Capítulo 370 – TBATE – Un Breve Respiro

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Punto de Vista de Arthur.

 

Llamé suavemente a la puerta antes de abrirla y mirar dentro. Una mujer de mejillas redondas me miró, asintió y luego volvió a cuidar de su paciente.

Seth yacía en una cama, envuelto en vendas, cada centímetro de piel expuesta brillaba con ungüentos curativos. La mujer estaba pasando algún tipo de aparato en forma de barra sobre su torso, tratando sus múltiples costillas rotas, pelvis fracturada y cadera dislocada.

‘Niño resistente,’ dijo Regis. ‘Pensé que estaba acabado.’

Sí, bueno, ese tipo de determinación probablemente corre por su sangre, le respondí. Su hermana probablemente mostró lo mismo.

‘Si, si, culpemos a estos niños por lo que Agrona hizo que hicieran sus amigos y familiares. Totalmente justo, porque definitivamente ellos podrían haberse resistido a su voluntad, ¿verdad? Qué montón de cobardes.’

Suspiré. Ya hemos tenido esta conversación, Regis. Solo estaba siendo mezquino, y lo reconozco.

‘No me hables con dulzura como a una de tus princesas, Princesa,’ dijo Regis con un resoplido.

No había nada que pudiera hacer por Seth, así que regresé al área de preparación, donde había dejado a Briar y Aphene a cargo. Cuando abrí la puerta, me encontré con los bramidos de Briar sobre la cacofonía de mi clase sobre emocionada.

“¡Podrían todos callarse! Tenemos un invitado… oh, Profesor Grey…”

Briar me miró a mí y al Director Ramseyer, que acababa de entrar desde el campo de combate, luciendo inusualmente relajado, incluso desconcertado. “No seas demasiada dura con nuestro equipo campeón,” dijo. “Es natural que estén emocionados, considéralo. Por eso estoy aquí, por supuesto, para decir algunas palabras. Si no le importa, ¿Profesor Grey?”

Le hice señas para que continuara.

El director esperó a que los últimos estudiantes que charlaban se callaran. “Qué placer fue verlos,” dijo, sonriendo a los estudiantes. “Felicitaciones a todos y cada uno de ustedes por una actuación tan impresionante durante el torneo y, por supuesto, un trabajo excepcional realizado por nuestra campeona del torneo, Lady Enola de la Alta Sangre Frost.”

Vítores y aplausos brotaron de los estudiantes, pero disminuyeron rápidamente mientras el director miraba expectante.

“Además, me gustaría reconocer a Marcus de la Alta Sangre Arkwright y Valen de la Alta Sangre Ramseyer, quienes se desempeñaron a la altura de los altos estándares de sus sangres, ¡llegando más lejos en este torneo además de nuestra campeona!”

Otra ronda de aplausos, aunque también capté algunas miradas exasperadas por el poco sutil llamado del director de su propio nieto. Valen parecía ajeno, prácticamente irradiando placer ante el cumplido de su abuelo.

“Y por supuesto,” prosiguió el Director Ramseyer, “no podemos olvidar a sus compañeros de clase heridos, Seth de la Alta Sangre Milview y Yanick de la Sangre Farshore. Espero que ustedes les transmitan tanto mi simpatía como mi orgullo cuando los vean más tarde.”

Poco después de la victoria apenas ganada de Seth contra el chico del club de puño de la Academia Bloodrock, la pierna de Yanick fue rota por un oponente descuidado, pero fueron las únicas lesiones importantes. La Academia Central se destacó en el torneo después de eso, con un mejor porcentaje de victorias que cualquier otra academia presente.

Los estudiantes se habían vuelto más salvajes y bulliciosos con cada ronda que pasaba, y se habían precipitado al campo de combate en un frenesí cuando Enola finalmente ganó el campeonato. Me encontré en una posición extraña, incapaz de ignorar mi parte en su éxito. Fue mi entrenamiento lo que los llevo a este punto, después de todo. Y saber eso me infundió orgullo, pero también culpa.

