Capítulo 72 – El Villano que Quiere Vivir

Sylvia manifestó un círculo mágico; el maná que contenía tomó lentamente su forma mientras toda la clase la miraba con emoción y entusiasmo.

Ella era una candidata potencial para ser la próxima Archimaga, lo que hizo que sus compañeros debutantes anticiparan qué magia estaría conjurando.

“…”

Tejiendo su propia magia con su inmenso maná, superó con creces a cualquier profesor en ese momento.

“¿Huh?”

Sin embargo, Epherene, mirándola a la derecha, lentamente comenzó a sospechar de sus acciones.

Ella podía decirlo.

El círculo mágico de Sylvia estaba tan desalineado que no pudo evitar notarlo.

¡Whoooong!

Una enorme ráfaga de viento estalló cuando su maná se condensó e interrumpió el espacio mismo, aparentemente cargándose para una explosión. Barrió el pavimento circundante e incluso hizo que los dobladillos de la túnica de Epherene fueran succionados.

“…”

Deculein miró a Sylvia en silencio mientras su magia repetía amplificación debido a su incapacidad para manifestarse como un fenómeno.

Crack…

La esfera mágica quemó el suelo, su cohesión y contracción hicieron que se quemara densamente. A este ritmo, sabía que eventualmente terminaría en una explosión catastrófica.

Por lo tanto, él rompió su circuito mágico.

…

Su magia se desintegró cuando la clase se hundió en el silencio, el fracaso de Sylvia los dejó sin palabras.

“Fallé.”

Aunque debería ser la más afectada por ello, permaneció indiferente. Sin embargo, cuando miró a Deculein, no pudo evitar vacilar un poco.

“Aun me falta.”

Su mirada sobre ella se sentía gélida. Mirándola, él negó con la cabeza.

Sylvia se mordió el labio.

“Eso es injusto.”

“¿Qué es injusto?”

“Dices que soy talentosa, pero te niegas a enseñarme, luego procedes a enseñar a los que tienen fallas y carencias.”

Los hombros de varios debutantes temblaron, aparentemente por culpa.

“Eso no tiene sentido. Deberías estar observando a aquellos que sobresalen aún más de cerca y con más atención.”

‘Él es mi inspiración. Es una suerte haberlo conocido, teniendo en cuenta que soy más apta para sus enseñanzas que nadie en esta torre …’

Tenía fe en que crecería más bajo su mando.

Deculein miró a Sylvia, quien se negó a apartar la mirada de él.

“No. Eso es justo.”

“Es injusto.”

“Ese sería tu talento.”

Por un momento, el aire a su alrededor se hizo más y más denso.

“¿No es el sufrimiento de un genio también superior a las penurias de alguien mediocre?”

Kim Woojin escuchó una vez las luchas de un genio que fue a estudiar al extranjero como un erudito. A pesar de ser más talentoso que él, se quejaba de que no dibujaba tan bien como solía hacerlo y de que los estándares de la gente para él eran demasiado altos.

“No es así. Tú, que no necesitas instrucción, no conoces las luchas de quienes no pueden crecer sin ella.”

A él nunca le importaron ni un poco las dificultades y el tipo de depresión por la que pasaron los genios.

Después de todo, aquellos que progresaron basándose únicamente en el trabajo duro y los esfuerzos encontraron detestables a los genios llorones.

Lo más probable es que Deculein pensara lo mismo.

“Ya no estás en la academia, Sylvia. Tus quejas no serán aceptadas aquí.”

“…”

“Si no puedes soportarlo, siéntete libre de rendirte.”

Sylvia miró hacia abajo.

“Si no quiere darte por vencida, demuestra que eres digna de tus talentos.”

Cada palabra que decía eran como espadas, todas y cada una de ellas atravesaban su pecho y la hacían sentir como si estuviera aplastando su corazón hasta su más pequeño fragmento.

“La aglomeración mágica que acabas de causar intencionalmente fue peligrosa. Si hubiese explotado, habría habido bajas. Obtienes diez puntos de penalización.”

Ningún profesor ordinario podría dar tantos de una vez.

“Wow, diez puntos … Eso es una locura …”

Los ojos de todos en el aula se agrandaron de asombro, y Epherene incluso murmuró involuntariamente.

En ese momento, la mirada de Deculein se encontró con la de ella.

