Capítulo 264 – TBATE – La Rama de Destrucción

Skydark: Este Capítulo viene gracias a «Criss122».. asi que denle todo su agredecimiento a este buen hombre (o Mujer) lol….

 

Cuando el gigante centinela de las sombras se disolvió de nuevo en la plataforma negra, sentí que, en lugar de calmarme, mi adrenalina por la batalla se hacía más intensa. Mi respiración se volvió superficial y pude sentir que mi corazón se aceleraba por segundos. La sangre golpeaba mis oídos, apagando todo excepto los sonidos de mis propias respiraciones desiguales. Fue una sensación dominante pero intoxicante que me asustó por perder la cabeza.

 

 

Traté de retirar el fuego violeta que cubría mi mano derecha, pero no se movió. Las llamas frías se aferraron a mi piel, palpitando, y la runa en mi espalda ahora se sentía como una marca abrasadora presionada contra mi columna vertebral.

 

 

Yo no sé por qué esto estaba sucediendo, pero se sentía como que tampoco mi cuerpo estuviera rechazando la runa, o la otra forma de alrededor. Un grito rasgó en mi garganta cuando las llamas violetas se volvieron más fuerte y más salvaje, envolviendo toda mi mano.

 

 

Por el rabillo de mi ojo, vi a Regis corriendo frenéticamente hacia mí antes de desaparecer en mi cuerpo. No pasó mucho tiempo después de eso para que la oscuridad me venciera.

 

 

Cuando desperté, el cielo púrpura brillante fue lo primero que me saludó. Lo segundo fue el dolor. Mi mano derecha se sentía como si hubiera sido marinada en una tina de ácido, un vibrante ensordecedor aún permanecía en mi espalda baja.

 

 

¡Mi espalda baja … la runa!

 

 

 

Mis ojos se abrieron cuando finalmente recordé lo que me había pasado. Me presione la espalda, haciendo una mueca por el dolor al poner peso en mi mano derecha. Cuando mi mirada bajó a mi mano derecha, que parecía indemne, finalmente noté que la plataforma en la que estaba no era negra, sino blanca.

 

 

“Bienvenida, Bella Durmiente”, sonó una voz ronca detrás de mí. Mis instintos de combate estallaron cuando me di la vuelta mientras desenvainaba la daga blanca con la mano izquierda, solo para encontrarme cara a cara con una entidad oscura en forma de lobo.

 

 

Permaneció sentado sobre sus patas traseras como un perro grande, sin ninguna intención amenazante. Los únicos detalles que lo diferenciaban de lo que normalmente sería un lobo muy negro era el hecho de que tenía un par de cuernos que sobresalían de su cabeza, cada uno retorciéndose como una rama nudosa cuando llegaban a un punto afilado detrás de las orejas. El otro detalle, y el que más se destacó, fue su brillante melena violeta que se parecía más a las llamas que al pelaje.

 

 

“Echa un vistazo. ¡Soy majestuoso verdad!” dijo el lobo con una sonrisa dentuda, su cola oscura moviéndose con entusiasmo.

 

 

 

Me quedé boquiabierto. “¿R-Regis?”

 

 

 

Me tomó unos minutos tragarlo todo, pero una vez que lo hice, mi curiosidad solo creció.

 

 

 

Lo bombardeé con preguntas. “¿Qué me pasó después de que me desmayé? ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué te ves así?”

 

 

“Fácil, pleb,” dijo Regis altivamente, sosteniendo su gigantesca pata negra. “Esto debería explicarlo.”

 

 

 

Le lancé una mirada fulminante, provocando una tos incómoda del lobo oscuro.

 

 

 

“Después de que mataste a ese golem gigante, esa llama púrpura estaba tratando de consumirte, así que hice lo que cualquier compañero leal haría y entre a tu cuerpo para salvarte.”

 

 

“¿Leal? ¿Es por eso que eres un perro?” Bromeé.