Y así, en lugar de darles a estos niños el refuerzo positivo que necesitaban, di un paso atrás, dirigiendo mis pensamientos hacia mi plan para el Victoriad, eventualmente excusándome por completo, usando la lesión de Seth como una excusa para tener unos minutos a solas en el relativo silencio de las obras subterráneas mientras mis emociones encontradas se enfriaban.

“Ahora,” dijo el Director Ramseyer, aplaudiendo, “con los eventos de hoy terminando, estoy seguro de que todos están ansiosos por un momento para descansar sus cuerpos y relajar sus mentes, así que los dejaré en las capaces manos del Profesor Grey y sus asistentes. Una vez más, bien hecho todos, ¡Muy bien hecho!”

El director hizo un punto para estrecharme la mano cuando se iba, los estudiantes zumbando con una conversación cansada en el fondo. “A usted, Profesor Grey, también debo extenderle mis felicitaciones. Las Tácticas de Mejora Cuerpo a Cuerpo nunca han sido exactamente la prioridad de nuestra escuela, me temo, pero mire lo que ha logrado con ellos.” Su expresión normalmente severa dio paso a una amplia sonrisa. “Y pensar que estaba a punto de remplazarle. ¡Jaja!”

Sacudiendo la cabeza, salió del área de preparación y claramente lo escuché murmurar: “Oh, no puedo esperar para frotar esto en las narices de los otros directores en la cena de esta noche.”

Briar y Aphene me miraban, esperando. Les di un asentimiento.

“¡Escuchen!” Briar gritó. “Nos dirigiremos a nuestras habitaciones. Sin perder el tiempo, sin desviarse. Todos ustedes se ven como si ya les hubieran machacado en dieciséis tonos de mie**rda, pero ni piensen ni por un segundo que no voy a golpearles hasta dejarles en dieciséis tonos más a cualquiera que tenga ganas de jo**der.”

Reprimiendo una sonrisa, los seguí, solo medio vigilando al grupo.

“Todos ya deberían tener sus números de habitación,” dijo Aphene cuando llegamos al pasillo donde nos habían proporcionado las habitaciones. “Si olvidaron su número, supongo que tendrán que dormir en el pasillo.”

“Sé que la mayoría de ustedes está ansioso por escabullirse de sus habitaciones y pasar el rato con sus amigos,” agregué. “Todo lo que tengo que decir es… simplemente que no se dejen atrapar.”

Hubo algunas risas de agradecimiento por esto, e incluso Aphene esbozó una sonrisa, pero Briar solo puso los ojos en blanco y me lanzó una mirada exasperada. Luego, la fila se rompió cuando los estudiantes comenzaron a buscar sus habitaciones.

Con mis deberes de profesor absueltos, entré en los silenciosos confines de mi pequeña habitación y cerré la puerta detrás de mí.

Regis inmediatamente saltó fuera de mi cuerpo y olfateó alrededor. “No es exactamente un castillo, ¿No?”

El alojamiento proporcionado para los estudiantes y profesores visitantes era adecuado, aunque algo espartano. Nos dieron habitaciones en el propio coliseo y nos invitaron a quedarnos durante el resto del evento, que consistió en otro día de juegos de guerra y duelos entre ascenders de alto rango.

No fue hasta el tercer y último día del Victoriad que los retenedores y Guadañas aceptarían desafíos por sus posiciones. Si Nico iba a morder mi anzuelo, sería en el tercer día. Hasta entonces…

Metiendo la mano en mi runa de almacenamiento extradimensional, conjuré la última piedra angular que había recibido. Había sido un día largo y mentalmente agotador, y lo que realmente necesitaba era meditar y concentrar mi mente.

