Día 71
Hoy, ocho goblins subieron de rango a hobgoblins. Tres goblins se convirtieron en ma- gos, uno se convirtió en clérigo, y por primera vez nació un goblin chamán; los otros tres se convirtieron en hobgoblins regulares.
Honestamente me sentía felíz acerca de este significante aumento en el número de nuestros magos, debido a la emboscada del otro día; el incremento de chamanes que pudieran alargar la esperanza de vida de los no-muertos durante el día era un recurso extremadamente útil para nosotros.
Además de eso, hoy tres kobolds subieron de rango a kobolds ashigaru.
Cuando suben de rango a ashigaru, los kobolds consiguen un arma llamada «bio-lanza»
—un arma orgánica hecha de las células de sus cuerpos originales, por lo que parece que a medida que su cuerpo crece, las armas crecen con ellos—, los que se convirtieron en Ashigaru me informaron esta mañana, sujetando sus lanzas.
A pesar de que ellos tres debieron de estar sujetando lanzas por primera vez en sus vidas, las bio-lanzas que surgieron de su propio cuerpo podría decirse que eran una extensión de ellos mismos. Su manejo de la lanza no estaba tan mal.
Sin embargo, como estaban a años luz de dominarlas, los tres kobolds ashigaru planea- ron centrarse en entrenar el manejo de la lanza junto con el líder kobold, quien fue el primero en subir de rango a un ashigaru.
Aun así, muchos evolucionaron a causa de la cantidad de puntos de experiencia que ganamos en nuestra batalla contra el ejército humano. El aumento de los esclavos en nuestras fuerzas de trabajo y lucha es una bendición para nosotros.
Parece que vamos a alcanzar nuestro primer objetivo. Puesto que tenemos en nuestras manos algunas mujeres de nuestro enemigo que podemos utilizar para reproducirnos, deberíamos tratar de aumentar nuestros números. Pero si nuestro grupo fuera demasia- do grande, la cantidad de alimentos que necesitaríamos y otras dificultades aumentarían también, así que tendremos que coordinar el aumento.
Todavía tenemos que descubrir cuánto tiempo tarda en nacer un niño que supera el ran- go de hobgoblin. Como esperaba, ni siquiera Gobujii conoce la respuesta. Pero parece que cuando una mujer humana está embarazada de un niño goblin tarda unos 20 días, y si una goblin está embarazada tarda unos 25 días. Entonces, si una humana queda em- barazada de un hijo hobgoblin tarda 40 días, mientras que una hobgoblin embarazada lo está durante unos 50 días.
Aunque el periodo de dar a luz varíe, no puedo esconder mi sorpresa acerca de la rapi- dez. Ahora entiendo por qué los humanos cazan tan regularmente a goblins.
Por si acaso, comprobé que nadie hubiera adquirido una subespecie que coincidiera con alguno de los artículos mágicos que usan. No obstante, sin contarnos a Ogakichi-kun, a Dhammi-chan y a mí mismo, nadie más se ha convertido en una subespecie; como era de esperar, los otros no reúnen los requisitos para obtener una [Protección Divina].
Me ocuparé de esto más tarde.
Después del entrenamiento matutino de hoy, pregunté a Oxidado y los demás, que pare- cían oficiales comandantes, sobre el propósito del ejército humano, al cual había puesto collares de [Esclavo] y había encarcelado. Lo hice para lograr información de distintas fuentes y complimentar lo que había obtenido de Hidalga y los otros.
Como resultado, entendí la idea general que había tras la guerra.
Quien encendió esta guerra fue el Reino de Strenbilt —ya que todavía no conozco a otros países, lo llamaré Reino por ahora hasta que aparezcan otros—, cuando su princesa con- trajo una enfermedad terrible.
Después de la infección, tus órganos internos se pudren lentamente con el paso de los días. Más del 99% de las personas que contraen la enfermedad mueren antes de un año. Son pocos los casos en que el paciente sobrevive por unos 2 años, pero como también acaban muriendo sin ser curados, parece que ahora mismo no hay supervivientes.
Por suerte, la enfermedad no se contagia por el aire o por el vapor de agua. El hecho de que haya pocos casos parece ser la única salvación. Sin embargo, la escasez de casos también significa que hay pocas oportunidades de encontrar una cura.
Naturalmente, el Reino estaba decidido a intentar cualquier cosa para curar a la prin- cesa. Estaba enferma, pero seguía siendo conocida por Masako21, incluso estaba prome- tida —era por razones políticas, pero como al parecer ambos se querían el uno al otro, también iba a ser un matrimonio por amor—, así que ella necesitaba ser curada aún más.
Por encargo del rey, todos los doctores y los expertos en medicina del Reino estaban buscando frenéticamente un remedio.
No obstante, los resultados no fueron muy gratificantes. A pesar de que encontraron una manera de ralentizar un poco el avance de la enfermedad, casi la mitad de cada uno de los órganos internos de la princesa ya se había podrido.
Fue entonces cuando decidieron dormirla a la fuerza para liberarla del dolor constante que podía hacerla enloquecer, a la par que usar magia para regenerar los órganos inter- nos podridos y prolongar su vida.
Pero como los órganos estaban degenerando más rápido de lo que podían ser regenerados, no pudieron curarla.
Durante mucho tiempo pensaron que iba a morir sin que nadie encontrara la cura.
Sin embargo, un antiguo ciudadano del Reino, una mujer, tuvo una [Revelación Divina] del [Semidiós de la Sanación]. Ella había trabajado para quien ostentaba la [Profesión – Mujer Santa], quien rezaba cada día.
“Para curar la enfermedad de Chrysindo necesitas la medicina secreta de los elfos que viven bajo la protección del [Semidiós de la Profunda Lozanía].”
Según esa [Revelación Divina], el bosque donde nosotros nacimos cumplía con las con- diciones; tenían que conseguir la medicina secreta de los elfos que vivían en el Gran Bosque Kuuderun. El joven futuro emperador (quien tenía 24 años) del Imperio Kirka
—el cual voy a llamar Imperio, por la misma razón que el Reino— con quien estaba pro- metida la princesa, negoció con los elfos.
Pero a los elfos no les quedaba mucha medicina secreta, y debido a una antigua ley — los elfos tienen muchas leyes molestas y problemáticas— se negaron a entregarla a los «humanos».
Él trató de negociar una y otra vez, pero todo fue en vano.
Los elfos siempre han sido una raza orgullosa y miran por encima del hombro a los hu- manos. Yo, personalmente, creo que no se la hubieran dado ni aunque esa ley no hubiera existido. De todos modos, ya era un hecho, no iban a dar la medicina secreta ni al Reino ni al Imperio.
No cabía duda de ello, las negociaciones fallidas fueron el causante de la guerra. Pero, escuchando esta historia, parece que hay más circunstancias humanas involucradas.
Bueno, podría continuar con los detalles, pero sería demasiado fastidioso y solo me lle- varía a esta conclusión: “Los humanos son codiciosos.” Creo que eso lo dice todo.
Pero si tuviera que dar cuatro razones por las que los elfos son mejores, serían estas:
- Prácticamente todos los elfos son guapos. Son los esclavos sexuales ideales.
- Los elfos son superiores, como raza, a los humanos. Tienen excelentes defensas, así como destreza de combate.
- Su mithril; el bosque, con sus materiales en bruto y sus artículos mágicos, es ex- tremadamente goloso desde un punto de vista económico.
- Comparándolos con otros países, viven en un sitio que es mucho más conveniente en tiempos de guerra. Es un lugar de paso excelente.
Prestando atención a la historia, pensé que esas eran razones terriblemente prácticas. El gatillo original era con certeza la negativa de vender la medicina secreta para curar a la princesa, pero combinada con la gran avaricia de los humanos y sus expectaciones, el objetivo original se retorció y, al final, resultó en la actual guerra.
No puedo evitar pensar que los humanos, como raza, serían una molestia incluso en un mundo paralelo.
Ya que esta vez me encuentro en una buena posición para desaparecer si se da la oca- sión, no me molesta tanto.
También pregunté muchas más cosas. Fui especialmente cuidadoso al preguntar sobre la formación del ejército humano; porque quizás no sería capaz de derrotar a mi enemigo esta vez, en mi condición actual.
Puesto que Oxidado pertenece al Imperio, no sabía mucho acerca del ejército del Reino—el Reino y el Imperio al parecer tienen una alianza de fuerzas—, pero Hidalga-san, que pertenece al Reino, me contó todo sobre eso, por lo que no fue un problema.
Como esperaba, el gran Imperio tiene una buena cantidad de soldados que nos superan en calidad. Su ejército está compuesto por ogros, una especie de dragones humanoides llamados dragonoides y las tropas demoníacas de la «Alianza de quimeras Bestiales Mágicas», las cuales están formadas por el cruce de diversos monstruos. Parece que son muy fuertes.
Resulta que la mayoría de los miembros del escuadrón son esclavos. Al parecer, su due- ño les obliga a luchar hasta el límite de sus vidas. Una historia complicada y difícil.
Pero tan complicada como es, será fácil vencerlos si lo hacemos bien.
De todos modos, escogimos al humano encargado de dirigir a los esclavos.
Después de obtener la información que quería, junté a los hombres prisioneros con los goblins e hice que jugaran a un juego para que mejoraran su poder de mando.
De hecho era un juego de estrategia bélica en el que los jugadores con el título de capi- tanes tenían que mantener a los peones, los cuales estaban distribuidos equitativamente entre ellos, bajo su mando y atacar a los peones del oponente dando órdenes a los suyos.
Los peones iban equipados con espadas y escudos de madera, un arco, un hacha, una lanza o solo con el escudo. Se trataba de dar órdenes según el equipamiento de los cadetes.
Puesto que yo hacía de árbitro, no me uní al juego. Dhammi-chan y Supesei-san fueron ambas grandes comandantes, ganaron muchas veces. Por otro lado, Ogakichi-kun y Burasato-san fueron buenos tomando la iniciativa y abriendo las filas frontales, pero fueron demasiado débiles. Asue-chan estaba entremedio.
Esa es la diferencia entre cerebro y músculos. No cuesta entenderlo.
Ya que tomamos muchas provisiones del ejército humano, hoy no fuimos a cazar, solo hicimos entrenamientos de combate en la cueva. No, realmente no fueron entrenamien- tos, era más como jugar a un juego todos juntos. A través del entrenamiento, empeza- mos a ser amigos en cierto modo, así que quiero reforzar ese vínculo.
Primero, los humanos que tomamos como esclavos no pudieron esconder su sorpresa respecto a nuestro entrenamiento; pero fue divertido ver cómo sus expresiones se vol- vían gradualmente serias a medida que el tiempo pasaba.
Como el ejército humano apenas se había movido hoy, pudimos concentrarnos en prac- ticar. Eso es algo bueno.
Más tarde, esa noche, las mujeres humanas coqueteaban con mucho gusto (con los hom- bres, supongo). Y por la noche, las mujeres humanas se unieron felizmente al júbilo.
Quizás porque eran más lujuriosas que las elfas, o simplemente porque cayeron tan rá- pidamente, se adaptaron deprisa.
Solo Herrera-san y las otras tenían expresiones que mostraban sus sentimientos confu- sos; sin embargo, comparado con cuando acababan de llegar, su manera de pensar había cambiado bastante, así que no parecían tener ninguna queja real.
