—Un sonido cortante.
«¡Kyaaaaa!»
Confundida por tal escena imposible, Shalltear gritó. La espada cortó a través de su hombro, partiendo su esternón en dos y se detuvo en un corazón que no latía.
Con pasos vacilantes, retrocedió. Con la armadura carmesí teñida de un tono más oscuro de rojo, Shalltear observó fijamente con sorpresa.
Ainz sostenía una espada en la mano. Una katana enorme y afilada envuelta en relámpagos. Esta había cortado su armadura como si fuera papel.
Incluso entre los ítems de Clase Divina, sólo había algunos que podían cortar fácilmente la armadura de Clase Legendaria de Shalltear.
Entonces, sólo podía ser uno de esos cuantos.
Así era.
El arma que Ainz sostenía en la mano era una de ellas…
Shalltear arrojó sangre al mismo tiempo que pronunciaba el nombre del arma.
«Takemikazuchi Mk. 8»
Una vez más, la hoja se precipitó hacia ella, provocando que Shalltear se retirara una gran distancia para esquivarla. La gran distancia que se había movido mostraba que tanto temía aquella arma.
Nadie se lo echaría en cara, especialmente si se trataba de un Guardián de Piso de la Gran Tumba de Nazarick.
Ya que el arma que había sido usada por ‘Guerrero Takemikazuchi’ —uno de los 41 Seres Supremos
-había hecho su aparición.
«Como ya había dicho, Shalltear. Para ‘Ainz Ooal Gown’ no existe la derrota.»
Ainz avanzó un paso hacia adelante, y Shalltear retrocedió dos.
«Date cuenta, Shalltear. Te enfrentas contra Ainz Ooal Gown, con el poderío combinado de los 41 Seres Supremos. Desde un comienzo, no tenías oportunidad de ganar.»
Ainz habló tranquilamente.
Con absoluta convicción y lleno de confianza.
Similar a caminar sobre una capa delgada de hielo, era una batalla donde el más pequeño de los errores le enviaría en picada a un lago sin fondo. Ainz se acercaba al corazón de su enemigo.
El MP de ambos estaba cercano a cero. En cuanto al HP, Shalltear tenía la ventaja.
Sin embargo Ainz, que era ahora un guerrero de nivel 100 gracias a 「 Guerrero Perfecto 」 , sobrepasaba a Shalltear que no pertenecía a una clase puramente guerrera. Incluso en su equipo, Ainz tenía la ventaja.
Entonces…El flujo de la batalla ya no era el mismo de antes.
Una voz grave se oyó, una voz que pertenecía al hombre que se había deshecho de su aplastante desventaja.
«Shalltear Bloodfallen. Graba en tus ojos el poder de aquel al que todos ustedes llaman y veneran como el Gobernante Supremo de la Gran Tumba de Nazarick, el líder de los Seres Supremos.»
Era la señal de que ahora iba a pasar a la ofensiva.
Ainz dio un paso al frente, elevando sus dos manos a lo alto sobre su cabeza blandiendo la Odachi*.
(*Odachi -大太刀- es un tipo de gran espada japonesa, es una espada de mayor longitud de hoja que una katana.)
Shalltear nuevamente dio un paso atrás y al mismo tiempo se preparó para atacar. Planeaba atacar la abertura que se crearía luego del descenso de la hoja. En realidad, Takemikazuchi Mk. 8 era considerada un arma grande y, al igual que la Lanza Spuit, incapaz de movimientos finos.
Envuelta en relámpagos, Takemikazuchi Mk. 8 partió el viento en dos y se detuvo justo en el borde del pecho de Shalltear, quien ya estaba lista para lanzarse hacia adelante. Lo que siguió fue una estocada de frente a velocidad divina.
No importa lo fuerte que uno pudiera ser físicamente, era difícil detener una espada a mitad de un corte descendente hecho con toda la fuerza. Más aún si la espada era de tamaño considerable.
La razón por la que tal cosa había sido posible era porque Ainz no había usado toda su fuerza. En otras palabras, era un ataque con el supuesto de que no iba a asestar el golpe, creando una abertura a propósito.
Planear un ataque pensando varios movimientos a futuro, era una táctica obvia para un guerrero.
Todo lo que Ainz había hecho era ponerla en práctica.
Sin embargo, nunca se le hubiera ocurrido si no fuera por la experiencia que había obtenido en E- Rantel. Simplemente hubiera blandido la espada sin ningún objetivo fijo y hubiera recibido el contraataque de Shalltear.
No había duda de que, a pesar de convertirse en un guerrero de nivel 100, hubiera terminado en una situación en la que le sería imposible usar su fuerza por completo y hubiera desperdiciado la oportunidad. Era algo similar a manejar un carro. Incluso si uno ya tenía una licencia y sabía cómo manejar, la diferencia entre un principiante y un conductor experimentado era aparente frente a una situación difícil.
Esto era experiencia.
Era lo que Ainz creía que era su mayor ‘arma’ en esta batalla contra Shalltear.
Era difícil de esquivar.
Tranquilamente Shalltear juzgó que este era el caso mientras observaba el golpe increíblemente rápido dirigiéndose hacia ella. Sin embargo, un golpe de frente era una técnica riesgosa. Explotar esta debilidad le daría una gran oportunidad.
(Entonces… No tengo opción.)
Con la determinación de sacrificar un brazo, Shalltear interpuso su mano izquierda en la trayectoria del golpe.
En el momento en que la punta de la hoja de la espada la tocó, Shalltear movió ligeramente su mano izquierda y desvió la fuerza de la estocada para desviarla a un lado.
Perforando a través de su palma izquierda en lugar de su pecho, la Odachi no perdió nada de su impulso y corto tanto a través de la carne como del hueso, desgarrando a través del interior de su brazo izquierdo. El relámpago que se movía por la hoja atravesó el cuerpo de Shalltear desde el interior.
Incluso para un no-muerto, la sensación de tener la carne de uno desgarrada le puso la piel de gallina. Sin embargo, una esquina de los labios de Shalltear se torció hacia arriba.
Esa era una sonrisa, no era la expresión que debería haber tenido alguien que acababa de recibir tal daño. Pero no era un farol tampoco. Esto era el resultado que Shalltear había estado esperando obtener.
Shalltear flexionó su brazo izquierdo con la Odachi incrustada dentro. Sus músculos se aferraron a la hoja y detuvieron su movimiento.