“Epherene. Uso jerga en clase.”

“¡Oh, no, espera! ¡No! ¡No!”

“Se añadirá, un punto de penalización.”

“¡Nooooooo—!”

 

*****

 

Al final del semestre de la Torre de la Universidad, tanto los estudiantes de pregrado como los miembros de la facultad estaban ocupados.

Fue por esa época que los profesores iniciaron un proyecto o evaluaron el desempeño. Para los estudiantes, eso les sirvió como ventana de pruebas (finales o promoción) o escribir una tesis debido al aumento repentino de la exploración de territorios, países, empresas y aventureros.

En el invierno, hubo muchas misiones como el apoyo de oleadas de monstruos y el apoyo de potencia de fuego. Por lo tanto, el verano al final del primer semestre fue el período más importante en la carrera de un mago.

“Ciento diecisiete personas pidieron asesoramiento con usted solo esta semana, Profesora Louina,” dijo Jenkin, profesora asistente de Louina y estudiante directa quien estaba con ella en la Torre de la Universidad del Reino.

117 personas.

Eso fue 39 veces la cantidad de personas que se acercaron a Deculein.

Gracias a la fama que había acumulado en el reino y los rumores sobre su personalidad en la torre, los magos continuaron pidiéndole asesoramiento.

“…”

“… ¿Profesora?”

Sin embargo, la propia Louina estaba aturdida.

Seguía pensando en Deculein, a quien acababa de ver.

“… eso era sangre.”

“… ¿Huh?”

Los labios de Deculein estaban manchados de sangre y el aire de su oficina estaba lleno de su olor a un nivel que era imposible de lograr con solo una pequeña herida o una hemorragia nasal.

“Después de todo…”

Eso tenía que ser hemoptisis.

Louina se reclinó contra la silla y dejó escapar un suspiro.

Después de descubrir esas piezas de evidencia, estuvo casi convencida.

Deculein moriría después de cinco años.

“¿Profesora?”

“… ¿Huh? Oh sí. 117 personas. Puedo tomar a diez personas al día.”

“Sí. Además, se han entregado los documentos autorizados.”

“¿Ya? Solo han pasado tres horas.”

Los ojos de Louina se abrieron con sorpresa y en los papeles que Jenkin le entregó estaba el sello [Autorizado] del Director Ejecutivo.

Ella esperaba que le tomara al menos 1-2 semanas para ser aprobada.

Louina sonrió amargamente y asintió.

“Las cosas van bien. Ahora que tengo el presupuesto, es hora de traer a los anteriores chicos.”

Louina entregó oficialmente su carta de renuncia a la Torre  del Reino. Aunque su estudiante de mayor confianza heredó su puesto de profesora titular, muchos estudiantes todavía querían seguirla.

“Sí. Ya los he contactado.”

“Bueno. Te puedes ir.”

Después de despedir a Jenkin, Louina miró alrededor de su oficina en silencio.

“Es espacioso.”

Su oficina en el 47º Piso de la Torre de la Universidad Imperial como profesora era aproximadamente del mismo tamaño que su oficina en el reino como profesora titular.

Así de grande era la diferencia entre el reino y el imperio.

“Pfff. Cinco años … Deberías pensar en ello como tu karma.”

Murmuró un poco cínicamente, pero había cierta amargura en su tono.

Dejó escapar un profundo suspiro.

Su venganza hacia Deculein fue definitivamente una pasión que le quemó las entrañas. Fue lo que impulsó sus principales objetivos en la vida.

Ella no pensó que él encontraría su fin en tal estado.

“Mi vida y la tuya … son un desastre.”

Tenía sentimientos encontrados al respecto de muchas maneras.

 

*****

 

Todas las clases terminaron a las 6 PM.

Después de alcanzar una cierta cantidad de puntos de penalización, Epherene fue arrastrada a la Oficina de Administración de la Torre de la Universidad.

“¡Jajaja! ¿Que? ¡¿El Profesor Deculein te dio tu último punto de penalización?!”

“…”

“¡Jajaja! ¡Lo sabía! ¡Sabía que llegaría el día en que ya no sería capaz de soportar tu audacia!”

Relin, el profesor que decía ser el líder de la torre, se rió histéricamente mientras le entregaba el equipo de limpieza, incluido un cepillo de limpieza, un trapeador grande, guantes de goma, detergente, etc.