Sentado con las piernas cruzadas en la cama con la piedra angular entre las rodillas, cerré los ojos, pero no imbuí la reliquia con éter. En cambio, esperé. Mi breve sesión de entrenamiento con Enola y la piedra angular me había demostrado que lo que realmente necesitaba para progresar con la percepción de la reliquia era ayuda.

Pasaron un par de minutos antes de que llamaran a mi puerta.

“Adelante.”

La puerta se abrió y entró Caera, con aspecto agotado por los bordes. Ella pasaría las dos últimas rondas del torneo estudiantil con su sangre en su palco privado a petición de Corbett.

“Lo siento,” murmuró. “Lenora me retuvo en una conversación muy incómoda con un joven de sangre Vritra que ha sido adoptado por algún alta sangre de Sehz-Clar.”

“Ah,” dije, ajustando mi posición y haciendo un gesto hacia la silla individual de mi habitación que estaba a los pies de la cama. “¿Hay un compromiso potencial en su futuro, Lady Caera?”

“No, Profesor Grey, pero eso no impedirá que Lenora lo intente.” Caera se dejó caer en la silla con un resoplido, luego me dio una mirada más seria. “Así que, ¿De qué es lo querías hablar? ¿Finalmente planeas decirme cuál es este misterioso plan?”

“No,” admití, dándole una sonrisa de disculpa. “En realidad, necesito tu ayuda con algo.”

Ella se recostó en su silla y se cruzó de brazos, dándome una mirada sospechosa. “Oh ¿Enserio?” Su atención se trasladó a la piedra angular. “Tiene algo que ver con esa cosa, ¿supongo?”

Pasé un par de minutos explicándole lo que quería que hiciera, después de lo cual ajustó su silla y se puso un poco más cómoda.

“Así que, sólo…?”

“Exactamente,” respondí.

Cerró los ojos. El calor irradiaba de su cuerpo y, aunque no podía sentir su maná, aún podía sentir los efectos físicos que eso causaba. Un leve movimiento en el aire desprendió un mechón de su cabello, que cayó frente a su rostro. Sus labios se presionaron en una delgada línea mientras se concentraba. Sus ojos revolotearon debajo de sus párpados cerrados, que estaban ligeramente pintados de un color gris ahumado por el Victoriad.

“Gracias, Caera,” dije, cerrando mis propios ojos y empujando éter en la piedra angular, dejando que mi conciencia siguiera. Como antes, más allá del muro de energía morada encontré solo la nada negra/oscura y vacía del reino angular.

La oscuridad estaba viva en presencia del maná de Caera, cambiando y moviéndose. A la deriva en la oscuridad, observé cuidadosamente la danza rítmica que se desarrollaba dentro de la negrura como la tinta, tomando nota de cada aspecto en el que podía pensar.

Durante algún tiempo — quince minutos, suponiendo que Caera siguiera mis instrucciones, pero el tiempo pareció durar mucho más dentro de la reliquia — el movimiento adquirió estrías verticales que saltaban y se retorcían como llamas en un tronco.

Luego, los movimientos cambiaron, adquiriendo un filo irregular y cortante, sus movimientos erráticos y difíciles de cuantificar, como si las muchas formas dispares — cada una de las cuales todavía era parte del todo — estuvieran librando una guerra repentina y violenta entre sí.

Esto no duró tanto antes de que la forma del movimiento cambiara nuevamente, ahora corrientes sutiles, fluyendo e irradiando hacia afuera, como un río de lava y el intenso calor que desprendía.

En cada paso, practiqué la creación/formación de éter en una variedad de formas, intentando provocar algún tipo de reacción en el movimiento incoloro del reino de la piedra angular. Latigazos, arcos cortantes, ráfagas con forma e incluso una forma etérea en forma de pala que arrastré a través de la oscuridad, pero nada afectó mi entorno.

Nada funcionó.

