Capítulo 253 – El Villano que Quiere Vivir

Hadekain, en la capital de Yukline. Al regresar al continente, visité primeramente la Mansión Yukline.

“Oh, llegaste—”

“Hazte a un lado.”

Aparté a Yeriel, que agitaba la mano con malhumor, con Psicoquinesis.

“Ugh, no. ¡Oye! ¡Oye! ¡Tengo algo que decirte! ¡Dios, no otra vez!”

Me alejé, ignorándola. Epherene lo siguió después.

“Pero, Profesor, ¿Se quedará Sylvia en la isla? ¿Sola?”

Negué con la cabeza.

“Esa era la segunda mejor manera hasta ese punto. Aún queda un paso para ser lo mejor.”

El tercer y último proceso permaneció en el círculo mágico bordado a lo largo de la Isla de la Voz.

“¿Un paso?”

“Sí.”

Al principio, era solo una posibilidad. No estaba seguro de que pudiera realizarse, pero eso cambió debido al catálogo de equipos de grado único. Gracias a ella, recibí tres de ellos para poder prescindir de uno.

Preguntó Epherene.

“¿Cuál es lo mejor?”

“… No dejarla sola.”

Respondí y bajé las escaleras. En poco tiempo, llegamos al sótano custodiado por caballeros. Más adelante, varios grupos de aventureros dormían.

“¡Saludos!”

Saludaron.

“¿Los aventureros aún están dormidos?”

“¡Sí! Están explorando.”

“Entonces despiértalos. Hay correcciones que hacer.”

“¡Sí!”

Ellos se movieron al unísono sin cuestionar. Miré mi reloj. Epherene tiró de mi manga y preguntó.

“¿Correcciones? ¿Qué tipo de correcciones?”

“La conexión entre su conciencia y el espacio mágico.”

“…¿Huh?”

“Ya dibujé un círculo mágico en la isla.”

Nadie podía entrar en la Voz ahora. Si alguien de carne y hueso iba allí, era muy probable que quedara atrapado en los restos de la Voz. Sin embargo, enviar solo la conciencia de uno no era un problema.

“Ya se ha demostrado que es posible mantenerlo en forma con mi espacio mágico. Ya que la Isla de la Voz… no, la Isla de Sylvia es un lugar lleno de cualidades creativas, eso será suficiente.”

Por supuesto, era prácticamente una fantasía salvaje. Pero.

“¿De dónde obtendrá el maná?”

En respuesta a esa pregunta, le mostré una piedra de maná. Los ojos de Epherene se agrandaron.

“Huh…”

Un item obtenido del Catálogo de Equipo de Grado Único, una piedra de maná dorada del tamaño de un pulgar.

“Wow…”

Era la única piedra de maná en el catálogo de equipos.

“Lo quiero…”

“Despierta.”

Toqué la frente de Epherene mientras ella extendía su mano hacia item.

“¡Ouch!”

Epherene se tambaleó y volvió a sus sentidos. Se frotó la frente.

“Duele… pero ¿Qué es eso? Es fascinante.”

“Esta es la piedra de maná del sol. Es una piedra de maná condensada al recibir la luz y la magia del sol, sin ninguna otra impureza.”

───「Piedra de Maná del Sol」───

◆ Información: Una piedra de maná hecha enteramente de la luz y la magia del sol. : Este es el resultado de un milagro.

Esta era una colección de inocencia que no podía existir en la realidad. Este era el resultado literal de un milagro, por lo que me ayudaría a realizar incluso el milagro más pequeño que quería en este momento.

“¿Qué? ¿Recibió sólo la luz y la magia del sol? ¿Es eso posible?”

“No necesitas saber si es posible o no.”

“Oh… de hecho… ya que es rico…”

Epherene volvió a mirar la Piedra de Maná del Sol. Sus ojos se nublaron rápidamente.

“Wow… esto es mío…”

“Cálmate.”

Sacudí su mano.

“Prepárate. Cuando salgan los aventureros, modificaremos el círculo mágico.”

“… ¡S-Sí!”

Creek—

En ese momento, la puerta se abrió. Los aventureros parecían cansados, pero tenían bastantes bultos colgando de sus espaldas.

“Profesor, ¿qué? Estaba buscando un tesoro~.”

Ganesha balbuceó, insatisfecha. Lia y Leo estaban junto a ella con cara de mal humor. No sabía lo que estaban haciendo, pero respondí con firmeza.

“Publicaré la segunda prueba, así que vuelvan en tres días. Pueden esperar en la mansión…”

 

*****

 

Tres días después.

“…Mmm.”

En la Isla de Silvia. Desde el faro central, la dueña de la isla miraba hacia la isla y pintaba un paisaje.

“Listo.”

Los árboles llenaban el bosque densamente, la hierba soplaba con el viento y las flores se hinchaban profusamente sobre la hermosa pintura al óleo. Era un trabajo con el que Sylvia estaba satisfecha, y si Deculein estuviera aquí, lo habría elogiado.

“Bien.”

Ella sonrió brillantemente y palmeó al panda en su regazo.

“Creo que lo dibujé bastante bien. Verdad.”

