Capítulo 173 – El Villano que Quiere Vivir

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“Yo daré un paso adelante.”

Las palabras de Deculein silenciaron la sala de conferencias. Los Caballeros Imperiales abrieron los ojos y sacudieron la cabeza. Ellos se quedaron estupefactos. ¿Por qué Deculein dijo eso de repente? Pero, aun así, un mago no podría ser rival para un Tigre.

Tragando, Derek fue el que rompió el silencio.

“Pe … Pero profesor, usted está a cargo de Reccordak—”

“Por eso soy quien da el paso adelante.”

Deculein sonrió.

“¿Cuánto crees que invertí en Reccordak? No gasté ese dinero solo para huir de un Tigre.”

Skydark: El macho!!!!

“…Pero aún así. No es solo un Tigre; este es un Gran Tigre…. eso…”

Julie, Gwen y Syrio todos ellos tuvieron diferentes reacciones a las acciones de Deculein.

“Lo sé. Si un Tigre destroza un pueblo, un Gran Tigre podría destruir una ciudad. Pero no me importa cuántos aldeanos de la montaña mueran.”

Julie apretó los puños ante las palabras del Profesor.

“La gente de la montaña del norte tiene un orgullo inútil que solo sirve para que mueran. Así que no me odien si los dejo morir.”

Gwen exclamó como si se hubiera quedado sin palabras, y Syrio lucía una sonrisa luminosa.

“Y los prisioneros que tienen que pasar toda su vida aquí en Reccordak…. quisiera dejarlos a todos muertos en este momento, pero …”

Deculein puso el dedo en el archivo que estaba sobre la mesa.

“Cuando Su Majestad parta para una expedición en el futuro, este lugar se convertirá en un punto estratégico para ella. Se convertirá en su campamento base.”

Los Caballeros Imperiales se sorprendieron una vez más ante la mención de Su Majestad.

“Esto no es por los prisioneros desechables o los parásitos de los aldeanos de la barrera. Todo esto por Su Majestad.”

Deculein miró los rostros de cada uno de los caballeros. Sacudió la cabeza como para sonreír o reírse de ellos.

“Pero parece que ustedes le tienes miedo al Tigre, así que voy a dar un paso al frente.”

“No, yo también—”

“Olvídalo.”

Julie levantó la mano, pero los fríos ojos de Deculein lo miraron.

“Los lesionados deberían callarse y perderse.”

 

*****

 

Sylvia regresó a su isla. Idnik, quien estaba investigando magia en una mesa, sonrió tan pronto como la vio. Ella se veía tan malhumorada.

“Oye, niña, ¿No tenías algo que decirle a Deculain?”

“Le envié una nota.”

Sylvia respondió brevemente. El contenido de la nota que le envió a Deculein era: ‘El Profesor Asistente Allen y Primienne son Sangre Demonio.’

“¿Crees que él se lo creerá si lo dejas ahí sin ninguna evidencia?”

“Si él no lo cree, entonces es su culpa.”

Sylvia se sentó en su mecedora. El halcón veloz y el oso panda se acercaron a ella para darle la bienvenida a casa. Idnik puso una mano en su cintura mientras miraba.

“Entonces, ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Vas a observar a Deculein de nuevo?”

“Ya no lo observare.”

“…¿Es así? Entonces, ¿Por qué te ves así?”

“…”

Sylvia no dijo nada. Pero, lo que acababa de ver seguía permaneciendo en su mente. Deculein se estaba ocupando de Epherene. Epherene estaba siendo atendida por Deculein. Ella se sintió extraña.

Arrogante Epherene. Epherene estúpidamente fue herida. ¿Por qué tuvo que herirse? Ella dijo que lo iba a resolver por sí misma, entonces, ¿por qué estaba recibiendo ayuda?

“…”

“Estás celosa.”

“No, no lo estoy.”

Sylvia echó la cabeza hacia atrás y se quedó mirando el rostro sonriente de Idnik.

“Okey.”

“No lo estoy. ¿Por qué estaría celosa de Epherene?”

“Okey, okey~.”

“… Idnik es una tonta.”

Sylvia frunció los labios. Luego, se enterró en su silla y usó Viento. Pero esta vez no observó a Deculein. Solo iba a ver los sucesos del lejano Reccordak.