Lo que sea que sea este rompecabezas, me faltaba algo esencial — ya sea comprensión o habilidad — para navegarlo…

Un sudor frío humedeció mi frente ante una comprensión repentina y escalofriante, y retrocedí fuera de la piedra angular, mis ojos se abrieron de golpe.

Caera estaba sentada en la silla, actualmente canalizando maná por todo su cuerpo para mejorar sus habilidades físicas. Tenía los ojos abiertos y me había estado mirando. Saltó ligeramente y dejó de canalizar su maná. “No esperaba…”

“Toma,” dije, entregándole la piedra angular.

Ella vaciló, mirándolo como si esto fuera a explotar.

Me desplegué de mi posición sentada y me moví hasta el final de la cama. Tomando su mano en la mía, puse la piedra angular en su palma, luego envolví ambas manos alrededor de las suyas, ahuecando la piedra angular en el medio.

“Voy a canalizar éter en la piedra angular,” le expliqué. “Necesito que me digas lo que ves… suponiendo que esto funcione.”

“Um, está bien, ¿Estarás…” Sus palabras se cortaron en un jadeo de sorpresa cuando comencé.

Los ojos de Caera se cerraron de golpe y su cuerpo se puso rígido. “Veo… una enorme, pared etérea… como si me estuviera acercando al borde del mundo.”

Maniobrando por práctica e instinto, guie su conciencia más profundamente hacia el reino de la piedra angular.

“Me estoy moviendo, todo es morado, cientos de tonos diferentes… y esto es cálido. Se siente como…” Ella jadeó de nuevo, esta vez aún más fuerte. “La luz me guía… esto es maná. ¡Puedo verlo! Todos los colores… todo el mundo aquí está hecho de maná, moldeado por el maná. ¿Qué es esto, Grey? ¿Qué estoy viendo?”

Salté de la cama, recorriendo rápidamente la corta distancia hasta la pared y de regreso, mi estómago se contrajo incómodamente.

La piedra angular tiene algo que ver con el maná, ya lo habíamos aprendido. Solo que Caera puede ver partículas de maná dentro de la piedra angular, pero esto a mí me parece un vacío negro, lo que significa… qué?

No tengo un núcleo de maná, pero la presencia de un núcleo de maná no permite que un mago vea partículas de maná. Sentirlos, sí, pero necesitaba activar la voluntad bestia de Sylvia y el poder de Realmheart para ver el maná directamente, incluso antes de que mi núcleo fuera destruido.

‘Entonces, ¿Por qué es todo oscuridad interminable y ondas espeluznantes de monstruos de tinta cuando entras allí?’ Regis preguntó desde dónde se había acurrucado en la esquina.

Mi falta de un núcleo de maná debe estar impidiéndome sentir correctamente lo que sea que la piedra angular está tratando de mostrarme, respondí, mirando hacia abajo a la reliquia cuboide que descansaba en la mano de Caera, aun trazando mi éter para mantenerlo abierto y su mente sumergida dentro. Las ondas en la oscuridad son obviamente causadas por el movimiento del maná mismo, pero eso no tiene sentido… a menos que sea una manifestación de los efectos del maná, como el calor que sale del cuerpo de Caera mientras canaliza el maná de fuego.

‘Tal vez es algo así como cuando ves una neblina de calor saliendo de una piedra quemada por el sol. El maná se está moviendo, provocando un cambio en el entorno y, ya sabes, interrumpiendo la información sensorial que recibes.’ Regis se dio la vuelta y hundió la cara en la almohada de mi cama, que debió haber robado cuando yo no estaba mirando. ‘Pero el hecho de que puedas sentir algo allí, cualquier cosa, es una buena señal, ¿verdad?’