Era común que una estocada a menudo pierda su objetivo o se atasque debido a los músculos. Ésa era la razón por la que se consideraba difícil de usar, es decir, tenía una debilidad. Debido a que Shalltear sabía esto, renunció a su brazo izquierdo para crear tal abertura.
Fue una técnica increíble donde el tiempo en que la espada entraba al brazo y cortaba a través de la carne fue de menos de un segundo.
«¡Una abertura!»
Con la espada atascada, Ainz no tenía forma de evitar la Lanza Spuit.
Shalltear, que estaba a punto de golpear con su Lanza Spuit a la velocidad de la luz, vio una escena sorprendente.
Ainz dejó atrás la Odachi de Clase Divina, una de las armas más fuertes en su clase, y tomó una varilla de madera que llevaba alrededor de la cintura.
«¡Ah! ¡Qué tonto! ¿Va a intentar bloquear mi Lanza Spuit con algo así? ¡E incluso abandonó su arma, ha tomado la decisión equivocada!»
No haberse aferrado al ítem de Clase Divina, Takemikazuchi Mk. 8, fue sabio, pero no había forma de que pudiera ganar sin él.
Con una burla, Shalltear, con la determinación de infligir tanto daño como el que ella había recibido en su brazo izquierdo, empujo su Lanza Spuit con todas sus fuerzas y…fue repelida con un sonido metálico.
«¿Eh?»
Dejó escapar un ruido de confusión.
La varilla de madera en la mano de Ainz, ya no se encontraba ahí. En su lugar habían dos Kodachis*. Las armas poseían un resplandor brillante como el del sol y una luz serena como la de la luna.
(*Kodachi -小太刀- es un tipo de espada corta japonesa.)
De las manos de Ainz, que sostenían las armas, comenzó a salir humo, como si las espadas resintieran estar siendo tocadas por un no-muerto.
«¿Dónde está esa abertura, Shalltear?» «¡¿Ehhh?! ¿Qué? ¿C-Cómo?»
El peso del arma que se supone estaba dentro del brazo izquierdo de Shalltear ya no estaba ahí. Tan pronto como Ainz sacó una nueva arma, había desaparecido, como si no pudieran existir en el mismo mundo. Shalltear entendió vagamente: había vuelto a donde pertenecía originalmente.
«Sin saber cómo hacer una finta, incluso sosteniendo una espada en cada mano, estaría mejor usando sólo una… ¿era así?»
Como si estuviera recordando algo, Ainz murmuró distraído como si estuviera hablando con una persona que no estaba presente.
«Tal vez, pero ¿qué tal ahora?»
Sin siquiera darle una oportunidad para meditar el significado de aquellas palabras, la kodachi imbuida de luz de luna se movió súbitamente hacía Shalltear.
A pesar de que parecía que se dirigía a su cuello, la trayectoria cambio hábilmente y se dirigió hacia su hombro. La Lanza Spuit fue apenas capaz de bloquear tal ataque.
Habiendo buscado esta reacción, Ainz cerró profundamente la distancia ante la abertura de Shalltear. Mientras más grande el arma, era más difícil de usar en combates a corta distancia. Entendiendo esto completamente, esos eran los movimientos de un veterano.
La kodachi de luz solar en su otra mano penetró las defensas de la Lanza Spuit y fácilmente se enterró en el cuerpo de Shalltear.
«¡AAAAAHHHHHHH!»
Una voz llena de dolor explotó del espacio entre sus labios.
El dolor de la espada misma no era nada. Sin embargo, el dolor del atributo sagrado de la espada se filtró en su cuerpo como veneno. Era algo no ella no podía soportar.
Con la espada aun clavada, Ainz la movió a un lado para intentar expandir la herida. «¡Aléjate!»
Debido a que la distancia no le permitía usar su Lanza Spuit, Shalltear le lanzó una patada. Aunque Ainz la bloqueo con una de las kodachi, no pudo absorber completamente la fuerza del impacto y fue enviado hacia atrás. Entonces Shalltear vio, La figura de Ainz dejando las kodachis y tomando una pequeña vara de madera.
En el momento que la vara se rompió, algo cubrió su mano y reveló un terrible e inmenso guantelete.
Tan grande como para tocar el suelo incluso estando de pie, el guantelete… «¡Haaah!»
…Partió el aire mientras Ainz daba un paso al frente y se lanzaba dando un grito.
Aunque ella inconscientemente había bloqueado con su lanza, el terrible impacto atravesó el arma y golpeó el cuerpo de Shalltear.
«¡Gueh!»
El impacto al ser embestida por el puño gigante extrajo un vergonzoso sonido de Shalltear y la envió volando. El daño producido por el impacto fue insignificante, el ataque físico en sí mismo había sido bloqueado por la Lanza Spuit, pero el efecto de rechazo (knockback) del impacto había penetrado las defensas mágicas del equipo de Shalltear.
Aunque se recobró rápidamente de un tambaleante balance con la ayuda de un ítem mágico, su cabeza estaba teñida de rojo por la ira.
«¡T-Tú! ¡Cómo te atreves a hacer que emita tal sonido vergonzoso! Antes de despedazarte te arrancaré el mismo… ¿mismo?»
En el momento en que se volteó, la visión de Shalltear fue recibida por una luz inmensa y sintió que su temperamento se desavenía instantáneamente.
En las manos de Ainz se encontraba un arco cubierto de la luz del sol. La cabeza de la flecha emitía un resplandor brillante, y no hacía falta mencionarlo, estaba apuntando directamente hacia Shalltear.
«N-No. No, es mentira… Eso es, ¿Houyi?»
Proveniente de una historia contada en una tierra lejana llamada China, un arma que llevaba el nombre del héroe que se decía había matado al sol*. Era el arma principal del creador de Shalltear.
(*Una leyenda de los tiempos del Emperador Yao. Ante la súbita aparición de diez soles en el cielo que quemaron la tierra y las cosechas. Se dice que un arquero llamado Houyi disparó y mató a nueve de ellos.)
Casi todos los Guardianes tenían formas de lidiar con ataques a distancia, así que una flecha no era algo a lo que temer. Sin embargo, esa flecha de luz no hacía daño físico, en lugar de eso, era una masa de daño elemental. En otras palabras era considerada como magia y no podía ser bloqueada.