 

*****

 

Los rumores se difundieron rápidamente en el norte de que había aparecido un Gran Tigre. Sin embargo, los aldeanos que vivían cerca no tenían planes de evacuar.

“¿Qué opinas?”

Louina tenía un yeso alrededor del brazo. Fue una lesión que recibió mientras trabajaba en el equipo de reconocimiento.

“Es patético. Es indignante.”

“¿Los residentes?”

Asentí. Luego, miré por la ventana de la mansión. En el campo de entrenamiento militar de Reccordak, Julie estaba entrenando con el apoyo de Reylie contra Syrio. Se habían extendido rumores de que estaba furiosa por lo que dije anoche.

“¿Por qué es patético?”

“… Es patético que no se vayan y se estén preparando para morir. Es indignante que la barrera interior no pueda protegerlos.”

“Ja ja.”

Louina se rió un poco. Yo la miré.

“¿De qué te estas riendo?”

“Incluso el jefe no los abandonará. Eso es algo precioso para el jefe, más que nadie. ¿Estoy en lo cierto?”

A pesar de que eso puede romperse, no se dobló y no renunciaría a algo que realmente deseaba. La personalidad de Deculein era una combinación de convicción, fe y orgullo, por lo que no había nada que refutar. ¿Era esto lo que significaba tener un doble standards?

“Vete.”

“Me voy. ¿Pero hay alguien más afuera, jefe?”

Louina sonrió alegremente y abrió la puerta. Detrás estaba el Profesor Asistente Allen. Se inclinó vacilante ante Louina.

“Adelante. Ya casi termino.”

“Sí, Sí…”

Allen dudó en entrar. Miré su rostro con cuidado, notando su preocupación.

“¿Estará bien …?”

Mirándome, habló con lentitud.

“¿Qué quieres decir?”

“Profesor, ese … el Gran Tigre … es inteligente y astuto …”

El Gran Tigre sabía pelear, no permitiría que nadie lo rodeara y no actuó precipitadamente. En otras palabras, no pelearía contra cien caballeros a la vez. Por lo tanto, solo debería haber unas pocas personas reclutadas para cazar al Tigre.

“Sera difícil.”

Incluso ahora, aun podía sentir su espíritu más allá de la barrera. Era una advertencia y estaba esperando.

“Si la persuasión es posible, entonces eso sería lo mejor.”

No han llevado a cabo una misión aparte del reconocimiento. Sin embargo, como lo confirmó mi acero de madera afuera, el Gran Tigre estaba matando todo lo que entraba en su territorio, humano o monstruo.

“¿Persuasión? ¿Es eso posible…?”

Negué con la cabeza.

“La posibilidad es muy pequeña. Los Tigres generalmente nacen con un temperamento particular, y si son tan feroces, hay que matarlos.”

“Entonces, profesor … tiene que luchar después de todo.”

Allen inclinó la cabeza profundamente. Su reacción se sintió inusual.

“Tampoco me apresuro sin una forma de ganar.”

Entonces, Allen miró hacia arriba.

“¿Como es… eso?”

“Es un secreto.”

Zzzz— Zzzzz—

Había ronquidos en el sofá de la oficina. La miré con los ojos entrecerrados. Primienne estaba abrazando el calefactor mientras dormía cómodamente.

“Despiértala y sácala.”

¿Era ella una especie de joven holgazana o qué? Si no le prestabas atención, aunque fuera un poco, se colaba en tu cálida oficina para dormir.

“Oh, sí. Uhm, ¿Disculpe?”

Allen la sacudió por los hombros. Primienne abrió lentamente los ojos.

“No puedes quedarte aquí. El profesor está trabajando …”

“… Ahh, hace frío afuera.”

“¿Qué? Oh…”

Las vi tener su pequeña conversación incómoda.

 

*****

 

“Hace frío.”

Finalmente, Primienne, quien fue sacada, comenzó a revisar sus cosas. Allen había dejado una nota dentro de su chaqueta.

 

[El profesor Deculein recibió una pista. Un informe de que la vicedirectora y yo somos Sangre Demonio.]

 

“…”

Primienne hizo una pausa, luego miró a su alrededor y se metió el papel en la boca.

Chew—

Salió del edificio principal masticándolo. El suelo cubierto de nieve y el pu**to frío. A pesar de que apareció el Gran Tigre, el edificio de la Orden de los Caballeros aún estaba en construcción.

