Capítulo 319 – El Villano que Quiere Vivir

…Sylvia estudió la nota de Epherene. El maná en el papel no quedó como letras o una imagen, sino como un simple trazo. Sin embargo, se necesitó una enorme cantidad de maná para investigar el significado de Epherene contenido en eso, para comprender los pensamientos de esa tonta.

“…Julie.”

Sylvia se volteó hacia Julie.

“¡Sí!”

En este momento, la confianza de Julie en Sylvia era del 100 %. Cuando Julie reveló su identidad, Sylvia confesó que ella era Sylvia de Iliade, no Sephine.

“… ¿Puedes llevarme?”

Sylvia no podía mover un dedo. Esa fue solo una breve interacción con Epherene, y ella solo estuvo expuesta a una porción muy pequeña de energía del tiempo, pero el resultado fue un agotamiento total. Cada gota de maná en su cuerpo fue exprimida.

“Por supuesto. ¿Ahora mismo?”

“No tenemos tiempo.”

Sin embargo, gracias a eso, sabía con seguridad lo que quería decir Epherene.

“Sí.”

Julie inmediatamente recogió a Sylvia.

“¿A dónde vamos?”

“… La Biblioteca Imperial Subterránea.”

Esto fue tan humillante que tuvo que suspirar, pero no pudo hacer nada. Sylvia hundió la cara en la espalda de Julie.

“Sí.”

Julie abrió la puerta y salió a los espeluznantes pasillos del Palacio Imperial.

“¡Vamos!”

No hubo vacilación. Sujetó a Sylvia con fuerza y se ​​echó a correr, con pasos silenciosos a pesar de su velocidad. ¿Era esta la razón por la que los caballeros escoltaban a los magos?

“¿Está eso aquí?”

Ella llegó justo cuando Sylvia empezaba a reflexionar. O bien, puede haberse quedado dormida por un momento sin siquiera darse cuenta. Sylvia levantó sus pesados ​​párpados para ver una gran puerta y dos estatuas de eruditos de pie a cada lado.

“Sí. Es aquí.”

“Okey.”

Creeak—

La puerta se abrió. Julie entró.

“…Esta silencioso.”

No había nadie dentro. Julie susurró.

— Por cierto, ¿Qué fue eso? El contenido de la nota que te ha dado esta Epherene.

“No había nada en el.”

— …¿Huh?

“No había nada escrito. Solo había un poco de su maná.”

Julie parpadeó. Sylvia movió su cuerpo con su mirada cansada.

“Ahora, bájame.”

“Sí.”

Julie sentó a Sylvia en una silla.

“Saca la nota de mi bolsillo.”

“Sí.”

Lo sacó del bolsillo de Sylvia.

“Ahora encuentra eso.”

“…¿Sí?”

Julie preguntó de nuevo. Contestó Sylvia, ya medio dormida.

“Eso es un trozo de un libro.”

“Un libro…”

Julie miró a su alrededor. Un mar de libros los rodeaba.

“… ¿A qué libro te refieres?”

“El libro del que se arrancó la nota. Hay una alta probabilidad de que sea un libro de alta calidad o uno con muchas imágenes. Será de un material similar al lienzo.”

Julie tomó la nota. Para ella, era solo papel. Espacio en blanco.

“Pero ten cuidado. Eso podría ser un libro del futuro.”

“¿Futuro?”

“Sí. Ella maneja el tiempo…”

Eso fue lo último que logró decir antes de que Sylvia hundiera la cara en el escritorio. Ella no dijo nada más.

Ella estaba dormida

“…Un libro.”

El libro que una vez contuvo este pequeño pedazo de papel.

‘¿Podre encontrarlo?’

Julie miró alrededor de la biblioteca del Palacio Imperial. Sin embargo, la dedicación de Julie no había cambiado.

“Haré que sea posible de alguna manera.”

Julie comenzó a buscar en los estantes.

…

Tic— Tac—

Julie seguía buscando un libro y Sylvia seguía durmiendo. Al pasar por miles o decenas de miles de páginas, la textura y el olor del papel en sus manos ahora le eran familiares. Afortunadamente, el proceso de encontrar el libro no fue tan difícil. Simplemente agarró uno y lo hojeó para ver las páginas rotas.

