Capítulo 365 – TBATE – Rencores inconclusos

El puño de Valen se disparó en un fuerte jab hacia la nariz de Seth. En lugar de alejarse a trompicones como lo habría hecho alguna vez, el chico delgado se movió hacia el golpe, debilitando cualquier fuerza. Su rodilla llegó hasta las costillas de Valen, pero Valen bloqueó con una palma antes de inclinarse hacia adelante y lanzar su hombro contra el pecho de Seth, enviándolo a tambalearse hacia atrás.

Un barrido giratorio hacia las piernas de Seth — que ya no estaba bien posicionado para mantener el equilibrio — envió a Seth a estrellarse contra la colchoneta.

“Bien hecho ustedes dos,” estaba diciendo Aphene, y regrese mi atención a los papeles frente a mí con un suspiro.

A cada profesor asistente se le habían proporcionado documentos que explicaban el Victoriad. Debido a la naturaleza del evento, la adherencia a la tradición y el protocolo fue de suma importancia, por lo que la información proporcionada fue completa hasta el punto de tedioso. Sabía que era necesario memorizar esto, pero mi mente seguía divagando en mis propios planes para el evento.

Ahora era más fuerte de lo que había sido como una Lanza de núcleo blanco, incluso si había perdido algunas de las armas de mi arsenal. Aun así, quería usar este evento para medir mi fuerza contra la de mis enemigos — sin revelar mi identidad si es posible.

Con la reputación que me había construido aquí como profesor y ascender, quería probar mi fuerza — si no contra una Guadaña, al menos contra un retenedor. Tanto Caera como Kayden mencionaron que era poco común que incluso los retenedores recibieran un desafío, pero después de leer este documento, quedó cada vez más claro lo raro que era.

Sin mencionar a desafiar a una Guadaña, incluso solicitar un duelo a un retenedor requería el consentimiento de su Guadaña de antemano. Caera había mencionado que, dado que esta vez había dos posiciones de anticipo abiertas, la gente especuló que habría muchos más prospectos de lo normal.

Y dado que tanto las Guadañas como los retenedores podían rechazar a un retador si encontraban que tal competencia estaba por debajo de ellos, sería difícil para mí incluso luchar contra un retenedor.

En el peor de los casos, si ninguno de los retenedores aceptaba mi desafío, tendría que ver los duelos desde lejos.

Normalmente, aquí es donde Regis habría intervenido con una evaluación contundente pero irritantemente precisa de esta situación, pero no llegó tal respuesta.

Estaba tranquilo en mi cabeza sin el lobo llameante sarcástico. Aunque todavía podía sentirlo, conectado a mí por un delgado hilo que se extendía por la ladera de la cordillera más cercana, sus pensamientos estaban ocultos de mí, su enfoque completamente en sí mismo. Pero breves pulsos de emoción o frustración que no eran míos estallaban ocasionalmente, y supe que estaba creciendo. Podía sentir su fuerza.

Me había acostumbrado a tener mi mente para mí mismo, pero eso no significaba que fuera pacífico. Había olvidado cuánto giraba mi cerebro sin que Regis me interrumpiera.

Al darme cuenta de que había perdido por completo el hilo de lo que había estado leyendo, dejé el pergamino para ver el próximo entrenamiento.

Aphene había llevado a dos estudiantes más a entrenar mientras Briar dirigía al resto de la clase en una serie de ejercicios. Marcus y Sloane estaban intercambiando una brutal serie de puñetazos y patadas cuando las puertas del salón se abrieron y varios hombres con armadura entraron.

Sloane los vio primero y falló un bloqueo, recibiendo un codazo en la barbilla que lo dejó en el piso. Esto llamó la atención del resto de la clase y los estudiantes estallaron en una ronda de charla de sorpresa. Briar y Aphene se apresuraron a silenciarlos, sus ojos se volvieron inquisitivamente en mi dirección.

“¿Puedo ayudarles?” Dije, levantándome de mi asiento en el panel de control de la plataforma de entrenamiento y subiendo la mitad de las escaleras hacia los intrusos. “Estamos en medio de una clase.”

Una figura familiar avanzó, rascándose la barba recortada y dándome una sonrisa incómoda. “Lo siento, Grey, pero me temo que tendrás que venir con nosotros.”

