Capítulo 19 – El Villano que Quiere Vivir

“¿Dónde está? ¿A dónde fue?”

La situación concluyó, y un rato después, escuché una voz joven desde el interior del bosque mientras guardaba mis cuchillos arrojadizos en mi maletín.

“¡¿Dónde está?!”

“Ella montó en un bastón y se fue volando, presidenta.”

“¡Huh!”

Sus ojos se abrieron de par en par cuando ella notó al demonio con un agujero en la cabeza.

“¡Ya acabaste con eso!”

“…”

Traté de limpiar la sangre de mi cara con Limpiar, pero el maná en la sangre resistió mi magia. No tuve más remedio que limpiarlo con un pañuelo y tirarlo.

“¡Como se esperaba de un mago de Yukline! ¡Acabas de matar a un demonio! ¿Qué magia usaste? ¡Ah! El metal parecía haber penetrado esta parte de él … ¡¿Es esto, por casualidad, causado por el [Vendaval de Puntas de Cuchilla] que yo creé?”

“Qué nombre tan infantil.”

Mi voz sonó inconscientemente aguda, lo que hizo que la presidenta echara la cabeza hacia atrás con sorpresa.

“¿Q-qué? ¡Todos dijeron que era bueno!”

“¿Quién crees que se atrevería a decirle una verdad tan dolorosa a la presidenta?”

Me di la vuelta después de decir eso. La escuché murmurar en respuesta.

“¿E-en serio? ¿Realmente no es bueno?”

“Sí.”

“Ah …”

Ella se puso hosca. Su hábito de fingir ser inmadura me incomodaba, pero lo que pasó después de eso se llenó de sangre. La presidenta recogió el cuerpo del demonio y lo tiró.

¡Thwaaang—!

Rozó mi hombro antes de caer al suelo, su carne y sangre salpicaron por todo el lugar.

“El [Vendaval de Puntas de Cuchilla] no es un buen nombre …”

La presidenta murmuró indiferente y yo caminé tranquilamente en medio de la carnicería. Gracias a la psicoquinesis, ni una sola gota de sangre logró salpicarme. Cuando bajé de la montaña, muchos magos ya se habían reunido frente a la torre.

Recordé a Ifrin. Contra mi voluntad, había actuado con demasiada violencia. Agarré al mago más cercano a mí e inmediatamente pregunté por ella.

“Oye, debería haber una maga debutante—”

“Profesor Titular Deculein.”

Una voz extraña me interrumpió a mitad de la frase. Miré a mi alrededor y encontré a un hombre guapo con una voz suave.

“¿Cómo ha estado?”

Inmediatamente lo identifiqué tan pronto como vi su cabello rubio dorado y su suit de boda. Era un individuo elegido asociado con la Iglesia, conocido por ser más fiel y devoto que cualquier otra persona.

Terpe.

“Los magos nos han salvado. Me gustaría preguntarle sobre la situación interna en privado, Profesor Titular.”

Terpe era un hombre hermoso y de buen corazón, pero desde la postura de Deculein, su presencia era bastante incómoda. Después de todo, era un ayudante para aquellos que le guardaban rencor.

“En su lugar, hable con la presidenta. No sé por qué, pero ella hizo estallar su cuerpo.”

“Ah. Ya veo.”

Asintiendo, Terpe miró a los magos con una sonrisa y caminó hacia la montaña mientras los que estaban detrás de él me miraban con miedo. Los llamé.

“Julie, Ferit, Rondo.”

“…Sí, Sí.”

Julie respondió con una expresión tensa.

“¿La otra está bien?”

“¿Qué? ¡Oh, si! Ifrin está ahora en el hospital universitario—”

“Bien.”

Me di la vuelta sin escuchar al resto ya que mi fatiga mental era bastante severa. Nunca había anhelado mi hogar tanto como ahora, pero aún no podía irme. Desde lejos, escuché a los profesores llamándome mientras corrían a mi lado.

“¡Profesor Titular! ¡¿Está bien?!”

Post-procesamiento, informes imperiales, papeleo y cooperación con la Iglesia … Sentí ganas de huir cuando recordé el trabajo que se estaba acumulando.

 

*****

 

Chirp, chirp, chirp, chirp—

Cuando la luz del sol se filtraba por las ventanas, Ifrin abrió los ojos al sonido del canto de los pájaros.

“…”

Parpadeó inexpresivamente hacia el techo blanco. Mirando a su alrededor, dedujo de inmediato que estaba en el hospital universitario.

“Estas despierta.”

Una voz amistosa le hizo cosquillas en los oídos, sintiéndose tan cálida como el sol. Sorprendida, Ifrin se sentó rápidamente.

“Encantado de conocerte. Soy Terpe, el sacerdote de la Catedral Euref.”

“… ¿Terpe?”

