Capítulo 115 – El Villano que Quiere Vivir

Skydark: Capítulo  Extra…..

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Julie se despertó en una cama de hospital en el Palacio Imperial. La Emperatriz Sophien estaba a su lado, y detrás de ella estaba Keiron, como siempre.

“…”

Julie estuvo confundida por un momento, parpadeando mientras los miraba.

“… No es solo una lesión. Es una maldición, muy maligna.”

Sophien explicó, su voz tan seca como la arena del desierto. Julie, que estaba tratando de levantar su torso, se detuvo cuando el dolor la atravesó.

“¡Ugh!”

“Está bien. Acuéstate.”

“No. Yo—”

“Esta maldición. Escuché que la recibiste mientras escoltabas a Deculein.”

“…”

Julie no dijo nada. Sophien escaneó su cuerpo de arriba abajo.

“También sufrí una enfermedad terrible en un cierto tiempo. Fue una vida terrible. Fue tan doloroso que incluso mi sufrimiento comenzó a sentirse aburrido … caballero , mírame a los ojos.”

“…”

Julie miró a los ojos de la Emperatriz, pero las pupilas de Sophien estaban sin vida, no había energía dentro de ellas cuando Sophien sonrió.

“Tú también lo verás. Vencí una enfermedad, pero otra enfermedad me sigue devorando. La enfermedad se llama aburrimiento.”

Después de decir eso, puso una mano en la frente de Julie. La energía vital comenzó a filtrarse en su cuerpo.

“Su Majestad. Esto es …”

“Es una runa que aprendí de Deculein. Es un hechizo de curación, pero una maldición no es el tipo de cosa que pueda curar. Es bueno para el alivio temporal de los síntomas, eso es todo.”

“¡Oh!”

Julie se sentó rápidamente. Al verla preparar apresuradamente los procedimientos de cortesía caballerescas, Sophien negó con la cabeza.

“Si te esfuerzas más allá de eso, no es cortés sino ignorante. Estate quieta.”

“Sí.”

“Además, no estás completamente curada. Esa maldición algún día te matará.”

“…Sí. Lo sé.”

Fue una maldición que se intensificó gradualmente. El dolor punzante que causaba era ahora una rutina matutina normal.

“Mirarte me recuerdas a mi antiguo yo.”

Como si comprendiera su dolor, Sophien murmuró mientras miraba a la luna fuera de la ventana.

“El yo en ese entonces, y el yo de ahora… tal vez quiero empezar de nuevo. Sin saber nada. Olvidando todos mis recuerdos … que esta vida está arruinada.”

Julie se sorprendió por sus quejas sentimentales.

“No diga eso. No está arruinado, Su Majestad.”

La mirada de Sophien volvió a ella.

“Tu maldición es incurable. La situación es similar a la del viejo yo. ¿No quieres empezar de nuevo? ¿No has considerado algo como, ‘Si tan solo no hubiera escoltado a Deculein en ese entonces’.”

“…”

Julie negó con la cabeza sin decir una palabra.

“¿Por qué?”

“Porque esa elección también fue mía, y es mi vida.”

“…”

Una respuesta verdaderamente de caballero. Un breve silencio se instaló en la habitación del hospital.

“…¿Lo es?”

Sophien asintió un par de veces antes de ofrecerle una pequeña sonrisa.

“Eres diferente de Deculein.”

“…¿Es así?”

Julie pensó en Deculein, sintiéndose algo deprimida.

“Sí. Eres diferente. Deculein vive como si no hubiera respuestas incorrectas en su propia vida. No las admite, como si su camino fuera siempre la respuesta correcta.”

“… Tiene razón. El Profesor vive de esa manera.”

“Pero si aceptas incluso las respuestas incorrectas como su parte, como lo haces, entonces tendrás más respuestas incorrectas e inevitablemente recibirás más heridas. Luego mueres.”

Sophien habló con sarcasmo, pero la respuesta de Julie fue una cálida sonrisa.

“Su Majestad. Incluso si un caballero está plagado de heridas, el caballero sigue vivo. Y soy un caballero.”

“…”

Sophien miró a Julie. Ella parecía creer eso, por lo que se sintió insatisfecha.

“Correcto. Eres un verdadero caballero, pero no hay muchos caballeros como tú.”

“Gracias por el cumplido.”

“No es un cumplido. Descansa y vete.”

Sophien de pie, batiendo el dobladillo de su abrigo. Julie se sentó y cortésmente le despidió cuando Keiron cerró la puerta detrás de ellos.

Slam—!

Después, ella caminó silenciosamente por el pasillo.

Stomp— Stomp—

“… Su Majestad. ¿Quiere eso?”

Sophien se puso un poco más alta cuando Keiron se dirigió a ella.