“¿…?”

En ese momento, Julie sacó un libro sin pensar y se sobresaltó. No era un libro. Era un ‘registro’.

[Registro del Demonio: La Voz]

Registros sobre la Voz. Julie miró a Sylvia.

Ronca, ronca…

A juzgar por los ronquidos, todavía estaba muy lejos de despertarse. Entonces tal vez Julie podría tener algo de tiempo libre. Tan pronto como lo abrió, un nombre llamó su atención.

[Autor: Deculein von Grahan Yukline]

La letra familiar de Deculein la recibió.

— Este es un registro sobre la ‘Voz’ que cubrió el continente.

Después de una breve introducción, siguieron algunos números y cálculos. Parecía ser un resumen numérico de la maldad y el poder del demonio llamado la Voz.

— …Este eco se produjo y confundió a la nación. Los vivos se volvieron reacios a hablar con alguien, y los recuerdos de los muertos los perseguían.

Eco. Un fenómeno en el que las voces del pasado se elevaban como reverberaciones a través del tiempo. Los ojos de Julie se abrieron.

— El eco que se originó en la Isla de la Voz fue puesto fin por una maga. El fenómeno del eco que ya se ha extendido por todo el continente se reunirá en la Isla de la Voz.

“¿?”

Sin embargo, el final del informe fue demasiado abrupto. Una línea para explicar el fenómeno, tres encantamientos para explicar el eco y una conclusión.

— Ya se ha almacenado información más detallada y confidencial en la biblioteca de Yukline, por lo que la cantidad de registros que se divulgarán al exterior se ha reducido a veinte mil.

Creak—

Julie se enderezó. Corrió hacia Sylvia, pero después de notar la silueta de alguien a través de las estanterías, se escondió.

Stomp— Stomp—

Pasos solemnes resonaron a través de la biblioteca, y un aroma inolvidable golpeó a Julie.

Stomp— Stomp—

Deculein. Pasó sin decir una palabra, luego se detuvo de repente. Su mirada estaba sobre Sylvia, que yacía sobre el escritorio.

“…¿Estaba estudiando?”

Deculein murmuró así. Luego miró en silencio a su alrededor. ¿Estaba buscando un libro?

“El que se esconde allí, salga.”

El corazón de Julie latía con fuerza, pero valientemente dio un paso adelante. Se enfrentó a Deculein.

“Mmm. Nos vemos bastante a menudo, ¿Huh?”

Deculein dijo sarcásticamente, y Julie se movió al lado de Sylvia.

“Sí. Soy la escolta de la Maga Sephine.”

“¿Estás buscando un libro?”

“…Sí.”

Ella permaneció alerta, pero no mintió. Deculein asintió gentilmente. Luego se quitó el abrigo.

“Veo que eres una escolta, pero no puedes actuar como médico.”

En el momento en que Deculein dijo eso, los ojos de Julie se abrieron como platos. Ella puso su mano en la nuca de Sylvia.

Estaba ardiendo

“…¡Oh!”

“Déjala. Ella no está en un estado en el que puedas hacer algo.”

Deculein cubrió a Sylvia con su abrigo.

“Si esperas, ella sanará naturalmente.”

“…”

Julie parpadeó hacia él. Ser sanada solo porque estaba cubierta con un abrigo… ¿podría ser algún tipo de abrigo mágico?

“Parece que ha ido más allá del agotamiento de maná, más allá del exceso de trabajo y la sobrecarga. Sin embargo, puedo adivinar más o menos lo que hizo… este abrigo tiene propiedades curativas y calmantes naturales para que se sienta mejor en uno o dos días.”

“… ¿Es un abrigo mágico?”

“Puedes llamarlo así.”

Julie miró a Deculein sin decir una palabra. Él tenía una renuencia inconsciente a tratar con ella ahora. Cuando la miraba o decía algo, él respondía vagamente con un miedo instintivo.

… ¿Él lo sabía, después de todo?

“Por cierto, ¿a qué vino aquí?”

