Capítulo 135 – El Villano que Quiere Vivir

Skydark: Capítulo Patrocinado por Juan Manuel 7/8

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Bajé usando el acero de madera como escalera. Un paso a la vez mientras veinte piezas de acero se alternaban naturalmente y se convertían en puntos de apoyo. Al principio, tener a Sophien en mi espalda era un poco incómodo, pero pronto me acostumbré. El pasajero se llamaba Sophien Ekater von Jaegus Gifrein. Ella era nada menos que alguien de la familia Imperial. Valió la pena dar la espalda por ese noble linaje …

Me vi obligado a pensar así.

“…”

Sophien no dijo nada por su parte, probablemente inmersa en sus pensamientos.

“…La temperatura.”

En ese momento, Sophien empezó a murmurar. Se apretó un poco más contra mi espalda.

“¿Está bien?”

“… Puedo adaptarme a eso.”

El potencial de Sophien era el mejor del mundo humano, pero seguía siendo solo un brote. A juzgar por su peculiar aburrimiento, todavía estaba muy lejos de florecer. Incluso en esta Esfera de Nieve, solo comía helado y agua.

“Es porque Su Majestad ha sido vaga en el entrenamiento.”

“…”

“Si hubiera sido más diligente en su entrenamiento mágico, no sería—”

“Ya lo entiendo, así que cállate.”

“… Keiron.”

Llamé a Keiron en lugar de a Sophien. Nos estaba siguiendo, protegiendo la espalda de Sophien.

“¿Estás bien?”

La cantidad de Obsidiana Snowflake que tenía era suficiente para cubrir solo a Sophien. Keiron no tuvo más remedio que valerse por sí mismo.

“Estoy bien.”

Keiron respondió de esa manera; Yo también le creí.

“No te pierdas y sígueme.”

“ח בשבילך”

Entonces Sophien cantó un hechizo, creando un fuego cálido cerca de Keiron.

“Su Majestad.”

“No toleraré el fracaso.”

A la orden del Emperador, Keiron simplemente asintió. Había una sonrisa inusual en sus labios.

 

*****

 

Tic Tac-

El sonido de las páginas al pasar las páginas y el suave tic-tac del reloj. Epherene estaba leyendo la novela de Sylvia, y Sylvia la miraba con ojos de halcón. Idnik, Gindalf y Rose Rio las miraron de lado, divertidos.

Gulp—

Sylvia estaba bastante nerviosa. No quería mostrarlo, pero lo escribió para que se leyera en primer lugar.

“…”

Los únicos pasatiempos de Sylvia eran escribir y pintar. Entre ellos, se había centrado especialmente en la novela estos días; su título provisional era Blue Eyes (Ojos Azules).

Ella escudriñó cada línea en el rostro de Epherene.

“…”

En algún momento, Epherene levantó la cabeza. ¿Lo había leído todo? ¿O no fue divertido? Con el sudor resbalando por sus palmas, esperando que respondiera, Epherene abrió la boca.

“Sylvia. Eres buena escribiendo.”

“…”

Fue un cumplido. Había pasado un tiempo desde que su corazón comenzó a acelerarse así, pero se obligó a mantener la calma. Sylvia miró a Epherene con expresión dura. Ella se rió entre dientes mientras jugueteaba con el manuscrito.

“Esto es divertido. ¿Tienes el siguiente capítulo?”

“No lo he terminado todavía.”

“¿Oh? El ambiente misterioso me hace querer leer el siguiente capítulo pronto.”

Sylvia metió la barbilla deliberadamente. Trató de no mostrar ninguna emoción en su rostro.

“Entonces, ¿Publicaras esto?”

Ante esa pregunta, ella solo asintió.

“Wow ~, lo compraré más tarde.”

“…Haz lo que quieras.”

“¡Ahora!”

Gindalf habló con una carcajada, llamando su atención.

“Si la reunión ha terminado, empecemos en serio. ¿Oye, Carla?