“Si está buscando un nuevo comienzo, puede tenerlo.”

“…”

“Puedo hacer que eso suceda.”

Finalmente, Sophien se volteó hacia Keiron. Inclinó la cabeza y continuó.

“Su Majestad merece ser feliz.”

“… Hmph. ¿Quién dijo eso?”

“Cualquiera dirá esto. Si conocen a Su Majestad, que ha muerto decenas de veces, ha sufrido durante décadas y se ha suicidado una y otra vez … cualquiera lo diría.”

“¿Qué?”

Sophien se sintió avergonzada. Keiron solía ser como una estatua, hasta el punto de que la familia imperial incluso lo nombró la Estatua. Keiron incluso se refirió a sus múltiples yo como tales.

“Keiron, no me conoces.”

“Le conozco un poco.”

Sophien frunció el ceño.

“Incluso si fueras tú, estás discutiendo demasiado emocionalmente por algo imposible ahora.”

“No es algo imposible. Su Majestad, el Altar está en el sótano de este palacio.”

Los ojos de Keiron brillaron con la voluntad de un caballero.

“Están tratando de reunir y usar los poderes de Su Majestad. Si lo usamos contra ellos, puede regresar.”

“¿Puedo volver?”

“Sí. Su Majestad también puede ser feliz. Puede olvidarse de todo y comenzar de nuevo en un mundo nuevo.”

El Espejo del Diablo quería a Sophien, y el 「Altar」 estaba recolectando el poder de Sophien del mundo del espejo. Keiron pensó en la posibilidad de que si esos dos, que parecían estar en una relación simbiótica, pudieran ser usados ​​a su favor, se podría construir un mundo nuevo, es decir, un pasado completamente diferente.

Se inspiró en las palabras de Deculein, diciendo que el Espejo del Diablo quería convertirse en un mundo, pero era una idea completamente diferente de lo que Deculein tenía en mente. En los pensamientos de Keiron, el Espejo del Diablo se convertiría en un mundo nuevo, y la Sophien de ese mundo regresaría de nuevo, olvidando todos los recuerdos de esta vida.

Si esta vida se arruinaba, podrían planificar la próxima.

“¿Qué pasa si la historia simplemente se repite?”

Sophien lo miró a los ojos.

“No dejaré que eso suceda.”

“…”

… La conversación se detuvo. No, el tiempo parecía haberse detenido, consumido por un aire sofocante y estancado. En ese silencio, Sophien se dio la vuelta.

Stomp, stomp.

Eso significaba que le ordenó a Keiron que se fuera sin decir una palabra, y Keiron, que entendía lo que quería decir, estaba más congelado que una estatua en medio del pasillo.

 

*****

 

Fue una noche. Al regresar a la oficina de la torre, estaba absorto en mis pensamientos tranquilos.

“… Si pudiera entender el Espejo del Diablo.”

Me miré en el espejo del escritorio. Activé [Comprensión] en ese simple espejo para deducir su naturaleza y propiedades. Cuando la arena se calentaba a una temperatura alta — por supuesto, quedando varios otros procesos de por medio — se convertía en vidrio. Casualmente, la tierra y el fuego fueron mis atributos.

“Necesito un poco más de información.”

Me paré. Los libros de magia relacionados con el vidrio y los espejos se podían encontrar en la biblioteca de la Torre Mágica. Me dirigí directamente al ascensor.

“¡Ugh!”

Cuando presione el botón del ascensor, alguien dejó escapar un sonido extraño.

“…”

Era Epherene. Con un rostro que hablaba de un gran cansancio, sostenía una taza de café en una mano. Dio un paso hacia atrás sin siquiera saludarme.

Ding—!

Llegó el ascensor.

“No parece que esté funcionando como pensaba.”

“N-No. Solo necesito una pista … entonces podre.”

“…”

“Yo puedo, um, de todos modos.”

Ella estaba murmurando. Mientras la miraba, de repente recordé lo que había dicho Ihelm.

— ¿Te dio lástima la hija de Luna, cuyo padre pretendía amarla?

Quizás … tenía razón. Epherene, fue extrañamente lastimosa para mí. Dado que Deculein tenía poco o ningún sentimiento de compasión, esto probablemente era una parte de Kim Woojin.

“¿Por-Por qué?”

Como tal, solo unas pocas personas en este mundo me hicieron sentir algo de Kim Woojin. Hasta ahora, solo había tres de ellas: Sylvia, Epherene y Yeriel. Julie fue exactamente lo contrario, sirviendo como la prueba más fuerte de mí como Deculein. Ella era una esclavitud formada por la emoción que no podía negar.

“Confianza y compromiso. Esas dos virtudes te sientan bien.”

“…¿Sí?”

“Inténtalo sin cesar. Y cree en la futura tú.”