Terpe respondió, mirándola con una sonrisa.

“Has crecido bastante, Ifrin Luna.”

“…¿Sabes quién soy?”

Aun sospechando de él, frunció el ceño.

“Conozco a tu padre. Él era mi conocido. Te he visto mucho en las fotos que me mostró.”

“…Es así.”

Ella naturalmente se puso a la defensiva al escucharlo mencionar a su padre.

“Vine aquí hoy para preguntarte sobre lo que paso en la Montaña de la Oscuridad, pero…” Terpe sonrió suavemente. “No creo que hayas entendido bien lo que sucedió allí.”

“… Vergonzosamente, me afectó un hechizo mágico …”

“El Profesor Titular Deculein te salvó del hechizo del demonio.”

“Oh, enserio…”

“La Montaña de la Oscuridad ha sido cerrada mientras la Iglesia, junto con la Torre, investiga el interior.”

Ifrin se llevó las manos a la cara. Como era de esperar, no fue un sueño. Deculein realmente la ayudó.

‘Mendiga.’

Su voz fría aún permanecía en sus oídos.

“Pero aparte de eso, me gustaría preguntarte, la hija de mi viejo amigo …”

“Espera un minuto. ¿Amigo? ¿De mi padre?”

“Sí. Tal vez fue unilateral, pero sé por lo que ha pasado. Si alguna vez tú necesitas ayuda …”

“No.”

Ella negó con la cabeza sin dudarlo. Terpe se sorprendió un poco.

“Eso está bien.”

Deculein y ella. Ese nudo era algo que tenía que deshacer ella misma. A nadie se le permitió interferir con su venganza. Tenía que castigar a Deculein ella misma, al menos por la muerte de su padre.

“No, no quiero depender de ti. Tampoco debería entrometerse en mis asuntos, señor Terpe.”

Terpe se rió en silencio ante su determinación.

“Aparte de eso … ¿te gustaría seguir descansando?”

“¿Qué?”

“Hoy es miércoles y son las 2:45 de la tarde. Han pasado exactamente treinta y seis horas desde que ocurrió el incidente.”

Sucedió el martes a la medianoche, pero ya era miércoles cuando recuperó el conocimiento. Ifrin reflexionó distraídamente, pensando que se estaba perdiendo algo. Terpe se lo recordó en cambio.

“Hoy es la clase del Profesor Deculein. Por supuesto, nadie dirá nada si descansas, pero el orgulloso profesor aún reconocerá tu ausencia …”

“¡Ah!”

Ifrin se puso de pie de un salto.

“Señorita Luna, estudiar es bueno, pero no te esfuerces demasiado. Todavía estás mentalmente debilitada.”

“¡Oh, si! ¡Tenga cuidado también en su camino de regreso, Señor Terpe!”

“¿Mmm? Jajaja. Sí, gracias. Cuídate.”

Ifrin abandonó inmediatamente el hospital universitario.

“¡Lleva tu medicina contigo!”

Ella ignoró la voz y se alejó rápidamente. Le tomaría quince minutos llegar a la torre si corría.

“¡Hoo-ha! ¡Hoo-ha!”

A través de su carrera desesperada, logró llegar a su destino a las 2:55. Sin aliento, abrió la puerta de la Clase A en el tercer piso y, al entrar, se puso nerviosa.

“¿Huh?”

El lugar se veía diferente. El aula era más amplia, y cada alumno tenía una mesa mágica larga con elementos como tierra, arena, fragmentos de madera y agua colocados encima.

“¡Ifrin! ¡Por aquí!”

Julie levantó la mano. Asintiendo, Ifrin se paró a su lado.

“¿Estás bien? Fui de visita, pero no te despertaste. ¿Es serio?”

“No, estoy bien. Solo ha pasado un tiempo desde que dormí bien.”

Ella sufría de insomnio desde que su padre se suicidó. No había dormido más de cuatro horas al día durante tres años, por lo que fue bastante refrescante.

“Estoy en mi mejor condición.”

“Eso es bueno escuchar…”

La puerta principal no tardó en abrirse y entró el Profesor Deculein. Con él iba un mago de baja estatura que no conocía.

“Un placer conocerlos. Soy el Profesor Auxiliar Allen.”

“?!”

Todos se sorprendieron por el repentino anuncio, especialmente Ifrin. Convertirse en Profesor Auxiliar significaba que ya no necesitarían el permiso de Deculein para viajar, ya que solo podían usar su registro acumulado.

Por eso Deculein nunca antes había tenido un profesor auxiliar. Incluso su padre trabajó con Deculein como esclavo hasta los treinta años. Mientras imaginaba a su padre entonces, sintió un tirón en la parte posterior de su cuello. Un profesor auxiliar se paró frente a todos ellos. Él nunca antes había tenido un profesor auxiliar, lo que hizo que ella se preguntara por qué decidió buscar uno ahora.