Carla y Jackal se dieron la vuelta. Epherene se sorprendió un poco; ¿Estaban fingiendo no verlos hasta ahora?

“Perdón por el comienzo tardío. Por favor, entrena a esta chica.”

“… parece que sólo cuatro veces será suficiente.”

“Okey.”

Carla asintió con la cabeza y metió las manos en la túnica. Se quitó la capucha, dejando al descubierto sus ojos: rojos y deslumbrantes. En el momento en que miró esos ojos, la conciencia de Epherene se hundió en el abismo. Ella se desmayó sin una palabra.

“…”

Sylvia miró a Epherene como si fuera ridículo. Luego, llamó a un empleado que pasaba y ordenó.

Así, tres minutos después.

“Ahh!”

Epherene se despertó.

“¡Whoa! ¡¿Qué es eso?! ¡Casi muero!”

Luego agarró a Gindalf por el cuello. Gindalf se rió entre dientes y Epherene bajó sus manos temblorosas.

“¿Como estuvo?”

“Oh, lo siento. Estuve muy sorprendida. ¿Pero qué fue eso? Eso fue muy—”

“Es entrenamiento mental. Insistí en que Carla me ayudara, así que solo tienes cuatro oportunidades.”

“¿Tengo que hacer esto tres veces más?”

Epherene se llevó la mano al corazón.

Thump—Thump—Thump—

“Epherene, tu poder mental no es malo. Es solo que te falta un sistema.”

Rose Rio intervino con una explicación.

“La forma más fácil de construir un sistema es crearse un ‘guardián mental’ en tu cabeza.”

“¿Un sistema?”

“Sí. Imagina la cosa más honorable en tu cabeza. No tiene por qué ser humano. Puede ser un ciervo, un león, ni siquiera importa si es un dragón. Si lo haces solo una vez, luchará por ti.”

Después de escucharla sin comprender, Epherene asintió. Guardián mental — en este momento, solo había una persona que me vino a la mente.

“Sí. Lo intentaré.”

“Digo, oye, Sylvia. ¿Te gustaría hacerlo tú también?”

A instancias de Rose Rio, Sylvia negó con la cabeza.

“He tenido suficiente.”

“…¿En serio? Bien entonces. ¿Carla?”

“Oh, pero espera, aun no estoy lista—”

Epherene se concentró y agitó la mano, pero Carla no estaba esperando.

“Sí.”

“¡Ugh—!”

“…”

Carla asintió con la cabeza y volvió a mirar a Epherene, sumergiéndola en las profundidades del abismo. Mientras tanto, Sylvia recibió su pedido de comida.

“Este es el Pollo Asado de Mana.”

El pollo frito con maná en polvo era la peor comida, como masticar una piedra blanda, pero no le importaba ya que no podía saborear las cosas. Más bien, fue la mejor comida. Si quieres convertirte en Archimago, la dieta también es importante.

“… ¿Pero te comerás eso?”

Rose Rio miró a Sylvia con asombro.

“No hagas eso. No importa cuán importante sea la magia, ese tipo de comida no es para que los humanos coman.”

“No me mires.”

Sylvia respondió en un tono frío. Rose Rio estaba desconcertada por cómo se veía tan diferente de cuando la conoció en la Isla Flotante antes.

“¡Kuhbrrukuuubraaargh-!”

Epherene se despertó con un grito extraño.

Ding—

En ese momento, la puerta de la posada se abrió y un nuevo huésped miró hacia adentro.

“¿Huh? ¿Qué es eso? ¿Epherene? ¿Gindalf también?”

Yeriel de Yukline. Inclinó la cabeza mientras miraba a los famosos magos reunidos alrededor de Epherene.

 

*****

 

Deculein se hundió más profundamente en la oscuridad mientras Sophien seguía pensando mientras cabalgaba sobre su espalda. Ella analizó la transferencia de maná para averiguar la diferencia en el tiempo. La fuente de la dilatación del tiempo venía del subsuelo, causada por esta enorme ola de maná que fluía desde el fondo.

