— ¿Crees que está muerto? No creí que el lobo divino fuera a caer con esto.
— Nosotros intervenimos lo más rápido que pudimos. Si él cae con algo así es que esperamos demasiado.
— Awwww….. Es una lástima, yo realmente quería ver qué hacía como aventurero imperial.
El cuerpo del lobo de He Yin estaba extendido en el suelo. Sin respirar y con todos sus órganos destrozados, un trance profundo de donde aún no había salido. Todo su cuerpo parecía apagarse poco a poco mientras que su majestuosa aura así como su calor estaba desapareciendo poco a poco.
El gastar un trozo de alma tiene consecuencias peligrosas para aquél que la ofrece. Intentar usar semejante fuerza en un límite de tiempo tan corto hizo que su cuerpo explotara por dentro liberando su flujo de poder hacia su anterior cuerpo.
Su alma, libre del cuerpo anterior, buscó su recipiente solo para encontrar que ya había sido utilizado. En casos así, el alma original expulsa a la invasora si no fuera porque el contenedor admitió al alma de He Yin en su cuerpo original.
El alma del lobo fue expulsada y almacenada dentro de la habilidad del nigromante.
Poco a poco, sus ojos se abrieron pesadamente. Sus dedos se movieron lentamente confirmando que él había vuelto.
— ¿Fue todo un sue-?
Un millón de pinchazos en su cabeza empezaron a confirmarle sus peores temores. Eso no había sido ningún sueño y ahora estaba empezando a confirmar todo lo que Idar le había contado en el vacío.
Las memorias y los conocimientos que Idar tenía fueron indudablemente pasados a He Yin. A pesar de esto, Idar no parecía haber dado ningún hechizo a He Yin bajo la premisa de “este poder es demasiado para un simple mortal” y solo un hechizo le fue desbloqueado.
En el futuro, él debería encontrar la manera de obtener el poder de Idar que permanecía latente en su alma impregnada por un guardián, el mismo guardián de la muerte que él era ahora mismo.
— ¡Mi…… cabeza…….!
Un bombardeo de información parecía atacar a He Yin. Todas las emociones que alguna vez el guardián almacenó en su corazón florecían en él. En pocos segundos, su rostro experimentó un abanico de estaciones.
Tristeza, ira, desesperación.
Un inmenso odio por todos los dioses y sus humanos. Algo enfermizo y psicópata por momentos.
Él aceptó esta misión con todo lo que eso conllevaba.
Aunque no lo hizo por ninguna bondad en su corazón y tampoco tenía intención de hacerlo gratuitamente. Si algo podía destacar a He Yin era su astucia y el saber adelantarse a los acontecimientos.
Esos enviados de los dioses se volverían un grano en el trasero tarde o temprano. Él sabía, excluyendo la parte de la historia que Idar le había contado, que esos enviados tarde o temprano vendrían a por él.
Su habilidad era algo que simplemente desafiaba a los cielos y, en contraposición, los cielos atacarían.
Cuando el dolor se hizo más llevadero y las emociones fueron absorbidas por su alma, desplegó lo que había obtenido de Idar.
— ….. ¿Esto es todo? Yo pensé que él me daría el poder de un guardián no esta estúpida habilidad.
Idar se olvidó de comentarle algo a He Yin. Su nivelado ahora era distinto al de los demás humanos y mortales del mundo.
Su sistema había sido modificado.
Su experiencia había sido completamente detenida y su nivel solo crecería a medida que sus no-muertos lo hicieran. Ahora, él dependía de sus esbirros como jamás.
A cambio, le dio una habilidad que no tenía descripción más allá de lo que leía. Una habilidad que subía de nivel con él.
— “Maestro de los no-muertos LV.1 huh…….”
— “¿Desbloquea vampiros? ¿Así que podré traer almas como otras cosas que no sean esqueletos, zombies y liches? Eso podría ser interesante. Mierda, sus requisitos son muy duros.”
Debía tener un nivel de alma de 10 además de tener 100 no muertos bajo su control. Él desplegó su ventana de estado y vio que ahora un número le indicaba cuántos muertos estaban bajo su poder.
— ¿71? Eso no son pocos. ¿Será que la influencia de Faith Regis está modificando los alrededores y levantando muertos de forma natural?
Los necrohumanos al morir eran automáticamente levantados como [aldeanos necróticos], una versión muerta del necrohumano. Eso significaba que su pueblo solo haría que crecer durante el tiempo en que él lo siguiera llevándolo.
Miró a su lado. Allí Syllia parecía descansar con total tranquilidad habiendo ignorado todo lo que había pasado a su alrededor. De verdad, aquella elfa tenía un sueño profundo.