Fruncí el ceño a Sulla, jefe de la Asociación de Ascenders de Cargidan. “¿Puede esto esperar hasta —”

“Me temo que no,” dijo con firmeza.

Mi mente comenzó a acelerarse mientras consideraba para qué podrían llamarme.

La expresión sombría de Sulla dejó en claro que su visita no era de naturaleza social. Pero dado que se trataba de la Asociación de Ascenders y no de los guardias de la academia ni de las fuerzas del orden locales, no estaba seguro de cuál podría ser el problema. Si mi identidad se hubiera visto comprometida — una posibilidad de la que siempre fui consciente — entonces habría sido Nico o Cadell derribando mi puerta.

Así que, ¿qué es entonces?

Me volteé y miré a Briar. “Tú y Aphene terminen la clase. No me iré por mucho tiempo.”

Subiendo las escaleras, observé las manos y los ojos del grupo en busca de alguna señal de que estuvieran preparados para atacar. Los hombres estaban tensos y atentos, tal vez incluso un poco nerviosos, pero también sentí una especie de frustración rebelde en sus ceños fruncidos. “Lo siento por esto,” murmuró uno de ellos, quedándose en silencio inmediatamente cuando Sulla le lanzó una mirada de advertencia.

El propio jefe ascender tenía el aspecto rígido e incómodo de un hombre que hace algo en contra de su voluntad. Independientemente de lo que estuviera sucediendo, estos ascenders no estaban encantados con esto.

Y así que no me resistí, así que dejé que me llevaran fuera del edificio y cruzáramos el campus. Ellos tomaron posiciones a mi alrededor, pero nadie sacó un arma ni preparó ningún hechizo — al menos que yo pudiera detectar. La mayoría de los estudiantes estaban en clase, pero aún nos cruzamos con muchas docenas de personas cuando salíamos del campus, y ya podía sentir mi nombre en el centro de un centenar de conversaciones susurradas detrás de mí.

Afortunadamente, el Edificio de la Asociación de Ascenders estaba cerca.

Seguí a Sulla hasta su oficina, que dominaba el piso principal del edificio. Los otros ascenders se apostaron fuera de las puertas, el cual Sulla cerró detrás de nosotros.

Me senté sin que me invitaran a hacerlo y esperé. Sulla tomó un bolso de cuero de detrás de su escritorio y me miró con atención. Luego, con una repentina oleada de ira frustrada, él golpeó el bolso sobre su escritorio y se desplomó en su silla.

“Mal**dita sea, Grey, ¿Comprendes siquiera lo cerca que has estado de la muerte?”

Giré la cabeza ligeramente hacia un lado e hice un espectáculo de mirar alrededor de la oficina. “No parece que tenga un cuchillo en el cuello, así que no, realmente no lo he estado.”

Sulla se burló sin humor. “Parece poco probable que te preocupes por cosas pequeñas como cuchillos.” Agarrando la parte inferior del bolso, la volcó, derramando un montón de pergaminos sobre su escritorio. “¿Sabes que son estos?”

Sin dejar de mirar a Sulla, cogí un pergamino suelto que se había movido sobre el escritorio hacia mí. Contenía un paréntesis con cada uno de mis propios estudiantes emparejados con un nombre desconocido. El torneo del Victoriad, me di cuenta.

“No entiendo el problema,” dije, fingiendo indiferencia y arrojando el pergamino al montón sobre el escritorio de Sulla.

Su ojo izquierdo tembló. Con los dientes apretados, él dijo: “Entonces, por favor, permítame ilustrarlo, Profesor.” Tuvo que tomarse un momento antes de continuar, durante el cual hojeó las páginas. Cuando encontró lo que estaba buscando, me lo mostró. “Este es un informe sobre los combatientes del Victoriad de la Academia Bloodrock en Vechor — o al menos, aquellos que competirán específicamente en los duelos no mágicos y desarmados.” Dejo con fuerza abajo esas páginas y ​​tomó otra página. “Esto proporciona algunos detalles muy específicos sobre uno de los mejores luchadores de Bloodrock. Listas de runas, tipo de mago, estilos de combate preferidos … por los cuernos de Vritra, Grey, incluso nombra qué miembros de su sangre podrían ser amenazados o sobornados para influir en su desempeño.”