“…No lo sé.”

De esta manera, la comprensión del fenómeno fue clara. Las ideas de Sophien siempre fueron precisas. Sin embargo, persistieron las dudas. Ella continuó preguntándose.

“Por qué tú…”

Para ella, el valor de su muerte fue infinitamente ligero. Sin embargo, Deculein, para ser exactos, el Deculein en el episodio anterior, le había dicho:

— A partir de ahora… pase lo que pase, no te quites la vida sola.

Conocía la lealtad de Keiron, pero aún no sabía qué pensar de Deculein. Murió sin explicarle lo que quería decir.

“Deculein, ¿por qué no me dejas morir?”

“…”

“Mi memoria es eidética. Incluso si vuelvo al pasado, tengo la confianza para asegurarme de que todo esté armado correctamente.”

Stomp, stomp.

Deculein siguió bajando. Frustrada por el silencio, Sophien le dio un puñetazo en la espalda. Entonces, la respuesta salió como de una máquina expendedora.

“Su Majestad. ¿Sabe por qué desaparecieron los gigantes?”

Era un cuento antiguo. Sophien respondió inconscientemente; casi toda la historia del continente estaba en su cabeza.

“Porque la muerte era escasa …”

Con eso, comprendió la implicación de Deculein. Sophien miró fijamente su espalda ancha, con los ojos bien abiertos.

“Sí. Existe un proceso considerado un desafío para los humanos. La fuerza impulsora detrás de ese desafío es la muerte que aguarda al final. Sin la muerte, la vida sería inútil. Su Majestad lo sabe mejor que nadie.”

“… Hmph. ¿Sería posible que ocurriera una muerte súbita que nunca existió porque tú dijiste eso? Puedo suicidarme sin tu conocimiento.”

“Entonces le jurare.”

“¿Qué?”

Deculein recitó un juramento de repente. Habiendo estado con Deculein durante cientos de años, sabía que una promesa para él significaba la eternidad. No más que eso. El juramento de este bastardo venenoso se mantendría incluso si la línea de tiempo cambiara.

“No sé lo que significó para Su Majestad. Podría ser simplemente un sujeto ordinario, un mago de enseñanza problemático o la Cabeza de una familia llamada Yukline.”

Sophien miró la nuca de Deculein. Se preguntó qué tipo de expresión tenía este profesor, pero no podía verlo.

“Pero si Su Majestad ignora mi voluntad y se quita la vida.”

“Deculein. Cállate.”

Sophien parecía saber qué diría a continuación. Deculein continuó como esperaba.

“Yo haré lo mismo.”

“…Eres descarado. No sabrás el momento del regreso.”

“¿Cree que no lo sabré? Probablemente le conozca más que usted.”

En ese momento, Deculein aterrizó en el suelo. Finalmente había llegado al fondo de este acantilado. Sin embargo, Deculein todavía cargaba a Sophien, quien reflexionaba sobre sus palabras con no poca insatisfacción.

Conocer le mejor que a sí misma. Esa fue una declaración cercana a la rebelión …

“Deculein. Por favor, cuida de Su Majestad.”

De repente, una voz se acercó por detrás. Sophien se dio la vuelta, pero el cuerpo de Keiron ya estaba congelado.

“Su Majestad. Yo le seguiré tarde o temprano.”

“… Keiron.”

“Sabe que no moriré. Quizás este momento sea importante para mí. Todo este tiempo estuve estancado …”

Keiron se convirtió en una estatua cuando esas últimas palabras lo dejaron.

“…Llegue a tiempo.”

Deculein no miró atrás y Sophien también creyó en él. Los dos siguieron adelante. Creyendo en su destino no tan lejano, navegando a través de la gélida oscuridad. Llegaron al final del frío.

— … Sabía que volverías.

Una voz que le dio a Sophien una pequeña conmoción hizo vibrar las paredes a su alrededor.

“…”

Sophien lo miró, a sus grandes ojos lacustres. Esos ojos gigantes reflejaron a Sophien.