(¡Maldición! ¡No me queda MP! ¡No puedo bloquearla si se trata de magia! ¡Incluso me bastaría con una habilidad! Si lo hubiera sabido habría conservado alguna… No, eso no es cierto.)
El hecho de que no tuviera MP, ni ningún uso restante para sus habilidades, fue debido al inicio de la batalla. En otras palabras, todo era resultado del plan del hombre conocido como Ainz Ooal Gown.
Con los ojos teñidos de rojo, Shalltear gritó con furia. Era la apariencia de alguien que entendía lo que iba a pasar, la lucha de alguien que no quería admitir su derrota.
«¡Bastardo! ¡Esa es el arma de Peroroncino-sama! ¡Todo fue parte de su plan! ¡¿Cómo preparó de antemano ese arma?! ¡Dónde la ocultaba! ¡¿Fue una habilidad activada al romper la vara de madera?!»
¿Simplemente qué tipo de truco era?
Era como si el mundo mismo se hubiera puesto de su lado para favorecer sus acciones.
«Un mago nunca revela sus trucos.»
«¡Dice que es magia! ¡Es imposible invocar el arma de Peroroncino-sama con magia!»
«… Correcto, estás en lo cierto. Tal vez fui algo descortés con él. Bueno, la respuesta es que era un ítem de pago. De todas formas, ¿finalmente te diste cuenta de que todo estaba dentro de mis planes?»
La esfera de luz, habiendo terminado de cargarse, voló había Shalltear. A pesar de saber que era inútil, ella puso su lanza en posición diagonal para bloquearla y la explosión de luz cubrió los alrededores.
Mientras su cuerpo entero era quemado por la luz sagrada, Shalltear juzgó que sería peligroso seguir retrocediendo. Si las cosas continuaban de la misma forma, ella sería abrumada por Ainz sin poder hacer nada.
Incluso aunque su armadura fuera poderosa, no sería capaz de bloquear los efectos de la Lanza Spuit. Entonces ella debía abandonar la defensa y atacar dependiendo completamente del efecto de absorción de vida de la lanza.
«¡Oooohhhh!»
Completamente en contra de su apariencia exterior, un vigoroso grito de batalla explotó de la garganta de Shalltear. Una voz fría flotó hacía ella en respuesta.
«Una oportunidad de ganar de 7 en 3… creo que es algo así. No hay necesidad decir que lado es el siete, ¿cierto?»
Ainz lentamente levantó una monstruosa hacha. Emitiendo una luz púrpura, la presión sola del hacha forjada de un cristal rojo era suficiente como para hacer que acortar la distancia fuera difícil. A pesar de esto, Shalltear avanzó.
Lo único que podía hacer ahora era moverse hacia adelante.
«Buena determinación. ¡Ésta es la fase final, Shalltear!»
♦ ♦ ♦
«La victoria es para Ainz-sama.»
Como si se encontrara paralizado por la admiración que sentía, Cocytus murmuró esto mientras asentía con la cabeza. Mientras que, Demiurge, que no tenía aptitudes de guerrero, le mostró una mirada de duda. Por supuesto, también Demiurge creía que su amo emergería victorioso, pero su necesidad de analizar la situación lógicamente hizo que hiciera la pregunta.
«¿Por qué? A mí, me parece que todavía falta bastante antes de que se decida el ganador.»
«Shalltear ha decidido abandonar la defensa y concentrarse en atacar. No es una mala decisión. Yo también hubiera hecho la mismo ante una situación así.»
«Es cierto. Ainz-sama ha estado cambiando de arma continuamente, no hay forma de saber que otras armas tiene. En tal situación donde no hay suficiente información, quedarse a una distancia tan grande podría ser un grave error. ¿Acaso ver el arco no hizo que se sintiera más convencida de esto? Shalltear no tiene otra opción sino pelear a una distancia en la que su Lanza Spuit sea efectiva. Y ni siquiera puede usar magia o sus habilidades, lo que hace que se incline incluso más por esa decisión… Tal vez es así como ella ha juzgado la situación…»
«Ajá, entonces es eso. Los Seres Supremos nunca presumieron sus armas ostentosamente frente a nosotros. Entonces probablemente eres el único que entiende completamente sus armas, Cocytus.»
Cocytus se encogió de hombros.
«Yo también sólo sé sobre sus nombres y efectos. Jamás los he visto personalmente.»
«Hmm. He entendido casi todo. En otras palabras, ahora que Shalltear ha abandonado la defensa, Ainz-sama usara el hacha y—»
«‘Sorber la Sangre y Comer la Carne’.»
«Gracias, Cocytus. Parece que ‘Sorber la Sangre y Comer la Carne’ tiene un balance pobre y por tanto una precisión disminuida. Sin embargo, no debería ser un problema contra Shalltear que ha decidido ignorar su defensa.»
«Y pensar que el rumbo de la batalla entera ha sido guiado por Ainz-sama. Aunque ya dije esto antes, sólo puedo darle mi admiración.»
«Si se trata de él, entonces es incluso posible que sea capaz de entenderlo todo como un Dios. ¿No están de acuerdo en que su perspicacia es acorde al líder de los Seres Supremos?… Honestamente, él probablemente hubiera gobernado Nazarick perfectamente incluso si nosotros no existiéramos. Es un poco frustrante.»
«… Tiene mi admiración ante su aptitud para la estrategia como un encantador mágico… no, como un guerrero.»
«Sin embargo… ¿acaso no es verdad que el vencedor aún no ha sido decidido? Una batalla de HP no estará a favor de Ainz-sama.»
Ante esas palabras, Albedo sonrió. Era una sonrisa que estaba segura de su victoria.
«Estará bien.» «¿Por qué?»
«Él es el que lleva el nombre de Ainz Ooal Gown, aquel que gobierna sobre todos nosotros, aquel que es tanto superior como supremo. Un ser así ha declarado ya su victoria con su nombre.»
♦ ♦ ♦
Cada vez que los dos intercambiaban golpes, la salud se ambos se reducía.
Aunque Shalltear se curaba con cada ataque, los ataques de Ainz hacían suficiente daño como para ignorar una curación de ese nivel. Al mismo tiempo, la salud de Ainz era disminuida poco a poco por la Lanza Spuit. La batalla se parecía cada vez más al juego del gallina*.
(*La expresión «juego del gallina» se aplica como metáfora a una situación en la que dos bandos se enzarzan en una escalada en la que no tienen nada que ganar y en la que sólo el orgullo evita que se echen atrás.)