O bien, al estar en guerra, este tipo de situación no puede evitarse.
Además, no es como si la situación fuera a desmadrarse en cuanto se forzase hasta el límite; porque es algo de lo que uno es libre de buscar. Bueno, supongo que es eso; todos tienen cosas diferentes que les hacen felices. Ellas eran mujeres inteligentes y amables. Eran casi demasiado buenas para mí.
Después de eso, como me di cuenta de que algunas de las elfas de aquí y de allá mira- ban a las mujeres humanas con envidia —las mujeres humanas eran las encargadas del desahogo sexual ahora mismo, por lo que las elfas no estaban siendo forzadas—, traté de emparejarlas con algunos de nuestros nuevos kobolds ashigaru y hobgoblins.
Parecían bastante felices.
Una vez partes el orgullo de un elfo, es fácil hacerles obedecer. Bueno, aun así no inten- té hacerlo con ellas yo mismo. Ya estoy bastante satisfecho con la situación actual; no tengo necesidad de crearme enemigos sin razón alguna.
Día 72
Mientras entrenaba junto a Ogakichi-kun por la mañana como de costumbre, Oxidado, quien tenía el deber de luchar contra los esqueletos negros —aunque no llevaba puesta su armadura de hierro oxidada—, solicitó un duelo contra mí.
Al igual que el resto de los humanos, su orgullo estaba reducido a escombros y se en- contraba en fase de negación —como noble inferior del Imperio, parecía pensar que los goblins y los ogros estaban al mismo nivel que el ganado, sin embargo estaba siendo tratado como un esclavo por el ganado; eso parecía estar reventándole—, pero no se estaba golpeando la cabeza contra la pared para suicidarse, y en silencio hacía el entre- namiento que yo le imponía, incluso después de convertirse en esclavo, me gustaba que me mirara directamente a los ojos, así que decidí aceptar el duelo.
Y así, noté que Oxidado era verdaderamente fuerte.
Teniendo en cuenta únicamente las técnicas de combate, yo era definitivamente supe- rior; pero de entre todos los humanos con los que había luchado hasta ahora, él poseía la mayor destreza. Además de esto, parecía ganarme en características físicas básicas.
A pesar de que yo no estaba usando ninguna habilidad, superar a un ogro (variante) en fuerza física es espeluznante.
El aventurero que maté en la mazmorra de Velvet hace un tiempo era más o menos así de fuerte también; había estado esperando luchar contra alguien de ese nivel.
Mientras combatíamos, le pregunté acerca de sus habilidades. Al parecer, Oxidado os- tentaba cuatro profesiones combativas: [Profesión – Guerrero] nivel 100+, [Profesión – Caballero] nivel 100+, [Profesión – Monje] nivel 62 y [Profesión – Templario] nivel 25. Estas habilidades parecían ser el resultado de todo su entrenamiento hasta el momento.
Los puños de Oxidado eran rápidos y pesados, su cuerpo era flexible pero duro; y, sin desperdiciar ninguno de sus movimientos, iba directo a por mis puntos vitales.
Así como lanzándome libremente todo tipo de habilidades con destellos de luz blanque- cina —técnicas que solo pueden ser usadas por esos humanos débiles, también llamadas «artes de combate» en este mundo—, él fue un enemigo difícil. Sin embargo, no llegaba a ser tan fuerte como el desnudo oso rojo salvaje que me atacó.
Al final, gané yo.
Ya que los varios tipos de artes de combate disparadas rápidamente hacia mí no eran nada más que habilidades que causaban varios efectos22, fueron relativamente fáciles de contrarrestar.
Nota: [22] Con “varios efectos” se refiere a efectos negativos en su estado físico, en terminología de juego sería lo opuesto a los potenciadores/buffs/chetadas; suelen ser (en juegos) efectos como náusea, ceguera, lentitud, hambre, veneno, wither,
Pero como fue una victoria tan igualada, similar a cuando luché contra Ogakichi-kun, fue ofensivo dejar que el oponente pensara que él había ganado dependiendo solo de si habíamos luchado de forma diferente. Por eso me enfrenté a él y esta vez usé mis habi- lidades.
Pero para que eso ocurriera, necesitaba prepararme. Usando [Profesión – Encantador], fortalecí la defensa física, el poder de recuperación y el fortificador de defensa de Oxi- dado, ya que solo llevaba puestos unos pantalones cortos de cáñamo.
Con cara de sorpresa, Oxidado me miró, pero yo mejoré enormemente mi poder de de- fensa usando [Profesión – Guardián] y [Piel Robusta del Señor de la Montaña]. Puesto que mejoré mi poder ofensivo con [Profesión – Monje] y [Músculos Flexibles y Fuertes del Señor de la Montaña], no me supondría ningún problema.
Más bien, al usar habilidades de este nivel, por lo menos esta mínima preparación es necesaria para asegurarme de que no tenga miedo de morir por mis ataques. Si no su- primía mis habilidades por lo menos hasta este punto, hubiera atravesado los encanta- mientos que le había dado. Realmente es una pena.
Entonces, una consecuencia del resultado. La forma harapienta de Oxidado se puso a rodar por el suelo.
El chico tenía agallas, pero creo que me pasé un poco. Bueno, se desmayó con una ex- presión facial de bastante satisfacción, así que supongo que iba a estar bien. Mientras lo trataba, me di cuenta de que Ogakichi-kun me estaba mirando fijamente.
Esa mirada decía que también quería luchar contra él. Lo vi, Ogakichi-kun quería luchar contra Oxidado a puños. Seguro que si Ogakichi-kun y Oxidado se atacaban a puños, sería un combate incluso mejor que el mío.
Cuando Ogakichi-kun luchó anteriormente contra él, arrolló por completo a Oxidado; pero entonces no se trataba solo de las habilidades y demás, el uso de tantos artículos mágicos influyó en el resultado.
El poder de defensa de su Escudo de Torre, [Escudo Mutilador Oscuro del Ogro], estaba fuera de lo ordinario; el hecho de que él pudiese repeler todas las artes de Oxidado como si fuera un mero juego de niños era una prueba de ello.
Por eso quería luchar a puños, probablemente él también quería ganar esta vez.
Quería ganar con su propio poder, sin depender de ninguna herramienta. No obstante, tuvo que esperar solo un poco más. Mientras decía eso, él ya estaba esperando que el tiempo pasara.
En la situación actual, su desventaja sería demasiado grande.
Después de que terminara de curar al ahora despierto Oxidado, lo puse a luchar contra Ogakichi-kun.
Fue una gran batalla después de todo. Ogakichi-kun, quien tenía mejores características que yo, estuvo más o menos igualado con Oxidado. Pero al final, Ogakichi-kun de algún modo se hizo con la victoria con su incansable resistencia.
Fue un combate igualado, pero ambos parecieron haberlo disfrutado; así que no hubo problemas.
O más bien, Oxidado lo disfrutó. ¿Qué hay de esa incomparable adaptabilidad que tenía? Se lo pregunté mientras compartimos un poco de sake élfico durante la comida.
Dijo que quería dejar de ser un caballero del Imperio para unirse a nosotros.
Escuchando su historia, me dio a entender que había muchas subespecies viviendo en el lugar donde había crecido. Por eso no discriminaba racialmente a nadie a diferencia de lo que se suele ver por parte de la gente del Imperio y el Reino, así que no tenía ninguna aversión. De hecho, puesto que él no entendía por qué los humanos a su alrededor odia- ban a las subespecies, no se relacionaba mucho con ellos.
Además, en el lugar donde creció, las peleas ocurrían a diario, quizás porque a Oxida- do le enseñaron que era natural servir a aquellos quienes eran más fuertes que él. Su servidumbre al Imperio se debía a la pérdida de su previo líder caballero, así que, para empezar, nunca sintió ninguna lealtad por ellos. Y cuando el anterior líder caballero mu- rió en batalla, fue reemplazado por un noble llamado Bonbon, de quien él nunca había oído hablar.
Aun así, si Bonbon hubiera tenido la capacidad, él lo hubiera aceptado. Pero Bonbon perdió contra Oxidado sin que él tuviera que usar su poder real; es más, ni siquiera esta- ba al nivel de luchar equitativamente contra un caballero normal. Como mínimo, si hu- biera tenido dotes de comandante, todavía podría haber sido aceptable. Pero ni siquiera las tenía. Solo consiguió ser un líder caballero por sus conexiones.
Por ese motivo, Oxidado no sentía ninguna lealtad hacia el actual líder o lo que fuera. En realidad, era el contrario, lo odiaba.
Aunque si solo hubiera sido eso, no habría pasado nada. Hubiera podido soportarlo. Pero cuando el previo líder murió, los otros caballeros, quienes comían arroz del mismo bol y se habían convertido en la única razón para que Oxidado se quedara, cambiaron su afiliación para que los otros nobles, quienes eran próximos a los actuales líderes, pu- dieran unirse a la misma unidad.
Como resultado, al unirse nuevos hombres como substitutos, sus camaradas se fueron a otra unidad de caballería. Oxidado, quien se había convertido en el segundo líder, fue el único al que dejaron. La razón por la cual lo dejaron atrás, aparentemente, fue por el bien del entrenamiento de los miembros.
Esa unidad tan fuerte fue el resultado, debido a que él se había convertido en un instruc- tor, continuó entrenando y trabajando honestamente.
Por cierto, el actual líder murió por causas naturales, siendo embestido por una roca. Ahora que lo pienso, tengo la corazonada de que un soldado normal vestido con una espléndida armadura estaba allí por algún motivo. Pero no estoy seguro.
Volviendo al tema.
Oxidado entrenó a todos nos nuevos reclutas. Sin embargo, Oxidado era un hombre común que labraba su ascensión, estaba en otra onda y tenía una mentalidad diferente a la de los otros miembros que tenían ascendencia noble; él no se podía llevar bien con ellos. También había ganado algunas habilidades reales recientemente, así que las dis- putas aumentaron.
Todo se volvió muy molesto y no tenía ninguna buena razón para quedarse; así que, cuando nos conoció, ya tenía pensado lo de retirarse de ser caballero.
Esto es el destino, fue mi inmediata reacción. Parece ser la razón de todo lo que ha ocurrido. Ya veo, es así de claro y sencillo.
Sabía que era verdad, sin duda, porque él me lo dijo cuando usé [Comandar] —la cual usé, solo por si acaso, para asegurarme de que no pudiera mentir. No tuve ninguna queja y lo acepté, ya que Oxidado parecía útil. Es mejor utilizar a la gente cuando pueden ser utilizados, igual que los elfos.
Oxidado fue liberado de su collar y le insertamos el pendiente en su oreja bajo su propia voluntad. Tras asegurar el pendiente, le devolví su armadura completa y volvió a tener su apariencia de caballero oxidado.
Con esto, Oxidado ya no es un esclavo, sino un camarada. Puesto que nadie más que yo lo había aceptado todavía, tenía ganas de ver qué nos iba a enseñar a continuación.
Por ahora, él estaría bajo mis órdenes directas.
Por la tarde, tuve que salir a hacer la preparación de la zona de nuestra caza/emboscada.
Hice que Oxidado le enseñara a Pelirroja algunas artes de combate de mientras. En este momento, Pelirroja solo conoce 6 artes de combate en total.
- [Corte], para incrementar su poder de corte en una sola estocada.