— “¿Debería volver con esos dos? Creo que deberán pensar que he muerto. Tampoco puedo decirles quién soy. Algún día seremos enemigos, estaría bien ocultar mi truco escondido hasta que eso suceda.”
Su mente fluyó hacia algo que leyó antes. Ahora podía [crear] en vez de [producir] artículos de bajo grado. En su cabeza saltó la habilidad de alquimia e intentó crear una poción de curación de bajo grado.
La mano de He Yin brilló intensamente hasta que apareció un pequeño frasco con una poción de tonalidades carmesí y ligeramente púrpuras. La poción estaba allí, radiante y recién creada sin usar materiales.
Su maná había bajado hasta casi la mitad, por lo que vio que el crear objetos de la nada consumía una cantidad monstruosa de MP. Quizás para objetos de este tipo no sería útil pero si subía la habilidad con el tiempo quizás podría generar materiales preciosos sin requerir materiales.
La poción tenía un indicativo de “Mágico” en su etiqueta de nombre por haberse creado usando magia y no habiendo creado componentes adicionales.
Intentó crear otra pero su maná no se lo permitió. Inmediatamente al intentarlo, su cabeza dio muchos pinchazos. Parece que usaba la mitad del maná que el nigromante tenía en su momento y, si la cantidad ya era muy baja debido a la batalla anterior, esto empeoró los dolores mentales.
Mientras tanto, a algunos metros de allí los dos héroes santos buscaban a He Yin. Cuando él se fue de su cuerpo, el mismo se disolvió en una pasta negruzca de horribles colores a pesar de ser blanco y desapareció en una nube de humo rápidamente.
El cuerpo, al haber obtenido la suficiente eficiencia con su alma fue absorbido por ésta permitiendo que su habilidad de [Cambiaformas] admitiera un contenedor adicional. Actualmente, [Shapeshifter] permitía cambiar a lo que He Yin veía como [Yin Yang Wolf] y [Nigromante].
Los efectos cambiaban según su contenedor. En el cuerpo de [Nigromante], él no podría usar ataques físicos potenciados. Aunque He Yin tenía una armadura de hueso y algunas habilidades defensivas, su poder físico era prácticamente cero.
Cuando él arrancaba extremidades o mataba gente, era porque usaba las habilidades de hueso.
Si He Yin peleara sin habilidades, sería derrotado un millón de veces sin dudar.
En el cuerpo del [Yin Yang Wolf], él podría usar habilidades de potenciación física y sus habilidades mágicas de hueso se limitaban a ciertas partes, pero a cambio todos sus puntos de inteligencia serían puestos a la agilidad.
Un cuerpo mago y un cuerpo asesino silencioso, ¿no era eso hacer trampa?
Los dos miembros de los héroes santos habiendo visto esto rápidamente buscaron por los alrededores.
— ¡Yohoooo~! ¿Lobo divino? ¿Estás por ahí?
— Deberías dejar de gritar. Solo atraerás más bestias.
— ¡Huhhhh-! ¿No hemos terminado ya con el nido de demonios? ¡Además estamos buscando al lobo divino!
— ¿Eso no es un motivo para atraer más bestias?
— ¡Eres muy aburrido!
He Yin no parecía estar absorto en sus pensamientos y rápidamente notó la presencia de los dos héroes santos. Se colocó la capucha y se ajustó la tela que cubría su rostro dejando únicamente sus azules y brillantes ojos al descubierto sentándose al lado de Syllia.
Como si una epifanía sucediera, Syllia empezó por fin a abrir los ojos.
— Ma…. estro…… ¿Qué hora……?
He Yin le puso la mano en la boca rápidamente y con un SHHHHHHHHH la hizo callar. Syllia frunció el ceño y miró a todos lados alerta. Si su maestro reaccionaba así era claro que algo sucedía.
Pronto Syllia pudo escuchar las voces de los dos héroes santos.
— ¿Quiénes son esos maestro?
— ……Futuros enemigos. Intenta parecer cortés, ellos me conocen.
— ……¿Entonces vienen a por maestro?
— No. No todavía por lo menos. Ellos creen que soy Zest, un viejo loco que quiere unirse a los aventureros imperiales.
Syllia se recolocó antes de mirar al lugar por donde venían las voces. Cuando pasaron unos minutos, los dos grupos se encontraron.
— ¿Perdonad habéis visto a un-?
He Yin, cubierto de nuevo no pudo esconder sus ojos mucho tiempo. Pronto ambos miraron dieron un respingo y se sorprendieron.
