueva. Había un pequeño pueblo en las cercanías y no estaba lejos a su vez de Rosenburg. Dado los peligros y la urgencia de la situación, el asunto fue inmediatamente referido al Gremio.
Cuando el primer equipo que fue enviado a controlar la situación terminó aniquilado, el informe del sobreviviente acerca de la manada de Dragones de Nieve forzó al Gremio a subir el rango del trabajo desde B a S. Y mientras todos los demás en Rosenburg retrocedieron ante esto, el grupo de rango S “Stepped Leader” (el cual usualmente se centraba en explorar laberintos) tomó audazmente la tarea.
“Yo pensé que era extraño que nos hubiéramos encontrado con tan pocos monstruos en nuestro camino hacía aquí, pero ahora todo tiene sentido. Algún evento natural tiene que haber abierto recientemente un pasaje subterráneo entre las Ruinas Galgau y la Cueva Ilbron, y todas las criaturas de la primera se lanzaron hacia la cueva.”
Las Ruinas Galgau alguna vez fueron la fortaleza de un Rey Demonio. El castillo había servido como una base de operaciones para su ejército…por lo cual cavó túneles en todas las direcciones, usándolos para atacar a la humanidad. Si la Cueva Ilbron alguna vez tuvo alguno de estos túneles, entonces todo esto tenía perfecto sentido. El camino entre los dos puede que hubiera sido sellado durante la guerra, o por algún derrumbe a través de los siglos desde entonces.
De cualquier forma, una vez que el camino fue reabierto, los monstruos siguieron y se desparramaron hacia el interior de la Cueva para festinarse con las presas más débiles. Esa tenía que haber sido la razón por la que casi no habíamos visto nada desde nuestro lado del complejo.
“¿Ósea…qué? ¿Me estás diciendo que viniste aquí por otro trabajo?” “Correcto. Puedes confirmarlo con el Gremio, si gustas.”
Soldat frunció el ceño, sacudió su cabeza y escupió en el piso. “Bueno, diablos. Entonces fue mi error golpearte de la nada…”
“Eso está bien. Estabas excitado después de esa batalla y los dos malentendimos la situación. Yo también lo lamento.”
Yo sentí que realmente no teníamos nada por lo que disculparnos, pero Timothy se disculpó de todas formas. El hombre tenía su estrategia para el éxito y se mantenía con ella.
“De todas formas, esas cosas eran nuestra presa. Ustedes se quedan con un cadáver, nada más ¡¿Entendido?!”
“Por supuesto.”
Timothy aceptó esto inmediatamente, pero Sara y Suzanne fruncieron el ceño. Eso sí, ellas en verdad no se quejaron. Existía una regla no escrita entre los aventureros cuando se trataba de este tipo de cosas.
Cuando uno se confundía con otro equipo en una batalla contra un grupo de monstruos, ese equipo solo podía quedarse con un solo cadáver de los que quedaban. Esto estaba planeado como una forma de disuadir a los equipos de meterse deliberadamente en las peleas de otras personas para asegurar una parte del botín.
“Una vez que hayan recolectado sus escamas, déjennos la limpieza a nosotros y regresen a Rosenburg. No se preocupen, sellaremos ese agujero en la parte trasera de las ruinas para que quedé perfecto.”
Con eso dicho, Soldat se dio media vuelta y se alejó. El resto de los miembros de Stepped Leader se encogieron de hombros y lo siguieron de regreso a las profundidades de las ruinas. Ellos probablemente lidiarían primero con los cadáveres de los Dragones de Nieve en el nido, para luego abrirse camino de regreso recolectando todo los materiales valiosos. No era injusto en verdad, pero no era una gran sensación sabiendo que se beneficiarían de aquellos que nosotros habíamos logrado matar. En primer lugar, jamás habríamos estado en peligro si ellos no hubieran estado por aquí. Yo sentí que merecíamos un poco de compensación económica por daños emocionales, o lo que fuera.
Aunque, al final del día, definitivamente no valía la pena discutir sobre ello con esos muchachos. Así que en su lugar teníamos que regresar a casa con sentimientos encontrados. Genial.