Me apoyé contra la pared mientras consideraba esto, preguntándome qué mecanismo de la piedra angular y qué información contenida me permitía sentir el movimiento del maná, incluso si no lo estaba viendo. El reino dentro de la reliquia era de naturaleza etérea y no había luz natural, por lo que la comparación de Regis con una piedra caliente no encajaba del todo con la imagen que tenía en mi cabeza. Era más como…

…el reflejo del agua visto desde el exterior de la copa de vidrio. Mi mente se remontaba mucho antes de la guerra, cuando Lady Myre me explicó por primera vez el éter. “El éter constituye los componentes básicos de los que está hecho el mundo, mientras que el maná es lo que lo llena de vida y sustento.” Ella comparó el éter con una taza y el maná con el agua que llena la taza. Pero si el agua cambia de forma, no altera la copa de ninguna manera. O… ¿si?

‘Esta bien, me estás chipando. ¿No están los dragones un poco atrasados ​​en el arte del éter?’ El lobo dejó escapar una risa retumbante. ‘Aether “Art” tal rollo. Jaja, ¿Entendiste?’

El reino de la piedra angular en sí mismo es de naturaleza etérea, solo alberga maná en su interior. No puedo ver el maná, pero de alguna manera mi conexión con el éter me permite sentir su movimiento. Al menos cuando está reaccionando a estímulos externos, lo cual debe provocar fluctuaciones más fuertes.

“¿Grey?” La voz de Caera era un susurro tranquilo y nervioso, lo que me hizo darme cuenta de que había estado en silencio durante algún tiempo.

“Lo siento,” dije de inmediato, “Solo estaba pensando. ¿Te importaría quedarte allí un rato? Hay algunas cosas más que me gustaría intentar.”

“¿Me estás tomando el pelo?” Caera sonrió. “Esto es increíble. Esto es… hermoso. ¿Te imaginas ver el mundo así todo el tiempo?”

Sonreí con tristeza, pero aparté los pensamientos de Realmheart y la voluntad bestia de Sylvia.

Había trabajo que hacer.

 

Punto de Vista de Tessia Eralith

 

Skydark: Y que dice el Fandom…XD

 

El viento frío acarició mi mejilla y rozó un mechón perdido de mi cabello gris metalizado detrás de mi oreja. Danzo a mi alrededor, llevando una pequeña ráfaga de nieve que giraba hacia afuera con cada giro y caída para descender hacia la fortaleza de Taegrin Caelum debajo.

“Débil.”

Froté con fuerza el punto de mi pecho donde la cuchilla de Grey me había atravesado… en una vida diferente, un cuerpo diferente, y sin embargo, ahora que tenía el recuerdo de eso, era como si pudiera sentir la cicatriz de la vieja herida.

“Esperaba más de ti.”

El viento se arremolinaba hacia adentro, tirando de mi blusa como si quisiera que yo también danzara. Muy por encima de la fortaleza de Agrona, el aire era frío y claro, y estaba ansiosa por sentir el toque del maná.

Las montañas se extendían hasta donde alcanzaba la vista en todas direcciones. Las nubes se acumularon en el horizonte — de un gris esponjoso y llenas de nieve — pero por lo demás, el enorme cielo era azul cristalino. Fría pero tentadora.

“Yo soy el mejor competidor.”

Cerré los ojos con fuerza, tratando de alejar esos últimos momentos de mi vida, que ahora se habían repetido una y otra vez en mi mente durante días… ¿semanas? El tiempo se movía de manera extraña en Taegrin Caelum, como si el giro del mundo significara poco para la fortaleza o su gobernante.

“Si tengo que dejarte a ti y a Nico atrás para lograr mi objetivo, lo haré.”

Esas habían sido sus últimas palabras reales para mí, esta persona que se suponía que era mi amigo. Antes había clavado su espada en mi pecho. Y Nico lo había visto suceder.

Ese fue mi último recuerdo. Volteando mi cabeza para ver a Nico, rodeado por un halo de luz, medio oscurecido por nubes de polvo, su rostro congelado en una máscara de tortura cuando llegó demasiado tarde para ayudar…

Dejé escapar un suspiro tembloroso.

No me extraña que sea tal como es.