“…”

Los ojos de Epherene casi se salen de su cráneo cuando salí del ascensor.

Ding—!

Salí al primer piso y me encontré con Julie.

“Profesor.”

“…”

Julie me saludó con torpeza. Todavía llevaba una armadura ligera, como siempre. Me acerqué a ella.

“Julie. Deja de escoltarme a partir de ahora.”

“No.”

“Qué—”

“Lo siento.”

“…”

Eso fue suficiente para callarme por completo.

“Sé que tengo muchos problemas menores en estos días, lo cual es perjudicial para ti ya que soy tu escolta.”

“…”

“Pido disculpas.”

Me quedé aturdido por un momento. Pero pronto comprendí lo que quería decir y apreté la mandíbula involuntariamente.

“Además, en un futuro no muy lejano, no pude protegerte.”

Innumerables palabras corrieron por mi boca y murieron en mis labios. Un cierto grito surgió desde el fondo de mi pecho.

“En estos ojos, aun puedo verte morir. La espada que te atravesó el corazón …”

Julie inclinó la cabeza. No pude entenderla.

“Profesor, tengo entendido que está decepcionado conmigo.”

¿Por qué esta mujer, que no podía amarse a sí misma, era tan tonta?

“Admito todas mis fallas.”

Quería decirle que no fue culpa suya. Simplemente no deberíamos estar juntos.

“Sin embargo, por favor, déjame completar esta misión de escolta.”

Julie continuó con firmeza, agarrando la espada alrededor de su cintura.

“Trabajaré aún más duro. Incluso si mi cuerpo está roto, te protegeré. Me aseguraré de que no te canses …”

“Julie.”

No quería escuchar más.

“No necesito eso.”

“!”

La respiración de Julie era ruidosa. Se inclinó para ocultar su dolor.

“Vete ahora. Hoy tengo trabajo que hacer en la biblioteca de la Torre Mágica.”

Amaba a esta mujer tonta. Odiaba negar este loco sentimiento.

“Estaré esperando—”

“Vete.”

“…Pido disculpas.”

Entonces, Julie se fue. Abrió la puerta de la torre y caminó penosamente por ese largo camino. Aún no se había curado, por lo que siguió con pasos vacilantes.

“…”

Mientras la miraba, apoyé mi cuerpo contra la pared. Puse mi mano sobre mi corazón mientras el eco de Deculein se esparcía por todo mi cuerpo.

“¿Qué ocurre?”

Entonces, escuché una voz de alguna parte. Cuando me di la vuelta, Epherene estaba parada allí.

“…le ayudaré.”

“…”

“¿No está aquí para investigar algo?”

“…”

“Soy Epherene, su asistente aprendiz.”

¿No vio ella su encuentro de hace un momento? ¿O estaba fingiendo que no lo había hecho? Dejé escapar un pequeño suspiro.

“¿Tienes tanto tiempo libre?”

“Oh, eso… ¡Honestamente! … No puedo hacerlo. ¿Cómo puedo entender las 30.000 páginas en un mes? Eso es imposible.”

“…”

“¿No es por eso que me lo diste?”

Caminé en silencio hacia la biblioteca subterránea. Entonces, Epherene lo siguió rápidamente. No me molesté en reducir la velocidad. Ni siquiera me molesté en mostrar que noté sus miradas de reojo una y otra vez.

…Tres horas más tarde.

“¿Son estos lo que quería?”

Epherene fue una ayuda moderada. No había nada más problemático que encontrar el libro que buscaba en la Biblioteca de la Torre Mágica, donde se encontraban esparcidos cientos de miles de libros.

“Sí.”

Ordené todo lo relacionado con la magia del espejo. El Espejo del Diablo también era un espejo, después de todo. Por lo tanto, sería útil comprender las propiedades de los espejos en su conjunto.

“¿Tengo que traerte algo más?”

“Esta vez, es el vidrio. Todo lo relacionado con el vidrio.”

“Sí, sí ~.”

Vidrio, vidrio, vidrio, vidrio. Epherene murmuró eso para sí misma y fue a buscar más libros mientras leía.

… Pasaron otras tres horas así. Cuando llegó la mañana:

“Profesor Deculein.”

Un Caballero Imperial que apareció de la nada en la biblioteca me llamó con voz solemne. Seguí leyendo sin prestarles atención.

“Profesor Deculein.”

“-¡¿Ugh?!”

La segunda llamada fue en una voz un poco más fuerte. Epherene, que había estado durmiendo en el escritorio, se despertó con un hilo de baba en la cara. Solo entonces volví a mirarlos.

“Esta es una llamada de Su Majestad la Emperatriz.”