 

 

 

“¡Soy un Lobo!” Regis enfatizó, ofendido. “No sé por qué soy un Lobo, y no un dragón rudo, pero así es como salí.”

 

 

 

“Entonces, ¿cómo sucedió?”

 

 

 

“Bueno, sentí esta gran oleada de éter fusionarse conmigo.”

 

 

 

“¿Fusionarse con tu cuerpo?” Repetí sin comprender antes de que cuando finalmente me di cuenta.

 

 

 

Expulse éter de mi núcleo, tratando de sacarlo a través de la runa en mi espalda baja. Excepto que no había runa. Me acordé del conocimiento que había sido arraigado en mí a la formación de la runa, pero se sentía como una falta de definición, como tratando de recordar los acontecimientos de un borracho de la noche anterior.

 

 

“Se ha ido”, murmuré. “Ya no puedo sentir la runa.”

 

 

 

Mis ojos se clavaron en Regis con una mirada helada. “Tú te lo robaste.”

 

 

 

“No es como si esperara que esto sucediera”, respondió Regis. “Y además. Te estabas muriendo.”

 

 

 

Me enojé. “Lo tenía bajo control.”

 

 

 

Regis dejó escapar una burla. “Por supuesto. Retorcerse de dolor y desmayarse era parte del plan maestro, ¿verdad?”

 

 

 

“¡No lo entiendes! Necesito ese poder, Regis. ¡Devuélvemelo!”

 

 

 

Regis me mostro sus colmillos. “¿Crees que no lo intenté? Después de arrastrar tu lamentable trasero fuera de la plataforma negra, por cierto, de nada, intenté regresar a tu cuerpo y devolvértelo, ¡pero ni siquiera sabía cómo!”

 

 

 

 

Mis cejas se fruncieron cuando extendí mi mano hacia Regis. “Ven acá.”

 

 

 

Con un suspiro, mi compañero cedió.

 

 

 

Sin embargo, tan pronto como su forma entró en mi cuerpo, sentí el cambio. Comenzó con una presión que se acumulaba dentro de mis oídos, como si me hundiera profundamente bajo el agua. Luego, un dolor creciente comenzó a acumularse en mi sien cuando el conocimiento de la runa en mi mente y la runa real ahora se mantenía dentro de Regis conectado. Recordé todo lo que había aprendido mientras el cálido toque de la runa se extendía desde mi espalda baja.

 

 

Destrucción. Eso era lo que significaba la runa que había sido grabada en mi espalda. Destrucción, sin embargo, no era algo tangible, así que el éter que residía dentro de mí tenía forma en algo en el que yo estuviera familiarizado: algo destructivo como el fuego.

 

 

¿Fue el resultado de que mi núcleo éter se formara a partir de los fragmentos de mi núcleo del mana de la etapa blanco?

 

 

 

Eso pudo haber sido. No lo sabia.

 

 

 

A través de esta misma formación de poder, sin embargo, cuestioné si el éter tenía algún nivel de sensibilidad. Me había dado conocimiento de lo que significaba la destrucción, y cómo se vinculaba con el vivum. Lady Myre lo había explicado como la influencia sobre los componentes vivos, pero eso estaba mal, era solo una parte.

 

 

Vivum se parecía más a la influencia sobre … la existencia. Y así como la vida era parte de la existencia, también lo era la muerte, la creación y la destrucción.

 

 

Apenas había tocado la superficie de destrucción, pero aun así, había logrado obtener más información de lo que Lady Myre sabía, o al menos lo que me había dicho.

 

 

Pero quizás aún más impactante que eso, fue la revelación de lo que significaba esta runa. El hecho de haber invocado esta runa significaba que tenía cierto grado de dominio sobre lo que significaba la runa. Era una rara proyección de dominio sobre un edicto específico de éter.

 

 

Esto me hizo cuestionar las diferencias en mi runa recién otorgada, y las runas que alguna vez abarcaron mi cuerpo a través de la Voluntad del Dragon de Sylvia… así como las runas que poseían Lady Myre y Sylvia.