— El pasaje está aquí.

La magia del gigante creó un portal de forma ovalada.

— Niños, sigan adelante.

Deculein entró. No podía permitirse el lujo de tener una conversación con el gigante.

Whoong—

Una pequeña ola de maná, un deslumbrante enjambre de luces que bordeaba casi cegadora. Después de eso, el lugar al que regresaron fue el dormitorio de Sophien.

“…”

La Esfera de Nieve todavía estaba encima de la mesa y Sophien todavía estaba sobre la espalda de Deculein. Deculein reconoció la notificación [Quest Completada] flotando en el aire.

“… Deculein.”

“Quédate con esta Esfera de Nieve. Espera a que Sir Keiron salga solo.”

Sophien miró la Esfera de Nieve, sintiéndose triste por alguna razón.

…Tristeza. Era un sentimiento que no había sentido en mucho tiempo.

“Su Majestad. No hay un ser humano perfecto en este mundo. Además, Su Majestad es más imperfecta que cualquier otro ser humano, ya que no hay muerte para usted.”

“…”

Deculein acostó a Sophien en la cama. Su cuerpo congelado no se movía correctamente.

“El primer paso es reconocer ese hecho. Es reconocer la falta y aceptar la pérdida.”

“…”

“Su Majestad es un ser humano. Como nosotros.”

Diciendo eso, la cubrió con una manta. Con solo su rostro sobresaliendo, Sophien miró a Deculein con los ojos entrecerrados.

“Me iré.”

“… ¿No necesitas descansar?”

“No.”

Deculein asintió y se alejó. Cuando estaba a punto de irse, Sophien lo atrapó.

“Profesor.”

“Sí.”

“No sé acerca de las relaciones humanas.”

“Es natural ya que es Su Majestad. Entiendo.”

“¿Me amas?”

“…”

Deculein no respondió. Sophien se sintió incómoda a medida que aumentaba el silencio, corrigiéndose rápidamente a sí misma.

“Si no, olvídalo.”

“Sí.”

Deculein se fue así, pero Sophien sospechaba por alguna razón. Dejó que esas dudas se desvanecieran y centró su atención en la Esfera.

“… Keiron.”

El caballero más leal del mundo permaneció allí dentro. Dijo que saldría solo y Sophien le creyó.

“Voy a estar esperando.”

 

*****

 

Deculein no reapareció hasta que concluyó el funeral, el entierro del ataúd y el informe de los muertos a la Residencia de los Caballeros.

“Es usted tan frío, Profesor.”

“Oye. Sin embargo, vino y se fue. Él solo…”

“Mostrar su rostro es el rostro de Yukline.”

Varios caballeros en Freyhem estaban indignados con Deculein ya que la causa externa de la muerte de Veron fue ‘Cayó y murió mientras escoltaba a Deculein’. Todos los días desde que Julie se enteró de la verdad sobre Veron fue un infierno en el que cayó más en el pozo.

“…”

Julie no dijo nada durante ese tiempo. Ella no respondió a ninguno de los caballeros.

“Sin embargo. Ellos lucharon juntos, eso es suficiente. Veron también lo hubiera querido.”

Sin embargo, ese momento fue el punto crítico. Apretando la mandíbula, dejó a sus subordinados y se subió al coche. Ella arrancó el coche y agarró el volante.

“¡Huh! ¡Capitana! ¡¿Adónde va?!”

“¡Capitana!”

Vroom-!

El viejo coche rugió como una bestia herida y avanzó. El lugar donde conducía su viejo y frágil coche era la mansión Yukline.

“… ¿Dónde está el Profesor?”

Julie interrogó al guardia en la puerta principal bien cerrada. El guardia permaneció en silencio.

“¿Dónde está él?”

No importa cuántas veces preguntó, nada cambió. Julie asintió con la cabeza como si entendiera, luego tomó posición junto al guardia.

“…”

Ella estaba decidida a esperar hasta que llegara Deculein.