— ¡Es el lobo divino en forma humana-! Yo te prefería en la forma de ani- ¡OWWWW! ¡¿POR QUÉ ME HAS GOLPEADO?!
— Pido disculpas. Mi compañera es estúpida.
Syllia quitó importancia. He Yin asintió levantándose y haciendo una pequeña reverencia a modo de saludo.
— ¿Así que el señor Zest tenía una forma humana? Estoy intrigado por saber qué persona se esconde detrás de semejante aparición. Por un momento creíamos que había perecido allí atrás.
La voz de He Yin en su contenedor humano era menos grave, pero igual de intimidante.
— Sí. Decidí desplazarme debido a que no quería dejar más tiempo a mi… compañera… Sí. Eso es.
Syllia , con una voz llena de hostilidad y desconfianza vio a los dos héroes santos. Ella ya sabía quiénes eran y guardaba cierta angustia hacia ellos. Los grandes protectores del mundo, los defensores de la justicia y la paz no hicieron nada cuando su pueblo fue arrasado y sus hermanos puestos con collares de esclavitud.
¿Cómo confiar en héroes que permiten atrocidades así?
He Yin, notando esta ira que fluía de ella como una aura que impregnaba el ambiente le tocó la cabeza y la acarició un par de veces. Esto hizo que reaccionara y ocultara ligeramente ese odio.
— Yo… Me llamo Me-
— Syl. Se llama Syl. Mi fiel compañera Syl. Sin ella yo estaría perdido. Mis heridas son curadas por ella además de que es una excelente arquera.
— ¿Syl……? ¡AH! Sí, por supuesto. Un ‘placer’ conoceros…
Karina sin dudarlo mucho alzó los brazos hacia el aire y con un grito sonriente respondió.
— ¡Kyaaaa-! ¡Qué nombre tan bonito! ¿¿Esta es tu esposa lobo divino?? ¡Tienes buen gusto!
Syllia puso una cara extraña al oír eso, se giró hacia He Yin y éste negó con la cabeza indicándole que ignorara sus tonterías.
Otro golpe fue oído acompañado de un “AWAWAWAWWWWW!”.
— Karina, ya basta. Disculpadla… Creo que llamarla idiota es bajar el nivel de los demás idiotas del mundo varios puntos. Ella es Karina, yo soy June. El placer es nuestro. ¿Les importa que nos sentemos aquí con vosotros?
He Yin extendió la mano ofreciendo espacio alrededor de la hoguera encendida. Pronto, los dos fueron abatidos por el olor del pescado frío de He Yin que cocinó algunas horas atrás.
El nigromante vio esto y torció los labios detrás de la tela.
— Parece que ambos habéis notado ese ligero aroma. Me temo que ahora está frío pero ¿gustaríais comer algo con nosotros? No tengo mucho que ofrecer pero quizás…
Cuando June iba a negar cortésmente, Karina sin ningún tipo de respeto ni vergüenza cogió el pedazo de pescado que había encima de la pequeña piedra puesta a modo de parrilla horas atrás ahora reposando en el suelo y comió.
Sus ojos se abrieron de par en par.
— Esto………
— ¿….?
— Esto……………………..
— ¡Si tienes que decir algo, dilo idiota!
— ¡¡EEEeEEeeSsSSSSsTTOoOoOoOOOO……….!!
En pocos segundos, devoró uno de los [Pez de aura brillante cocinados] que habían cocinado anteriormente.
— ¡¡¡¡ESTO ES DELICIOSO!!!! La textura del pescado bien cocinado… Su cremosidad es innigualable… ¡Yo soy una princesa y jamás había probado una comida tan bien preparada! La calidad del pescado también es buena.
June con curiosidad probó un poco. A pesar de ser alguien sin expresividad, la comida era uno de sus puntos débiles.
Al probar otro de los pescados, sus cejas formaron un arco de sorpresa mientras masticaba poco a poco la carne del pescado que iba fileteándose con una suavidad sorprendente.
— ……Esto está excelente. No, es más que excelente… ¿No podría servirse en el castillo del imperio?
Ambos miraron a He Yin esperando respuestas.
Syllia suspiró. Ella no había tenido una reacción tan exagerada la primera vez pero entendía una parte de esa reacción. La comida de He Yin era excelente a pesar de tener un grado bajo.
— Me alegra saber que mi cocina es agradable.
— ……¿Esto ha sido preparado por usted, señor Zest?
— Así es. Durante mis viajes he tenido que hacer comida con condiciones muy pobres así que supongo que he aprendido uno o dos trucos.