- [Golpe de Escudo], para golpear al enemigo con un escudo y así obstruir sus mo- vimientos con cierta probabilidad.
- [Puñalada], para concentrar energía e incrementar el poder de perforación cuan- do se da en un solo punto.
- [Ráfaga], para incrementar el poder de ataques cortantes continuados, pero tiene grandes demoras [23].
- [Caída], para fortalecer el cuerpo de quien la usa al nivel del de un monstruo, amplificando su magia interna.
- [Versatilidad], para usar libremente las habilidades de un monstruo por un periodo de tiempo tras haber comido su carne y su carne y su sangre.
Si eres un [Profesión – Guerrero], puedes usar fácilmente las primeras 4 artes antes mencionadas. Las últimas dos son artes que solo pueden ser usadas por alguien que conoce una [Profesión] específica como [Profesión – Soldado Noire].
Para un aventurero novato, conocer 6 artes ya es mucho, pero el número de artes que Oxidado puede usar es mayor que 70. Porque, al parecer, puedes usarlas en cuanto em- piezas a practicar artes con una [Profesión]. Tengo la intención de que me enseñe a mí también cuando obtenga la [Profesión] prerrequisito para conseguir las habilidades correspondientes.
Un monstruo que pueda usar libremente las artes que solo pueden ser usadas por hu- manos. Hmm, cuando use las artes, debería considerar limitar los testigos visuales en la medida de lo posible.
Nota: [23] Supuestamente requeriere esperar bastante tiempo entre uso y uso, antes de volver a usarla.
Día 73
Asue-chan desenterró un manantial termal.
Hasta ahora, para lavarnos teníamos o bien que ir al río, o bien que fregar nuestros cuer- pos usando toallas empapadas en agua generada por los cristales de agua y almacenada dentro de tarros de cerámica. Pero con esto pensé que podríamos relajarnos poniéndo- nos en remojo en la pseudo-bañera; y extrañado, pude sentir que había varios misterios sobre la localización, la geología y otras cosas de ese sitio.
Bueno, es fantasía. Cosas como esas pueden existir, probablemente.
Por eso colaboré con Asue-chan y compañía. Por hoy nos dedicamos a completar el onsen24. Por fortuna, teníamos algunos esqueletos y otras criaturas como trabajadores que no necesitaban descansar. Usando esos esqueletos, y otros, levanté un programa de trabajo que hubiera sido impensable de otro modo.
Usando nuestras habilidades, y varias funciones de fuerza, tuvimos todo el trabajo he- cho antes de que viniera la noche.
Dividimos los baños en tres, uno mixto, un baño con una división enmedio donde hom- bres y mujeres estaban separados, y otro que solo Ogakichi-kun y los otros jefes tenían permiso para usar. Acabó siendo un lugar bastante grande.
Aunque algunas partes de los baños termales quedaban abiertas al exterior de la monta- ña, era difícil mirar desde fuera porque había rocas obstaculizando. Además, el peñasco escarpado les hacía la entrada difícil a los enemigos no voladores.
Sin embargo, bajo el pretexto de «por si acaso», llenamos el sitio de trampas.
Al acabar nuestra cena, naturalmente las primeras personas que entramos en los baños termales acabados fuimos nosotros.
Los demás, quienes entraban en un baño termal por primera vez en sus vidas, fueron cu- rados por el agua. Solo por si acaso, bebimos el agua y confirmamos que no había nada malo en beberla; así que no cabía la posibilidad de que alguien muriera envenenado.
Más bien, el agua caliente tenía el efecto secundario de mejorar la recuperación de uno, al igual que en una fantasía; así que desde ahora la continuaremos usando.
Bueno, bueno, fue un buen final.
Nota: [24] En japonés significa “baños termales”, es lo que solemos ver en los mangas/animes que es un re- cinto tradicional de pago construido sobre un manantial de aguas termales, aprovechan el calor natural de estas aguas de procedencia volcánica y sus propiedades beneficiosas (minerales, sales…) para el cuidado de la piel, la belleza y la salud.
Historia paralela del día 76:
Punto de vista de una esclava
Mi abuelo me habló de las aguas termales hace tiempo.
Se ve que te sumerges en agua caliente que sale del suelo después de que se haya enfria- do hasta cierto grado, y sientes como si estuvieras en un pequeño paraíso terrenal. Lo recuerdo muy bien, ya que mi abuelo me lo contó como si tuviese muy buenos recuerdos de ello en el pasado.
Mi ciudad fue atacada por bandidos, quemaron mi casa y asesinaron a mi familia. Solo yo sobreviví, dado que había salido al bosque por casualidad, y desde entonces, me con- vertí en un soldado de manera voluntaria. Era eso o prostituirme.
Hasta ese día, casi nunca me había metido en nada parecido a una bañera. A lo sumo, había limpiado mi cuerpo con un paño húmedo o ido a un río cercano con mis amigas. Pero los hombres del pueblo venían a espiarnos y hacía mucho frío en invierno, por lo que mayormente me había lavado con un trapo hasta ahora.
La situación mejoró significativamente una vez me hice soldado, pero incluso entonces, nunca llegué a sumergirme entera en agua caliente. Usaba un objeto mágico llamado ca- bezal de ducha que vertía agua caliente sobre mi cabeza. Aun así, ese era un momento de felicidad para mí, y se convirtió en uno de mis placeres imaginar cómo sería realmente sumergir mi cuerpo en una fuente termal.
Pero entonces nuestra lucha con los elfos comenzó. La unidad a la que pertenecía fue elegida para servir. Si conseguía salir de esa, podría ser promovida. Mi situación podría no estar tan mal, teniendo en cuenta que había empezado siendo una plebeya. Me moti- vé a mí misma con la idea de que podía ser capaz de vivir una vida mejor.
Sin embargo, acabé siendo capturada y esclavizada.
Cuando me atraparon, pensé que había sido inútil elegir ser un soldado por no querer vender mi cuerpo como una prostituta. A partir de ese momento, sería violada por go- blins y hobgoblins y pasaría el resto de mi vida siendo una máquina de criar. Pensé que era mi destino pasar una vida tan desgraciada.
Pero estaba equivocada.
Los goblins eran más disciplinados de lo que pensaba y, sobre todo, eran gentiles. Puede sonar extraño, pero una vez me acostumbré a ellos, misteriosamente sentí que tenían cierto encanto.
Por lo que había oído de mis mayores, las mujeres capturadas eran violadas hasta que quedaban hechas polvo y morían. Pero a mí me dejaron vivir una vida casi mejor de la que tenía originalmente.
La cama que me dieron era suave y cómoda, y su comida estaba buena.
Y, lo más importante, ¡dimos con una fuente termal hace poco! La medio demonio Asue, que era como una hermana mayor para mí, la desenterró.
Por eso, el plan pasó a ser la instalación de la fuente termal, ¡y yo también iba a ayudarles!
La terminamos en un día. Creo que, simplemente por la velocidad, queda claro lo increí- ble que era la mano de obra de sus esqueletos incansables.
Después de que los rangos superiores probaran las aguas termales, se nos permitió a los demás entrar también en ellas.
Eran los baños termales que había imaginado durante tanto tiempo, podría decirse que había cumplido el sueño de mi vida. ¡Esos baños termales estaban justo enfrente de mis ojos!
Mi corazón se aceleraba a medida que me iba sumergiendo poco a poco, y todo mi cuerpo se derretía con un placer indescriptible. El agua caliente se estaba llevando mi sensación de fatiga. Los músculos tensos alrededor de mis articulaciones se relajaban y sentía como mi flujo sanguíneo mejoraba.
Cuando traté de beber el agua, noté una sensación de vigor desbordante por todo mi cuerpo.
Lo único que pensaba era que no me importaría permanecer allí experimentando ese placer todos los días de mi vida.
Sí, no estaba mal…
Había encontrado una felicidad que solo se podría haber encontrado aquí.
Día 74
Por las trampas que instalamos nosotros y el ejército élfico, los humanos perdieron mu- chos de sus miembros, y al parecer eso ralentizó su avance.
Padre Elfo nos enseñó sucias combinaciones dobles, triples y cuádruples de trampas — parecen haber sido muy efectivas.
Los humanos se dieron cuenta de que la inteligencia interna se había filtrado porque su ruta para el avance se había convertido en un bosque cargado de trampas. Por lo tanto, a modo de contramedida, el ejército humano retiró temporalmente su frente para revisar su estrategia.
Mientras que uno de mis clones se infiltraba para recopilar información detallada, em- pezamos a preparar un ataque sorpresa a la unidad de suministros, que tenía previsto llevar las provisiones a los humanos estacionadas en el bosque.
Los suministros son una cuestión de vida o muerte durante una campaña. Estando en un bosque, la comida y el agua son más fáciles de conseguir que, por ejemplo, en un de- sierto; pero debido al gran número de enemigos, necesitarían más alimentos, y también son útiles cuando la moral es baja. Además de eso, las armas y armaduras también están sujetas al desgaste por uso.
Será especialmente útil para reducir sus materiales prescindibles, como las flechas, de aquí en adelante. Además, como podemos quedarnos con las armas que tomemos, esta- remos matando dos pájaros de un tiro.
La unidad de suministros llegó desde las llanuras.
No podíamos atacarlos en las llanuras; porque, obviamente, éramos demasiado pocos en número. Nuestros números, incluyendo los 47 prisioneros de guerra, ni siquiera alcan- zaban las 200 personas; el número de los que podían luchar era incluso menos.
En comparación, la unidad de suministros estaba compuesta por más de 600 personas. Casi tres veces más que nosotros. Debido a esta diferencia en los números, hubiera sido estúpido atacar en las llanuras abiertas.
Bueno, no era un enemigo al cual no podíamos derrotar, si jugábamos bien nuestras cartas, pero teniendo en cuenta el daño que nuestro lado tomaría, lo más sabio era parar. Por esa razón, esperamos que la unidad de suministros llegara al bosque.
De acuerdo con la información que obtuve de Hidalga-san y Oxidado, la unidad de su- ministros había llegado al punto muerto.
Miré a los esclavos que me seguían. Aunque algunas de las caras de los esclavos pali- decieron por mi culpa, aumenté el poder de control de mis clones sobre ellos utilizando [Parasitar]; como resultado, hubo muchos de ellos que ni siquiera podían mover libremente un dedo.
Habría sido mejor si hubieran luchado por mí por voluntad propia, como lo hace Oxidado, pero me di cuenta de que no tenía otra opción. Para mí, no eran más que peones desechables de todos modos.
Como no podía evitar que se sintieran tristes después de esto, mi intención era hacer un buen uso de ellos.
Mi próximo plan no fue nada especial.
En primer lugar, Oxidado ya era un amigo ahora, solo quedaban 17 hombres esclavos, entre ellos tenía a diez simples caballeros nobles, sin ninguna [Profesión] como [Mago] o [Encantador], para cargar contra la unidad de suministros.
Entonces fingimos perseguirlos.
Los caballeros humanos corriendo, perseguidos por ogros, goblins y kobolds armados gritando, con altas intenciones asesinas.
Ver algo como esto habría tenido que ser suficiente para que el enemigo identificara sus amigos y, por lo general, uno trataría de proteger sin pensarlo a los que ve como amigos. Sin embargo, como tendrían su atención puesta en su enemigo, había una posibilidad de que no los ayudaran.
Pero fue un gran éxito.