 

*****

 

… Sophien se acostumbró a todo con facilidad. Fácil de aprender, fácil de dominar. Ni este mundo ni sus principios fueron tan difíciles. Podía descifrar la mayoría de ellos con solo un pequeño entrecerrar los ojos. Por eso, tenía la costumbre de no pensar demasiado profundamente. Cuanto más pensaba en ello, más problemático se volvía y más fácil se volvía.

“…”

Pero hoy, ella estaba tocando su espejo de mano, pensando en ‘eso’ después de mucho tiempo hasta que amaneció. Ahora estaba esperando a que llegara alguien, sentada en su dormitorio.

Toc, toc —

Sophien abrió la puerta con Psicoquinesis. Como era de esperar, Deculein estaba allí.

“Estás aquí. Adelante.”

“Sí.”

Deculein dio un paso hacia el dormitorio y sus sirvientes cerraron la puerta detrás de él.

“Siéntate.”

Sophien señaló un asiento junto a su cama. Deculein se sentó sin decir una palabra.

“…”

“…”

Sophien le sirvió café en una taza de té, y Deculein se sentó más derecho. Ahora parecía la personificación de la etiqueta.

“Deculein.”

“Sí.”

“Hoy, pensé un poco.”

Fue por Keiron. Keiron, las palabras de ese maldito bastardo la hicieron probar esta cosa traviesa llamada ‘pensar’.

“Pensando, encontré un recuerdo en el espejo. Para decirlo sin rodeos, es como encontrar un solo grano de arena específico en una playa de arena.”

Sophien miró a Deculein mientras sorbía su café.

“Un recuerdo lejano mío. Hubo un tipo descarado que se presentó a mí como profesor.”

Los ojos de Deculein estaban tan abiertos como siempre; por eso le gustaban. No se inclinó, no tuvo miedo y no estaba atado por nada, pero mostró su honestidad.

“Dijo que se quedaría conmigo y observaría mi proceso hasta el final, pero nunca regresó por segunda vez.”

Sophien dejó escapar un pequeño suspiro.

“Si él estuviera allí. Si tan solo hubiera venido según lo prometido.”

“…”

“Lo hubiera soportado.”

Deculein cerró los ojos por un momento y luego los abrió. Esa reacción fue suficiente.

“Keiron me dijo que rehaga el mundo.”

“…¿Lo hizo?”

“Sí. En ese mundo, yo no sabría nada, entonces él dijo que podía ser una nueva persona. Me olvidaría de todo el dolor por el que había pasado.”

“…”

“Fue una propuesta muy atractiva.”

Deculein escuchó en silencio.

“… El significado de Keiron es hipotético. La forma en que pensó en mí es conmovedora. Pero … si hago eso.”

Por alguna razón, ya entendía lo que Sophien quería decir.

“¿No es eso perder ante el demonio?”

Una sonrisa fría torció las comisuras de los labios de Sophien.

“No quiero perder. Con nadie.”

Luego ella miró su taza de café y la tranquila superficie reflejó a Sophien.

“Tu prometida, Julie, dijo que incluso esa respuesta incorrecta es su vida, mientras tú vives como si siempre estuvieras en lo correcto. Muchos otros en este mundo escriben sus respuestas además de ustedes dos.”

Sophien volvió a levantar la cabeza.

“No hay nadie que pueda cambiar una respuesta que ya ha sido entregada.”

“Eso es verdad.”

“Sí… Deculein. Ahora tengo sueño.”

Sus ojos se estaban cerrando lentamente. Era el precio por estar inmersa en sus pensamientos durante tanto tiempo.

“Ahora, cuando duerma, la puerta del sótano se abrirá.”

Sophien entrecerró los ojos. A través de ellos, el rostro de Deculein era visible. Un rostro frío que no parecía capaz de dormir en absoluto.

“Por favor. Como no había nadie vigilándome, estaba en agonía.”

Habló con franqueza.

“¿Podrías verme a mí y a mis innumerables muertes… en ese sótano? ¿Puedes quedarte en mi recuerdo …?”

Deculein respondió sin dudarlo. Él se aseguraría de hacerlo. Pero para Sophien, su tono ya era confuso. Lentamente, su conciencia estaba cayendo.

“Pueden ser decenas de años, o pueden ser cientos de años… ni siquiera yo sé qué tipo de vida llevé. Aun quieres segu…”

La voz de Deculein la alcanzó.

— Sí. Como prometí la última vez, acompañaré a Su Majestad en todos los procesos. Sin importar qué.

Una voz que se extendió como sumergida en agua.

— Y al final de eso, volveré aquí de nuevo.

Sin embargo, esas palabras siguieron con certeza.

— Me enfrentaré a Su Majestad.

Sophien respondió con un bostezo. Mientras dormía así, Deculein la miró en silencio y se puso de pie. Ahora era el momento de cumplir verdaderamente su promesa.