Cuando He Yin cogió un pequeño trozo y lo puso en su boca, una explosión de sabor emergió. Él no tenía gusto, tampoco sentía dolor ni placer, sus emociones habían desaparecido pero por algún motivo, aquello podía saborearlo.
Él mismo quedó en shock al recibir semejante comida gourmet en sus labios.
Parece que Idar no solo le había dejado cosas inútiles.
— Yo…. Admito que este pescado me ha quedado bien.
— ¿La señorita Syl no tomará nada?
Syllia sonrió débilmente negando. Ella había comido unas horas atrás así que no tenía el estómago para comer algo más.
He Yin entonces pensó algo rápidamente.
Mentalmente abrió la interfaz de cocina.
Imaginó un buscador y apareció. Empezó a buscar una receta en concreto. Todas las que aparecían eran de grado bajo-medio o superior así que no le servía. Pero entre todas las opciones, apareció lo que él quería.
— “Cupcakes. ¿Funcionará…..?”
Su mano brilló un poco y después de unos dolorosos pinchazos en su cabeza, apareció una bandeja de madera con un total de cuatro Cupcakes.
Eran simples, estaban adornados con algunas estrellitas de chocolates varios y una crema de colores blanco y amarilla hacía serpentinas por la parte de los bordes. Visualmente parecía impresionante. He Yin inspeccionó rápidamente eso.
La cantidad de maná recuperada era muy inferior a la usada en la fabricación de los Cupcakes, así que no podía burlar al sistema creando maná infinito mediante comidas. Aunque pudiera, él tampoco creía poder comerse tantos Cupcakes.
— “¿Grado 3 y es considerado un ítem de bajo grado? Definitivamente tengo cosas interesantes ahí.”
Todos, incluida Syllia miraron sorprendidos los Cupcakes. No habían visto nada parecido jamás e indudablemente tampoco lo habían probado.
— ……¿Podría explicar el señor Zest cómo hizo eso?
— Ah…. Secretos del oficio. Tanto tiempo cocinando me permite guardar la comida en un pequeño inventario para permitirme evitar que se eche a perder.
— No sabía de ninguna habilidad que permita guardar objetos en inventarios. Definitivamente es interesante.
He Yin ofreció los Cupcakes. Todos cogieron uno y sin esperar mucho dieron un mordisco.
— ¡¡¡Es duuuuuuuuuuulce!!!
— Oh…. Hacía tanto tiempo que no probaba el dulce…. Hermana seguro que querría probar esto… – dijo Syllia sin darse cuenta de que lo decía en voz alta.
— Esto está incluso más delicioso. ¿Es el señor Zest un cocinero de alta gamma?
He Yin negó sin entender mucho eso. Cuando lo probó, él notó que el sabor estaba bien pero tampoco lo podía considerar algo excelente. Parece que el crear objetos con magia no le daba el toque humano.
— ¡¡¡Lobo divino debe darme la receta para mis cocineros!!! ¿Cuántas monedas de oro quiere? ¿Mil? ¿Dos mil?
He Yin sonrió difícilmente. Las princesas seguro eran caprichosas.
— Ehhhh….. ¿Lo pensaré? Por el momento deberíamos descansar lo que podamos. Mañana nosotros iremos al imperio santo. ¿Cómo se llama su capital?
— Imperio santo.
— No ya, quería saber el nomb-
— Imperio santo.
— ….
— Le dijo al señor Zest que el nombre de la capital del reino santo es el imperio santo.
— …. ¿No es un nombre un poco ridículo?
— Yo no veo que sea ridículo. ¿Por qué lo dice?
— …. Dejémoslo aquí.
— Nosotros os acompañaremos. Tenemos el mismo trayecto, debería estar a pocas horas caminando debido a que usaremos algunas balizas de teletransporte de uso privado.
Las balizas de teletransporte eran pergaminos que llevaban de un lugar a otro a todo lo que hubiera en un círculo formado previamente en el suelo. Estos hechizos eran terriblemente caros ya que podían desplazar sin dificultad a todo lo que necesitaran de una punta a otro del imperio.
Claro está, estos hechizos eran caros para prevenir ataques enemigos y los que permitían el acceso a estos pergaminos eran controlados muy de cerca.
— Eso sería genial, grac-
— Pero el señor Zest debe hacerme un favor.
— ….
— Prométame que me dará más de estas….
— Cupcakes.
— Más de estas ‘clubcakes’. Además, hemos de hablar con alguien así que querríamos que nos acompañara para que el imperio agradeciera su colaboración.
— No creo que-
— Si se niega no le permitiremos venir con nosotros usando la baliza.
— ….Acepto entonces.
— Bien, es una promesa entonces.