Tras confirmar que se habían infiltrado con éxito, nos escondimos en una trinchera construida un poco más lejos y utilizamos nuestras ballestas automáticas producidas en masa para disparar flechas untadas de veneno a nuestro enemigo, con cuidado de no golpear a los esclavos. Los que podían usar la magia la usaron para debilitarlos, y el chamán hobgoblin hizo que 6 fantasmas utilizaran [Desanimar] en nuestro enemigo para añadir rareza a la situación.
Debido a los árboles y los arbustos, la exactitud de nuestras flechas y magia no era tan alta, pero nuestro enemigo tenía el mismo problema. Solo teníamos que esperar a que los preparativos se completaran, porque todo esto era para reunirlos en un solo lugar, deteniendo su avance, mientras que disminuía su número.
Pasado un rato, los diez caballeros nobles, que fueron confundidos por amigos de nues- tro enemigo, comenzaron su asalto.
Dispersaron los artículos mágicos [semillas explosivas], que son una creación original hecha por Alquimista-san y por mí.
Están hechas de materiales que se encuentran en el bosque, como [Hierba Aceitosa – Yusa25] y [Semillas Explosivas]. Debido a que son bastante potentes, aunque sean fáciles de hacer, esparcidas en un lugar lleno de gente podrían generar unas 50 víctimas heridas o muertas. Al ser tan fáciles de producir en masa, son un arma mágica espléndida.
Hay una posibilidad de matarte a ti mismo si estás demasiado cerca de la explosión, pero como yo tenía a los esclavos para usarlas, no me importaba; ya que son peones desechables.
Di la orden de seguir usando las semillas explosivas. Si ellos morían, nosotros recoge- ríamos los huesos. Las explosiones de las 300 semillas explosivas lanzadas tronaron a través del bosque por un momento.
A pesar de que las explosiones habían terminado, nuestro enemigo seguía estando con- fuso. Di instrucciones al equipo de Asue-chan para que derrumbaran el suelo bajo los pies de la unidad de suministros. Puesto que habíamos hecho algo como eso antes, ella completó la tarea con facilidad.
Solo cayeron unos dos metros, pero eso fue suficiente.
Por el cambio repentino de posición, perdieron el equilibrio y no pudieron huir. Al igual
que antes, enviamos una lluvia de flechas envenenadas y una lluvia de magia desde lejos.
Y los elfos, a quienes había dicho que subieran a los árboles de antemano y esperaran, los rociaron con botellas de un veneno que había creado yo mismo.
Como el veneno era un anestésico de acción rápida, los soldados golpeados cayeron al suelo inmediatamente. Todavía no estaban muertos, pero ya no serían capaces de pelear.
Mientras daba instrucciones, también usé [Profesión – Juglar] y [Tono del Cristal Rojo]. El sonido que salió de mi voz cantante, en combinación con un instrumento que recuer- da a una guitarra, fortaleció a mis aliados y debilitó a mis enemigos.
La unidad de suministros no tenía ningún soldado fuerte, no era realmente necesario pero uno nunca es suficientemente cuidadoso. Era posible que los refuerzos enemigos fueran atraídos por el ruido de las semillas explosivas detonadas.
Por eso no podíamos dar por hecho nuestro trabajo hasta el final, pero terminamos el
plan sin problemas.
Tres de los diez caballeros que utilizaron las semillas explosivas fueron atrapados en la explosión y murieron, cinco resultaron heridos por los fragmentos y los dos restantes regresaron sanos y salvos. Esas fueron todas las víctimas por nuestra parte.
Nota: [25]Es hierba aceitosa y tiene el nombre de
Di las gracias a los tres que murieron por su trabajo. Como sus cuerpos fueron desmem- brados por la explosión, todos cogimos algún trozo mientras recogíamos la comida y los presos.
Por cierto, Pelirroja no vino con nosotros. Aunque ya no se opone a comer monstruos, tuvo que abstenerse de comerlos delante de los seres humanos.
Algunos de los miembros de la unidad de suministros estaban gravemente enfermos. Como era una molestia sanarlos, los matamos allí mismo —por lo que no tuvimos que sufrir por más tiempo. Me comí todos sus corazones y algunos de sus cuerpos, y lo sus- tituí por mi propia carne y sangre.
Comimos a tantos enemigos muertos como pudimos. Solo los que comen hasta morir vivirán. Es un artículo de mi credo.
Los demás goblins también compartieron la comida.
Tomamos las personas con heridas leves como prisioneros de guerra, sumaban exacta- mente cien; todos ellos varones. Había algunas mujeres pero murieron por el ataque. Bueno, era inevitable.
Ya éramos suficientes en número; no hay mucha necesidad de capturar más activos innecesariamente.
Como había una cantidad insuficiente de piezas y collares, he resuelto el problema de- rramando un poco de sangre y clonándome a mí mismo, luego insertando [Parasitar] en sus cuerpos.
Afortunadamente, había muchas materias primas diversas, como la sangre, en grandes cantidades.
Habilidad [Ofensiva Continua] aprendida |
Habilidad [Quiebra-Cascos] aprendida |
Habilidad [Apuñalar] aprendida |
Habilidad [Escabullirse] aprendida |
Habilidad [Perforación de Armadura] aprendida |
Habilidad [Baile de la Tormenta de Espadas] aprendida |
Habilidad [Forzar Ataque] aprendida |
Habilidad [Profesión – Francotirador] aprendida |
Habilidad [Profesión – Soldado de Suministros] aprendida |
Obtuve varias artes de combate como las de Oxidado. Desde [Ofensiva Continua] hasta [Baile de la Tormenta de Espadas], todas eran artes de combate.
En mi caso, me sorprendí gratamente cuando intenté activar mis habilidades junto con las artes de combate simultáneamente y aumentó mi poder, comparado con cuando las uso de forma individual.
Los prisioneros y el botín fueron traídos de vuelta.
Mientras estábamos volviendo, mirando las caras sombrías de nuestros nuevos prisione- ros, de repente me acordé de algo.
Todavía había algo de espacio en la cueva, pero esto es complicado honestamente ya que los Soldados de Suministros no eran tan fuertes como peones.
Por esa razón, decidí distribuir la mitad de ellos a los elfos. Solo como forma de pagar mi deuda.
Caminamos hasta el pueblo de los elfos y Padre Elfo se los quedó.
Puesto que tengo muchos peones a mi disposición, tengo una gama más amplia de op- ciones disponibles para mí, haciendo que esto fuera una decisión rápida.
A forma de pago recibí algunas cosas útiles como artículos mágicos.
A propósito, mientras intercambiamos la nueva información obtenida, le pregunté acerca de la medicina secreta.
A pesar de que es fuerte, no tiene efectos secundarios para su uso y también tiene mu- chas aplicaciones prácticas. Puesto que el poder del [Semidiós de la Profunda Lozanía] se mezclaba sutilmente dentro, era extremadamente rara y mostraba el efecto de un medicamento para todo… Esto… ¿No adquiriría nuevas habilidades si me la comía?
Desviándome un poco de mis pensamientos originales, llegué a una súbita comprensión; solo entonces recordé que ya me habían dado la medicina secreta élfica.
A ver, al principio del día 54, cuando conocí Padre Elfo. Él me lo dio como regalo, junto con un poco de sake, pero como yo estaba muy impresionado con el sake élfico, había permanecido intacto en mi inventario.
Recordando esto, me pregunté por qué me había dado una preciosa medicina secreta de esa manera. Cuando se lo pregunté, me respondió que estaba en contra de la ley dársela a los humanos, pero no estaba en contra de la ley dársela a un ogro que salvó a su hija.
Eso es bastante retorcido. Por lo tanto, si el Imperio no hubiera enviado un ser humano para conseguir la medicina secreta, podrían haberla conseguido. Bebí el medicamento en el camino de regreso.
Habilidad [Regeneración Rápida] aprendida |
Habilidad [Elixir de Sangre] aprendida |
Mi sangre se convirtió en la medicina secreta.
Para experimentar, hice que uno de los esclavos, cuyas heridas todavía no habían sana- do, bebiera mi sangre y vi un espectáculo increíble.
Todas sus heridas se curaron al instante.
¿Qué es esto? Escalofriante.
Si se corría la voz acerca de esto, podría ser el blanco de los seres humanos con fines de lucro.
Mirando el lado positivo, aumenté mi capacidad de curación en gran medida; sin embar- go, todavía tenía la sensación de que el riesgo resultante no valía la pena.
Ya que los seres humanos son codiciosos, arrogantes, frágiles, obstinados, pero mayores en número, tendría que cuidarme de que no se enteran.
No, incluso si se descubría, solo tenía que matar a aquellos que lo supieran. Mientras pensaba en estas cosas, volvimos.
Historia paralela del día 76
Punto de Vista de un esclavo noble
¡¿Quién se creen que soy?! ¡Soy el segundo hijo de la noble familia vizconde Yusless! Provengo de un linaje puro que ha servido el Reino a lo largo de los siglos. Mi nombre es Disgais Rilly Yusless26.
Me deshice de mi estúpido e inútil hermano mayor, casé a mi cualificada hermana pe- queña con otra familia, y llevé a mi excelente hermano menor a una academia. Por eso, el siguiente líder de la familia Yusless es el gran Disgais, ¡ya te digo! ¡Soy uno de los grandes, ya te digo!
Siendo así, ¡¿por qué se me asignó algo como esto?! ¡No me jodas! ¿Por qué debo guar- dar tantas bombas mágicas, ayudar con mis habilidades de protección y esparcirlas por toda una base militar…?
¡Es de sentido común que una cosa así no debe hacerla un noble como yo, sino alguien prescindible, como un granjero o un soldado común!
Y… Y… ¡No puedo perdonarlos por calumniar sobre mí, diciendo que soy un completo in- útil, y usando técnicas estúpidas para obligarme a hacer cosas! ¡Recuerden esto! Cuando la familia vizconde Yusless se pone seria, los de especies inferiores como los ogros pue- den acabar… ¡No, no, no! ¡Deténganse! ¡No se acerquen a mí! ¡¡No soy comida!! ¡¡¡Mi cabeza no es comestible!!!
Fuhh… Se fueron.
¡… Mierda! Mierda, mierda, mierda, mierda.
¡No me jodan! ¡No me jodan! ¡¡¡No me jodan!!!
¿Quién se creen que…? ¡¡¿¡QUIÉN SE CREEN QUE SOY!?!! ¡Yo no debería morir en un lugar como este! ¡Todavía me quedan muchas cosas por hacer!
¡Ahhh! ¡Paren! ¡No me obliguen a moverme diciendo que tengo que empezar alguna estúpida misión! ¡Ya basta! ¡Pareeeeeen!
¡…! ¡Eh…! ¡EH! ¿No es ese Pocasluces27, mi fiel aliado?
¡Ayúdame! ¡Quítame esa cosa mágica del bolsillo y también la que tengo en la oreja!
¡Rápido, rápido, rápido! ¡Libérame antes de que den una orden! ¡Si no, no podré salir! No, idiota, quieto. No los ataques. ¡Es una trampa! Los que nos vigilan son solo el cebo,
¡el verdadero problema son los objetos mágicos que llevamos encima!
Te lo dije, date prisa y ayúdame… ¡Para! ¡Mis brazos! ¡No te muevas! ¡No me quites eso!