Paso—

Primienne encontró una fogata y una silla cerca mientras caminaba. Inmediatamente corrió y se sentó como un gato, luego extendió las manos para sentir el calor.

Clang—!

Escuchó el sonido agudo del metal chocando no muy lejos. Primienne alzó los ojos en busca del sonido.

¡Clang—! ¡Boom, boom-!

Julie y Syrio estaban entrenando no muy lejos.

Whiiiiing—!

Siempre que Julie blandía su espada, un viento helado la envolvía, Primienne saco un libro de su bolsillo interior.

[# 13109 Cómo Analizar Gráficos para Maestros de Acciones]

Pensó mientras leía. Allen dijo que Deculein recibió una pista, pero que no sabía de qué tipo ni de quién. Primienne estaba bastante confundida. ¿Deculein lo creería o no? ¿O era necesario creerlo o no creerlo?

“¿Oh? ¿Está invirtiendo en acciones? ¿Eres un maestro de acciones?”

Una voz despertó a Primienne mientras estaba perdida en sus pensamientos. Ella miró hacia arriba para ver a Julie. Sudando, miró por encima de la portada del libro en la mano de Primienne con ojos extraños.

“Cómo analizar gráficos para maestros de acciones …”

Primienne cerró el libro sin decir nada. Luego, movió las piernas y estiró el cuello para mirar a Julie.

“Soy Primienne, la Vicedirectora de Seguridad. ¿Le puedo ayudar en algo?”

“Oh.”

A Julie fue a quien le robaron la fogata y la silla, pero se trajo otro troco para sentarse sin quejarse.

“Sí. Soy la Caballero Deya.”

“Lo sé. También he leído su informe.”

Julie cerró los ojos e inclinó la cabeza como si se estuviera disculpando.

“No hay necesidad de eso. ¿Por qué estás aquí?”

Julie parpadeó y pensó en cómo responder. ¿Por qué vino ella aquí? Pero este era un lugar que originalmente hizo ella misma.

“… También estoy estudiando un poco sobre las acciones.”

Primienne se volvió más arrogante después de escuchar las palabras de Julie.

“Ya veo.”

“¿Conoces sobre las acciones?”

“Bueno, tengo 15 años de experiencia. Predije el rápido crecimiento de Roten, el Sistema Alimentario, la Compañía de Construcciones Zoblock y la Compañía Rebel Toy.”

Ella los predijo. Es solo que ella no invirtió en ellos.

“Oh…”

Los ojos de Julie brillaron. Primienne cruzó las piernas hacia el otro lado.

“¿Por qué? ¿En qué estás pensando?”

Entonces, Reylie se acercó con una toalla en la mano para Julie.

“Te enojaste mucho durante la sesión de entrenamiento … oh. Es la vicedirectora Primienne. Un placer conocerte. Nos conocimos antes, ¿verdad? En la entrada de los Aventureros hacia la mazmorra.”

Primienne solo asintió. Julie tragó.

“Entonces, ¿Hay alguna posibilidad, vicedirector, de que pueda hablarme sobre inversiones?”

“Puedo enseñarte un poco. Compartir no reduce el conocimiento. Pero, ¿Por qué está interesado un caballero?”

“…”

La expresión de Julie se volvió amarga ante la pregunta de Primienne.

“… Me he dado cuenta tardíamente de que, para proteger a mi gente, necesito dinero.”

Sus palabras contenían algunas emociones complejas. Primienne lo pensó. No era una situación en la que pudiera hacer a un lado el mensaje de Allen para enseñarle a alguien sobre acciones, pero…

“…Mmm.”

No sería una pérdida si se acercara a Julie usando su conocimiento. Además, ella era la ex prometida de Deculein, por lo que poseía algún valor. Primienne estaba en deuda con el norte, especialmente con Freyden.

“Por favor, te lo pido. Este es un mundo entero el cual es demasiado para que alguien estudie sola.”

Julie pidió cortésmente. Primienne presionó sus sien y lo pensó, mientras Reylie parpadeaba como si no supiera lo que estaba pasando.

“…De acuerdo. Te enseñaré hasta que me vaya.”

“!”

En ese momento, ella apretó ambos puños. Tomó la mano de Primienne y se la estrechó.

“¡Gracias! Haré todo lo posible para aprender.”