La armadura amenazaba con romperse con cada ataque del hacha. La sensación de huesos rompiéndose y carne siendo aplastada, fue respondida con una estocada de la lanza. La lanza que estaba imbuida de un efecto de golpe por una habilidad, transmitió la sensación de estar destrozando huesos.
(Esta sensación… basándome en mi salud restante, ¿podría ganar…?)
Shalltear estaba contenta de que aún le quedara un camino para alcanzar la victoria. Si continuaban este intercambio de golpes, ella podría, aunque por poco, lograr la victoria.
En un combate a corta distancia en el cual había abandonado la defensa y se enfocaba completamente en el ataque, en lo único en lo que podía pensar era, ¿qué lado caería primero? Shalltear había estado ansiosa desde que tal macabro intercambio había comenzado, pero ahora una débil luz de esperanza se mostraba en su rostro.
Esto era porque, en una esquina de su mente, ella se encontraba calmadamente calculando las pérdidas de salud de ambos. Su deleite fue tan grande como la ansiedad que había sentido antes.
«¡Ajajajajaja!»
Incluso mientras intercambiaba golpes, la risa la seguía.
«¡Ajajajaja! ¡Ainz-sama! ¿Parece que será el primero en perder toda la salud? ¡La diferencia en nuestra salud base está mostrando que tan importante es en esta situación!»
Una única frase hecho agua fría sobre sus pensamientos. «… ¿Realmente crees eso?»
Ante el maquinador que le había dado una amarga lucha durante todo el camino hasta este punto, ante la voz de la persona que había estado controlando todo en la palma de la mano, Shalltear se dio cuenta de su propia estupidez.
Imposible.
Entonces ¿cómo planeaba él, volver la mesa a su favor en esta batalla?
Shalltear no podía entenderlo. La respuesta vino en la forma de la voz de un tercero.
「¡Se acabó el tiempo— Momonga onii-chan! 」
Una voz femenina.
Una voz que no había escuchado nunca antes, una voz intencionalmente de tono infantil que le recordó a Shalltear a cierta mujer de sus recuerdos. Esa persona podría sonar así si disfrazara su voz.
«Shalltear, ¿de qué tiempo crees que está hablando?»
Desconociendo el significado detrás de la pregunta, mientras continuaban intercambiando golpes a los cuerpos del uno al otro, una honesta expresión de duda surgió en el elegante rostro de Shalltear.
«Si todo hasta ahora ha estado saliendo de acuerdo a mi plan, entonces el tiempo que hemos gastado hasta ahora también estaba dentro de mis predicciones. Entonces el tiempo que ha transcurrido tal como lo dijo este reloj, ¿qué significado crees que tenga para ti y para mí?»
El hacha en la mano de Ainz desapareció y fue reemplazada por un escudo blanco puro. El escudo que combinaba tan bien con su armadura le daba la apariencia de ser un paladín de blanco.
El escudo retumbó al momento de repeler el ataque de la Lanza Spuit.
¿Por qué había cambiado a la defensa? Aunque probablemente estaba relacionado con la voz femenina de hace un momento, Shalltear no podía entender la razón de ello. El eco del metal trajo consigo la fría voz de Ainz, que había cambiado completamente a la defensa.
«No hay necesidad siquiera de responder. Es para ponerle fin a esto. Ha llegado el momento de terminar esta batalla.»
¿Por qué? A Shalltear todavía le quedaba 25% de su vida. ¿Entonces cómo iba a terminar la batalla? Aunque Shalltear quería gritar estas palabras, no lograba que salieran.
«…Un sólo ataque de súper magia no puede acabarte cuando estas al 100%. Entonces, ¿no es la respuesta hacer que tu salud baje a un nivel apropiado? Parece que tu salud ha disminuido considerablemente desde que comenzamos la batalla cuerpo a cuerpo.»
«…Ah, Ah, ¡Ahhhhhhhh!»
Perdiendo la compostura, Shalltear lo cubrió de ataques. Como si su inminente derrota pudiera de algún modo ser prevenida con sólo evitar que siguiera hablando.
Al igual que una lluvia torrencial, el sonido de los golpes resonaba sin cesar con cada ataque.
Sin embargo, Ainz bloqueaba espléndidamente todos sus ataques. Con una calma y una confianza que no dejaban que ni una sola gota lo tocara, incluso si se hubiera tratado de una catarata, continuó hablando.
«…Considerando la fuerza de pelea real, estoy por debajo… pero del mismo modo, soy superior en resistencia mágica. Entonces, ¿entiendes lo que estoy tratando de decir? Aquí voy, Shalltear. Lo único que puedes hacer ahora es rezar por que mis cálculos fueran equivocados.»
«¡Kuuuuuuuuuu!»
Sintiendo que su derrota se avecinaba, Shalltear renovó su ataque. Viendo cómo su cara estaba bastante retorcida, y sin embargo no era desagradable a los ojos, Ainz inició su apuesta final.
Aunque le había hablado lleno de confianza, la verdad era que no todo era seguro.
La súper magia compartía similitudes con las habilidades y no consumía MP. Sin embargo, todavía era considerada magia y por tanto no podía usarla mientras siguiera siendo un guerrero.
Si liberaba su transformación mágica en guerrero, él no podría seguir usando ni el escudo ni la armadura y caerían de su cuerpo. No tendría oportunidad de bloquear los ataques de Shalltear en ese momento. Si ella fuera a usar todas sus habilidades en ese ataque, existía la posibilidad de que la súper magia no fuera suficiente para terminar la batalla.
Ello significaría su derrota.
Sin embargo, no había otra forma de ganar.
Ainz estimó el tiempo que le tomaría. Primero debía liberar su magia, luego usar el ítem de pago que sostenía en la mano.
Ainz rio suavemente.
Incluso en el PVP de Yggdrasil, él nunca había usado tantos ítems de pago. El juego y la realidad, ésta era la diferencia entre un simple juego y una pelea en la que debía ganar a toda costa.
(¡Ahora!)
Ainz bloqueó el poderoso ataque de Shalltear con el escudo de su amigo y reunió fuerza en sus ojos.
Liberó la transformación en guerrero, y lanzó la súper-magia.
Al igual que antes, un círculo mágico apareció en los alrededores. Cuando estaba a punto de destruir el ítem con forma de reloj de arena en su mano…
…por un instante, dudó.