Él procedió a leer un puñado de páginas más, que contenían detalles similares sobre otros luchadores de alto rendimiento de una variedad de academias.

“Genial, esto parece una investigación muy exhaustiva,” dije finalmente, interrumpiéndolo mientras comenzaba a explicar otra página. “Pero ¿Qué tiene que ver esto  conmigo? Estas cosas no son mías.”

Sulla suspiró y se frotó el puente de la nariz. “Entonces, porque se presentó un testigo confiable y afirmó que tú estás intentando hacer trampa en el Victoriad, utilizando estos documentos como prueba.”

Me quedé mirando la pila de papeles por un momento, luego solté una risa sorprendida. “Estás bromeando, ¿verdad?”

Sulla se reclinó en su silla y me miró como si un cuerno hubiera brotado de la mitad de mi frente. “¿Niegas que estás liderando un esfuerzo para darles a tus estudiantes una ventaja injusta en el Victoriad?”

“Si mis estudiantes tienen una ventaja, será porque han trabajado por ello, no porque yo intimidé a la mamá de una adolescente,” espeté, irritado por haber sido molestado con esta tontería. “No, realmente tengo cosas más importantes que hacer—”

Sulla puso ambas manos sobre su escritorio, tiró algunos trozos de papel al suelo y se inclinó hacia mí. “Entonces alguien está tratando de que te maten, Grey.”

Observé con curiosidad al veterano ascender, esperando a que continuara.

“Hacer trampa, manipular o interrumpir los eventos del Victoriad resultará en tu ejecución como parte del ‘entretenimiento’ del Victoriad,” proclamó siniestramente. “Así que, si no ordenaste que se recopilara toda esta información — información que deja en claro que tiene la intención de amenazar con dañar a varios miembros de importantes alta sangre — entonces otra persona lo hizo, y simplemente para acusarte de un crimen que podría acabar con tu vida.”

Ahora escuchaba con más seriedad, pero algo sobre lo que estaba diciendo Sulla no tenía sentido. “¿Dijiste que tenías un testigo? ¿Alguien que afirmó que estaba trabajando conmigo o para mí o algo así?”

Él entrecerró los ojos, pensativo, antes de responder. “Sí. Vinieron a nosotros por su propia voluntad, alegando que se vieron obligados a hacer varios contactos entre tú y el personal de la academia en todo Alacrya. Cuando ellos interceptaron este bolso de documentos — supuestamente destinados a ti — ellos se dieron cuenta de lo que estaban haciendo y se sintieron obligados a entregar las pruebas.”

Sulla hizo una pausa. “Debe saber, un puñado de personas están corroborando esta declaración, confirmando que recibieron cartas amenazadoras de ti para proporcionar todo esto.” Hizo un gesto hacia los papeles. “El mejor de los casos es que se te prohíba asistir al Victoriad. Lo peor, bueno, ya te lo dije.”

Incluso desde el momento en que Sulla y sus ejecutores llegaron a mi salón de clases, parecía incómodo. Ahora la razón estaba clara. “¿Por qué estás tan seguro de que no lo hice?”

Él se burló de nuevo. “Cualquiera que realmente te conociera sabría que no necesitarías hacer trampa. También he oído hablar de los otorgamientos de tus estudiantes. No, esto olía a montaje desde el principio.”

Asintiendo, apoyé los codos en las rodillas y me incliné hacia adelante. “Entonces dime quién es el ‘testigo’.”

Sulla vaciló, luciendo incómodo. “Podría — pero si lo matas, esto estará fuera de mis manos. En este momento, esto solo se ha informado a la Asociación de Ascenders. Si la Academia Central o cualquiera de estos alta sangre se involucran …”

“No lo mataré, pero me daré idea—.”

Fui interrumpido por un dispositivo en el escritorio de Sulla que se encendió y comenzó a zumbar suavemente.

Él lo miró como si eso fuera una sanguijuela demoníaca durante varios segundos, luego extendió la mano y lo tocó.

Una voz familiar resonó desde el dispositivo: “Habla Corbett de la Alta Sangre Denoir, contactando a Sulla de la Sangre Drusus. ¿Sulla?”