 

 

Una diferencia era clara: el Clan Indrath, así como todos los Asuras, pensaban que la única forma de obtener estas runas era a través de la rara posibilidad de heredarlas desde su nacimiento.

 

 

¿Los edictos específicos de éter que podían aprender estaban limitados por las runas que poseían desde que nacieron? ¿Se les dio el conocimiento y las habilidades que vinieron junto con cada runa de inmediato o cada runa estuvo ‘inactiva’ hasta que pudieron hacer el avance ellos mismos?

 

 

Parecía poco probable que obtuvieran el conocimiento desde el nacimiento, dado lo doloroso que era solo obtener una runa; era probable que incluso un bebé Asura muriera por la carga mental de docenas de runas que infundían conocimiento en su mente.

 

 

Cientos de preguntas pasaron por mi cabeza junto con mi nuevo conocimiento del éter de mi runa. No habría manera de obtener todas las respuestas en un corto plazo, pero la adquisición de esta runa y el paralelo que había dibujado con las runas que había presenciado en el pasado me hizo estar seguro de dos cosas: una, que las necesitaba para hacer más avances en artes éters para obtener más runas; dos, Argona probablemente haya ganado la penetración de estos runas en orden a crear su propia versión de otorgar a sus personas. Eso era lo que eran las marcas, las crestas, los emblemas y las insignias que poseían los Alacryans: adaptaciones de maná simplificadas de runas éters.

 

 

“Agrona”, dije en voz alta, una furia hirviendo se acumulaba dentro de mí. Mis manos se encendieron en las frías llamas violetas de la destrucción, que abarcaban incluso la daga que aún tenía en la mano izquierda mientras mis ojos buscaban algo para desatar esta ira.

 

 

 

 

Necesitaba matar a alguien. Quería matar a alguien, tal como Agrona le había hecho a mucha de mi gente. Si no fuera por él, la guerra nunca habría sucedido y Adam no habría muerto. Mi padre no hubiera muerto.

 

 

Con el último rastro de cordura en mí, hundí la daga en mi mano profundamente en mi muslo.

 

 

 

Caí sobre una rodilla cuando el dolor penetrante se extendió, aclarando mi mente. Regis todavía estaba dentro de mí pero pude retirar su poder.

 

 

Fue peor esta vez. Ya no era solo una voz susurrando palabras en mi mente. Podía sentir las emociones, los antojos de caos y destrucción, fusionándose en mi cerebro y haciendo mías estas intenciones asesinas.

 

 

¿Fue Regis? ¿Era la runa éter de la destrucción misma? ¿O fui yo?

 

 

 

“¿Estás bien, Princesa?” Regis preguntó. Había dejado mi cuerpo, su expresión más transparente y algo grosera en esta forma canina.

 

 

Me levanté. Todavía estaba aturdido y había miles de cosas en mi mente, pero sabía, independientemente de la intención, que si Regis no me hubiera absorbido la runa éter …

 

 

“Sí, estoy bien ahora” , dije con una punzada de culpa. “Y yo lo siento por haberte acusado de habértelo robado. Tenias razon Si no lo hubieras hecho, habría muerto.”

 

 

“Está bien. Sé que te sientes bastante cruel porque has estado tan empeñado en volverte más fuerte.” Las orejas de Regis cayeron. “Y si te hace sentir mejor, mi cuerpo es más fuerte ahora, pero no puedo usar esas llamas púrpuras como solías para matar a ese golem.”

 

 

Asentí, sospechando que ese podría haber sido el caso. Bajando la mirada, me miré las manos, preguntándome qué había salido mal. Había adquirido información sobre el vivum, pero solo tenía la mitad de toda la pieza, con Regis cargando la otra mitad.

 

 

Él no tenía las ideas para usar el poder de destrucción tan bien como yo y yo no tenía la runa para usarlo yo mismo. Y si seguía usando la runa en poder de Regis, sabía que era solo cuestión de tiempo antes de volverme loco.