“Muy bien. Reunamos las escamas y salgamos de aquí.” La sonrisa de Timothy era una agotada y su mejilla claramente estaba comenzando a hincharse.
Todo lo que pude hacer fue suspirar y asentir.
*****
Cuando regresamos al Gremio de Aventureros unos días más tarde, nos encontramos con una enorme pila de garras, escamas y colmillos de Dragones de Nieve ya amontonadas afuera del edificio. Los miembros de Stepped Leader seguían adentro, vanagloriándose sobre sus recientes logros.
“¡…Así que verán, la Cueva Ilbron y las Ruinas Galgau en realidad se terminaron conectando! ¡Si no hubiera sido por nosotros, este pueblo puede que hubiera terminado abrumado por una ola de Dragones de Nieve!”
Soldat, en particular, parecía estar realmente inmerso en su historia. Los otros aventureros en el cuarto estaban escuchando con escépticas sonrisas en su rostro.
Verlo me recordó a Paul, por alguna razón. Ellos no se parecían en nada, pero tenía la sensación que mi padre posiblemente habría sido un poco así en algún punto de sus primeros años.
“Terminemos con esto,” murmuró Suzanne, viéndose un tanto disgustada.
El resto de los miembros de Counter Arrow no parecían inclinados a quedarse tampoco. Cruzamos el Gremio directamente hacia el mostrador, entregando los materiales solicitados a la recepcionista y dirigiéndonos directamente hacia afuera.
“Vale, Rudeus. Aquí está tu parte del trabajo. Asegúrate de que esté bien.”
“Seguro. Muchas gracias.”
Timothy me entregó una pequeña bolsa llena de escamas de Dragón de Nieve. El trabajo había dejado un sabor amargo en nuestras bocas, pero al final del día, habíamos obtenido un pago bastante decente. A pesar de todo lo que salió mal, logramos llegar a casa con más escamas de las esperadas.
Dado el número de Dragones de Nieve que recientemente habían sido asesinados, parecía probable que el precio de mercado por las escamas eventualmente subiría más tarde. Yo estaba planeando guardarlas por ahora en lugar de venderlas inmediatamente. Con suerte saldría ganando en seis meses o más. No estaba usando tanto dinero de momento, pero nunca dolía tener guardado un poco más de dinero para cuando se le necesitara.
“Muy bien entonces, muchachos. Los veré más tarde.”
“¡…Rudeus!”
Justo cuando estaba a punto de alejarme, alguien me llamó desde atrás. Extrañamente, era Sara. Ella extendió un poco su mano en mi dirección; por cómo se veía su rostro, parecía que tenía algo que decir.
Para ser honesto, yo esperaba alguna clase de sarcástica despedida, pero… “¿Por qué no vienes al after para variar?”
“¿Huh…?”
“Ya sabes, la fiesta luego de completar el trabajo. Solo vamos a ir al bar.”
No era que hubiera fallado en entender el sentido literal de sus palabras, por supuesto. Yo solo estaba sorprendido de lo que me había preguntado. Cuando un equipo de aventureros terminaba un trabajo que había durado varios días o más, usualmente se dirigían directamente al bar a beber hasta quedar inconscientes y felicitarse por sus hazañas. Era la forma de celebrar el hecho de que habían regresado vivos.
Yo siempre me saltaba esos eventos. Cuando regresada de un trabajo, lo que usualmente hacía era regresar a mi posada, ofrecer algunas oraciones y luego irme directamente a la cama.
Por supuesto, los miembros de Counter Arrow estaban al tanto de eso. Ellos sabían que siempre me negaba. Necesitaba regresar y contarle a Roxy que había intentado dar mi mayor esfuerzo ahí afuera. Esa era la forma en que había hecho las cosas hasta ahora y no estaba planeando cambiar mi rutina ahora.
Pero por alguna razón, me encontré asintiendo. “Está bien. Supongo que los acompañaré.”
“¿…En serio?” Sara parecía haberse quedado como piedra, a pesar de que ella había sido quien extendió la invitación. Quizás ella había planeado atacarme con algún rápido insulto cuando declinara.