El panda se estiró sin decir una palabra y la sonrisa de Sylvia se suavizó. Dejó el lienzo y el pincel sintiéndose un poco triste. Miró por la ventana en silencio.

Las nubes se cernían sobre las hojas caídas. Fue entre el verano y el otoño; la temporada se perdió en la vaguedad.

“…”

Estaba vacío. Ella estaba vacía. Estaba sola. Esa era la cruel verdad.

¿Cuántos años pasaría sola aquí…?

Kyeeeeek—!

Entonces, de repente, su familiar que había salido a caminar gritó. Sylvia, sobresaltada, levantó los ojos al cielo.

“Oi, Nimbly. Qué—”

“¿Huh?”

Una voz de repente captó su oído.

“…”

…Sylvia se quedó en silencio por un momento.

“…¿Huh?”

Después de eso, esta vez llena de admiración, otra voz. La voz de una persona que no debería estar aquí.

“…”

Sylvia bajó la cabeza lentamente.

“…Oh.”

Había alguien. Uno, dos, tres, cuatro… ahora ellos miraron a Sylvia, que los miraba en silencio.

“Oh, creo que esa persona es Sylvia.”

La llamaron por su nombre. Luego saludaron, diciendo hola. Sylvia estaba confundida, pero pronto escuchó un nombre familiar: Deculein. ¿Él los envió?

“¿Qué vamos a hacer aquí? Disculpe ~, ¿hay algo que podamos hacer?”

“¿Tiene algún mandado?”

“El paisaje es agradable. Quiero encontrar algunas minas.”

Sylvia aún no lo sabía; honestamente, no podía ver ni oír ya que sus ojos y oídos en el viento estaban cegados ahora, pero el propósito de esta conexión mágica que Deculein les dio era bastante simple.

…No dejen que Sylvia se sienta sola. Mientras mantuvieran ese gran principio, no le importaría lo que ellos obtendrían o tomarían de esta isla. Este fue el último y mejor intento de Deculein… y Kim Woojin.

 

*****

 

El Imperio todavía estaba en paz. Ahora que la restauración de la posguerra había comenzado sin problemas y la Voz también estaba desapareciendo, el sentimiento público hacia Sophien estaba en su apogeo. Por otro lado, la tensión con el clan Sangre Demonio, incluidos los del desierto, era más fuerte que nunca.

“Felicitaciones.”

En esa complicada y delicada situación, llegaron a mi oficina addicts de la Isla Flotante que no tenían ningún interés en el continente y me entregaron cajas y certificados. Estas fueron las marcas de mi promoción a etérico y una túnica.

“Gracias.”

Justo por debajo de un Archimago, este era uno de los mayores honores que podía disfrutar un mago. Me sentí genial.

“Ahora, vamos.”

“Sí. Entonces, continúe trabajando duro.”

[Quest de Rango Completada: Promoción Etérica]

◆ +300 de Maná ◆ Opción Talento de Series

300 de maná, por supuesto, y la opción de elegir un talento de serie. No era una mala recompensa.

“Oh, enhorabuena. Ahora está en el rango etérico.”

Tan pronto como los addicts se fueron, Epherene murmuró con un poco de celos. Estaba sentada en la mesa del asistente y escribiendo su tesis, luciendo miserable.

“¿Cuándo terminarás tu tesis? Además, ¿Cuándo planeas aprender la magia de cuatro clases? Solo estás acumulando trabajo. Eso es demasiado patético.”

“Pero es difícil. ¡Es difícil!”

Ella gritó, actuando descarada. Pero bueno, fue mi culpa. Pasó tres días y tres noches conmigo, tratando de conectar la conciencia de los aventureros con la isla de Sylvia.

“Epherene, deduciré tu evaluación. Mantén tu actitud y dignidad.”

Por supuesto, eso y su evaluación eran asuntos diferentes.

“Tu comportamiento no es tan bueno como el de un perro salvaje.”

“¡Dios, en serio!”

¡Bang!

Cuando Epherene golpeó el escritorio con su frente—

Toc, Toc—

Le hice señas a Epherene y ella abrió la puerta con una mueca.

“¿Quién es… aaahh!”

Inmediatamente después, ella retrocedió. Mirando a mi visitante, entendí.

“¡Vi-vi-vi-vi, Su Majestad!”

Ella tembló e hizo una reverencia cuando me puse de pie. Con cortesía, miré a la mujer más allá del umbral de la puerta.

“Profesor Deculein.”

La Emperador Sophien. Vestida con un abrigo de tigre, se acercó a mí y se sentó al otro lado del escritorio. Bajé la cabeza.

“…¿A que vino aquí? Si hubiera llamado…”

“Toma esto.”

Sophien presentó un documento.

“Esta es una lista de las aldeas Sangre Demonio de las que te desharás.”

“¿Aldeas Sangre Demonio?”

“Correcto. Mientras estabas en tu viaje de negocios, localizamos algunas de sus aldeas.”

Ella sonrió. Era tan malvada como el de una serpiente, pero más noble que el de cualquier otra persona.