Negué tal pensamiento. No fue culpa de Nico. Todo lo que había hecho fue morir y despertar, pero Nico… su camino había sido mucho más largo, mucho más doloroso.

Verme obligada a recordar mi propia muerte me había sumido en una fuga durante días, e incluso después de eso me llevó días más volver a mí misma. Después de tomar tanto tiempo para adaptarme a mi nuevo cuerpo — mi cuerpo — estar atrapada en mis habitaciones nuevamente se había sentido como una prisión, como una tortura. Ya había vivido una vida de encarcelamiento, en la que nunca se me permitió ser yo misma, vivir por mí misma, tomar decisiones por mí misma.

Pero, ¿en qué se diferencia esto en el servir a Agrona?

“Hare que esto sea diferente,” le dije al viento danzante. “Controlaré mi propio destino.”

Libere el  control sobre la magia que me hacía volar.

Mi cuerpo se torció en el aire hasta que estuve mirando hacia la fortaleza. El aire se diluyó delante de mí mientras soplaba con fuerza desde atrás, enviándome a una velocidad vertiginosa hacia abajo. Taegrin Caelum, pequeño como el juguete de un niño hace solo un instante, se dirigía hacia mí, expandiéndose engullendo mi visión.

Me volteé de repente, mi cuerpo dolía por la fuerza, y volé a través de las puertas abiertas de mi balcón con suficiente velocidad para que se cerraran de golpe detrás de mí. La puerta que daba al laberinto de pasillos se abrió de golpe justo antes de que la atravesara, respondiendo a mi voluntad, y me lancé por los pasillos del castillo a una velocidad peligrosa.

Cuando me detuve, la súbita ráfaga de viento que creó mi pasaje hizo que una bestia de maná de peluche cayera de su amplio pedestal estrellándose contra el pasillo. Hice una mueca, sin tener la intención de causar ningún daño, pero también había una pequeña parte de mí que sentía un placer vengativo por el acto.

Llamé a la puerta de Nico, pero no hubo respuesta. El maná de la tierra permaneció en la cerradura de metal pesado, y saltó a un lado a mi orden, permitiendo que la puerta se abriera.

Mis pies se levantaron del suelo y volé a la habitación. Estaba oscuro, vacío y sin calor…

Nico no estaba allí.

Solo había una persona más en Taegrin Caelum con la que podía hablar, de verdad, así que salí de la habitación de Nico, salté por su balcón y rodeé el borde de la fortaleza. Me detuve, flotando en el aire cuando un conjunto de puertas de balcón en lo alto de la pared del ala privada de Agrona se abrió hacia afuera como para darme la bienvenida.

Cada vez que nos reuníamos, era como si estuviera viendo a Agrona por primera vez.

Sus cuernos estaban vacíos de adornos, su ropa fina habitual fue reemplazada por pantalones de cuero oscuro y una sencilla túnica blanca que colgaba casualmente de su esbelta forma, los botones superiores desabrochados para exponer su pecho y permitir que los tatuajes rúnicos que lo cubrían se asomaran. Su piel de mármol brillaba a la luz fría de la media mañana, o tal vez esa era la fuerza de su maná que brillaba a través de su cuerpo desde su núcleo, que ardía como un sol en miniatura dentro de su esternón.

“¿Te sientes mejor?” preguntó, fingiendo un aire casual. “Sólo estaba pensando en ti. Draneeve dijo que te saltaste tu última evaluación. Yo…” Su cabeza se inclinó ligeramente hacia un lado, su lengua salió disparada para humedecer sus labios. “¿Qué es lo que pesa tanto en tu mente, Cecil?”

Encontré sus brillantes ojos escarlatas — este ser quien estaba más cerca de dios que del hombre — levanté la barbilla. “Ya he tenido mucho tiempo para considerar todo lo que me has mostrado, Agrona, y necesito decirte algo.”