Era debido al sentimiento de culpa por tener que matar al NPC que llevaba los pensamientos de su camarada.
Un error fatal.
La abertura no se le escapó a Shalltear. Habiendo descubierto el ítem en su mano, ella concentró sus habilidades en la Lanza Spuit con la intención de destruir su brazo.
Ainz, que había liberado su transformación en guerrero, no tenía forma de evitar ese ataque…
—Un escalofrío.
En el momento en que la lanza Spuit estaba a punto de romper el ítem, Shalltear sintió la presencia de un enemigo en un escalofrío recorriéndole la espalda.
Sin saber cómo había aparecido, Shalltear sintió una presencia justo a su lado. Estaba llena de tal hostilidad que simplemente no la podía pasar por alto. Era algo que de ningún modo podía ignorar.
Shalltear rápidamente movió los ojos del ítem y se volvió a ver al responsable.
Y vio que no había nadie.
Era un desierto de 200 metros de diámetro creado por la magia de Ainz. Dentro de él no había nadie excepto por Ainz y Shalltear. La hostilidad que había sentido hace un momento se había desvanecido sin dejar rastro. Como si se hubiera tratado de una ilusión…
«¡Ah…!»
Aunque Shalltear, habiendo recobrado sus sentidos, gritó, ya era muy tarde.
El reloj de arena al romperse redujo el tiempo de lanzamiento a cero.
«「Caída」.»
Al mismo tiempo que oyó su voz, todo fue envuelto por una luz que se formó entre el estrecho espacio entre ambos.
En el interior del calor blanco, el cuerpo de Shalltear comenzó a deshacerse.
Su mano derecha se carbonizó y se desmoronó. En ese mundo blando, la Lanza Spuit cayó hacia lo que debía haber sido el suelo. Su cara se resecó por el abrazador calor y sus ojos ahora sólo podían ver blanco.
Su garganta también se secó y, no, no importaba si su garganta se había consumido aún o no…le era difícil hablar. Sin embargo, estas únicas palabras, ella debía decirlas sin importar qué. Reuniendo todas las fuerzas que le quedaban a su vida, la existencia conocida como Shalltear Bloodfallen, habló.
«…Ahhhh. Larga vida a Ainz Ooal Gown-sama. Usted es supremo, realmente la existencia más fuerte en todo Nazarick.»
Hacia el líder más fuerte de los 41 Seres Supremos, ella expresó su sincero respeto. Y como si la onda de calor hubiera liberado sus ataduras, aunque su cuerpo ya no podía moverse, su corazón se sintió muy ligero.
Al mismo tiempo, mientras su conciencia se desvanecía, recordó la apariencia de una figura que no debía haber estado allí. Era la persona que había hecho un camino de luz en la oscuridad para lograr este resultado.
Normalmente, los no-muertos son inmunes a todos los efectos mentales. Sin embargo, había un método que tenía el mismo poder, a pesar de no ser considerado un efecto mental. Esa persona había usado ese método.
Shalltear simplemente sonrió mientras decía:
«…Chiquilla.»
Y con una expresión de satisfacción, Shalltear se desvaneció completamente en el mundo blanco.
♦ ♦ ♦
Mientras liberaba su habilidad 「 Ojo del Cielo 」 (Sky Eye) que había estado manteniendo hasta ahora, los lindos y rosados labios que habían estado haciendo un puchero regresaron a su posición original. Aura llevaba una expresión de molestia mientras apilaba insultos hacia una persona que no se encontraba ahí.
«Tan tonta. Una no-muerta no debería dejarse controlar mentalmente. Realmente, tan tonta.» «¿P-pasa algo malo, onee-chan*?»
(*Hermana mayor) «¿Hm? Nada.»
Mare observó el lugar al que su hermana estaba mirando, pero lo único que podía ver dentro del bosque eran árboles. Sin embargo, si tuviera que adivinar por la dirección en la que miraba. Lo más probable era que había estado observando la batalla entre su amo y Shalltear.
Las habilidades de su hermana de la clase ranger le permitían observar todo dentro de dos kilómetros alrededor de ella. Era por eso que a ella, junto a los Cadáveres de Ojos, se le había entregado la tarea de montar guardia.
«E-entones, ¿acabó la batalla?»
«Sí. Fue una victoria completa para Ainz-sama.»
«P-por supuesto.»
Ni siquiera la Guardián más fuerte de Nazarick podría derrotarlo. Mare imaginó la figura de Ainz y pensó que eso era algo obvio. No había forma de que quien lideraba a los Seres Supremos fuera derrotado.
«Entonces onee-chan, uh, um, ¿cuándo iremos a recoger los ítems que Shalltear llevaba?»
Aura recordó la escena justo antes de que ella liberara su habilidad.
«Creo que Ainz-sama ya se ha encargado de eso. Retirémonos como nos lo ordenaron.»
«E-está bien.»
Percibiendo que su hermana no se encontraba de buen humor, Mare accedió sin protestar.
La persona que a la que podría llamarse la ‘mejor amiga’ de Aura había sido controlada mentalmente. Luego había levantado sus armas contra su amo, el objeto de su estima y lealtad. Aunque era obvio que tenía que morir, no podía evitarse que Aura estuviera un poco malhumorada.
Parte 4
Dentro del Cuarto del Trono, Ainz abrió la lista nuevamente y, como esperaba, encontró sólo un espacio en blanco donde anteriormente había estado el nombre de Shalltear. Con esto, la muerte de Shalltear estaba confirmada y la primera fase de su plan había concluido.
Su corazón se llenó de dolor. Aunque no había habido otra forma, confirmar esto de ésta manera, hizo que se diera cuenta plenamente de lo que había hecho y fue abrumado por el sentimiento de culpa.
Ainz se disculpó con Shalltear en su corazón. Tragando su saliva inexistente, observó a los otros Guardianes de Piso que se habían reunido ahí.
«Bueno, ahora procederé con la resurrección de Shalltear. Albedo observará el nombre de Shalltear. Si, como anteriormente, siguiera estando bajo los efectos del control mental…»
«Ainz-sama, aunque tal vez sea impertinente, en ese momento, nos encargaremos de ella.»
Ante las palabras de Demiurge, Cocytus y Aura expresaron que se encontraban de acuerdo e incluso Mare pasivamente mostró lo mismo. Sólo Albedo estaba en silencio observando la situación.