Epherene los puso todos en una cesta con ruedas.

“¡Fuera, escoria! ¡Hoy, estarás limpiando el tercer y cuarto piso! ¡Jajaja!”

“… Okey.”

“¡Jajaja! ¡Jejeje! ¡Ja ja! ¡Jajaja! ¡Jajajajaja! ¡Jajaja!”

Se rió como un verdadero loco. ¿El viento soplaba en sus pulmones?

Haciendo pucheros, Epherene salió de la oficina.

“Uf…”

No importaba si usaba magia para limpiar.

Sin embargo, la cantidad de baños era un problema. Había casi diez o más baños en la mayoría de los pisos de las torres, pero había hasta veinte en cada uno del tercer y cuarto piso.

“Sabía que mi fortuna esta semana era mala. Tengo que cambiar de tienda del tarot.”

Epherene comenzó a limpiar el baño desde el tercer piso.

Inicialmente trató de acelerar su trabajo usando [Psicoquinesis] para manejar el equipo de limpieza, pero eso resultó difícil. Por lo tanto, mezcló detergente en el spray causado por la [Serpiente de Agua] en su lugar.

Limpió cuidadosamente los inodoros y las baldosas, ya que la caca se derramaría si usaba demasiada fuerza o disparaba su magia en ciertos ángulos.

“… Ugh.”

Después de limpiar el primer baño, finalmente salió de ella.

“Ah.”

En el momento en que salió, vio a Deculein frente al ascensor de profesores del tercer piso. Como siempre, iba vestido a la perfección.

Cuando vio a Epherene, frunció el ceño, aparentemente encontrándola sucia, lo que casi la hizo llorar.

‘¡Es por ti! ¡Deberías haberme dado solo 1 punto!’

“¿No cree que diez puntos de penalización a la vez fueron demasiado, profesor? Dijeron que es la primera vez que sucede en 10 años.”

“Solo obtuviste dos puntos.”

Los ojos de Deculein parecían decepcionados de que ni siquiera pudiera hacer matemáticas tan básicas.

Eso hizo que su expresión se pareciera a la de un bulldog enojado.

“A mi no. Me refería a Sylvia.”

Él la miró fijamente.

“… Epherene.”

“Si.”

“Deberías preocuparte por ti misma. Sylvia es la única debutante que realmente me comprende. Ella no es alguien de quien tengas que preocuparte.” Dijo, su voz aparentemente encontrando ridículas sus preocupaciones.

“…”

Epherene guardó silencio.

Ella no pudo refutar sus palabras. Sylvia fue de hecho la única que obtuvo una puntuación perfecta en el examen de mitad de período.

Ding—

Llegó el ascensor.

Cuando Deculein entró, Epherene murmuró.

“… Me esforcé mucho por no obtener esos dos puntos.”

Epherene comenzó a limpiar los baños nuevamente.

Desde el baño de empleados del 3er piso, el baño del restaurante, el baño público, y el baño adaptado para discapacitados exclusivo, se fue hasta el baño de magos hasta el 4º Piso …

“Dedede ~ Deculein, estúpido ~ tú ~el tonto ~ mas grande ~ del ~ Mundo ~ idiota ~” Ella cantó, tratando esas palabras como su canción de trabajo.

Tak—

La rueda de su cubo se atascó en el talón de alguien.

“…?”

Levantando la mirada para ver quién era, identificando inmediatamente a la persona.

Sylvia.

Epherene giró a su derecha e intentó pasar junto a ella, pero Sylvia le bloqueó el paso. Luego giró hacia la izquierda, pero ella volvió a bloquear su camino.

Los ojos de Epherene se entrecerraron.

“¿Qué estás haciendo? Fuera de mi camino. Te empujaré al cubo.”

“Arrogante Epherene. ¿Qué estás tarareando?”

“Yo podría llamarlo una canción de trabajo.”

“…”

Se dio cuenta de la expresión de Sylvia un poco tarde, que parecía un poco enojada. También se formaron círculos oscuros inusuales alrededor de sus ojos.

“No sabes lo bendecida que eres por tu estupidez, arrogante Epherene.”

“… chica. No entiendo lo que estás diciendo.”

“Favoritismo. Eres tan estúpida que ni siquiera sabes cómo usar el favoritismo.”