Su sonrisa era amable, pero llevaba la confianza de un conquistador. Cualquier cosa que tuviera que decir, sabía que él me escucharía, pero no se doblegaría ni se rompería por ello.

“No seré tu arma,” continué, mi voz transportada por el viento. “O tu herramienta. Quiero poder tomar mis propias decisiones, tener una vida, no solo estar viva.”

El encogimiento de hombros de Agrona fue perfectamente casual. “Por supuesto, Cecil. Tu vida es tuya.” Me dedicó una sonrisa encantadora, afectuosa y comprensiva que me hizo difícil recordar lo que quería decir. “Te pediría que hablaras más sobre esto, pero sinceramente, me encanta el drama de ti volando allí, con la cara como un hielo tallado, listo para hacer demandas.”

Él está mintiendo, por supuesto.

Respiré hondo y el maná que nos rodeaba se hinchó como si fuera parte de mí. El aire se calentó, el vapor de agua se solidificó y comenzó a caer como húmedos copos de nieve, incluso las piedras de Taegrin Caelum gimieron.

“Dime la verdad.”

Agrona salió más al balcón. Sus ojos se cerraron y olfateó el viento, llenando sus pulmones con esto. “Poder,” dijo, su voz un susurro en auge. “Crudo e imposible.”

Abriendo los ojos, extendió una mano para atrapar algunos de los copos de nieve. “¿Repetiría los errores de esos tontos que te enjaularon en tu anterior vida? ¿Suprimiendo tu potencial restringiéndote, tratando de controlarte? Espero no parecerte un tonto.”

“Pero le hiciste algo similar a Nico,” Señalé, conteniendo el temblor que habría sacudido mi cuerpo ante la mención casual de Agrona de los muchos años de encarcelamiento y tortura — bajo la apariencia de entrenamiento — por los que pasé en mi anterior vida. . “Él…”

“No es el Legado,” dijo Agrona tranquilamente. “Aunque… lo soportó por ti, solo por la oportunidad de estar a tu lado otra vez… Nico era débil e impotente cuando vio a Grey quitarte la vida. Incapaz de hacer algo, absolutamente nada. Estaba dispuesto a soportar cualquier dolor para traerte de regreso y mantenerte a salvo, sin importar el costo para él.”

Agrona me inspeccionó de cerca. “Pero Nico no es por lo que estás aquí para hablar, ¿verdad? No miento cuando digo que tus elecciones son tuyas, pero hay algo que debes saber.”

Hizo una pausa cuando un pájaro pasó volando junto a mí para posarse en la baranda del balcón. Este golpeó el metal con el pico, emitiendo un sonido metálico hueco , y agitó sus brillantes plumas negras y rojas. Agrona le tendió la mano, que de repente estaba llena de semillas. La criatura saltó de la barandilla a su palma y comenzó a comer, abanicando sus cuatro alas.

“Ese pájaro es…hermoso,” Dije, momentáneamente distraída.

“No los encontrarás en ningún otro lugar de Alacrya,” reflexionó Agrona, observando al pájaro picotear las semillas. “Vienen de Epheotus, nativos solo de los escarpados acantilados del Monte Geolus. Hice traer algunos aquí, hace mucho tiempo, cuando…”

Los rasgos de Agrona se intensificaron a medida que se apagaba. De repente, sus dedos se cerraron como una jaula alrededor del pájaro. El pájaro dio un graznido asustado y comenzó a aletear en su mano y picotear inútilmente sus dedos.

“Están fuera de lugar aquí, como tú,” dijo, su mirada intensa sobre el pájaro. “Estás en peligro, Cecil, y lo estarás hasta que se gane la guerra y el Clan Indrath sea expulsado de su montaña.”

“¿Por qué?” Pregunté, incapaz de apartar mis ojos del ave, una fuerte sensación de aprensión hizo que mi estómago se revolviera.