“Como dije la semana pasada, hoy también es un momento para aprender.”

Ifrin se sintió mareada por un momento, así que se pellizcó el muslo para estabilizarse.

“Les daré cinco tareas que les permitirán utilizar mis lecciones. Los resultados se reflejarán en sus calificaciones, así que tómenlos en serio.”

Luego, el Profesor Auxiliar Allen se movió afanosamente y puso un reloj en cada mesa mágica.

“Las tareas que vais a hacer son las siguientes.”

¡Snap—!

Chasqueó el dedo. Las tareas flotaron en el aire. El primero fue [Voluntad del Fuego Fatuo], seguido de [Niebla Tragadora], luego [Levantamiento de Metal] —

“Tienen tres horas. Comiencen.”

Los magos calentaron rápidamente su magia. Ifrin también se apresuró a poner la mano sobre los elementos de la mesa. En primer lugar, [Voluntad del Fuego Fatuo].

Rápidamente lo entendió, ya que era solo una combinación de las técnicas del fuego y las propiedades del viento.

‘No, un poco de magia … no, no es eso, en lugar de magia …’

El Profesor Auxiliar Allen pasó junto a ella. Ella, sin saberlo, lo miró con ojos penetrantes.

¡Clang—!

En ese momento, el circuito se desconectó y su magia se rompió. Se mordió los labios cuando sintió dolor en la muñeca. Su brazalete estaba ardiendo, lo que indica que algo andaba mal.

“Oh, espera un minuto.”

… ella sabía que había hecho algo mal, pero no podía descifrar qué era. Le dolía la cabeza. Sintiéndose inquieta, bajó la cabeza por un momento para calmarse, pero …

“Chequearemos el tiempo de la [Voluntad del Fuego Fatuo]. Cuatro minutos y un segundo.”

‘¡¿Ya?!’

Ifrin miró a su alrededor para ver quién era. Como era de esperar, fue Sylvia. Sylvia rellenó la mesa con [Voluntad del Fuego Fatuo] y ya estaba trabajando en la segunda tarea. Ifrin reanudó rápidamente, pero era difícil concentrarse.

“…¡Ugh!”

Fue tan extraño. Su maná se movía como deseaba, pero con el estómago vacío, su mente temblaba. Su maná ganado con tanto esfuerzo se dispersó. Calculó mal su fórmula y su circuito fue destruido una vez más. A pesar de lo duro que practicó, no importa cuánto lo intentó, nada salió como quería. Cuanto menor era su confianza, más difíciles se volvían las tareas.

Una voz aún permanecía en su oído como un círculo vicioso.

‘Mendiga, mendiga, mendiga, mendiga, mendiga, mendiga, mendiga, mendiga, mendiga…’

Ella no debería preocuparse por eso. No había ninguna razón para insistir en ello. Después de todo, no era cierto.

“¿Por qué soy … por qué demonios soy una mendiga …?”

Sin aliento, la expresión de Ifrin reflejaba sus dolores de cabeza. Mientras colapsaba, Sylvia miró de reojo.

“… Hmmph.”

Un leve aliento se filtró a través de sus labios indiferentes. Los magos no eran de corazón fríos, tranquilos ni duros. Ellos eran demasiado frágiles, quebradizos y ni siquiera podían manejar sus propias emociones, lo que los convertía en perdedores vacilantes e imperfectos. En el espíritu de la magia, eran débiles y ondulados.

“Estás realmente fuera de la carrera ahora, Ifrin.”

Sylvia llamó la atención con su suspiro.

“… Debutante Sylvia. Veinticinco minutos y quince segundos. Todas las tareas se han completado.”

Ella realizó las tareas en menos de media hora. En su escritorio había elementos perfectamente combinados, llenos de magia.

“Profesor.”

Deculein se acercó a ella a la llamada de su Profesor Auxiliar y miró los resultados de su presentación. Sylvia estaba un poco nerviosa. También hubo un toque de vergüenza debido al incidente obsceno que ocurrió la última vez que se vieron.

“Sylvia.”

La voz de Deculein sonó.

“Sí.”

Ella estaba dispuesta a replicar. Ella no habría solicitado esta lección en primer lugar si no fuera por la oveja negra que la mantenía bajo control. Pero…

“Estos son impecables. Te puedes ir.”

En cambio, recibió un cumplido inesperado. Los ojos de Sylvia se agrandaron. Al mismo tiempo, sintió la mirada de Ifrin sobre ella. La miró a propósito. Las manos de Ifrin temblaron mientras bajaba apresuradamente la mirada. Incluso entonces, sus tareas no progresaron.

“…”

‘No tienes que estar celosa. Ni siquiera tiene que preocuparte, ya que es una etapa que nunca podrás alcanzar. Sigue mirándome desde abajo.’

