AUK – Capítulo 18 – El pueblo de Faith Regis (2)

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— ¿No es esa declaración absurda Master?

He Yin sabía en su interior que quizás eso era demasiado para él. Además se expondría a que el imperio descubriera quién es él y dónde se esconde. Aunque si lo pensaba, ya el Imperio debería haber oído sobre la explosión que Asa hizo con su cuerpo en Black Raven.

Él había oído mediante la tortura a los guardias que muchos miembros de Black Raven habían sobrevivido al derrumbamiento, así que no creyó que aquello hubiera acabado.

Un perro rabioso solo podía salvarse sacrificándolo. Si no se sacrifica, él volvería a morder.

Es una filosofía extraña que He Yin había adoptado hace poco tiempo. Ni él mismo entendía porqué su vida anterior ahora le parecía una broma de mal gusto.

Sus sentimientos habían sido movidos a un oscuro pozo sin fondo que no parecía acabar jamás. Mientras más veía su alrededor, más aprecio tenía por sus compañeros no-muertos.

Si él decía que debían morir, ellos morirían encantados sin preguntar sintiendo que era el mayor honor.

Todos los soldados fueron que quedaban se volvieron zombies.

— Syllia y Meira. Quiero que investiguéis el pueblo mientras yo consigo algunas cosas más.

Las dos asintieron y rápidamente desaparecieron mientras dejaban detrás de ellas a He Yin y el nuevo cuerpo de Asa hablando. Parecía que tenían algunas cosas que discutir.

Aunque no desobedecieron las órdenes de su maestro, Meira miraba preocupada detrás de ella.

Al desaparecer de la visión, todos los no-muertos volvieron a sus guardias y otros a trabajar usando a los guardias transformados como mano de obra para desplazar materiales.

— Haaa…. Master, por fin puedo tocarlo.

— No es momento de decir cosas sin sentido. Necesito verificar que ese cuerpo podrá resistir tu magia. Si eso no sucediera, entonces estaríamos en un problema.

Asa intentó usar la magia que poseía el cuerpo anterior. En unos segundos, la palma de su mano se iluminó con varios colores gracias a los hechizos de sanación. Una sonrisa satisfecha cruzó por el rostro de He Yin mientras que Asa se complacía con la reacción de su maestro.

No muy lejos de allí las dos elfas se movían con enorme velocidad debido a su ascenso de niveles reciente producto de compartir experiencia con el grupo de no-muertos que mantenían un vínculo por servir al mismo maestro.

Esta habilidad fue considerada como una habilidad “tramposa” por parte de He Yin y con gusto aceptó sus efectos.

Tanto tiempo expuestos al grupo de He Yin sus razas habían caído aún más y ahora eran [Altos elfos caídos], un tipo de elfos oscuros que se nutrían de la desesperación de los enemigos.

Un resultado de esto era el reciente comportamiento de Meira pasando más tiempo con los no-muertos y llamándolos compañeros.

Sus pequeños pies se movían rápidamente entre la maleza del bosque usando los árboles como cobertura para los ojos inadvertidos de los habitantes del pueblo de Feith Regis donde habían llegado sin ningún problema.

Varias casas de estilo pequeño y tejado de barro reforzado con hierba seca. Las puertas no eran sino un tipo de madera casi comida por la suciedad y las calles de tierra sin adoquines daban a entender que el pueblo no parecía una zona de comercio activa.

Los animales estaban libres sin ningún tipo de fijación por lo que recorrían libremente las calles del pueblo de no más de 300 habitantes. Todo estaba medio comido y creado con barro y madera que servía como vigas principales de la mayoría de construcciones.

Solo el pozo seco estaba creado con piedras unidas por algún tipo de liana podrida. Parecía que aquél pueblo no había recibido un mantenimiento en muchos años y la ausencia de mucha gente joven hacía notar eso.

En una de las casas menos destrozadas por el tiempo parecía haber un guardia custodiando la entrada. La armadura brillante y plateada igual a la de los otros guardias que habían transformado indicaba que era uno de ellos.

Inspeccionaron los alrededores buscando más tropas pero no había nada más. Ellos parecían no preocuparse de las bestias salvajes del bosque gracias a los aventureros que venían de caza por la recompensa y los materiales.

Volvieron rápidamente con He Yin y contaron la situación en la que se encontraba este poblado.

Cuando volvieron, la torre de vigilancia de madera parecía algo más estable habiendo añadido varias vigas que de forma diagonal daban un soporte adicional por las cuatro posiciones. A pesar de que todavía era algo inestable, podía servir ahora como una atalaya simple que diera avisos de posibles intrusos aunque a su vez también podía ser vista por encima de los árboles.