“Si quieres movilizar a los caballeros de la realeza, entonces—”

“No tenemos que hacerlo. Con este tamaño, parece que yo solo seré suficiente. No se preocupe por eso.”

“…”

Doblé el documento y lo metí en el bolsillo. Sophien levantó una ceja, pero asintió.

“También instalaremos una cámara de gas en Rohalak. Noté que el campo de concentración más grande no tiene cámaras de gas. Quería preguntarte por qué no los instalaste todavía.”

Ella preguntó con escepticismo.

“No había razón alguna para instalarlo.”

“…”

Después de un breve silencio, Sophien continuó con una sonrisa.

“A partir del próximo mes, te quedarás en el Palacio Imperial durante ocho semanas. Este es un evento.”

“Sí.”

[Quest Principal: Evento en el Palacio Imperial]

◆ Moneda de tienda +3 ◆ Posibilidad de obtener recompensas adicionales

El Palacio Imperial celebraba un evento cada pocas décadas. Este era, para ser precisos, el evento de un emperador. Este evento, realizado con el pretexto de que el emperador reconocía la lealtad de los nobles y sirvientes locales, fue todo lo que el emperador complació tanto en la forma como en el momento. El ciclo era una vez cada pocas décadas como dictaba la tradición que sucedería una vez por generación.

Yo dije:

“Por cierto, ¿estará bien ahora?”

“¿Qué significa eso?”

“El evento se lleva a cabo originalmente como un medio para intimidar o provocar a los nobles y sirvientes cuando el poder imperial es sacudido…”

“Profesor, ¿cree que llegará el momento en que mi poder será sacudido?”

Negué con la cabeza mientras reflexionaba.

“No creo que llegué ese momento, así que decidí hacerlo el próximo mes. Antes de empezar una guerra.”

Guerra. La Sangre Demonio y el desierto.

“Ya veo.”

Me encontré con los ojos de Sophien. Epherene se escapó hace mucho tiempo, dejando atrás un solo zapato. Luego, de repente, la atención de Sophien se centró en el tablero de Go.

“Mmm. Juguemos Go ya que ha pasado un tiempo.”

“Sí. Pero, Su Majestad, si viene aquí en persona, puede causar problemas.”

Hablé mientras ponía el tablero en mi escritorio. Sophien respondió entregándome las piedras Go.

“¿A quién le importa? Esta es una visita de honor.”

“La intención política es otra. Incluso si Su Majestad no tuviera otra intención, lo interpretarían de otra manera.”

Sophien eligió el negro; Tomé blanco.

“Hmph. Visito a quien me plazca. Además, esa interpretación es en última instancia lo que decido.”

“No lo aceptaré en silencio.”

Tap—

Las negras dieron el primer paso. Entonces, ella me miró.

“… No lo aceptarás.”

“Sí.”

Rustle—

Sostuve la piedra blanca.

“Respeto y sirvo a Su Majestad, pero…”

Tak—

“No soy un juguete.”

Hice un ataque directo. En ese momento, la frente de Sophien se contrajo.

 

*****

 

En una densa jungla en la parte sureste del Imperio, había una aldea de Sangre Demonio donde el clan se reunía y vivía tranquilamente, conocida como Padahal. Eran pacíficos, a diferencia de los que trabajaban con el Altar o vivían en el desierto, pero no eran ingenuos. Se colocaron trampas mágicas y vigilantes por todas partes en el bosque, y guardias entrenados en artes marciales y magia protegían la aldea.

Rustle—

Las huellas llamaron la atención de esa aldea secreta de Sangre Demonio.

Rustle—

El bosque estaba en silencio, pero la tensión en el aire estaba lista para estallar.

Rustle—

El Segador de la Sangre Demonio, Deculein von Grahan Yukline. Iba caminando por el bosque.

Rustle—

Los guardias de Padahal lo observaron, tragándose el miedo y secándose el sudor de las palmas de las manos.

Rustle—

Las ramas crujían bajo los pies. Deculein se detuvo en medio del bosque y miró a su alrededor. Coincidentemente, estaba frente a innumerables trampas mágicas.

“¿Pueden escucharme?”

No hubo respuesta del bosque, pero con una mueca, continuó.

“Por supuesto que pueden. Ya que colocaron… una magia tan pobre.”

Todos eran débiles e insignificantes. Murmurando con desprecio, miró más allá de los árboles.

“Escuchen. Les daré una opción.”

Habló como si ofreciera una gran misericordia.

“Es simple. Todos aquí serán decapitados.”

Los guardias rechinaron los dientes. Cada uno respiró hondo y se preparó para la batalla.

“O pasan el resto de su vida en Rohalak.”

¿Morirían en una demostración final de resistencia, o vivirían una corta vida en Rohalak? Cualquiera que fuera la elección que hicieran, al final solo habría muerte—

“Pero no hay mucho tiempo.”

La Sangre Demonio del bosque aceptó las opciones de Deculein como tales.

“Esperaré diez minutos.”

En el bosque donde los árboles altos bloqueaban el sol y las malezas enredadas formaban puentes, Padahal.

“Ese es el resto de su tiempo.”

Deculein se quedó solo, esperando su decisión.