 

 

Fue frustrante. A diferencia del crecimiento en mi núcleo de mana y mi capacidad para manipular los elementos, mi crecimiento en el manejo del éter no fue tan lineal y perceptible. Obtener esta nueva y poderosa habilidad fue el primer paso para cerrar la brecha entre los asuras y yo, pero solo me dieron una probada antes de que me la quitaran.

 

 

Pero al menos ahora lo sabía. Si pudiera formar una runa para una rama de destrucción, entonces podría formar una para otras ramas. Solo podía esperar que el éter se moldeara y se formara para adaptarse mejor a mí en el futuro.

 

 

Dejando que la herida en mi pierna se cerrara, me sacudí el polvo antes de lanzarle a Regis una leve sonrisa. “Ven. Veamos cuán útil es esta nueva forma tuya.”

 

 

Las orejas de Regis se alzaron y su cola comenzó a moverse con entusiasmo mientras me lanzaba una sonrisa dentudos. “¡Intenta seguirme el ritmo!”

 

El tiempo siguió pasando sin cesar mientras Regis y yo ascendíamos más alto a través de las brillantes plataformas. La extensión de púrpura brillaba en lo alto, siempre estable, haciendo imposible rastrear cuántas horas habían pasado.

 

 

Habíamos notado algunos patrones a medida que nos aventuramos más alto a través de esta extensión casi como un juego.

 

 

 

 

El color de las plataformas seguía siendo el mismo: blanco, rojo, naranja, azul y luego negro. Regis y yo nos referimos a esta secuencia de plataformas como un solo ‘conjunto’. Este orden nunca se desvió y cada color correspondió a un «desafío» específico.

 

 

Hasta donde podíamos deducir, la plataforma blanca era la única plataforma segura. Las plataformas rojas estaban destinadas a ser una especie de prueba para tu fortaleza mental o física. Además de la primera plataforma roja que desvió nuestro éter, los últimos imbuyeron todo tipo de maldiciones interesantes en las personas que estaban en la plataforma. Desde el hambre insaciable que podría llevar a los humanos a comerse unos a otros, hasta la lujuria, la depresión, etc.

 

 

Las plataformas naranjas eran bastante rectas hacia adelante como así. Cada uno evocaba a los enemigos que Regis y yo necesitaba matar para seguir adelante. El número y los tipos de bestias variaron y se hicieron un poco más fuertes con cada conjunto ascendente, pero la velocidad a la que Regis y yo crecimos superó la creciente dificultad de las etapas.

 

 

Las plataformas azules fueron, con mucho, las que consumieron más tiempo. Cada uno era un rompecabezas de algún tipo, algunos con trampas mortales y otros destinados a mantenerte durante días muerto de sed y hambre. Con mi cuerpo necesitando muy poco sustento aparte del éter, esto realmente no se aplicaba a nosotros, pero fue una gran pérdida de tiempo, independientemente.

 

 

Mientras que las plataformas azules tomaron más tiempo, las plataformas negras fueron las más mortales y desafiantes. Solo había una bestia para luchar, pero en un nivel mucho más alto que los que se ven en las plataformas naranjas.

 

 

Había salido de cada batalla con heridas que habrían paralizado o matado a una persona normal, solo para que sanaran sin dejar rastro. Mi ropa estaba llena de rasgadura y agujeros, pero los brazales de cuero negro y la gargantilla junto con mi capa verde azulado lograron permanecer intactos. También esperaba que la daga blanca que había obtenido de la guarida de milpiés se rompiera por ahora, pero se mantuvo fuerte sin una sola astilla o grieta para manchar su hoja blanca prístina.

 

 

A pesar de lo que nos esperaba en cada plataforma, nuestro ascenso a través de las plataformas se había vuelto más fácil, no, eso estaba mal; cada plataforma resultó ser más desafiante que la anterior. Nos habíamos vuelto más fuertes.