— Así que es una basura de pueblo. Aun así podrían ser útiles para mis experimentos además de que no podemos permanecer por siempre aquí atrapados.

Alen seguía de pie al lado de He Yin como un cachorro perdido siguiendo a su familia. Era el segundo no-muerto que ignoraba sus órdenes a veces a pesar de que él le decía varias veces que se fuera a recoger recursos o a vigilar. El primero era Bones cuando a veces no oía lo que su maestro decía.

— Antes de irnos, probaré lo que tenía en mente.

He Yin revisó la hoja de Alen una vez más aunque no había nada interesante allí.

 

Su inteligencia estaba en 0 debido a que no poseía ningún tipo de inteligencia propia y tampoco maná. Parecía que los no-muertos eran resistentes a los hechizos de control mental como habilidad de clase.

Su mano brilló con fuerza mientras insertaba el cristal de maná dentro de Alen. Unos fuertes pinchazos invadieron rápidamente el cerebro de He Yin dándole varios avisos uno detrás de otro. Era como si el sistema le prohibiera hacer eso pero, aun así, He Yin continuó intentándolo a pesar de que los errores se repetían en su retina y su cabeza dolía como un millón de agujas clavándose profundamente.

Hasta que al final pudo leer una ventana que quería. “Ha insertado la piedra de maná exitosamente en ‘Alen’. Ahora puede invocar Liches.”

Casi se desploma en el suelo del cansancio, a lo que Meira junto a Asa le ayudaron rápidamente usando sus hombros como punto de apoyo. Estaba casi al borde del desmayo, su cabeza se sentía ligera y cuando tosía, un líquido negro azabache salía de sus labios con fluidez como si estuviera a punto de desaparecer.

He Yin intentó modificar el sistema y había ganado.

Cuando recuperó el aliento y miró las estadísticas de Alen, rió frenéticamente.

Lo había conseguido. Él ahora tenía magia y, en consecuencia, tenía maná e inteligencia. La clase más baja de no-muerto ahora parecía tener un potencial ilimitado si conseguía hacer que él subiera sus estadísticas mediante la experiencia.

Quizás en el futuro podría enseñar a sus otros no-muertos, el único que tenía magia de forma extraordinaria era Bones de momento.

Y cuando todo parecía no poder mejorar más, Alen abrió los labios y pronunció palabras.

— Gahhhhh-cias… Roooooogh…

Asa miró incrédula aquella situación. Ella era un producto del sistema y sabía cómo de imposible era aquello. Simplemente no podía entender cómo un zombie, cuyas cuerdas vocales eran inexistentes y su inteligencia era la más baja de todas había hablado.

Y lo más importante…

Se arrodilló ante He Yin sin que él lo ordenara.

Un zombie que podía tomar decisiones simples por sí mismo, ¿era quizás el comienzo de algo aterrador?

— Todos, tenemos que irnos. Hemos encontrado un posible lugar de experimentación. Ese pueblo debe ser mío.

Aún débil, fue cargado por Meira en el hombro como apoyo mientras los demás no-muertos seguían de cerca a su maestro. Solo dos figuras se quedaron atrás esperando a que hubiera la suficiente distancia para hablar.

— Tú eras Syllia, ¿no es así?

— Nn.. Así es.

Asa sonrió amistosamente y giró la cabeza en busca de respuestas a algo que estaba pensando.

— Parece que Meira se está adaptando correctamente a nuestro grupo pero tú pareces resistirte a él.

Syllia se mordió el labio y tragó saliva. Sus palabras fluyeron en un momento.

— Es supervivencia. Seguiré a quien sea si eso significa estar viva y que las dos estemos a salvo. No lo considero un compañero, solo alguien a quien seguir hasta que él muera.

Asa sonrió de forma cálida y le acarició la cabeza como si fuera una niña pequeña a la cuál había que calmar.

— Tu rencor hacia Master es fuerte, pero él confía en que seréis una fuerza para su futuro objetivo así que por favor no digas cosas innecesarias.

— ¿Su… futuro?

Asa miró al cielo y extendió sus brazos hacia arriba y con una voz suave dijo.

— Este mundo. Pronto él lo reclamará como su maestro y yo estaré a su lado cumpliendo su objetivo. Ahora mismo tienes dos opciones.

— …

— Puedes seguir con él y cumplir su ambición o—

Las amigables palabras de Asa dejaron pronto de serlo y una presión intensa hizo fuerza en el cuerpo de Syllia haciéndola caer de rodillas con un pequeño grito.

— —oponerte a él. Master ignoró mis palabras y dejó vivir a vosotras dos cucarachas, yo no habría cometido ese error. A cambio, él os ha dado una meta y ofrece protección. Te recomiendo que no hagas cosas innecesarias o seré yo misma quien vea tus intestinos ser devorados por cuervos.