Los ojos del ascender de cabello oscuro se agrandaron ante la mención del nombre de Corbett, y me miró con algo parecido al pánico. “S-sí, Alto Lord Denoir, habla—”

“Acaba de detener a un profesor de la Academia Central llamado Grey. Los estúpidos cargos en su contra son falsos, y tengo información que ayudará a probar eso.” La voz de Corbett hizo eco con una ligera distorsión del artefacto de comunicación, pero aun así transmitía efectivamente el peso de su autoridad. “Exijo que sea puesto en libertad de inmediato.”

No pude evitar la sonrisa de sorpresa que asomó a mi rostro al escuchar al Alto Lord hablar. Aunque mantuvo un aire noble, también hubo una sutil amenaza en sus palabras.

¿Caera lo incitó a hacer esto? Me pregunté a mí mismo. O nuestra conversación causó más impresión de lo que pensaba….

Sulla recuperó rápidamente la compostura. Aunque los Denoir debían haber superado varias veces a la Sangre Drusus, él no parecía un hombre al que la nobleza le intimidara. “¿Dice que tiene información pertinente a esta investigación?” Él preguntó, su tono era todo negocios.

“Los Granbehl están detrás de esto,” dijo Corbett con firmeza. “Han hecho afirmaciones falsas contra Grey antes, y lo están haciendo de nuevo. Creo que un interrogatorio minucioso de Janusz de la Sangre Graeme, actualmente profesor en la Academia Central, revelará que le pagaron — y muy bien — para entregar pruebas falsas contra Grey. Ahora, confirme que Grey será liberado de inmediato, o me veré obligado a visitar personalmente la Asociación de Ascenders.”

Sulla fulminó con la mirada el artefacto de comunicación y su rostro se enrojeció levemente. “No habrá necesidad de eso, Alto Lord Denoir. Estoy igualmente seguro de la inocencia de Grey y no lo acusaré. Él está aquí conmigo en este momento, de hecho, estamos discutiendo la mejor manera de lidiar con esta situación.”

“Oh,” dijo Corbett, sus nobles gestos se deslizaron por un instante. “Muy bien entonces. He escuchado cosas buenas sobre su justicia y sabiduría, y parece que estos rumores no son infundados. Grey, reúnete conmigo en Goldberry’s Throne en High Street dentro de dos horas. Buen día entonces.”

“Buen día, Alto Lord …” Dijo Sulla, su expresión atrapada en algún lugar entre la frustración y el alivio.

Cuando el artefacto se atenuó, su atención volvió a mí. “Así que, realmente tienes amigos en lugares altos …”

“Un conocido reciente,” dije encogiéndome de hombros. “Así que, Profesor Graeme …”

Sulla hizo una mueca. “Como dije—”

“Oh, no te preocupes. No lo mataré.” Poniéndome de pie, le di una mirada inquisitiva. “¿Soy libre de irme?”

“Por el momento, sí,” dijo con una sonrisa sin humor. “Pero esta situación tendrá que ser resuelta, Grey.”

Asentí con la cabeza, un cierto tío borracho me vino a la mente. “Entonces, ¿podría ponerse en contacto con alguien por mí?”

 

*****

 

Dos horas más tarde, caminaba a paso vivo por High Street, hogar de muchos negocios ostentosos dirigidos hacia los alta sangre.

Varios escenarios giraron en mi mente como clips de diferentes películas mientras pensaba en lo que había aprendido. Si lo que el Profesor Graeme había informado tan amablemente era cierto, entonces esto cambiaba todo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando me vi obligado a apartarme del camino por un par de jóvenes de alta sangre que caminaban uno al lado del otro por el medio del camino, pero antes de que pudiera dedicarles un segundo pensamiento, me quedé parado al ver a el lugar donde se suponía que debía reunirme con Corbett, un café de alta sangre llamado Goldberry’s Throne.

El edificio parecía más un templo que un café. Los pilares de mármol recubiertos de oro envolvían una galería al aire libre en la parte delantera del edificio y alrededor de un lado, y los entablamentos tallados que descansaban sobre los pilares brillaban con incrustaciones dorada y una docena de colores de piedras preciosas, haciendo que el techo brillara como una corona. Llamas multicolores se elevaron de los braseros encendidos pegados a los pilares, lo que le dio al lugar una cualidad mística distintiva y emitió una mezcla de aromas dulces que hicieron que se me hiciera agua la boca y el estómago retumbar.