«Demiurge…»
Mientras Ainz murmuraba, Demiurge, de una manera completamente extraña en él, insistió en su punto con una voz cargada de una fuerte emoción.
«Ainz-sama, como Ser Supremo, sus palabras son las más nobles y sabemos muy bien que debemos dar todo de nosotros para cumplir su voluntad. Sin embargo, permitir que sufra más daño sería nuestra más grande vergüenza como sus sirvientes.»
Los ojos de Demiurge se movieron de Ainz a Albedo.
«Si Shalltear se rebela una vez más, nosotros los Guardianes la destruiremos. Por favor déjenos esto a nosotros.»
Entendiendo sus intenciones, Ainz no tenía intenciones de continuar siendo terco.
«Lo entiendo. Guardianes, si llega ese momento, se los dejaré a ustedes.»
Todos asintieron al mismo tiempo.
En ese momento, Ainz sintió vergüenza.
Un amo patético.
Al final, había dejado abierta la posibilidad de que sus ‘hijos’ pelearan entre ellos.
Desde el comienzo, el origen del problema había sido su propia incompetencia. Él tenía la culpa de todo.
En el momento en que Ainz estaba a punto de suspirar, vio la tierna expresión de Albedo, que estaba de pie en silencio, y se detuvo a sí mismo.
«Ainz-sama, está bien si simplemente se queda aquí. Si todos los Seres Supremos fueran a desaparecer, entonces no quedaría nadie a quien pudiéramos jurarle nuestra lealtad. E incluso si sabemos que no fuimos abandonados, aun así, si todos se fueran este lugar se sentiría solitario.»
«… Es cierto. Si no quedara nadie este lugar se sentiría solitario.»
Ainz inconscientemente movió los ojos hacia las insignias en las 40 banderas colgando a lo ancho del Cuarto del Trono.
«… Sí, tienes razón… lo que pasó en la Cámara del Tesoro… fue una tontería.»
Ainz dejó escapar un susurro que reafirmó su convicción y miró a los guardianes.
«Guardianes, protéjanme. ¡Prepárense!»
Mientras respondían con fuerza, Ainz tomó el Báculo de Ainz Ooal Gown que flotaba justo a su lado y apuntó a una esquina del cuarto.
En ese lugar, se encontraba una montaña de 500 millones de piezas de oro, más que suficiente para revivir a Shalltear.
Aunque normalmente se hubiera requerido de un teclado para operarlo, ahora no había necesidad de tal cosa.
La montaña de oro comenzó a perder su forma y lentamente cambió de estado sólido a líquido.
Mientras los Guardianes observaban con ojos nerviosos, el oro fundido fluyó y se reunió en un solo punto. El oro que pesaba diez mil toneladas se comprimió y cambió su forma a la de una persona. Eventualmente tomó la apariencia de una muñeca dorada y la luz gradualmente disminuyó.
En poco tiempo, la luz dorada desapareció por completo, dejando atrás una piel de color blanco como la cera y un cabello largo de color plateado. En ese lugar se encontraba, sin ninguna duda, la figura de Shalltear Bloodfallen.
«¡Albedo!»
Sin quitar los ojos de Shalltear, Ainz gritó con fuerza el nombre de Albedo.
«No hay razón para preocuparse. Parece que el control mental se ha disipado.»
«Es así…»
El corazón de Ainz fue barrido por una poderosa sensación de alivio. Podía sentir su mente recobrando la calma. Llevó una de sus manos a su caja de ítems y tomó un manto negro, todo mientras se acercaba al cuerpo de Shalltear.
Sus ojos estaban cerrados y su pecho no se movía. Aunque el cuerpo que se encontraba descansando en el piso tenía la apariencia de un cadáver, los no-muertos eran cadáveres vivientes, así que no había nada extraño en ese hecho.
(Lo extraño es que…)
Lo que acababa de confirmar justo ahora era un pecho que era tan plano que parecía pertenecer a un niño en lugar de a una joven. En ese momento los ojos de Ainz se movieron del lugar al que se dirigían y luchó por apartar la vista.
Habiendo acabado de revivir, Shalltear no llevaba nada de ropa y él no sabía a dónde mirar. Presa del pánico, el pensamiento de que simplemente podía mirar a otro lado ni siquiera surgió en su mente.
Ya que su visión había mejorado mucho desde cuando era humano, Ainz podía ver cada detalle con claridad. Ya que ella se encontraba tendida en el suelo, el pequeño espacio entre sus piernas…
…Ainz rápidamente arrojó el manto que tenía en la mano.
El manto se abrió en el aire y con precisión cayó sobre Shalltear, cubriendo su cuerpo.
(¡No pensé que fue una pena! ¡Soy un no-muerto y por tanto no tengo deseos sexuales! Bueno, casi ninguno. Sólo sentí un poco de curiosidad ya que su ropa no apareció con ella. Bueno, ya sabes, en Yggdrasil no se podía quitarles toda la ropa. Es, es como digo, ¿cierto? ¡No es que hubiera sentido curiosidad sobre si tenía o no vello allá abajo!)
Sin saber para quien estaba preparando excusas, sus pensamientos se encontraban agitados mientras caminaba hacia Shalltear. Sus pasos redujeron la velocidad, tal vez o no para enfriar su cabeza y también ignoró la voz de una mujer que le decía desde atrás «Si está interesado sólo tiene que decirlo, siempre estoy lista.»
Ainz se detuvo frente a ella. Sintiendo su presencia, Shalltear abrió sus ojos carmesí. Como alguien que había dormido por mucho tiempo, su mirada se movió por los alrededores y se detuvo en Ainz.
«Ainz-sama»
Una voz aturdida, a medio despertar. Pero en ella, se podía sentir la presencia de un sentimiento de lealtad. Aunque ya lo habían confirmado tanto Albedo como el sistema de administración de Nazarick, Ainz lo sintió dentro de su ser. Lleno de alegría, se arrodilló y levantó a Shalltear, que estaba tendida en el suelo, en un abrazo.
«¿Ueehhhhh?»
Era un cuerpo delgado que no coincidía con su inmensa fuerza física.
Mientras mostraba una expresión de sorpresa que hacía ver que no tenía idea de los que estaba pasando, Shalltear dejó escapar un extraño sonido. Sin prestarle atención, Ainz la abrazó aún más fuerte.