Nota: [26]Su nombre significa «Este tipo es realmente inútil» en inglés. [27]El significado de su nombre original era este, no se habría entendido el chiste si no.
¡No lo hagas! ¡No lo tires, no lo tires, me vas a arrastrar con…!
¡¡Nooo, paaraaaaaa!!
*EXPLOSIÓN* *ESTALLIDO* *DESTELLO*
Una innumerable cantidad de [Semillas Explosivas] explotaron.
¡Auuuchhhh! ¡Un fragmento, un fragmento atravesó mi cabeza! ¡¡¡Ay, ay ay, ouououo- uouch, duele!!!
Ni siquiera entonces mi cuerpo dejó de moverse. Mi cuerpo no paraba de tirar y tirar y tirar más objetos mágicos.
Los objetos mágicos estaban golpeando el suelo y mis aliados… ¡¡estaban explotando, explotando y explotando!!
Mi cuerpo voló por los aires con una de las explosiones, y los objetos mágicos que te- nía en mi mano detonaron por el impacto, ¡¡me arrancaon el brazo derecho!! ¡DUELE!¡¡¡¡DUELE MUCHO!!!!
¡No! ¡¡Paren!! ¡¡¡Por favor, paren ya!!!
Y, por mucho que lo intentaba, lo intentaba y lo intentaba, no podía evitar que mi cuerpo se moviera en contra de mi voluntad. Paren, por favor, déjenlo ya, se lo ruego, les voy a dar tanto dinero como ustedes quieran, que alguien… ¡¡¡¡¡meee aaayuuuu- deeeeeeeeeEEEEE!!!!!
Mi… cuerpo … dejó de moverse.
¿Qué… me… pasó?
Me cues… respirar, el mundo… se ha vuelto… oscuro…
¿Voy a… morir? ¿Yo… aquí?
Ah… no quiero… morir… soy…
……………………………..
*DESTELLO* *EXPLOSIÓN*
«Causa de la muerte: explosión»
«Edad del fallecido: 22»
Día 75
Hoy no entrené en la cueva, en su lugar fui al río con todo el mundo.
Bueno, puesto que los ogros también tenían que caber, nuestra bañera era bastante pro- funda; pero debido a eso, muchos se han ahogado en ella. Como muchos no saben nadar, probablemente no podía evitarse.
Pero sería realmente problemático si alguno de ellos muriera simplemente porque no sabe nadar.
Por lo tanto, hoy me decidí a tener una práctica de natación.
Puesto que llevaba tanto tiempo esperando esta oportunidad, nos fuimos a la cascada donde los Lagartos Verdes nos atacaron hace algún tiempo. Herrera-san no sale muy a menudo, pero vino con nosotros para cambiar de aires.
Como yo tenía a mis clones explorando el bosque, sabía que los Lagartos Verdes todavía vivían justo por encima de la cascada y esperaba que nos atacasen, pero al final no se presentaron.
Fue un poco decepcionante, pero si Herrera-san disfrutó de la natación, supongo que está bien.
Día 76
Al parecer no tendremos a nuevos hobgoblins hasta que nazcan los niños.
En este momento tenemos 15 goblins. Todos ellos dejaron de subir de nivel tras llegar a nivel 100. En resumen, estos 15 goblins no tenían la capacidad de evolucionar. Eso era demasiado malo.
No obstante, no hay necesidad de apenarse. Si no podían hacerse fuertes rápidamente subiendo de nivel, solo tendrían que entrenar constantemente para hacerse fuertes.
“El entrenamiento no te defraudará. Aunque seas un goblin, si puedes convertirte en un goblin de élite, ¿no es mejor?»
Eso es lo que les dije a los goblins deprimidos para animarlos.
Y aún hay espacio para el crecimiento de los kobolds de nuestro lado.
Cuando me desperté esta mañana, teníamos dos kobolds ashigaru más y un kobold extra que puede llamarse genin28.
Puse los ashigaru en el curso de formación programado y luego centré mi atención en el kobold genin.
El kobold genin tenía una espada corta llamada «bio-espada» —una versión en espada de la bio-lanza— y una constitución más delgada que un kobold normal.
Su rostro todavía se asemejaba al de un perro, pero pude ver un destello de inteligencia en sus ojos, su físico también era más cercano al de un ser humano. Además, ahora pa- recía ser capaz de utilizar un tipo de magia, la brujería ninjutsu29.
Puesto que es un ninja y parece que va a brillar en áreas como la recopilación de infor- mación, le instruiré para mantener siempre su presencia oculta a partir de hoy.
Si lo hace, su presencia será débil. Entiendo muy bien que esta especie sobresalga en discreción. De hecho, el ocultarse es natural para él.
Debido a que el ejército humano todavía no mostró ningún movimiento, fuimos al río para practicar un poco más la natación.
Nota: [28]Es el rango ninja más bajo.[29]Literalmente significa “técnicas ninja”, se refiere a cualquier técnica que permite al usuario rea- lizar acciones que una persona normal sería incapaz de hacer, es decir, sería como la magia de los ninjas pero en vez de poderes mágicos se dice que la llevan a cabo concentrando su chakra.
Día 77
Hoy me tomé un día libre, sin entrenar.
Estudiar, hacer el amor, entrenar, e incluso la caza… Hay una razón para todo.
Por la mañana derramé un poco de sudor yendo a ver a Ogakichi-kun, Oxidado, Pelirro- ja e Hidalga en un combate marcial de uno contra cuatro.
Luego fui a jugar con las mascotas.
Después de eso, fui a ver a las hermanas, que estaban preparando el almuerzo, y probé un plato de pan de este mundo llamado melzack, que parecía un sándwich. Mientras picaba algo, de camino a ver a Herrera-san que estaba tan tan centrada como siempre en su investigación, me encontré con los elfos escoltas y se me unieron porque les iba a proponer una nueva idea para un arma.
Quería producir en masa las semillas explosivas, y fui a ver Alquimista-san para encar- garme yo mismo de la producción.
Por la tarde salí y disfruté con Dhammi en un viaje a través de los cielos. El aire de la noche era un poco frío, pero eso no fue un problema. Empapamos nuestros cuerpos fríos en las aguas termales para calentarnos de nuevo.
Luego me fui a la cama con todas, incluida Hidalga en los últimos tiempos. Sudé mucho, pero me limpiaría en los baños termales de mañana, así que no pasa nada.
Me gustó mucho el día libre.
Día 78
Hoy, tanto Kumajirou como Kurosaburou evolucionaron.
La raza en que Kumajirou se convirtió se llama «oniguma», en vez de oso erguido. Se ha vuelto mucho más grande que un oso erguido común. Su pelo se volvió gris, sus garras se volvieron incluso más largas y más afiladas, negras como la obsidiana, y su cuerpo había crecido a lo ancho.
Kurosaburou había crecido más o menos hasta el tamaño de un caballo y ahora incluso es capaz de llevarme a cuestas. Tiene dos cabezas por las cuales respira fuego y truenos. Decidí llamar a la raza de Kurosaburou «orthrus», en vez de lobo negro.
Al parecer, los animales suben dos rangos por cada evolución comparado con nosotros. Kumajirou y Kurosaburou están ahora al nivel de un ogro, igual que Ogakichi-kun y yo.
Decidimos que íbamos a preparar un ataque contra el ejército humano, siendo solo 13 miembros y 6 esqueletos negros caballeros. El motivo de esa decisión fue específicamen- te subir niveles.
El aumento de nuestros niveles se ha convertido más o menos en el motivo de luchar en el conflicto. Cuanto más subas de nivel, más experiencia necesitas para volver a subir. De hecho, en grupos grandes, la cantidad de experiencia que recibes es poca y, puesto que te encuentras entre demasiados luchadores, la calidad de esa experiencia disminuye notablemente. Por eso decidí mezclar nuestros miembros más fuertes con los más débi- les. El simple hecho de escoltar a los débiles comportaría el riesgo de verse rodeados por enemigos o tenerlos que proteger constantemente.
Así que decidí que cinco goblins nos acompañaran. Y con nosotros también vendrían las nuevas incorporaciones, Oxidado —que tendría el papel de instructor de los goblins—, Hidalga-san —quien me había jurado su espada y su vida a mí en vez de al Reino—, etc. Lo organicé de modo que la mayoría fueran luchadores fuertes, para asegurarme de no tener que preocuparme por ellos.
El objetivo del ejército humano eran los elfos, así que no tuve que enfatizar demasiado que íbamos a defenderlos en caso de ser asaltados.
Sobre las 11am, monté sobre Kumajirou junto con mis compañeros por el bosque hacia el campamento humano. Nuestro grupo tenía una buena variedad de clases combativas, desde francotiradores y magos hasta luchadores cuerpo a cuerpo. Estimamos que los humanos formaban un ejército de unos 600 miembros más o menos. Por ahora deben estar bajos de ánimo debido a nuestros esfuerzos, puede que algunos incluso estallen en pánico cuando iniciemos nuestra ofensiva.
Una hora después, llegamos a su campamento. Me molestó su despliegue de poder mi- litar, al ser de día ni siquiera podía invocar a esqueletos negros caballeros para igualar las posibilidades. Tras una corta búsqueda, nos posicionamos en una colina desde don- de podíamos observar la posición entera del enemigo. Desde allí, me di cuenta de que debíamos tener cuidado con un caballero maduro vestido con una cota escamada que brillaba con una luz blanca divina, armado con una lanza corta negra de metal con el filo granate, y un espléndido bigote blanco que auguraba que sería un oponente difícil. Según Oxidado e Hidalga, ese hombre era famoso a lo largo de las filas.
Al parecer, era del Imperio. En sus tiempos mozos, labró su fama como aventurero y consiguió ganar grandes batallas. Su lanza corta era un artículo de clase [Antiguo] re- forzado con muchos encantamientos, que consiguió en una mazmorra llamada [Era de los Dioses]. Seguro que su lanza tiene la capacidad de propinar una cantidad enorme de daño, puesto que su punta granate tiene una [Maldición] que forma llamas oscuras. Su cota escamada estaba protegida con la [Bendición de Noroikoku], que producía el velo blanco que envolvía su armadura. Parecía ser un artículo mágico forjado con las esca- mas de uno de los dragones que había matado. Al escuchar eso, me salió una sonrisita. Esta batalla acaba de ponerse interesante.
Teniendo en cuenta el escenario y el personaje mismo, pude apreciar que el método más práctico de atacar iba a ser darles en su punto más débil. Y ese punto era el mismo hombre mayor. Con toda su equipación, iba a ser una batalla bastante ardua. Sin embar- go, si conseguíamos derrotarlo, nuestras posibilidades de ganar serían casi del cien por cien. Los otros soldados labrarían su propia derrota por una inherente bajada de moral. Después de eso, solo sería cuestión de eliminar por completo el poder militar enemigo.
Saqué de mi inventario un arma hecha para ser usada contra presas poderosas y fuertes, la [Lanza Carmesí]. Era una gran arma a distancia de tamaño similar a una catapulta.
Fijé el blanco con [Profesión – Cazador] y me aseguré de no poder ser detectado con [Profesión – Asesino], que incrementa la probabilidad de asesinar. Al activar [Profesión– Arquero] a la par que mis habilidades [Lanzar] y [Acertar], las cuales incrementan drásticamente la probabilidad de dar en el blanco y la potencia, por no mencionar la velocidad del mismo disparo, con todos esos factores, apreté el gatillo de mi [Shuyari] y disparé el proyectil.