“¿Qué? ¿No soy bienvenido después de todo?”
“No seas estúpido. Ven, vamos.”
En lugar de mirarme con ceño fruncido, ella simplemente sacudió su cabeza con una leve exasperación mientras se puso a caminar pasando por delante de mí a través de la calle. Mimir y Patrice le siguieron, dándome una ligera palmada en los hombros a medida que pasaban junto a Suzanne y Timothy empujándome con ellos desde atrás, viéndose extrañamente alegres sobre todo esto.
En un bar a buena distancia del Gremio de Aventureros, los seis golpeamos nuestras jarras al unísono.
“¡Salud, muchachos!”
“¡Salud!”
Aparentemente, este no era el usual bar de Counter Arrow. Yo había asumido que ellos habían cambiado de lugar para reducir las posibilidades de toparse con Stepped Leader. Esos tipos presumiblemente estarían comenzando su propia celebración pronto.
“¿Qué? ¿No estás bebiendo, Rudeus?” dijo Sara, mirando mi jarra.
“…Bueno, soy menor.”
“Uh, está bien ¿Qué tiene que ver eso con algo?”
Todos a mí alrededor estaban tragándose las bebidas, pero yo opté en su lugar por un jugo de frutas diluido. Era básicamente la única bebida no alcohólica que podía pedir en bares como este…a menos que fueras un gran fanático de la leche de cabra.
“¿Qué importa si estamos bebiendo o no?” dijo Timothy, la única otra persona que había pedido la misma bebida que yo. “Lo importante es que estamos divirtiéndonos.”
“Psh. Como sea. Tú solo no puedes beber ¿Verdad?”
“No, yo no bebo. Hay una importante diferencia ahí para que lo sepas.”
“¡Hahaha!” Mimir explotó en risas mientras Timothy se rascaba incómodamente su cuello.
“Oh, santo cielo…” parecía que el estimado líder de Counter Arrow tenía poco aguante y sus amigos evidentemente jamás le dejarían olvidarlo.
Aun así, era bastante raro encontrar a alguien en este mundo que no bebiera. Él probablemente era el primer aventurero sobrio que había conocido, ahora que lo pienso.
“Bueno, como sea. Simplemente celebremos el hecho de que logramos salir de ese desorden sin perder a nadie ¿Les parece? Normalmente, al menos uno de nosotros habría muerto de regreso en ese lugar.”
“Cierto,” dijo Sara, sonando ligeramente molesta. “Realmente tuviste suerte, Rudeus.”
“No estoy seguro si suerte es la palabra. Quiero decir, ustedes me protegieron…”
“Sí y tienes suerte de que lo hubiéramos hecho. La mayoría de los equipos te habrían dejado para que murieras.”
Hmm. ¿Acaso esta era su sutil forma de decirme que mostrara algo de gratitud? Me parece justo. Les debía por esa ¿Cierto? Sí, claramente.
“Bueno, estoy muy agradecido contigo,” dije, haciendo una ligera reverencia con mi cabeza.
“No me agradezcas,” dijo Sara, haciendo un pequeño puchero y tomando un trago de su bebida. “Agradécele a Timothy y Suzanne.”
Suzanne soltó una sonrisita ante esto dándole un pequeño codazo a Sara. “Oh, no sé yo. Tú fuiste quien se devolvió corriendo antes que nadie ¿O no? Mimir dijo que era una causa perdida, pero tú insististe que debíamos regresar por él…”
“¡Oye! ¡Cállate, Suzanne!” Sara estiró los brazos intentando alejar a Suzanne; riéndose, esta se dio vuelta para evitar sus manos. “Mira, nos ayudaste la última vez ¿Cierto? No me gusta deberle a las personas, eso es todo.”
Yo asentí y luego aparté dubitativo mis ojos de la mirada de Sara. Por pura coincidencia, terminé encontrándome en su lugar con la mirada de Mimir.
“Uh, oye. Que consté, yo también estoy agradecido,” dijo ligeramente incómodo. “No es como si quería dejarte atrás ni nada por el estilo, pero…ya sabes cómo es ¿Verdad?”