Varios pares de ojos me siguieron cuando entré al café, probablemente porque mi atuendo no estaba a la altura de los estándares de Goldberry’s. En el interior, el cálido aroma del café y el pan recién horneado se mezclaba con una docena de colonias y perfumes diferentes para hacer que el aire fuera incómodo.

Una mujer maternal vestida de negro con un chaleco granate trabajaba detrás de una barra corta tallada en una especie de cristal opaco. Se inclinó por la cintura en una respetuosa reverencia mientras me acercaba, su expresión impecablemente enmascarada aparte del rápido movimiento de sus ojos mientras me escaneaba de la cabeza a los pies.

“Estoy aquí para verme con el Alto Lord Denoir,” dije, sintiendo la atención de un puñado de clientes del café girando en mi dirección. “¿Ya ha llegado?”

La mujer hizo un gesto hacia su derecha, con la mirada todavía baja. “El lugar privado del alto lord Denoir se encuentra a la vuelta de la esquina, tercera puerta.”

Asentí con la cabeza y le di la espalda, simplemente captando el patrón — muchos de los cuales habían estado mirándome la espalda solo un segundo antes — miraban hacia otro lado y fingían preocuparse por sus propios asuntos.

La puerta indicada estaba agrietada y se abrió lentamente cuando llamé suavemente. Corbett levantó la vista de un diario encuadernado en cuero lleno de escritos apretados. “Cierra la puerta detrás de ti,” dijo mientras guardaba el diario.

Lo hice, y una serie de barreras que corrían a lo largo del borde de la puerta se iluminaron brevemente. “¿Prueba de sonido?” Reflexioné en voz alta.

“Entre otras cosas. Goldberry’s no tiene éxito con los altas sangre simplemente por la decoración pretenciosa,” dijo, señalando un asiento frente a él.

La habitación no era grande, pero el techo alto le daba una sensación de grandeza. Una mesa pequeña hecha de madera oscura y grabada con una representación realista de las Montañas Basilisk Fang ocupaba el centro, con un sofá envolvente a un lado y dos sillones al otro. Me senté en uno de estos, hundiéndome en el suave acolchado.

Un fuego bajo ardía en una pequeña chimenea en la esquina detrás de mí, y una ventana dejaba entrar una luz difusa detrás de Corbett. Miré la ventana con el ceño fruncido, sin saber por qué parecía tan fuera de lugar, luego me di cuenta de que no podía haber una ventana en esta habitación, que estaba en el centro del café sin paredes que den al exterior. Mirando más de cerca, me di cuenta de que era un artefacto de luz en forma de panel que actuaba como una ventana falsa.

“Bonito lugar,” comenté.

“Bueno para pensar o tener una conversación que no debería ser escuchada,” dijo significativamente. “¿Pudiste localizar al Profesor Graeme?”

“Graeme todavía está vivo, aunque no puedo decir lo mismo de su dignidad,” respondí con indiferencia. “Pero eso no viene al caso.”

El alto lord asintió. “Me lo imaginé, por eso deseaba que nos encontráramos aquí.”

“Necesito saber qué tipo de represalia puedo hacer,” dije sin preámbulos. “¿En qué tipo de problemas podría meterme si voy tras los Granbehl?”

Él me miró críticamente, sopesando claramente sus palabras. “Bueno, si fueras un alta sangre — o incluso una sangre con nombre igual a los Granbehl en estatura — estarías completamente en tu derecho a contraatacar.” Puso una sonrisa de complicidad. “Pero como un sin sangre, no tienes recurso fuera de la corte, y ya sabes bien cómo son realmente los caminos de la justicia.”

Una ‘particularidad’ implementada por gente de alta sangre como tú, quería decir.

“Los Granbehls comprenden y manipulan el sistema como un verdadero alta sangre,” él continuó. “Han lanzado un asalto total contra varios rivales con nombres de sangre, pero hasta ahora no han cruzado ninguna línea que los vería despojados de sus títulos o ejecutados — al menos no a plena luz del día. Sus enemigos parecen morir en circunstancias sospechosas y convenientes, incluido un incendio reciente que mató tanto al lord como a la lady de Nombre de Sangre Rothkeller.”

“¿Por qué crees que estos rivales no han respondido?”