Julie expresó su sincero agradecimiento.

 

*****

 

El Emperador del Imperio Crebaim, Sophien Ekater von Jaegus Gifrein. Su eficiencia en el trabajo no tuvo rival. Lo hizo solo una vez a la semana y solo por dos horas. Aun así, Sophien manejó personalmente documentos oficiales, incluidas noticias, apelaciones y disputas en todo el continente, y los resolvió con entusiasmo.

Su velocidad de pensamiento y juicio ya estaba a un nivel más allá del humano. A pesar de que parecía que estaba pasando las páginas a ciegas, discernió la situación y ofreció una solución clara…

“¿Un Gran Tigre?”

Sophien, que estaba haciendo su trabajo, como de costumbre, encontró un informe del norte.

“¿Un Gran Tigre apareció en el norte?”

“Sí, Su Majestad, un Gran Tigre.”

Sophien asintió con la cabeza hacia Jolang.

“Un Gran Tigre … le causaría dolor de cabeza incluso a Deculein.”

Ella no pensó mucho en eso. Deculein maneja Reccordak, y los caballeros tenían que capturar al Tigre.

“O, tampoco es tan malo simplemente abandonar Reccordak.”

Esa era la medida más eficaz. Abandonar Reccordak y lidiar con el Gran Tigre y los Caballeros en la segunda línea de defensa.

“Por los rumores que he escuchado, Deculein no va a hacer eso.”

Sophien asintió.

“Eso es propio de él. Qué tipo tan ineficiente.”

“Sí, pero … dice que lo va a cazar él mismo.”

Sophien cerró la boca y releyó el informe desde su posición en el suelo. Jolang se inclinó rápidamente.

 

[Deculein dijo que saldría solo a cazar al Tigre. El Gran Tigre es un mejor oponente para él que Rohakan…]

 

En ese momento, Sophien frunció el ceño.

“… ¿Qué sucede con este tipo?”

Él mismo se ocuparía de un Tigre. En el momento en que leyó esa frase, se sintió enojada sin saber por qué.

“Acaso se volvió loco.”

“…”

“¿Se volvió loco? ¿Un mago solitario contra un Gran Tigre?”

Jolang no dijo nada. Fingió no oír nada y apretó la frente contra el suelo.

“¿Crees que esto tiene sentido?”

“…”

 

Jolang respondió con cuidado.

“Creo que sería difícil, pero … hay muchos grandes caballeros en el norte … pero, aun así, no creo que deba hacerlo solo.”

Sophien apretó los dientes. Extrañamente, su frente se sentía más cálida. De hecho, era un presagio físico que no estaba segura de cómo interpretar.

“…Loco bastardo.”

Por supuesto, Deculein no era un héroe que moriría en el norte. Ella aun no sabía cómo iba a morir, pero no era en el norte.

“…”

No. La posibilidad era bastante buena. Si se lesionaba gravemente mientras trataba con ese Tigre, entonces, con el tiempo, empeorarían hasta que él …

Ella aun no sabía cómo moriría Deculein.

“… Ah.”

Sophien llamó a Jolang.

“Si, su Majestad.”

“Isaac … no.”

Ahora que Keiron no estaba aquí, la unidad más fuerte a la que podía recurrir la Familia Imperial era el Vice-Capitán, Isaac. Sin embargo, si Isaac fuera utilizado para asuntos privados, podría ponerla en una posición políticamente desventajosa. Sophien no era tan miope.

No importa lo que le suceda a Deculein, ya sea que fuera herido de muerte mientras lucha contra el Gran Tigre o que se vaya a marchitar gradualmente, él podría cuidar de sí mismo …

“¡Olvídalo! Él no me dijo una sola palabra, así que ese maldito bastardo debería encargarse él mismo. ¡Vete!”

“Sí, gracias, Su Majestad.”

Sophien volvió a sus tareas y echó a Jolang. Luego, se acostó en la cama para refrescarse del calor que la llenaba.

“… Ni una sola palabra a mí.”

Pudo haber escrito una carta. O hablado a través de la bola de cristal. No era el deber de su señor decidir sobre cuestiones tan graves sin dar ningún informe.

Por tanto, Sophien no tenía que preocuparse por eso; era simplemente ridículo …

“¡Haz lo que quieras!”

Sophien gritó, luego se cubrió con una manta.

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