“Sí. Por supuesto.”
La evaluación de la situación por parte de Mimir había sido razonable. Y para el final del día, él saltó en frente de mí para enfrentarse a los Dragones de Nieve, igual que los demás. Eso era más de lo que podría haber esperado.
“Bueno, de cualquier forma, todos logramos regresar en una pieza y tenemos bastante dinero en nuestras billeteras. ¡Eso es lo que importa si me preguntas a mí!” Las palabras de Suzanne regresaron las sonrisas al rostro de todos, al menos durante un momento.
“Sí…aunque es una lástima que hubiéramos tenido que encontrarnos con esos tarados al final.”
“¿Cuál es su problema, en todo caso? Yo sé que son el equipo más fuerte en este Gremio, pero son tan engreídos.”
“¡Ellos se pasan todo su tiempo deambulando adentro de laberintos! Tienen el descaro de actuar ahora como si fueran un montón de héroes. ¡Si un puñado de Dragones de Nieve efectivamente viniera corriendo hasta Rosenburg, el ejército habría enviado un destacamento a luchar con ellos!”
“Personalmente, sigo molesta de que él golpeara a Timothy sin razón alguna de esa manera. ¿Qué clase de líder de equipo golpea a un hechicero antes de siquiera tener la información correcta?”
Con el preámbulo finalizado, todos rápidamente pasaron a quejarse amargamente sobre Stepped Leader. Probablemente era importante para ellos ventilarse de esta forma. Timothy había logrado mantener las cosas pacificas de alguna forma; lo último que Counter Arrow necesitaba era dejar que sus resentimientos se ulceraran para luego explotar en otra pelea con Soldat y compañía.
Habiendo dicho eso, realmente no tenía ganas de unirme al coro de quejas. No era un gran fanático de quejarme sobre las personas a sus espaldas, especialmente dado que yo había sido una persona de mierda en mi vida pasada. Soldat, presumo, tenía sus propios problemas. Él era un imbécil, pero al menos trabajaba duro y lograba las cosas. Eso era probablemente el por qué el resto de los miembros de su equipo simplemente sacudían sus cabezas y le seguían el juego a sus tonterías. Él definitivamente se había equivocado en esa situación en específico, pero yo no estaba listo para descartarlo como un pedazo de basura irremediable simplemente debido a que partimos con el pie izquierdo.
Por supuesto, no sería inteligente decir algo de esa clase ahora. Este no era el momento de estar jugando al abogado del diablo. Yo tenía mi opinión, pero me la reservé.
En lugar de unirme a la conversación, me enfoqué en la comida en silencio. El plato principal era un extraño estofado de carne de alguna clase que no pude identificar. Su sabor ligeramente picante estimulaba mi apetito y no mucho después, mi estómago terminó cómodamente satisfecho.
“…Bueno, como sea. Espero que podamos trabajar juntos pronto, Rudeus.”
“Sí. Te haces útil, supongo.”
“Oh. Seguro. Me alegrará regresar, si es que me lo permiten.”
Los demás habían estado bebiendo con ganas ya. Sus rostros estaban sonrojados y parecían estar disfrutándolo bastante. Yo estaba feliz de haberles acompañado. Esta clase de cosa era en cierta forma divertida. Y necesitaba algo de diversión en mi vida para ayudarme a mantenerme andando.
Para ser completamente honesto, me sentía como si estuviera atrapado en una rutina…pero estaba vivo, por lo menos. Eso era algo.
“Ah…” Justo entonces, la puerta del bar se abrió y tres hombres ingresaron. Los reconocí inmediatamente. Uno de ellos era particularmente familiar.
“Oh.” También nos divisaron al instante.
El líder del grupo se dirigió en mi dirección con una expresión de irritación en su rostro. Sus mejillas estaban enrojecidas y no estaba caminando muy estable. Parecía como si ya hubiera tomado unos cuantos tragos ya.
“¡Oye!” El ebrio se detuvo en frente de nuestra mesa y dejó caer su mano en ésta.