Con seguridad en mi objetivo, vi la trayectoria de mi [Lanza Carmesí] mientras volaba, es más preciso compararlo con un cometa rojo que con una simple bala. Cruzó los 200 metros que había entre Añejo y yo en un abrir y cerrar de ojos. Con un gran golpe sordo, perforó el cuerpo protegido por la cota escamada sin detenerse, saliendo por el otro lado y dejando un agujero sustancial en el torso de ese supuesto guerrero poderoso. Si bien no podía estar seguro a esa distancia de que le había atravesado por completo, tenía la total confianza de que había dado en el blanco y, por ello, debía de haberlo atravesado de lado a lado. Ni siquiera yo habría salido ileso de un ataque de tal naturaleza. Un ataque que no podía ser percibido, con un poder tan grande que podía perforar escamas de dra- gón, a una velocidad mayor que la de una bala. La última expresión que Añejo hizo con la cara mostraba que entendía lo que había ocurrido, puesto que su mirada se encontró con la mía en un instante. Quizás ese hombre merecía mi respeto después de todo, hmpf, ahora desearía que no fuera necesario matarlo desde un principio. El hecho que quienes lo rodeaban habían salido indemnes demostraba que su armadura y su equipación no eran moco de pavo.
Con la primera tarea completada, iniciamos nuestro ataque sorpresa a la vieja usanza. Es la misma ley de la naturaleza, nosotros somos los más fuertes y debemos consumir a los débiles. Pensando en ello, sonreí de nuevo y mi instinto asesino creció.
Usando la reacción del enemigo a lo ocurrido, proseguimos la emboscada. Puesto que nada inhibía la velocidad de mi [Lanza Carmesí], el disparo iba a quedar tal agujero en el suelo en su trayectoria que me iba a ser imposible recuperar el proyectil. El compor- tamiento de los enemigos en lo que nos acercábamos mostraba que ni siquiera compren- dían lo que había ocurrido. Nos los encontramos mirando embobados el cuerpo lleno de escamas y sangre en el suelo. Probablemente pensaban que estaban alucinando, de- bieron de sentir un profundo mal presagio de muerte al ver a esa figura tan famosa caer de repente enfrente de ellos con un golpe sordo. Decidí preparar un segundo disparo de [Lanza Carmesí], tardando solo un pequeño instante para disparar de nuevo a un grupo de enemigos que tenía delante. En ese momento, el sonido impactante del golpe resonó a través de todo el campo. Casi 100 soldados murieron de golpe por la onda expansiva generada por el impacto, todos los que estaban en un radio de 100 metros quedaron se- veramente lastimados o murieron por el desmoronamiento del suelo debajo de sus pies. Casi todos los soldados en un radio de 100 metros iban a morir de un instante a otro. Sin embargo, como la experiencia que nos dieran esos oponentes debilitados iba a ser menor, me cuidé de no disparar más de una vez, puesto que el propósito principal de esta incursión con menos de 20 luchadores era obtener experiencia.
Cargamos contra ellos burlándonos de la apariencia de esos patéticos humanos que teníamos enfrente, para aprovechar la ventaja de su confusión por el doble ataque sor- presa que cortó la cabeza del mejor y mató a casi cien de sus hermanos de armas. Podría decirse que ese ataque sorpresa fue más o menos exitoso. Matar a la muchedumbre confundida y asustada fue una tarea simple. Acortamos la distancia a una velocidad cegadora entrando en la pelea con nuestras monturas.
El primer humano cayó víctima del oso erguido de Ogakichi-kun, que le dio una vuelta en el aire como si fuera una muñeca, cortándolo por la mitad desde la cabeza para abajo con su hacha encantada y [Profesión – Luchador Pesado]. Combinado con su escudo de torre gigante que le cubre prácticamente el cuerpo entero, Ogakichi-kun para cualquier golpe antes de que le toque, mientras que corta varios cuerpos a la vez con sus potentes hachazos. Las llamas de su hacha, aun con el número creciente de bajas, incineraban cualquier cosa cercana mientras dañaban gravemente a los que tenían la suerte de estar fuera de su alcance. Aparecieron unos cuantos caballeros y usaron algunas maniobras complejas sobre Ogakichi-kun, pero no tuvieron ningún efecto en él y fueron incinera- dos en una fracción de segundo con un solo balanceo de su hacha. Como de costumbre, nuestro sorprendente nivel de fuerza destructiva, nuestro poder sobrecogedor y nuestra magnífica defensa, resultaron en una aniquilación total. Incluyendo la [Bendición del Semidiós del Fuego] de Ogakichi-kun, la cantidad y el calor de sus llamas era insupera- ble, apostaría que incluso un dragón quedaría reducido a cenizas por sus llamas divinas. Acarreando con su escudo de torre como si no pesara nada, los humanos indefensos a su camino se estampaban derramando sangre y su armadura destrozada en metralla, dañando a los que en un principio no habían recibido el golpe. Ahora mismo, con su actuación, Ogakichi-kun parecía la personificación del miedo mismo para las fuerzas enemigas. Un demonio asesino de amigos y rivales por igual en un frenesí de fuego y muerte.
Mientras esto sucedía, Dhammi-chan usó sus [Ojos Embrujados] sobre el ejército huma- no que tenía delante. Hizo que lucharan los unos contra los otros por su cariño.
Hmpf… Casi parece que quiera ponerme celoso o algo, tendré que… luego le mostraré quién manda más…
Dejando esos pensamientos a un lado, las víctimas manipuladas por Dhammi-chan con- tinuaban luchando entre ellos, usando su magia y artículos especiales para causar mu- cha agitación. También usó sus propias habilidades de dhampiro para hacer trizas a sus víctimas en una ducha de sangre y vísceras. Sus movimientos eran tan majestuosos y seductores que me dieron ganas de… Su apariencia seguía siendo hermosa, se mostró impasible ante los hombres e incluso ante las mujeres mientras los destripaba con una sonrisa en la boca. Sus víctimas casi parecían felices por ello… un lavado de cerebro es algo terrible.
El sonido de una gran explosión me hizo volver a la realidad. El origen de la misma fue Asue-chan cuando su enorme pico golpeó el suelo. De casi dos docenas de oponentes, solo uno evitó caer al suelo y ser machacado en un baño de sangre. Una gran parte del mismo ataque sucedía cuando el suelo colapsaba con su golpe, el cual se doblaba a voluntad, debido a su raza de aprendiz de señora de la tierra. Normalmente, si te cogía su ataque, solo por el tamaño de ella, no tenías escapatoria, ni siquiera Ogakichi-kun o yo mismo. Pero su poder se encontraba plenamente en la manipulación de la tierra. Era capaz de crear montañas gigantes para aplastar y triturar a sus oponentes. Paraba cual- quier ofensiva o defensiva con sus ataques. Los oponentes estallaban manchándolo todo de sangre y agonizaban en una muerte aberrante. Solo entonces, Asue-chan empezaba a reír y, con su alegre voz, hacía muchos… sonidos de excitación, para el pesar de sus oponentes.
La magia de Supesei-chan se llevaba por delante a todos sus enemigos desde una dis- tancia significativa. Cualquier cosa que se le acercaba quedaba hecha polvo instantá- neamente. La zona a su alrededor se convirtió en un torbellino de sangre, armaduras desmontadas y armas rotas. A todos los que eran atrapados por su vórtice les esperaba una muerte lenta y dolorosa en la que iban a ser desgarrados poco a poco. La única expresión de ella era una pequeña sonrisa amarga. A decir verdad, el número de bajas causadas por ella casi podía compararse con las de Ogakichi-kun.
La gran espada sangrienta de Burasato-san desmenuzaba a cualquier oponente que se encontrara en un radio de 30 pasos de ella. Absorbía cada gota de sangre derramada con su propio cuerpo y se volvía de un rojo todavía más oscuro. Su velocidad también pare- cía incrementar en lo que desprendía un siniestro brillo rojizo. En poco tiempo parecía el mismo Dios de la Muerte, con lo deprisa que cortaba en dos a cualquier oponente que se le pusiera delante.
Probablemente gracias al constante entrenamiento diario destinado a fortalecer el poder de lucha individual y colectivo, hoy convertimos la batalla en una masacre unilateral. Yo mismo participé usando solamente mi alabarda reforzada [Nagi], en agradecimiento a Herrera-san. Más tarde debería pensar en una manera adecuada de… darle las gracias por todo su esfuerzo.
Pasados solo unos 20 minutos desde el comienzo de la batalla, ya habíamos terminado. El primer disparo de [Lanza Carmesí], que cortó la cabeza de nuestro oponente antes de iniciar el verdadero ataque, nos aseguró la victoria. Nuestros oponentes no tenían escapatoria ante nuestro descomunal potencial de lucha. No creo que hubiera ni un solo superviviente en todo el campamento enemigo. Bueno, cumplimos con el propósito de nuestra incursión, ya que todo el mundo recibió montones de experiencia. Reunimos todos los bienes útiles que encontramos, y con la ayuda de Asue-chan incluso consegui- mos excavar los proyectiles de [Lanza Carmesí] incrustados en la tierra. Después de eso, nos tomó un rato consumir los restos de los humanos. Puesto que había tantos, pudimos repartirlos entre todos.
Gracias a mis habilidades [Digestión Mejorada], [Vampirofília] y [Metamorfosis], incrementé la eficiencia con la que absorbía materiales.
Habilidad [Viento Cortante] aprendida |
Habilidad [Viento Tormentoso] aprendida |
Habilidad [Impedir Regeneración] aprendida |
Habilidad [Impedir Reconocimiento] aprendida |
Habilidad [Gancho] aprendida |
Habilidad [Corte Profundo] aprendida |
Habilidad [Linaje de Soldado] aprendida |
Habilidad [Linaje de Caballero] aprendida |
Habilidad [Profesión – Espadachín Doble] aprendida |
Habilidad [Profesión – Maestro de la Lanza] aprendida |
Habilidad [Profesión – Maestro del Hacha] aprendida |
Habilidad [Instinto de Supervivencia] aprendida |
Habilidad [Familicidio] aprendida |
Habilidad [Fuerza Física Mejorada] aprendida |
Habilidad [Ojo de Halcón] aprendida |
Habilidad [Profesión – Berserker] aprendida |
Habilidad [Cobardía] aprendida |
Habilidad [Profesión – Luchador] aprendida |
Habilidad [Dominio de las artes Marciales] aprendida |
Habilidad [Corte Aéreo] aprendida |
Habilidad [100 Flores 1000 Lanzas] aprendida |
Habilidad [Avalancha] aprendida |
Habilidad [Hachazo Severo] aprendida |
Habilidad [Creación de Trampas] aprendida |
Y, finalmente, el plato principal del día, el mismísimo Añejo. Aunque podría haberme
quedado con su lanza corta y su armadura, decidí comérmelo todo. “Hora de comer. ¡Itadakimasu30!”
Habilidad [Grand-Croix31] aprendida |
Habilidad [Profesión – Maestro de la Espada] aprendida |
Habilidad [Profesión – Asesino de Dragones] aprendida |
Habilidad [Escamas de Dragón] aprendida |
Habilidad [Herida Maldita] aprendida |
Con este satisfactorio día de caza, volvimos todos a la base con sonrisas de oreja a oreja.