Syllia tuvo un auténtico horror corriendo por sus venas. Tal fue la impresión de Asa que su cuerpo tembló incontrolablemente.

Asa liberó la presión y recuperó esa cálida sonrisa que He Yin amaba.

— Otra cosa más. Si tú o esa otra elfa tocan el cuerpo de master, no seré tan comprensiva.

— ¿No entiendo….?

— Él me pertenece y yo le pertenezco. Si tocáis un pelo de su magnífica cabeza solo podéis rezar con que yo os deje morir. Torturaré vuestra alma un millón de años.

— Yo— comprendo. Por favor libérame.

Y como si nada hubiera sucedido, Asa corrió por el camino que habían tomado los demás para encontrarse con ellos mientras Syllia permanecía con demasiadas cosas en la cabeza y un rostro pálido por la situación.

◆ ◆ ◆

En la casa del anciano de la aldea, el guardia permanecía aburrido mirando a la gente caminar de aquí hacia allá sin ningún propósito. Al ser una aldea tan pequeña los habitantes no tenían un sistema de comercio ni tampoco sabían lo que era la propiedad privada lejos de los matrimonios.

El ganado era cuidado por toda la aldea para el disfrute de todos, como una pequeña familia.

Mientras observaba esto, escuchó unos sonidos familiares. Unos sonidos metálicos de pasos que caminaban en perfecta formación. Las armaduras que él recordaba hicieron que soltara un suspiro de alivio gritando “¿Por qué habéis tardado tanto? Ya casi me había hecho viejo aquí”.

Todos los aldeanos de la zona miraban la escena de los guardias caminando en formación saliendo del bosque con Asa encabezándolos.

El guardia notó que algo iba mal. Los rostros de sus compañeros ahora parecían completamente blancos, sus ojos eran ahora esferas completamente blancas y llenas de venas rojizas de un color enfermo que invadía completamente el ojo.

Cuando vio esto, rápidamente sacó su arco solo para que el arquero zombie fuera más rápido y atravesara la cabeza del guardia de una flecha perfecta que cruzó magníficamente el cielo con un perfecto ángulo antes de dar a su objetivo.

El cuerpo sin vida borbotó sangre por el orificio de la flecha antes de caer sin vida al suelo con un ruido sordo.

Pánico en la aldea. Todos empezaron a gritar y a alertar a los demás de que habían unos monstruos atacando. Lamentablemente la aldea no tenía ningún tipo de protección ya que confiaban en el imperio para protegerse.

Pronto, He Yin y su séquito de no-muertos apareció como un halo celestial de muerte y destrucción detrás de él. Su sonrisa tranquilizadora podría haber ayudado si no hubieran osos, trolls y esqueletos vivientes detrás de él.

— Por favor todos mantened la calma. Yo no vengo con intención de causar ningún tipo de daño.

Los aldeanos no parecían confiar en él a pesar de sus palabras y cogieron todo tipo de instrumentos para atacar a los no-muertos que poco a poco formaban grupos saliendo del bosque.

A este grupo se habían unido los esqueletos del río que habían encontrado los guardias originalmente también.

— Quiero hablar con el líder de esta aldea. Que se presente ante mí, doy un minuto.

El anciano de la aldea había oído de lo que había sucedido aun estando escondido dentro de su pequeña vivienda. Él decidió respirar hondo y con sus viejas piernas caminó poco a poco hacia la puerta.

Al abrirla, su corazón casi deja de latir ante la escena.

Un hombre extremadamente hermoso rodeado de un pequeño grupo de no-muertos, criaturas vivientes armadas que parecían ser un ejército de la muerte dispuesto a segar todas las vidas a su paso.

Su voz tartamudeó mientras se arrodillaba ante He Yin.

— Y-yo soy e-el anciano…

— Por favor levántese. Yo no vengo a causar ningún tipo de conmoción.

He Yin ofreció su mano que el anciano aceptó con miedo. Cuando ayudó al hombre a ponerse en pie, él dijo algo en voz alta.

— Yo me disculpo. Fui yo quien robó mucho de vuestro ganado y también herramientas. Los aldeanos muertos también fueron mi culpa pero fueron en defensa propia. Ellos cruzaron una pequeña frontera de protección que yo tenía y mis criaturas me defendieron.

He Yin se arrodilló y puso su cabeza en la tierra.

— Yo pido disculpas por mis acciones.

— ¡M-maestro no debería-!

Todas las criaturas no-muertas junto con Asa y Meira pronto intentaron levantar a He Yin del suelo. Estaba humillándose ante unos miserables seres humanos que no tenían nada de poder.