Era nuestro buen amigo, Soldat Heckler.
“… ¿Quieres algo?” dijo Suzanne, con su voz repentinamente fría.
Parecía que los demás no habían notado a Soldat entrando. Era entendible, ninguno de ellos se veía demasiado feliz por estar viendo al hombre del cual habían pasado treinta minutos quejándose.
“Miren, yo estuve…totalmente alterado en la cueva ¿Cierto? Así que pensé…venir a dejar las cosas claras con ustedes ¿Saben?” los ojos de Soldat no estaban totalmente enfocados y su voz sonaba ligeramente dura. “Supongo…que la cagué allá. Perdón por eso. No me di cuenta…de lo que estaba sucediendo ¿Saben?”
Aunque, para mi sorpresa, sus palabras en realidad eran de disculpa. Los miembros de Counter Arrow se miraron entre sí, confundidos.
En este punto, Soldat frunció el ceño y señaló con un dedo a Timothy. “¡Habiendo dicho eso…! No me gusta tu cara, hombre. ¡Sonríes demasiado! ¡Es patético! Dejas que un tipo te golpee en lugar de regresar el golpe ¿Y luego ni siquiera te disculpas? Odio esa clase de mierda. ¡Quizás estabas intentando calmar las cosas! ¡Bien! ¡Pero a veces, un hombre debe pelear!”
“Uh…si, supongo que tienes razón. Suzanne siempre me anda diciendo la misma cosa, a decir verdad. Tendré que tenerlo en mente.”
“¡Sí! ¡Haz eso! ¡Mantenlo en mente!” Soldat le dio un golpe en el hombro a Timothy, con un poco más de fuerza de la necesario; Timothy sonrió incomodo mientras se rascaba la cabeza. Suzanne y los demás siguieron mirando, totalmente desconcertados. No creo que hubiera alguien que estuviera esperando que él apaciguara las cosas de esta forma. Yo ciertamente no.
Asintiendo satisfecho, Soldat abruptamente llevó su atención en mi dirección. “¡Quagmire!”
Levanté mi cabeza, algo sorprendido de ser mencionado. ¿Acaso había hecho algo para molestar a este tipo?
“¿Uh, sí?”
“Timothy es una cosa…pero chico, no puedo soportarte.” El hombre procedió a bañarme en insultos.
“¿Qué diablos pasa contigo, huh? ¿Por qué estás tan obsesionado con respecto a lo que las personas pensarán de ti?”
Y etcétera.
“¡Dios y tu sonrisa es tan tétrica! Quiero decir ¿Se supone que esa sea seriamente una sonrisa? ¡Muchacho, inténtalo un poco más! ¡Podemos ver el desdén en tus ojos!”
Y así.
“¿Acaso crees ser el niñito más triste de todo el mundo o algo así? ¡¿Huh?!”
Su voz solo creció en volumen mientras seguía, y no mucho después, estaba abrumando a todas las demás conversaciones dentro del bar.
“¿Qué sucede? ¿Van a pelear?”
“¡Ha ha! ¡Agárralo, chico!”
“¡Cállense, idiotas!” rugió Soldat, intimidando a la multitud para que volviera al silencio. “Ahora escucha, Quagmire. Tú no eres nada más que un—”
“Vamos, Sol. Córtala.” Mientras Soldat se inclinaba hacia adelante para continuar con su despotrique, uno de sus amigos que había estado observando desde atrás lo agarró de los hombros para tirarlo hacia atrás.
“¡Jódete! ¡Este chico cree que nadie en todo el mundo la tiene peor que él! ¡Yo no sé qué diablos te sucedió, Quagmire, pero eres jodidamente deprimente! ¡No tienes las agallas de enfrentar tus propios problemas! ¿Qué es lo que te calienta de actuar como alguna clase de lobo solitario importante? ¿Crees que las reglas no se aplican contigo o algo? ¡Bueno, ya tuve suficiente de tu mierda! ¡Me enfermas!”