Nota: [30]Se dice en Japón antes de comer, su significado es “¡Vamos a comer!” pero se usa como en occi- dente usamos “¡Que aproveche!”.[31]Es el rango militar más alto, procede de la voz francesa “Gran Cruz” y se simboliza con una me- dalla dorada en forma de cruz.
Día 79
Hoy recibí noticias de Padre Elfo a través del dispositivo de comunicación que le di. Al parecer, necesitaba hablar conmigo. Puesto que me encontraba entrenando con Pelirroja e Hidalga, decidí llevarlas conmigo de escoltas. Los demás estaban ocupados entre el en- trenamiento, la caza y el estudio. Senté a Pelirroja en Kumajirou mientras que Hidalga y yo montamos en Kurosaburou, y partimos juntos hacia Villa Elfo.
Al acudir casi de inmediato, había poco riesgo de fuga de información y, como pensé, no nos metimos en problemas de camino a allí. Cuando llegamos, recibí alguna mirada envenenada de un elfo que atendía al ganado. Cuando le devolví la mirada, él desvió sus ojos.
Bueno, cuando llegamos a la mansión del Padre Elfo, ya casi ni me acordaba de esa mira- da irritante. Nadie dijo prácticamente nada hasta que se sirvió el té, aunque a Pelirroja e Hidalga se les ofreció una especie de bebida de coco. Ambas escudriñaron el habitáculo con curiosidad, al fin y al cabo era la primera vez que visitaban Villa Elfo, y las dos son humanas.
No estaban siendo maleducadas u ofensivas, así que lo dejé pasar.
Ah, el alcohol es fabuloso. Después de un trago me di cuenta de que Doncella se encon- traba detrás de Padre Elfo esta vez.
Empezamos con una discusión sin importancia sobre la actual progresión de los con- flictos mientras Doncella nos servía más alcohol a ambos. Naturalmente, yo me lo bebí todo. El tono de la conversación se animó.
Al cabo de un rato, después de soltarnos un poco y de terminar de hablar de frivolidades, pasamos al sujeto principal del día. Al parecer, Padre Elfo era el siguiente en la línea de sucesión para convertirse en Señor de la Villa. Empezó abordando el tema del ejército principal de los humanos, contándome cómo comenzar el ataque con la unión de nues- tras fuerzas en la vanguardia y el soporte del ejército élfico en la retaguardia. La razón de esto era que, al parecer, el ejército principal humano planeaba venir a Villa Elfo y rodearla durante varios días. Y, bueno, dado que ninguna de las dos partes deseaba una guerra prolongada, ese movimiento era razonable.
Así que, viendo nuestras más recientes acciones, era comprensible que el enemigo tu- viera la intención de atacarlos en cuanto antes. Y esta situación no era para nada confor- table para ellos. Si la villa se perdiera, entonces los elfos serían convertidos en esclavos. No es que me perturben especialmente los problemas de los elfos, pero siempre hay el riesgo de que en un futuro se compita por si el bosque ha de estar bajo control del Reino Sternbild o del Imperio Kirika. Después de la vasta cantidad de soldados a quienes he- mos asesinado durante esta última semana, no puedo ni imaginarme el acuerdo de paz al que ambas naciones humanas involucradas llegaron. Tras tantas pérdidas, seguro que han querido llegar a un acuerdo mutuo para reparar sus heridas. Igualmente, los elfos querían acabar con ese conflicto, la guerra nunca fue muy popular y ahora que estaba en peligro la villa entera, el descontento se estaba evidenciando rápidamente.
Bueno, al fin y al cabo somos mercenarios, no podemos rechazar las peticiones de su ca- pataz tan fácilmente. Padre Elfo dejó claro que su petición era firme y no aceptaría una negativa, me aseguró una remuneración substancial por defender a su gente. Aunque sea él quien me lo pida, no tengo muchas ganas de encontrarme con toda la marabunta de humanos en mi contra. Eso es exactamente lo que había estado evitando con mis tácticas de guerrilla. Pero al ver que no había mucho más que discutir sobre el tema puesto que el tiempo se nos venía encima, empezamos a planearlo. Me dio el permiso de entregarles el elixir si la situación se torcía tanto como para tener que hacerlo.
Después de un extenso debate para confeccionar el plan, mi grupo empezó las prepara- ciones para volver. Hablé con Hidalga de camino a casa para discutir el tema del elixir que ahora poseíamos. Si las cosas fueran a ir de mal en peor, podía usarla a ella a modo de negociante diplomático de paz entre ambos bandos en conflicto. Podía preparar el elixir a partir de mi sangre y enviárselo al Reino para curar a la princesa y acabar con el conflicto. De hecho no era mala idea, me ganaría la confianza del Reino mientras que los elfos seguirían teniendo una deuda pendiente conmigo, la cual podría utilizar más adelante. Como Hidalga era la hija de un noble, sería una mediadora perfecta en la ciu- dad capital del Reino, dado que un ogro andando por la ciudad puede que no fuera muy buena idea.
Valoré esa situación mientras avanzábamos.
Era algo más complicado, especialmente porque teníamos una cantidad importante de las fuerzas del Reino como esclavos. Los humanos son muy religiosos y lo que nosotros les hemos hecho va en contra de su doctrina. Se dice que la actual reina es una firme creyente en la [Fe de los Cinco Dioses Supremos], la cual es la religión con más adeptos alrededor del mundo. Iba a ser complicado negociar con esta gente, sobre todo si al final rechazaban la propuesta de negociación para obtener la medicina. En principio, cabía la posibilidad de negociar, pero cuando empecé a considerar las consecuencias de entregar el elixir y de la batalla misma, cada vez era más partidario de la negociación después de un combate decisivo.
Con eso aclarado, inicié las preparaciones para la batalla del día siguiente.
Día 80
4:00 am. Empezamos nuestra incursión al campamento militar del ejército humano. Su comandante era el heredero del Imperio Kirika (un joven de 24 años), y en ese momento también estaba presente en el campamento.
El número de enemigos rondaba los 2000. Aparentemente había una unidad de esclavos bajo las órdenes de lo que presuntamente era el escuadrón de élite. Tenían altamente protegido su cuartel general por muchos soldados haciendo guardia para ahuyentar a los intrusos. Al parecer habían aprendido la lección con nuestros ataques previos, su vigilancia es casi imposible de franquear esta vez.
Nuestras fuerzas actuales estaban alrededor de los 650 en total, siendo 500 un grupo de elfos de élite dirigido por Padre Elfo.
No habría prisioneros de guerra esta vez, iba a ser una confrontación directa con noso- tros al frente. Tampoco habría grandes maniobras, por lo que padeceríamos bajas.
Primero consideramos el momento. Mis condiciones actuales me permitían usar la su- ficiente oscuridad como para invocar a mis esqueletos negros caballeros. Eso nos haría partir con ventaja, y además no desperdiciaría nada de poder mágico ya que podría absorber magia de la oscuridad de la zona. De hecho, las únicas fuentes de luz eran las hogueras y similares.
Por eso no me pareció necesario empezar el ataque a ciegas.
El Heredero del Imperio tenía un código ético similar al mío, puesto que también dis- ponía de una unidad de esclavos. Esta estaba dirigida por un aparente tirano que había llevado a cabo varias crueldades. Por tanto, decidí que sería beneficioso dispensar un esqueleto negro asesino con el único propósito de eliminar a ese hombre. Por la descrip- ción que me dio Oxidado, parecía que él no se fiaba mucho del susodicho. Por mí bien, tres pájaros de un tiro. Una vez que elimináramos a ese hombre, podríamos usar su uni- dad de esclavos para causar el caos entre las fuerzas enemigas, puesto que el único que tenía control sobre sus collares de esclavos iba a ser aniquilado. Cabía la posibilidad de que esos collares fueran similares a los míos, en cuyo caso tendríamos que quitárselos. También parecía ser que este hombre empleaba el uso de una quimera, si se vuelve loca después de asesinar a su amo, entonces no habría ninguna necesidad de acabar con el animal. Quién sabe, puede que incluso consiguiese dominar a la bestia yo mismo.
Hmm, debería considerar tal cosa, pero no había manera de asegurarme de eso solo por matar a su amo, la bestia no percibiría su muerte y se volvería loca y atacaría a todos los humanos en áreas cercanas. Si por casualidad lo hacía, entonces podríamos aprove- char esa distracción para quitarles los collares a los esclavos. La bestia era una mezcla entre ciertas partes de un elefante, un trigre, una serpiente y un cangrejo, y medía casi 6 metros.
Llegó la hora, asesinamos al hombre, por desgracia la bestia decidió escapar sin más. Tengo que admitir, que me molestó enormemente. Una vez liberados los esclavos, con- seguimos miembros adicionales, aunque los que no reaccionaron inmediatamente des- pués de ser liberados fueron asesinados por el escuadrón de élite que los controlaba. El mayor resultado de este primer golpe fue que reducimos en gran cantidad el número de enemigos así como su poder de batalla. Además, mientras el caos por la rebelión de los esclavos se alzaba, usé mis esqueletos negros asesinos para cargarme a individuos importantes. Eliminé a unas cuantas docenas de personas sin que los humanos se dieran cuenta. Pero al cabo de un rato decidí que ya había invertido suficiente tiempo en esa táctica. Por ello, empezamos el ataque y el campamento de los humanos se convirtió en un campo de batalla a gran escala.
Pronto salió el sol y los movimientos de los esqueletos negros soldados empezaron a degenerar, y no tardó en incrementar progresivamente el número de esqueletos destrui- dos. Uno de los estúpidos oficiales humanos contó a gritos esta obviedad a sus hombres, y al parecer hizo mella en ellos y les subieron los ánimos. El sol se fijó en el cielo y los esqueletos negros se hicieron claramente visibles. Aunque hubieran perdido mucha efectividad, todavía quería aplazar la confrontación directa hasta que se diera el mo- mento adecuado.
A pesar de que ya era de día, aún había suficiente oscuridad en el bosque de la que absorber más poder mágico. Con los cadáveres frescos que habían dejado mis esclavos no-muertos, generar nuevos esqueletos era muy fácil. Iba sacándolos rápidamente en grupos pequeños, pero mi prioridad era crear un escuadrón más grande.
Aunque sus movimientos se vieron dificultados por el sol, su fuerza no debía tomarse a la ligera, pese a ser más lentos, con la cantidad que yo era capaz de generar, todavía podían recortar un buen número de humanos.
Puesto que los esqueletos resultaron ser efectivos, para incrementar el tiempo que po- día mantenerlos invocados decidí empezar a poner más magia en cada uno para que así también aumentara su resistencia. Como resultado, la efectividad de combate de los esqueletos dio una subida pronunciada. Los llantos de terror de los humanos pensando que los esqueletos caballeros se estaban volviendo inmunes al sol me concedieron cierto placer, por lo que se me escapó una sonrisa. Obviamente, el aumento de fuerza de mis esqueletos causó que la moral de los enemigos decayera bastante. Como era de esperar, a medida que la batalla progresaba, el número de humanos enfrentándose a mis esque- letos continuaba aumentando constantemente. Sin embargo, puesto que los esqueletos seguían dando guerra, irían mermando inevitablemente su moral.