De las seis a las nueve de hoy, Sylvia se imaginó inconscientemente a sí misma, mientras recibía el ‘Entrenamiento Personal de Rodran’, el cual era su castigo por su comportamiento anterior.

Fue un futuro aterrador en el que Epherene la superó como discípula de Deculein.

“Arrogante favoritismo.”

“Uf. No sé qué pasa contigo y el favoritismo hoy, pero acabo de ver al Profesor Deculein, ¿sabes?”

No importa cuánto lo pensó, Sylvia simplemente no podía entender por qué demonios la eligió …

“¿Te gusta el profesor?” Preguntó Epherene.

“Estás loca.” Sylvia dijo inconscientemente. Inmediatamente después, su rostro se calentó. Conmocionada por las palabras que salieron de sí misma, se tapó la boca con ambas manos.

“Pffft. ¿Supongo que te gusta?”

“No, no. No me gusta. Él es mi inspiración.”

“No sé qué es eso, pero ¿quieres saber qué dijo el profesor sobre ti?”

“… ¿Sobre mí?”

“Sí. Él dijo… “

Movió su barbilla, recordó las palabras de Deculein mientras Sylvia enfocaba su atención en sus labios, fingiendo no estar interesada.

Después de un rato, continuó suavemente.

“Deculein dijo que quien la única que lo entiende eres tú.”

“…!”

Sylvia dejó escapar un sonido ahogado, seguido de un silencio indefinido.

“No sé por qué hiciste una rebelión tan extraña hoy, pero ¿no significa eso que él confía mucho en ti?”

Ella seguía sin decir nada y se había vuelto tan rígida como una estatua de piedra.

“… ¿Hola?”

Epherene la tocó. Sus labios temblaron en ese punto, pero las palabras quedaron atrapadas dentro de ellos.

“Te di buena información, ¿Así que me comprarías la cena esta noche?” Preguntó cautelosamente.

“…”

Sylvia sólo puso los ojos en blanco y la miró.

Lamiendo sus labios, ella continuó. “Si lo haces, fingiré que no escuché las palabras que acaban de salir de tu boca.”

Sorprendida, Sylvia finalmente asintió. Su estado de ánimo melancólico había desaparecido.

 

*****

 

[Pig Flower], un famoso restaurante del continente.

Epherene llegó a su restaurante habitual con Sylvia.

“Tu orden, Epherene. ¡Aquí tienes!”

El comerciante puso el Conjunto de Asado de Roahawk en su mesa.

Sizzle— Sizzle—

Epherene miró la hermosa figura en la losa de piedra, ya babeando. ¿O estaba salivando?

De todas formas.

“Trajiste a una amiga contigo hoy.”

“No soy su amiga.” Sylvia lo corrigió con una mirada estrecha.

El anciano se encogió de hombros. “¿En serio? Entonces, ¿qué sois vosotros dos?”

“…”

Sylvia reflexionó sobre ello por un momento, luego señaló con el dedo a Epherene.

“Ella es mi esclava.”

Sus palabras sorprendieron a Epherene.

“¿Qué? ¿Por qué estás diciendo tonterías? Han pasado 300 años desde que se abolió la esclavitud.”

“Jajaja. Eres una mujer noble encantadora. Disfrútalo. Epherene, tú también.” El anciano sonrió y se fue.

Epherene inmediatamente se puso los guantes y agarró los huesos del Roahawk.

“Puedes agarrar un hueso como este y comértelo. Es muy sabroso, ¿sabes? Tú también deberías comerlo.”

Sylvia la miró como si la idea le pareciera ridícula. Como no le gustaba su método de comer, buscó un cuchillo y un tenedor.

“…”

Pero quizás debido a su compañía, que comía como una cavernícola, no había cubiertos en absoluto. Ella misma hizo un set usando magia.

Yum, yum, yum, yum…

Mientras saboreaba su comida, Epherene miró a Sylvia, notando que había decidido comerse la carne con un tenedor y un cuchillo.

Ella rió suavemente.

“¿Qué opinas? Delicioso, ¿verdad?”

Sylvia respondió secamente. “No puedo saborear ninguna comida.”

“…”

Epherene dejó de moverse abruptamente, sus labios brillando debido al aceite de carne en ellos.

“… ¿En serio?”

“Sí.”