«Gracias a Dios… No, perdóname. Todo fue debido a mi error.»
«¿Eh? No es cierto, no sé lo que está pasando, pero ¿cómo podría Ainz-sama equivocarse alguna vez?»
Los fríos brazos de Shalltear envolvieron su espada y lo acercaron aún más. Aunque la forma en que sus manos estaban tocándolo se sentía ligeramente indecente, Ainz lo atribuyó al hecho de que ella
probablemente estuviera confirmando su sentido del tacto luego de haber estado muerta hasta hace poco.
«Ahh, mi primera vez justo aquí…»
Ainz oyó algo que iba más o menos así, pero lo ignoró.
Sin embargo, con una voz monótona, Albedo levantó una objeción.
«… Ainz-sama. Shalltear probablemente está cansada, así que tal vez debería detenerse.»
«Tal vez tengas razón.»
Al igual que la resurrección de un Jugador, la resurrección de un NPC podría ser similar y tener alguna penalidad. Después de todo, ésta era la primera vez que había intentado una resurrección desde que llegó a este mundo.
«Dejemos la historia completa para después. Antes de eso, me gustaría que me dijeras algunas cosas.»
Mientras Ainz la soltaba, Shalltear mostraba una expresión de pena antes de fulminar con la mirada a Albedo. En respuesta, Albedo presumía su cálida expresión normal. Aunque parecía que las dos continuarían enviándose miradas asesinas como siempre, Shalltear apartó la vista y le puso fin a eso.
«Sí, cualquier cosa… pero Ainz-sama, ¿por qué estoy en el Cuarto del Trono? Esta apariencia y su reacción, ¿he hecho algo que le causara problemas?»
«Eso es lo que quería preguntarte, ¿recuerdas lo que pasó?»
«N, no»
«…Lo siento Shalltear. Me gustaría que me dijeras lo último que recuerdas.»
Las memorias de Shalltear llegaban hasta el incidente hace cinco días atrás. Sus memorias entre ahora y ese momento habían desaparecido.
Del mismo modo a como había hecho en el pueblo de Carne, Ainz era capaz de fabricar memorias con el hechizo de décimo nivel 「 Controlar Amnesia 」 (Control Amnesia). Sin embargo, fabricar
memorias incluso de un periodo de tiempo corto consumía una gran cantidad de MP. Borrar cinco días de recuerdos, incluso para Ainz que se jactaba de una cantidad de MP y una velocidad de recuperación que sobrepasaban los límites de los encantadores mágicos ordinarios, era imposible.
Por supuesto, siempre había la posibilidad de que revivir a un NPC tuviera el costo de algunos días de recuerdos. Y aunque él no sabía si algo así se podía hacer, también existía la posibilidad de que su amnesia fuera el resultado del trabajo de varias personas juntas.
Había mucha información que ignoraba. En la situación actual, era casi imposible resolver el enigma.
Lo que sí era seguro era que la identidad de la persona que había usado un ítem de Clase Mundial en Shalltear se había cubierto de nuevo en sombras.
(Una identidad desconocida es algo realmente molesto. Existe una gran posibilidad de que el enemigo esté esperando la oportunidad para atacar Nazarick desde las sombras… No, tal vez debería estar agradecido porque se detuvieron sólo con esto. Bueno… de cualquier forma tendré que cobrar venganza del responsable de todo esto.)
Ainz se forzó a tragarse la furia que incluso su habilidad como no-muerto no podía suprimir y habló suavemente con Shalltear.
«¿Hay alguna otra cosa que sientas que no esté bien?»
Si se tratara de Yggdrasil, entonces no habría ningún problema. Los NPC no sufrían perdida de niveles como penalidad de una resurrección. Sin embargo, no había forma de saber que eso fuera igual en este mundo.
Existía una pequeña posibilidad de que su nivel se hubiera reducido como pasaría con un Jugador.
Ante la pregunta, Shalltear tocó su cuerpo en varios lugares y respondió.
«No creo que haya ningún problema.»
«Ya veo.»
Ni bien respondió, Ainz se llenó de una sensación de temor ante la súbita expresión de alarma en el rostro de Shalltear.
«¡Ainz-sama!»
«¡Qué pasa! ¿Algo está mal?» «Mis pechos han desaparecido.»
Si uno fuera a resumir las expresiones de los Guardianes debido a sus palabras, sería: ‘devuélvenos nuestra preocupación’. Con las comisuras de los sabios hacia abajo, incluso Demiurge mostraba una expresión de incredulidad.
«¡Tú! ¿Acaso entiendes lo que estás diciendo dada la situación actual?»
Oyendo los gritos de Albedo como la representante de todos, los hombros de Shalltear decayeron.
Ainz sintió que su cuerpo perdía fuerzas, casi lo suficiente como para sentir que iba a caer de rodillas. Mientras observaba a los Guardianes discutiendo con Shalltear, varios otros pensamientos concernientes a la resurrección le vinieron a la mente.
En particular, pensó que sería bueno si las personas del cementerio, Clementine y Khajiit, perdieran también sus recuerdos si fueran revividos.
Pero era un pensamiento demasiado optimista.
La razón era porque no sabía por qué era que los recuerdos de Shalltear habían desaparecido. Ser devuelto a la vida…no había garantía de que usar magia de resurrección fuera lo mismo a gastar oro para revivir a un NPC.
Mientras Ainz estaba absorto en estos pensamientos, sin oponer resistencia, Shalltear estaba siendo amonestada por Albedo e incluso tenía rastros de lágrimas en los ojos.
Viendo esto, Ainz sabía que sus propios ojos se llenaban de una sensación de anhelo.
Le vino a la mente la escena de Bukubuku Chagama molestando a su hermano menor Peroroncino, y sus camaradas alrededor, riendo mientras los observaban.
La misma escena se estaba sobreponiendo al comportamiento de los NPCs.
Cuando Ainz estaba a punto de levantar la mano, se detuvo a mitad del aire. Como si una pared de cristal bloqueara su camino.
Lo que Ainz sintió fue soledad.
El cálido lugar en el que se encontraban los Guardianes, era como una proyección sobre una pantalla, un lugar diferente y alejado al suyo.
Si Ainz fuera a unírseles, ellos asumirían posturas serviles. Pero sería simplemente porque se sentirían intimidados, diferente a la calidez de sus camaradas del pasado.