“A diferencia de los Vritra, que se enorgullecen de explorar lo desconocido, al resto de los clanes asura les aterroriza. Si alguna vez te pusieran las manos encima…”

Sus ojos se alejaron del ave para encontrarse con los míos, y me sentí atraída hacia ellos, como si estuviera mirando la caldera de un volcán activo. Podía sentirlo dando vueltas en mi mente como si estuviera pasando las páginas de un libro. Pero en lugar de sentir como una violación, había calidez y consuelo en ello, como si tenerlo a él allí conmigo significara que no estaba sola.

Pero no estás sola, Cecilia.

Su mano se cerró. El pájaro emitió un chillido ahogado, que fue inmediatamente reemplazado por el crujido de pequeños huesos huecos. Cuando la mano de Agrona volvió a abrirse, la hermosa criatura era poco más que plumas torcidas y alas rotas.

Con un movimiento de su muñeca, el pequeño cadáver cayó por el borde del balcón y cayó a las piedras afiladas muy por debajo.

“Pero no voy a ir a la guerra con los otros asura por tu bien,” dijo Agrona, su voz llena de intención. “No son solo un peligro para ti, sino para todos los inferiores. Y la gente de Alacrya y Dicathen merece una existencia sin miedo a su tiranía. Puedo gobernar a los inferiores, guiar su evolución, pero no tengo interés en construirlos solo para romperlos y comenzar de nuevo como lo ha hecho Kezess.”

Extendió su mano hacia mí, con la palma hacia arriba, como si esperara que yo la tomara. “Si luchas conmigo en la guerra que se avecina, puedes protegerte a ti misma y a la gente de dos continentes del peligro que representan los asura. Después de todo, ellos ya han demostrado la profundidad de su desprecio por las vidas inferiores en Elenoir cuando cometieron genocidio solo por la oportunidad de evitar que crezcas hasta alcanzar su máximo poder.”

Ante la mención de Elenoir, una neblina esmeralda se escapó de mi interior, llenando mi visión y haciéndome tambalear en el aire. Agrona se tensó, pero recuperé el control de inmediato y empujé la sensación hacia lo más profundo, de vuelta a mi interior, donde permanecía la presencia alienígena del guardián elderwood, su poder aún me impedía.

Agrona estaba recorriendo mi cuerpo con sus ojos, inspeccionando cada centímetro de mí. “La voluntad bestia se enfadará ante la mención del ataque,” señaló. “Que interesante. Si alguna vez logras controlarlo, agregar su formidable poder a tu propio control de forma libre sobre el maná será una bendición, pero no estrictamente necesario para que alcances tu máximo potencial.”

Froté mi esternón sobre mi núcleo de maná, incómoda.

“Pero entiendo que este mundo nunca será tu hogar,” continuó Agrona, como si estuviera sacando pensamientos de mi cabeza. “Y así que te prometo esto. Cuando derrotemos a los asuras y derroquemos al Clan Indrath, usaré el conocimiento que obtuve de las Relictombs para devolverte a tu antigua vida, tu antiguo mundo — pero como ello debería haber sido.”

Mi respiración quedó atrapada en mi pecho.

“Imagínalo, Cecil. Imagina exactamente cómo sería esa vida, lo que quieras. Ahora, ¿Qué harías para reclamar eso?”

Eso es un truco, o una trampa, o…

Pero ya estaba cambiando su trato hacia mí. Su tono era respetuoso, incluso cauteloso. La forma en que me miró, pude verlo en sus ojos, como si me viera como un compañero, no como una herramienta, y eso era exactamente lo que había venido a exigir aquí. Había confianza y una pregunta en esa mirada, y supe con absoluta certeza que él podía hacer lo que decía.

Pero, ¿Qué haría en esta vida para tener la oportunidad de volver a la vida que debería haber tenido?

“Lo que sea, Agrona.”


Skydark: Muchas gracias por al apoyo para el Patreon para esta novela a Martín y Gintaras…

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