Preguntó Julie. Deculein se encogió de hombros.

“¿Hay algo más que libros en una biblioteca?”

“¿Qué libro esta…”

Deculein estiró la mano. Luego, la Psicoquinesis sacó un documento de algún lugar de la estantería. Era lo que Julie acababa de leer.

“¿Qué es esto?”

“No necesitas saberlo.”

¡Whoosh—!

Deculein le prendió fuego.

“¿Por qué lo estás quemando?”

“Es un documento que debería haber sido incinerado hace mucho tiempo.”

“…”

“Te dejo a la maga Sephine a ti. Hazle saber que leí su tesis. Ella posee un talento raro.”

Deculein se dio la vuelta. Como si nada especial hubiera pasado, como si ella no fuera nadie.

“Conde Yukline.”

Julie lo llamó. No en nombre de Deculein sino en nombre de su familia. Él se volteó para mirar a Julie.

“¿Qué tipo de caballero era Julie?”

Luego frunció el ceño. Apretó los dientes y sacudió la cabeza. ¿Estaba actuando ahora?

“…Yo no hablo de los muertos.”

Dijo Deculein.

“…”

Julie se dio cuenta un poco tarde. Incluso si Deculein supiera o no de su existencia, Julie ya estaba muerta para él. La razón era simple: su yo actual era Julie y no Julie simultáneamente. Debería tener diez años de recuerdos si fuera Julie, pero no los tenía. Sin ese recuerdo, ella sería solo un clon…

Slam—!

Deculein ya se había ido cuando Julie miró hacia el techo y suspiró.

“…Lo sé.”

Deculein podría saberlo. Así que es por eso…

“Yo también debería saberlo.”

Quién era Julie. ¿Cómo se sentía y qué tipo de vida llevaba? Conociendo su pasado, podría continuar con su presente y futuro. Un nuevo comienzo después de olvidar todo no le sentaba bien a Julie. Ella no quería esto.

Swooosh…

Una corriente de aire atravesó la biblioteca. Ella se sobresaltó. No había ventanas. No, esto era el subterráneo en primer lugar…

“¿Oh?”

Julie dejó escapar una pequeña exclamación. Un pequeño cuaderno había caído de uno de los estantes. Julie se acercó lentamente y lo recogió. Solo había una palabra en la portada.

[Diario]

Diario. Debajo de eso, el nombre de alguien que Julie conocía.

[Julie]

“…”

Por un momento, su mente se quedó en blanco. El mundo se alejó de ella.

El diario de Julie. Su diario, que no recordaba haber escrito.

“Entonces.”

Solo había una respuesta. Tan complicada como se sentía, sabía lo que tenía que hacer.

“—Kugh.”

Y ella se desmayó. El diario, al no ser una cosa del presente, había absorbido todo su maná…

 

*****

 

Muy temprano por la mañana en la Biblioteca Imperial. Sylvia abrió los ojos, sintiendo un calor abrazándola.

“…”

Fue por el gran abrigo que la envolvía. Sylvia, mirándola fijamente, olió el abrigo e inmediatamente se sonrojó.

“¡Ah!”

Podía decir solo por el olor que era de Deculein. Su corazón comenzó a latir con fuerza y ​​su cabeza se sentía febril, pero se calmó. Sylvia negó con la cabeza, mirando a su alrededor…

“…¿Qué estás haciendo?”

Julie estaba tirada en el suelo y mirando hacia arriba.

Parpadear— parpadear—

Y parpadeando como un pez dorado.

“Lo siento. Hay un problema.”

“Puedo verlo. ¿Qué está sucediendo?”

“…”

Julie señaló con la mirada el escritorio de Sylvia. El [Diario] estaba allí.

“¿Qué es esto?”

“Es mi diario. Un diario que escribí en el futuro, no, en el pasado. Quizás fue porque sabía que iba a perder la memoria y me preparé para ello.”

“…”

Sylvia asintió y abrazó el abrigo. De hecho, esto estaba cubierto por el olor de Deculein.

“…¿Estas escuchando?”