Corbett se golpeó un lado de la nariz. “Esa es la pregunta, ¿no? Pero no todas las preguntas vienen con una respuesta. En este caso, solo tengo especulaciones basadas en rumores. Sin embargo, parece que de alguna manera han adquirido el patrocinio de un benefactor poderoso, alguien con cuya protección les ha permitido maniobrar más o menos desinhibidos.”

Cuando una persona como Corbett Denoir llamó a alguien poderoso, realmente acortó la lista de sospechosos. Solo otro alta sangre del ranking podría ofrecer ese tipo de protección — o incluso alguien por encima de las construcciones normales de la sociedad Alacryana, como una guadaña.

“Eso no cambia lo que tengo que hacer,” respondí, mi expresión oculta a Corbett.

“¿Tienes algún plan en mente, entonces?” preguntó. Su mano se movió hacia el cojín del sofá junto a él, y noté una bolsa velvet que estaba medio escondida en su sombra.

Mis labios se crisparon. “Sí, pero no es muy sutil.”

“Lo pensé mucho,” dijo, levantando la bolsa y metiendo la mano en su interior. Sacó un emblema de metal y lo puso sobre la mesa entre nosotros.

El metal negro estaba manchado, y cuando me incliné sobre él me di cuenta de que había sido quemado por el fuego. El emblema en sí parecía ser una vid colocada ante un sol naciente, una vez de colores brillantes, pero ahora ennegrecido y despojado de los pequeños detalles.

“¿La Sangre Rothkeller?” Yo pregunté.

Corbett asintió. “Si uno de los pocos miembros restantes de esa sangre busca venganza por la quema de su propiedad—”

“Nadie se inmuta,” terminé, levantando el emblema y dándole la vuelta en mi mano. Con mi pulgar, froté el hollín del sol, revelando un color rojo agrietado y descolorido. “¿Es probable que la Sangre Rothkeller lo niegue?”

Los ojos de Corbett brillaron con frío cálculo. “¿Si su emblema fuera plantado como una bandera de victoria entre los escombros de la propiedad de su enemigo? ¿Qué harías tú en su lugar?”

“Buen punto,” concedí antes de volver a poner el emblema sobre la mesa. “Mi única pregunta es ¿Por qué estás dispuesto a hacer todo esto por mí?”

Ellos no ganaron nada con ayudarme, aparte de mi propia conformidad en el futuro, pero si las cosas iban mal con los Denoir, no podría exactamente matarlos a todos, considerando su relación con Caera. Permitir que Corbett tuviera un secreto tan peligroso era ciertamente un problema, pero sin pruebas, solo sería su palabra contra la mía.

“¿Curiosidad? ¿Intriga?” Corbett reflexionó. “Eres un hombre con muchas capas, Grey. Y estas circunstancias me permiten descubrir algunas de ellas.”

“Bueno, lo que sea que elija hacer, no habría podido hacerlo sin tu ayuda,” dije, sosteniendo el emblema como si estuviera haciendo un brindis. “Así que este es un vínculo duradero construido a partir de la destrucción mutua asegurada, Corbett.”

El alto lord se sentó un poco más erguido, pero una sonrisa se deslizó a través de su comportamiento cauteloso. “Por supuesto. Después de todo, aún hay que preocuparse por este misterioso benefactor.”

Mis pensamientos recorrieron todo lo que el Profesor Graeme me había dicho una vez más, pero no confirmé nada más con Corbett. En cambio, pregunté: “¿Es posible que quien esté respaldando a los Granbehls vaya tras los Rothkellers restantes?”

Él asintió con la cabeza, su expresión no cambió. “Totalmente, pero incluso si mueren, lo harían con orgullo sabiendo que su sangre ha sido vengada. Tú ofreces su redención de sangre, mientras evitas cualquier enredo personal, legal o de otro tipo.”

No estaba de acuerdo con la opinión de la alta sangre sobre el orgullo por la vida, pero sentir empatía no era difícil. Frente a los dioses como gobernantes, a veces, el orgullo era lo único que quedaba bajo su control.

Con un plan en su lugar y todas las piezas en mi cabeza ahora juntas, me despedí de él y me dirigí hacia la High Street.

Una sonrisa gélida tiró de las comisuras de mis labios mientras estiraba mi cuello. Regis, vuelve aquí. Es hora de un pequeño reencuentro con los Granbehl.

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