— ¡¡P-por favor señor, levántese del suelo yo se lo suplico!! ¡No hay necesidad de que un hombre con tal poder se arrodille ante unos viejos aldeanos como nosotros–!

He Yin sonrió maliciosamente en su interior.

— Agradezco eso. Yo no he venido a iniciar ninguna guerra, tampoco a recolectar más ganado ni herramientas. Y lejos de lo que puedan pensar los demás aldeanos, tampoco ninguna vida. Vengo a ofrecer un pequeño acuerdo.

El anciano miró al hombre aún con desconfianza, pero él sabía que si se negaban a lo que aquel ser quisiera ofrecerles acabarían muertos. Aunque ellos fueran cerca de 300, aquellas criaturas desprendían un aura terriblemente amenazante.

— Yo vivía en una cueva no muy lejos de aquí. Lamentablemente aunque yo mantenía el bosque limpio de bestias, yo ya no puedo seguir viviendo allí. Mis criaturas ya no pueden moverse con libertad así que yo quería usar este pueblo como nueva vivienda.

— ¿C-cómo dice el poderoso hechicero…?

— Es simple. Yo proporcionaré protección, alimentos y mejoraré las condiciones de vida de este lugar. A cambio, yo quiero que todos me sirvan con todo lo que tengan y jamás me traicionen. Si eso llega a suceder, lamentablemente yo no tendré piedad.

Al decir estas palabras, Bones hizo sonar su daga de hueso contra sus costillas en un ruido seco de golpeteos que puso nervioso a la mayoría de aldeanos.

— ….¿Promete que estaremos a salvo….?

— ¡Tú baja forma de vida! ¡¿Cómo te atreves a-?!

He Yin puso una mano delante de Asa.

— Mientras se cumplan mis órdenes yo haré lo posible por proteger esta aldea.

El anciano miró detrás de él. Todos parecían confiar en lo que el anciano tenía que decir mientras bajaban sus ridículas armas como trozos de madera y piedras.

— Yo…. Nosotros aceptamos. Por favor cuide de nosotros de ahora en adelante….

El anciano junto con todos los demás se arrodillaron con dificultad ante He Yin.

El pueblo de Faith Regis ahora le pertenecía y él le daría buen uso.

Varios minutos después el guardia arquero que había sido atravesado por una flecha se unió a las filas de He Yin como otro guardia.

La ubicación del pueblo era perfecta ya que detrás de él tenía un bosque muy frondoso el cuál era cruzado por un río pequeño que ofrecía agua y recursos de forma generosa. Por la parte de delante había una cadena montañosa que impedía ser vistos desde largas distancias y la única salida era una explanada perfecta para construir.

He Yin usó sus habilidades de [Geología] para volver la arcilla en [Ladrillos]. Estos fueron acumulándose en una pequeña base de madera rectangular que usó como almacén para las materias primas.

No podían cometer un fallo como la atalaya insegura del bosque ya que si caía posiblemente podía romper una o dos casas.

Los guardias se dedicaron a vigilar los alrededores con Asa dándoles instrucciones. Alen se había establecido cerca de la aldea utilizando su habilidad de refuerzo para usarla con más fluidez. Él quería aprender a dominar bien su habilidad para poder enseñarla a otros no-muertos.

El plan original de He Yin era que si un no-muerto enseñaba habilidades a otros no-muertos, podía conseguir mutar a sus esbirros y hacerlos mucho más poderosos. Bones no podía hablar por motivos más que obvios pero Alen era diferente.

— Primero construiremos un pequeño castillo donde podamos protegernos de posibles ataques. Debido a que no tenemos mano de obra suficiente ni tampoco los materiales de momento, hagamos una pequeña casa reforzada de ladrillos y vigas de madera con doble soporte en las partes superiores.

— SíiIIiii… Maaaa….es….tro….

Con esto dicho, los esqueletos usando a Bear como fuente de movilidad para los materiales y a Trokk para los requisitos de precisión empezaron rápidamente con sus peticiones.

He Yin pasó varias horas transformando los materiales a medida que los esqueletos le traían las materias primas. Barro, arcilla, madera, piedra y en una rara ocasión algo de mineral de hierro que transformó en pepitas de hierro debido a la poca cantidad.

A pesar de que solo eran unos gramos de hierro, era de la máxima pureza disponible.

En unos días, el suelo fue adoquinado con rocas y mantenido firme usando un compuesto de arena, arcilla y piedra caliza triturada que formaban concreto, una primera fase de la producción de cemento gracias a la habilidad de Alquimia.

Él no quería que su primer dominio fuera una tierra de basura, así que poco a poco, el pueblo de Faith Regis empezó a tener una nueva forma.

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