Sintió que era lamentable.
Mientras su mano caía débilmente a un lado, como si hubiera sentido algo, Albedo se dio la vuelta y observó en silencio a Ainz. Era imposible discernir las emociones escondidas dentro de él a través de sus ojos. En el momento en que Ainz le iba a preguntar por qué lo estaba mirando a pesar de esto, se sorprendió por la cariñosa luz que reflejaban sus pupilas.
Ella le extendió suavemente la mano. Luego de dudarlo por poco tiempo, Ainz tomó su mano, y se unió al resto de los Guardianes.
Albedo fue la primera que habló, y luego la siguieron los otros.
«Ainz-sama también, por favor dele a Shalltear una firme reprimenda.» «¡Estoy de acuerdo! ¡Por favor dígale algo duro a esta idiota!»
«Es cierto, creo que sería prudente darle unas palabras duras de advertencia.»
«Se tratan de las preciosas palabras de Ainz-sama así que asegúrate de escuchar con atención»
«P-pero no sea tan malo… uh, um, quiero decir…»
«…Ja, jajaja.»
A pesar de la sorpresa en los ojos de los Guardianes, Ainz no pudo detener la risa que explotó de sus labios, no, de su corazón.
Habiendo reído a plenitud, Ainz silenciosamente volvió la vista hacia Shalltear.
«Aunque ya antes le dije esto a Albedo, Shalltear no tiene la culpa de este incidente. Toda la culpa recae sobre mí. Mis predicciones no llegaron hasta este punto a pesar de toda la información que había logrado obtener. Shalltear, no tienes la culpa de nada. Recuerda estas palabras.»
«G-gracias.»
«Le encargaré la tarea de averiguar lo que le pasó a Shalltear, a Demiurge. ¿Qué tal?»
Demiurge agachó la cabeza para expresar su reverencia hacia la orden. Entonces, como si hubiera recordado algo, preguntó.
«Ainz-sama. Sobre Sebas—»
«Él es carnada.»
Los Guardianes asintieron con la cabeza aceptando la orden que Ainz había proclamado tranquilamente de que uno de los suyos sería usado como carnada. Era obvio para ellos que la voluntad del amo de la Gran Tumba de Nazarick tenía precedencia sobre la seguridad de su camarada.
«No deseo hacerlo, pero no hay otra alternativa… Aunque no sé por qué Shalltear fue atacada, si el enemigo fuera a moverse de nuevo, hay una gran posibilidad de que su siguiente objetivo sea alguien que la había acompañado. Es por eso que no le llamé de vuelta para darle un ítem de Clase Mundial… Albedo, escoge a alguien para que observe en secreto los alrededores de Sebas… Incluso si Sebas es carnada, no tengo intención de perderlo tan fácilmente. Dile al observador que se enfrente al enemigo si se aproximan.»
Habiendo dado esta orden, Ainz entrecerró los ojos. La intensidad de las llamas rojas disminuyó ligeramente.
(… No sé quién usó un ítem de Clase Mundial en Shalltear, pero eventualmente, en algún lugar, nos enfrentaremos. En ese momento, ¡me aseguraré de pagar esta deuda completamente!)
«Oigo y obedezco. Tomaré su fuerza en consideración y enviaré a alguien tan pronto como sea posible.»
«Te lo encargo. Aunque he aprendido que la resurrección es posible gracias a Shalltear, no deseo jamás volver a tener que matar aquello que mis camaradas han creado.»
Profundamente conmovidos, ellos agacharon las cabezas. Incluso si los Guardianes ya sabían que eran preciados para Ainz, oír las palabras directamente de su boca hacía que fueran incluso más efectivas.
Como si se acabara de dar cuenta vagamente de lo que en realidad le había pasado, la cara de Shalltear se mostró horrorizada y luchó por ocultar la vergüenza de su expresión. Ainz le hizo un gesto para que se olvidara de ello.
En ese momento, alguien habló a su lado.
«Uh, um, Ainz-sama.» «¿Qué sucede, Mare?»
«Um, eh, bueno, las huellas de la batalla, ¿debería ocultarlas?»
«No es necesario. ¿No lo sabías? Si destruyes un cristal de magia sellada, una poderosa explosión se producirá y destruirá completamente el área.»
«¿De-de veras?»
«… Perdona, mentí. Es de este modo. Algunas veces, incluso una mentira puede volverse verdad. Los cristales de sellado mágicos se supone que son bastante valiosos, así que no serán capaces de probarlo. Albedo, crea una grieta en el cristal de Nigun. Dile al herrero en jefe que haga lo mismo con la armadura que ordené. Debe parecer que fue usada en batalla.»
«Llevaré a cabo sus órdenes.»
«Parece que he sido muy ingenuo. No hay duda que existe un enemigo cerca de nosotros que busca dañar Nazarick. Debemos poner en marcha el plan para reforzar Nazarick tan pronto como sea posible. Por esa razón, usaré mis habilidades para crear un ejército de no-muertos. Ya dije esto antes… ah, ¿en ese momento sólo Albedo estaba presente entonces? No importa, ésta es nuestra primera prioridad. Deseo establecer un plan para recolectar los cuerpos del cementerio de E-Rantel.»
«Hay algo que quisiera decirle concerniente a ese asunto, Ainz-sama.»
«¿De qué se trata, Albedo?»
«Cuando Ainz-sama crea no-muertos con sus habilidades, es de mi conocimiento que al usar humanos como base, como mucho, resulta en tipos de sirvientes no-muertos débiles, incluso si son de rango intermedio.»
«Cierto. ¿Qué hay con ello?»
Los no-muertos creados de los cuerpos de los miembros de la Escritura de Luz Solar eran, a lo mucho, de nivel 40. Cuando él había tratado de hacer que sobrepasaran ese nivel, luego de cierto tiempo, los no-muertos desaparecían junto a sus cuerpos.
«Sí. En realidad, he pensado en una forma para obtener nuevos cuerpos. ¿No consideraría usar cadáveres de otras razas no humanas?»
«…Voy a asumir que no estás hablando de los sirvientes de Nazarick.»
«No, por supuesto que no. Hablo de otra raza diferente.»
Albedo sonrió. Una sonrisa que era al mismo tiempo cruel y hermosa.
«Aura descubrió un pueblo de Hombres-lagarto. ¿No consideraría invadir sus tierras y eliminarlos?»