Desafortunadamente, no podía confiar en los esqueletos para siempre, a medida que el número de humanos aumentaba, el sol continuaba alzándose y el número de esqueletos empezó a disminuir drásticamente. Al darme cuenta, di la orden a todos mis escuadro- nes de que atacaran desde múltiples puntos. Ogakichi-kun tomó la delantera donde la lucha se haría más feroz, mientras que los demás tomaron sus posiciones respectivas. La pelea se volvió arrolladora en el campo de batalla. Con cada uno de nosotros flanquean- do por un lado, la moral de los humanos se tambaleó por un momento, pero cada vez lograban de algún modo reponerse y hacerse más fuertes. No iba a ser una batalla fácil, ya había visto como dos kobolds caían tras ser apabullados por los humanos.
¿Hmm? Creo que he visto a algunos goblins desafiando a la quimera por ahí, bien por ellos, deseo comérmela cuando terminen con ella.
Mientras observaba el espectáculo, me fijé en un único enemigo que estaba en el cuar- tel de los humanos. Mantenía una supervisión constante del enfrentamiento. Por su apariencia, el humano era sorprendentemente un blanco perfecto. Activé [Profesión – Hechicero] para romper su concentración. Después activé [Profesión – Asesino] e [Impedir Reconocimiento] para ocultar mi presencia. Puesto que necesitaba una gran cantidad de fuerza, decidí dotar al artículo mágico [Capa de Hermitaño] de seguridad extra para evitar ser detectado.
Todo eso para acercarme al Heredero del Imperio y comandante de las fuerzas huma- nas invasoras. Iba vestido con una armadura completa espléndida y se parecía a mí. Sin embargo, pese a estar acercándome a él, no tenía intención de matarlo. Por la simple razón de que si quisiera matar al heredero, haría de este conflicto una guerra personal de venganza por parte del Imperio por perder a su sucesor. Este desenlace sería una mala situación y ocasionaría la muerte de muchos elfos como resultado. En serio, tenía que evitar matarlo, debía evitar a cualquier coste que los elfos y el bosque pudieran ser absorbidos por el Imperio. Con un vasto incremento en números, nos iban a pisotear como cucarachas.
Preferiría que los encargados del bosque siguieran siendo los elfos, dada mi buena rela- ción con ellos. Otra razón para evitar matar al heredero en esta situación.
Considerando todo esto, dominé rápidamente al Heredero. Acercándome a sus oídos, le di instrucciones acerca de nuestra localización. Mientras lo hacía, introducí un fras- co con líquido rojo en su bolsillo. Le informé de que eso era, de veras, la medicina que cura cualquier enfermedad. Y después de decírselo, lo solté. Asintió con la cabeza para mostrarme que había entendido mis intenciones. Seguidamente, nos separamos para empezar con nuestro siguiente deber.
Como mis negociaciones ya habían concluído, di el aviso a Asue-chan para que creara un muro gigante de barro para dividir los dos bandos. Con esto debería bastar por el momento.
Antes de que pudieran abrirse paso a través de la pared de barro, recogimos todos los cuerpos, incluída la quimera. Juntamos a los heridos y a los supervivientes de lo que quedaba de la antigua unidad de esclavos y nos retiramos rápidamente. Para ser honesto, quería llevarme a casa tanta carne como fuera posible y llenarme hasta las trancas, pero en ese momento el tiempo era crucial. Por suerte, participé en tantas cosas en plena batalla que ahora tenía mis premios de guerra. Como por ejemplo la quimera.
Fiuu, la paciencia es una virtud… Paciencia…
Y así, volvimos a la cueva para curar a los heridos. Puesto que pedimos una unidad mé- dica del ejército de los elfos de camino a casa, no tardaron en llegar para ayudarnos a tratar a los luchadores con heridas más graves. El ritmo de curación incrementó en gran medida. Por desgracia, no pudimos recuperar a los que cayeron en el campo de batalla porque el tiempo no nos lo permitía. Todos los 100 hombres de nuestra propia anti- gua unidad de esclavos consiguieron volver a salvo. Todos los elfos también regresaron intactos a excepción de los que todavía llevaban puestos los pendientes de esclavo, a quienes dejé atrás con Potsun. Aunque no debería de haber más violencia, unas medidas extra de protección nunca están de más.
Al final, por primera vez en esta guerra, hubo bajas. Un total de 20: murieron 3 hobgo- blins, 2 hobgoblins magos, 5 goblins, 6 kobolds y 4 elfos macho. Fue una trifulca brutal y la fuerza del enemigo no podía tomarse a la ligera. Puedo decir que probablemente ha- yamos tenido buena suerte de que nuestras bajas sean solo de esta severidad, teniendo en cuenta la situación. Celebramos una ceremonia y una incineración como es debido para aquellos cuyos cuerpos logramos recuperar. Ofrecimos plegarias y hubo un inmen- so nivel de emociones flotando en el aire, se derramaron muchas lágrimas hoy.
Aunque no cabía la duda de que había tristeza en el aire, en realidad no puedo decir que yo personalmente estuviera triste. No me salió ni una sola lágrima. No obstante, como suelo vivir mi vida de manera egoísta hasta cierto punto, tomé algunas partes de cada uno para consumirlas. Al verlo como algo natural, no le di mayor importancia.
Me comí un trozo de carne de la quimera, y a pesar de coger trocitos de cada uno de los caídos de camino a la base, ver sus cuerpos en llamas me molestó un poco. Me pareció una pérdida de tiempo que nos molestáramos en traerlos de vuelta solo para quemarlos. Uh…
Habilidad [Síntesis] aprendida |
Esta era la interesante habilidad que recibí de la quimera. Parece ser que una habilidad que ya tenía se parece mucho a ella. Me pregunto si esto también ocurre con otras ha- bilidades de mi arsenal. Bueno, por hoy, preparar las camas para la antigua unidad de esclavos fue mi prioridad. Tras bañarme en las aguas termales durante un rato, volví a mi habitación.
Hmmmm… Si las cosas van bien, esto podría ser el fin de la guerra y de mi contrato con Padre Elfo. Con este último pensamiento, caí en un sueño profundo.
Historia paralela del día 80:
Punto de vista del Heredero del imperio
Por el bien de curar a Diana, que era la persona con quien estaba dispuesto a casarme, mi novia y mi amada, la princesa del Reino Sternbild, de la «Enfermedad de Chrysindo» que la estaba consumiendo, busqué un remedio, usando todo lo que pude, y finalmente di con la existencia de un recurso a través de una [Revelación Divina] del [Semidiós de la Curación].
Intenté negociar con los elfos una y otra vez, quienes habían heredado la técnica para purificar el remedio, para que me lo vendieran a cambio de grandes sumas de dinero. Pero a pesar de mis ofertas, ellos estaban obligados por sus leyes antiguas y no podían entregar el remedio.
Por eso conduje las tropas al bosque, con el fin de tomarla por la fuerza.
No había previsto que se prolongaría durante tanto tiempo, pero la resistencia de los elfos era más violenta de lo esperado y las bajas que recibimos no fueron pocas.
El bosque estaba lleno de trampas que disminuían la velocidad de nuestra marcha, monstruos que aparecían con frecuencia y resultaban una carga, y problemáticas flechas que los elfos nos disparaban desde las sombras de los árboles y la oscuridad de la noche.
Como era de esperar, ya que esta era su bosque, ni siquiera podíamos perseguirlos cuan- do huían. También hubo algunas unidades con las que no pude ponerme en contacto, así que supuse que habían sido eliminadas.
Pero no podía creer que todas estas muertes fueran causadas por los elfos. Mi intuición me llevó a sentir que había otro ser temible, además de ellos.
No sabía qué tipo de existencia era exactamente. Solo podía sentir que eran algo similar a la [Brigada de los Ocho Heroicos Caballeros Armados], una de las fuerzas más pode- rosas del Imperio.
Y mi intuición era correcta…
Hubo un ataque sorpresa de los elfos en la sede central, donde yo estaba. Envueltos por la oscuridad de la noche, llegaron por un lateral con tropas de esclavos y avanzaron mientras iban liberando a los nuestros.
Aunque me sorprendió que llegaran tan cerca sin que me diera cuenta de su presencia, estaba contento por haberlos detectado gracias al alboroto de la quimera. Ella estaba matando e hiriendo al enemigo y a los esclavos liberados de raza mixta.
Pude ver claramente la situación, incluso desde lejos. La quimera era un monstruo sinté- tico, creado mediante la combinación de muchas técnicas de las cuales el Imperio podía presumir. Aun así, había impedimentos, como la recopilación de las materias primas, por lo que el aumento de la producción de quimeras no era posible. Pero tenían la suficiente fuerza oculta para jugar un papel activo en las guerras contra otros países en un futuro próximo.
La quimera tenía un cuerpo más grande que un elefante blindado, las extremidades de un tigre emperador, los colmillos venenosos de una serpiente de muchas cabezas, y las tenazas de un cangrejo azul sin caparazón. Era puro poder y habría superado fácilmente a los monstruos comunes. Sin embargo, esos la mataron demasiado rápido.
En la distancia, aunque no podía confirmar la aparición del enemigo ya que el sol no había salido aún, la quimera había sido definitivamente rematada. Me quedé sin habla, pero el ataque del enemigo era tan feroz que solo podía permitirme estar desconcertado por un momento.
Fui capaz de confirmar la aparición de goblins, ogros, aprendices y demás, entre el ejér- cito atacante de los esqueletos de color negro.
Como pensaba, el enemigo no eran solo elfos.
Es probable que los ogros que vivían en este bosque hubieran conspirado con los elfos, y su ejército mixto estaba ahora en un alboroto violento.
Me fijé especialmente en el daño propinado por una subespecie de ogro, que era espe- cialmente grande. Uno tras otro, este iba tumbando a nuestros élites.
Mientras observa la situación desde lejos, transmití órdenes a mis subordinados y me dediqué a comandandarlos. La batalla todavía no había llegado hasta mi posición. Y bajé la guardia.
Me encontré temblando ante el enemigo, que se me había acercado por la espalda sin que los compañeros a mi alrededor se dieran cuenta de su presencia.
Si hubiera querido matarme, ya podría haberlo hecho. Sin embargo, el enemigo me dijo algo al oído y puso un pequeño frasco con líquido en el bolsillo de mi pecho. El remedio estaba dentro.
La condición para recibirlo fue nuestra retirada del bosque. Solo eso.
Lo acepté. Es una lástima que no lográramos obtener el beneficio que podríamos haber conseguido de los elfos, pero cuando tu vida depende del enemigo, no hay más remedio que ser un hombre y rendirse.
Había perdido contra los elfos. No, contra ese enemigo desconocido.
Ese tipo consiguió colarse en la sede enemiga sin ser interceptado. A pesar de que podría haberme robado la vida fácilmente, me había ofrecido un intercambio.
Probablemente, si yo no hubiera sido el heredero emperador, y si el enemigo no hubiera sido consciente de este hecho, estaría muerto.
Rechinando los dientes, el fin de matar algún día a ese demonio no identificado se con- virtió en mi principal meta de ahora en adelante. Con mis propias manos, algún día. Detuve mi ira y ordené la retirada. Decidí que si este remedio era una falsificación, iba a matarlos a todos, aunque tuviera que terminar hecho polvo. Y abandonamos el bosque.
Fue una experiencia amarga, pero al haber obtenido mi objetivo, juré hacer el Imperio más fuerte y, al mismo tiempo, fortalecerme a mí mismo.