Sus palabras se sintieron como verdaderas dagas en mi pecho. En algún momento, mis piernas comenzaron a temblar; estaba apretando mis manos con fuerza sobre mi regazo. Mi cuerpo estaba temblando. Mi garganta estaba temblorosa. Pero cuando hablé, mi voz salió extrañamente calma.
“Perdón por eso. No sabía que te estaba molestando con mi presencia. Daré mi mejor esfuerzo de no volver a estar en el mismo cuarto contigo jamás.”
Por alguna razón, esto instó a Soldat a golpear nuestra mesa con tanta fuerza que logró romperla a la mitad. Astillas y comida a medio consumir salieron volando por todo el lugar y mi plato de sopa de frijoles rojos se esparció sobre mi regazo.
“¿Qué diablos se supone que significa eso? ¿Estás intentando molestarme, muchacho? ¡Siempre eres así! ¡Todo lo que haces es promocionarte y luego actúas como si fueras demasiado bueno para el dinero! ¿Te divierta actuar como un mártir, huh? ¡Todos necesitamos el dinero para sobrevivir, maldita sea!”
No respondí. El silencio se sintió como mi única opción. No tenía sentido intentar mantener una conversación con alguien así.
“Mierda. Lo siento, él bebió un poco demás… ¡Vámonos, Sol!”
“¡Calla’e! ¡Suel…tame! ¡Vamos, Quagmire! ¿Por qué no lanzas un maldito puñetazo? Estás molesto ¿No? ¡Entonces, lánzame un golpe! ¡Deja de sentarte en tu mancha de moho gruñendo acerca de lo triste que estás! ¡Actúa como un hombre por una vez en la vida!”
Bajé mi mirada y esperé que la tormenta pasara. No tenía sentido el meterse en una pelea aquí. Dejar que Soldat me provocara no lograría nada. La única forma de lidiar con un ebrio era ignorarlo por completo. Solo tenía que dejarlo pasar. Era simple, a decir verdad.
“¡Sol, deja de molestarlo! ¡Lo estás llevando demasiado lejos!”
“¡Suéltame, carajo! ¡Oye, Quagmire! ¿Te estás divirtiendo ahí, huh? ¡Si odias tanto tu vida, entonces anda a morirte en alguna zanja o algo! ¡Al menos de esa forma no tendré que volver a ver tu cara!”
Eventualmente los amigos de Soldat lo sacaron a rastras por la puerta, pero yo no levanté la mirada. Simplemente observé la sopa en mi regazo, agarrando a mi ídolo sagrado en el bolsillo y manteniendo mi mente totalmente en blanco. Me quedé de esa forma hasta que se hubo marchado y Sara hubiera limpiado la sopa que tenía encima.
“Ese tipo es de lo peor,” murmuró.
Todo lo que pude hacer fue asentir lentamente.
Sara
Estaba ardiendo por la ira a medida que regresaba a mi habitación. En el momento que ya estuve adentro, tiré mi arco y flechas a la mesa, me quite la ropa y me lancé a la cama.
“¡Ese tipo es de lo peor!”
Podía sentir mi cara enrojeciéndose ante la idea de Soldat. ¿A veces un hombre debe pelear? ¡Qué montón de mierda! ¡Él no tenía idea de lo duro que había luchado a diario Timothy por nosotros! Esa sonrisa era su arma. Suzanne me lo había dicho hace mucho tiempo. Ese hombre no podía siquiera comenzar a entender. ¿Qué derecho tenía para insultar a cualquiera?
Está bien, quizás habían momentos en los que uno debía levantarse y luchar. ¿Pero acaso no era trabajo del líder de equipo el prevenir las peleas sin sentido y mantener a su gente a salvo? Soldat de seguro no estaba haciendo un buen trabajo en eso. ¿Qué habría planeado si efectivamente nos hubiéramos puesto a pelear en las ruinas, en todo caso? ¿Acaso estaba pensando que podía matarnos fácilmente y salirse con la suya? De ser así, ese hombre era realmente arrogante. Ese lugar era una fortaleza similar a un laberinto y él no había bloqueado ninguna de las salidas.
De acuerdo a todo lo que había visto, ese imbécil era quien necesitaba trabajar en sus habilidades como líder, no Timothy.