“Pero parecía que disfrutabas el pescado que cocinaba en ese entonces.”

“Aquel entonces tenía hambre. Ahora no tengo hambre.”

Ella asintió. Al recordar sus recuerdos, se dio cuenta de que Sylvia no había dicho “delicioso” en ese momento.

“¿Desde que naciste?”

“No. Lo perdí mientras crecía.”

“Oh, lo siento.”

Epherene cerró la boca y volvió a concentrarse en el plato que tenía delante. Sin embargo, después de un rato, miró a Sylvia, que solo comía en pequeños bocados.

Como estaba comiendo incluso un Roahawk así, pensó que lo más probable era que no tuviera sentido del gusto.

“Aun así, esto es muy bueno para la nutrición y la resistencia. Puedes llamarlo comida completa. Mientras lo comes, sentirás que tu maná aumenta.”

“…”

Sylvia no respondió. Epherene se rió amargamente de su silencio.

10 minutos más tarde.

“…”

Epherene miró fijamente el plato de Sylvia, ya que había terminado el suyo tan limpiamente que solo quedaban huesos después. Por otro lado, Sylvia todavía tenía muchas sobras.

“…”

Al darse cuenta de su comportamiento, dijo: “Puedes comerte esto también.”

“… ¿Huh? Oh, está bien, no te preocupes…”

“ Comételo.”

Aprendió que negarse dos veces no era educado, admitió.

“Vale gracias.”

Mientras comía la carne que le sobró, Epherene pensó que su primer encuentro en la torre fue el peor, al igual que la relación de sus familias entre sí, pero …

Sylvia no parecía tan mala.

Después de todo, como prometió, pagó por su cena.

 

*****

 

Tic — tac—

Las noches de Sylvia solían estar ocupadas debido a sus sesiones de revisión de magia, pero esta noche su mansión estaba llena solo con el sonido de las manecillas del reloj moviéndose.

‘Sólo Sylvia me comprende.’

Recordó las palabras de Epherene con la voz de Deculein.

‘… Me comprende.’

Era una lástima que no pudiera escucharlo en persona, pero imaginar eso aún era suficiente para ella.

Su corazón, que se sentía como si una aguja lo hubiera apuñalado, se curó en un instante, y su mente sofocada ahora estaba tranquila.

‘Solo Sylvia …’

Sin embargo, mientras sonreía silenciosamente de felicidad, finalmente se puso triste.

La dejó ir porque ella le entendía y porque quería que se reencontraran en un lugar más alto …

“El panda.”

Sylvia sacó el panda, un regalo de Deculein, luego puso el pañuelo que le había dado en su espalda.

“Esta será tu capa.”

Luego se dejó caer en su cama, con el llamado panda encapuchado en sus brazos.

Fue una noche tranquila a la luz de la luna.

El lindo muñeco estaba metido con ella en su manta, y su familiar estaba al lado de su cama. En ese momento, pensó que no había nada que temer, sin importar a dónde fuera. Era como si el mundo mismo la estuviera protegiendo.

‘Sólo Sylvia me comprende.’

En su sensación de plenitud, recordó una vez más su voz.

Sylvia durmió tranquilamente.

 

*****

 

“¿Pasó algo así? Deculein, ese maldito bastardo.”

Glitheon de Iliade recibió un aviso oficial de la Torre de la Universidad en la oficina del Lord, que decía que Deculein había impuesto diez puntos de penalización a Sylvia.

“¿Hacemos una denuncia oficial?” Preguntó su mayordomo.

Glitheon negó con la cabeza. “No.”

10 puntos.

Ni el propio Glitheon, su padre, su abuelo, su bisabuelo, ni nadie en Iliade había experimentado tal deshonra en la torre.

“Está bien.”

Si lo hubiera hecho hace 20 años, lo habría aceptado como una declaración de guerra.

Pero ahora no importaba.

No le importaba.

“Déjalo.”

Glitheon incluso se rió.

Ni siquiera lo consideró una humillación.

Después de todo, sabía que las emociones que se acumulaban en su hija una tras otra se convertirían un día en leña que encendería las deslumbrantes llamas de Iliade.

“Si la niña hizo algo mal, ¿no debería recibir una sanción?”

Glitheon quemó la carta oficial de la torre. Lo que solía ser un documento rápidamente se convirtió en cenizas que se dispersaron con el viento.