Julie preguntó. Sylvia la miró de arriba abajo y volvió a ponerse el abrigo. Metió los brazos en las mangas largas y se las abotonó. Ella estaba nadando en ello.

“Estoy escuchando.”

“No me parece.”

Sylvia frunció el ceño, jugueteando con los botones de su manga.

“Dime. ¿Por qué te ves así?”

“…Sí. Iba a leerlo, pero cada vez que lo intentaba, el maná me agotaba tanto que solo logré leer dos líneas antes de que esto sucediera.”

Sylvia se rió.

“Eso no es una cosa del presente. Probablemente, solo tú puedes leerlo.”

“¿Por qué soy la único quien puede leerlo?”

“Eso es tuyo en primer lugar, y estás hecho de tiempo y energía. Habrá menos efectos secundarios para ti en comparación con otros.”

“…Oh.”

Eso convenció a Julie, pero aún necesitaba una solución. Sylvia se frotaba la cara contra el cuello del abrigo.

“…En ese caso, tomaría varias décadas leer este diario…”

“Aumenta tus conocimientos previos.”

“¿…?”

Sylvia le dijo a Julie, quien estaba inclinando la cabeza.

“Conocimiento de fondo. Después de todo, esto es tuyo. Cuanto más te conozcas a ti misma, menos maná se consumirá.”

“Sí. Bien. Tendré que seguir conociéndome a mí misma.”

“¿Pero estarás bien? Podrías arrepentirte. Solías odiar mucho a Deculein.”

“…”

Julie se puso rígida ante esas palabras, pero sonrió ampliamente como si recordara algo.

“Oh, maga Sylvia. Lo encontré.”

Preguntó Sylvia.

“Qué.”

“El pedazo de papel que mencionaste. De donde vino.”

“… No era del diario.”

Sylvia puso el diario de Julie en el abrigo de Deculein. De hecho, esto estaba encantado, por lo que el espacio de almacenamiento era insuperable.

“No. El papel no era del mismo material. Sorprendentemente, fue fácil de encontrar.”

“Fácil de encontrar.”

“Sí.”

Julie giró el cuello y señaló a otra parte.

“Es eso.”

Sylvia siguió su mirada.

“Marco de la foto.”

“Sí. Lienzo. Era un trozo de lienzo.”

Un lienzo escondido detrás de una estantería en la biblioteca. No había pintura, y tal como dijo Julie, la esquina estaba un poco rota…

Sylvia se acercó y puso el papel encima. Encaja perfectamente.

“Tienes razón.”

“Sí. Apenas lo encontré.”

Cuando las dos murmuraron así y se miraron con una sonrisa —

¡Whoosh—!

Un torbellino atravesó el lienzo. Julie y Sylvia se encogieron y trataron de retroceder, pero ya era demasiado tarde.

Swoooosh—!

El maná que surgió del interior del retrato las envolvió.

 

*****

 

Al mismo tiempo. Arlos, Zeit, Carla y Chacal todavía estaban en la pintura al óleo de Quay.

“… ¿Podemos salir de aquí?”

Preguntó Zeit.

Aprisionados en un cuadro, lo único que podían hacer era caminar todo el día. Zeit y el grupo no tenían otra opción.

“¿Por qué me preguntas eso? Esto sucedió por tu culpa.”

Arlos miró a Zeit con el ceño fruncido. Zeit se aclaró la garganta y se rascó la nuca.

“De todos modos, eres la única maga aquí, ¿no es así? Teniendo en cuenta a Carla no será de mucha ayuda.”

“Tengo más conocimientos que Arlos. Simplemente no puedo ejecutarlo.”

“Así es. No te metas con mi hermana. ¿Okey?”

Carla y Jackal. Ninguno de los dos ayudó en absoluto.

“Haah. En serio.”

Zeit negó con la cabeza.

— ¡Rumble!

Un rugido sonó desde arriba de ellos en ese momento, y dos personas cayeron del cielo.

¡Thud—!

“¡Ugh!”

“Ugh”

“¿Eh?”

Al ver a Julie y Sylvia caer repentinamente delante de ellos, Zeit y el grupo parpadearon varias veces con incredulidad.