 

 

Si bien no pude desentrañar otro aspecto del éter para obtener una runa, la velocidad a la que crecieron mis pasajes éter había aumentado. Es más probable que tenía que hacer con el conocimiento de que había sido inculcado y permaneció en mi mente cuando había conseguido la primera runa, incluso después de que el cuerpo de Regis lo había absorbido.

 

 

Pude unir todo mi éter en cualquiera de mis manos y aproximadamente el ochenta por ciento de mi éter en mis piernas. El control minucioso sobre el éter se sentía imposible por ahora, como si estuviera tratando de moldear el aire en una escultura, pero era algo que necesitaba desesperadamente avanzar.

 

 

Era imperativo tener un control preciso sobre el éter para mejorar mi velocidad. Me había vuelto algo confiado en mi resistencia y poder, pero sin la ayuda del mana y magia elemental, mi velocidad se había deteriorado incluso con la ayuda del éter y mi cuerpo más fuerte.

 

 

El cambio más grande, sin embargo, fue Regis. Mi perro negro … que odiaba que lo llamara así, ya no era la carne de cañón que solía ser. Si bien aún no podía usar las llamas violetas del éter, su velocidad, fuerza y dientes y garras afiladas como cuchillas lo convirtieron en un torrente de destrucción. El único inconveniente de este cambio fue que ahora era mucho más corpóreo de lo que solía ser, lo que significaba que era susceptible a lesiones.

 

 

Su cuerpo no sangraba, pero como todo su cuerpo estaba hecho de éter, estar demasiado herido significaba que necesitaba que le dieran más éter … mi éter, y mucho.

 

 

“Después de que salgamos de aquí, recuérdame ponerte en forma” , resoplé, descansando sobre la cabeza gigante de la serpiente de tres cabezas que acababa de exterminar en la séptima plataforma negra. “Mi hermanita puede pelear mejor que tú.”

 

 

‘Que te den’, espetó Regis, su descontento resonando en mi cabeza. ‘Aun me estoy acostumbrando a esta forma. Es mi primera vez teniendo extremidades reales para que sepas.’

 

 

“Bueno, en este punto eres más de una responsabilidad para fondo de éter que un activo en la batalla”, comenté con una sonrisa.

 

 

Regis optó por el silencio, todo por excusas y regresos ingeniosos.

 

 

 

Él también lo sabía. Era demasiado peligroso usar la Forma Guante, ahora potenciado por las llamas violetas de la destrucción, debido a sus efectos crecientes en mi psique, y las bestias que aparecieron en estas plataformas eran demasiado fuertes para que él ajustara adecuadamente sus nuevos poderes y forma.

 

 

La visión de los oscuros rieles que nos atrapaban en la plataforma negra me sacó de mis pensamientos. La serpiente de tres cabezas comenzó a disolverse nuevamente en el suelo, igual que de costumbre.

 

 

Esperaba ver el conjunto habitual de escaleras que conducen a la siguiente plataforma, pero en lugar de una plataforma, lo que me esperaba en la parte superior de las escaleras translúcidas era un portal.

 

 

Mirar la reluciente puerta de luz iridiscente se sentía como caer sobre un oasis en un desierto interminable.

 

 

 

‘Es eso…’

 

 

 

“Creo que eso es …” Subí corriendo las escaleras con imprudente abandono, sin querer nada más que escapar de este vacío púrpura infernal.

 

 

Pensé que cualquier cosa que tendríamos que enfrentar al otro lado sería mejor que estar aquí. Sin embargo, lo que nos esperaba me hizo cuestionar esos mismos pensamientos.

 

 

No era el siniestro cielo carmesí que brillaba por encima lo que me ponía ansioso. No fueron las hordas de varias bestias avanzando hacia nosotros. Eran la docena de humanos que luchaban contra ellos … y los tres Alacryans en particular que había encontrado en la primera habitación de este mazmorra.