Y como si no fuera poco… ¿Por qué diablos tuvo que agarrarla con Rudeus, de todas las personas? Rudeus luchaba valientemente cuando necesitaba hacerlo. Él se enfrentó solo contra todos aquellos enemigos para ganarnos un poco de tiempo a la hora de escapar. Soldat no sabía nada de eso. Él no había visto a Rudeus en acción. ¿Qué derecho tenía de insultar al chico de esa forma?
Seguro, Rudeus podía sacarte de quicio a veces. A diferencia de Timothy, él jamás se defendía a sí mismo y esa falsa sonrisa que ponía en su rostro me ponía tensa siempre que lo veía. Pero aun así…
A esta altura, se me ocurre que estaba tomando el lado de Rudeus por alguna razón. ¿Por qué estaba haciendo eso? ¿No odiaba a ese chico?
Quizás no.
No, eso no tenía ningún sentido. Quizás simplemente odiaba más a Soldat.
Sí. Eso era definitivamente. Rudeus no era tan malo como Soldat, así que tenía que tomar su lado en esta. Simple.
Como mínimo, Rudeus jamás nos menospreció de esa forma. Él siempre trataba a Timothy y los demás con genuino respeto. Y él era un hechicero increíblemente talentoso, pero jamás actuó como si fuera demasiado bueno para nosotros. Él siempre nos acompañaba en nuestros trabajos y ganaba tiempo por nosotros para que corriéramos en caso de que las cosas se pusieran peligrosas…
“…Está bien, esperen. Eso no está bien.”
Rudeus era noble por nacimiento. Él realmente no actuaba como uno, pero eso no importaba. Él había nacido en cuna de oro y eso ya era suficientemente malo por sí solo. Yo odiaba a los niños ricos que querían fingir ser aventureros. Pero también odiaba a la nobleza en general. Mi pueblo natal fue destruido por su arrogancia. Ellos jamás enviaron a los caballeros a salvarnos.
Fue su culpa que mi mamá y papá hubieran muerto. Esos hombres que tenían el deber de proteger a nuestra aldea, simplemente…nos dejaron morir.
No había olvidado la desesperación que sentí en ese entonces. Jamás lo haría.
Sí. Es cierto.
Yo tenía una buena razón para odiar a la nobleza. Y Rudeus era un noble, así que significaba que lo odiaba también.
“…Pero Rudeus luchó por nosotros ¿Verdad?”
Él luchó contra los Osos Pardo Brillantes. Él luchó también contra los Dragones de Nieve. Él jamás huyó para salvarse a sí mismo, incluso cuando podría haberlo hecho. Él no tenía un deber de protegernos. Él ni siquiera era un miembro de Counter Arrow. Aun así, él nos salvó. Él intentó hacernos ganar tiempo.
Y cuando lo vi luchando por nosotros…regresé corriendo a salvarlo. Debido a que no quería verlo morir.
No era como si alguna vez quise verlo muerto o algo así. Por supuesto que no. Pero…de todas formas me sorprendí a mí misma un poco cuando regresé a salvarlo.
Si lo odiaba ¿No lo habría dejado atrás en una situación como esa?
“…Ugh. Esto apesta.”
Últimamente, cuando miraba a Rudeus, sentía como si el piso se moviera bajo mis pies. Yo despreciaba a la nobleza, pero no podía hacerme odiarlo con ganas. No sabía cómo lidiar con eso. Ni siquiera estaba segura si acaso realmente lo seguía odiando. Nada tenía sentido.
Pero al final del día…
Sí, está bien. Correcto. Supongo que tengo que admitirlo. No odiaba a Rudeus.
Él era el hijo de algún patán con dinero, pero él era más que eso. No lo odiaba. Aunque, eso era todo. Eso era lo máximo a lo que iba llegar. Definitivamente no me gustaba ni nada.
El no odiar a alguien es algo muy distinto a gustarte esa persona. Obviamente.
“Rudeus no me gusta ni un poco.”
Con ese hecho claramente establecido, me comencé a quedar dormida.