“Gracias.”

Sylvia se inclinó ante Deculein y salió del aula. Al pasar por Ifrin para jactarse, notó algo peculiar. Ifrin temblaba como un cachorro asustado. Solo entonces Sylvia se dio cuenta de lo que estaba sintiendo. Emoción.

La forma en que la mendiga se derrumbó se sintió tan refrescante que no pudo soportarlo.

 

*****

 

“Julie, puedes irte.”

“Rehin, puedes irte.”

“Eharon, puedes irte.”

Los magos en el aula estaban disminuyendo. De 150 a 100, 50, 25, y aun así… Ifrin solo había completado una tarea. No había ninguna duda al respecto. Ella era la última en la clasificación en este momento.

“…”

Su mente ya estaba en blanco. Aun así, ella no se rindió. Con fuerza, exprimió la magia. El brazalete y el maná resonaron ferozmente, pero la [Niebla Tragadora] no mostró signos de manifestarse.

Tuk— Tuk-tuk—

Ella trató de liberar todo el maná que le quedaba, pero su cuerpo no pudo aguantar más. Su nariz sangraba, provocando que fluidos rojo oscuro cayeran sobre el suelo tallado de su mesa.

“Dren, puedes irte.”

Mientras tanto, su voz seguía llenando el salón.

“Lawton, puedes irte.”

Cuando la gente se fue una por una, sus manos temblaron y sus rodillas se entumecieron.

“Cain, puedes irte.”

Se sentía como si estuviera viviendo una pesadilla. Al mismo tiempo, era una realidad frustrante que no podía hacer pasar por un sueño.

“Doian, puedes irte.”

Y finalmente…

“Eurojan, puedes irte.”

“¡Sí!”

El último que estaba con ella pasó. Ella se quedó sola.

“…”

No quería darse por vencida, pero ya había terminado antes de que pudiera continuar la pelea. Ifrin dejó caer los brazos.

¡Tap!

Luego dejó caer su rostro sobre la mesa. Sucia y con la cara manchada de sangre, su mente permaneció en blanco.

Tic— tac— tic— tac—

Toda el aula estaba vacía.

Tic— tac— tic— tac—

“Profesor Titular, se acabó el tiempo.”

La voz del Profesor Auxiliar Allen se volvió borrosa en el fondo.

“Me iré ahora.”

“Sí. Entonces me quedaré y …”

Ella no podía oírlos hablar. Ni siquiera sabía por qué. Quizás la sangre le había tapado los oídos.

Thwang, thwang.

Ifrin golpeó la mesa con la frente, su cuerpo rebosante de vergüenza. Se culpó a sí misma por no poder hacerlo. Gritó venganza por su padre, se fue de casa, prometiendo no volver a casa hasta que lo cumpliera. Ahora, sin embargo, se sentía patética por no poder completar tareas tan simples.

Enterró la nariz en el escritorio y lloró.

Tic— tac— tic— tac—

Lo único que no había desaparecido en el mundo era el sonido del reloj.

Tic— tac— tic— tac—

¿Cuánto tiempo pasó así? ¿Cuánto tiempo pasó sola?

Tic— tac— tic— tac—

Ifrin levantó lentamente la cabeza. El aula se había quedado a oscuras. Había llegado la noche.

“…Ugh.”

Se secó la nariz y los ojos. Todo tipo de basura se le pegó a la cara. Trató de limpiar todo con sus mangas, pero solo hizo una mancha aún más grande en su rostro.

Ella era un desastre total.

“Sigh…”

Ella soltó un suspiro cercano a la desesperación. La lección ya había terminado. No, terminó hace mucho tiempo. Más importante aún, lo arruinó.

“… Hoo.”

Sus sentimientos de duda y derrota estaban a punto de estallar. Sentía todo el cuerpo pesado, tanto que ni siquiera podía mover las piernas correctamente.

“…”

Cuando Ifrin dio un paso atrás para regresar a los dormitorios, sus ojos se agrandaron mientras miraba casualmente la plataforma. Sus labios cubiertos de arena se abrieron sin querer.

“Huh…?”

Todavía estaba en la mesa de lección. Como de costumbre, la miraba con una postura erguida. Ella no se dio cuenta de que él se quedó atrás. El sonido de su voz inundó sus oídos.

“… 5 horas y 47 minutos.”

Sus ojos azules eran la única luz en la oscuridad, y dentro de esos ojos, ella se veía patética y débil.

“Ifrin Luna.”

Todavía era frío, pero tenía un tono completamente diferente al de anoche. Su voz la hizo sentir cálida. Ya no podía oír el chirrido del reloj.

“¿Cuánto tiempo más me vas tener esperando?”

Era como si el tiempo mismo se hubiera detenido.