He Yin podía ver su mundo totalmente gris. Solo veía una sofocante oscuridad allí donde miraba. Era inmensa y engullía toda luz que parecía intentar brillar.
Pesadillas como esta tuvo una vez tiempo atrás cuando Asa ocupó su cuerpo durante la batalla de Black Raven. Él había olvidado esa horrible pesadilla que ahora mismo estaba volviendo a atormentarle.
Solo que esta vez no había nada ni nadie que le gritara. No había dolor, tampoco había sufrimiento.
Una sensación de libertad.
Mientras pensaba esto, sus ojos divisaron a la lejanía dos pequeñas cajas. Una era de madera de un color más o menos neutro que parecía estar cerrada con un cerrojo muy viejo.
La otra caja era de un color oro brillante. Tenía incrustaciones de gemas preciosas en la base y también en la tapa además de unas runas llamativas que se movían lentamente.
El primer instinto de He Yin fue abrir la caja de colores llamativos que para su desgracia, tenía varios mecanismos de cierre modernos.
Uno de ellos parecía un código de 3 dígitos que tenía que desplazar en un candado, otro parecía una llave y otro…
…tenía una extraña forma de corazón.
No teniendo ninguno de estos tres componentes él simplemente decidió dejar esa caja a un lado.
Las dos levitaban a un metro del suelo y una brisa refrescante creaba un pequeño remolino de alivio cerca de ellos.
Sus manos pronto se posaron encima de la caja de madera de color neutro. Las yemas de sus dedos acariciaban los bordes con suavidad notando una sensación de paz y tranquilidad.
Algo que él había olvidado tiempo atrás.
Sollozó con nostalgia recordando algunas cosas de su mundo. Aunque no tenía mucho, lo poco que tenía lo recordaba con algo de cariño perdido. A pesar de todo esto, He Yin no deseaba volver.
No había nada en su mundo que pudiera interesarle, pero aquí tenía una misión. Un objetivo que podría cumplir sin depender de nadie.
Una misión que cumpliría, y lo conseguiría con el fruto de su propio poder.
Mientras esto sucedía en su mente, abrió con cautela la caja con un tirón de la tapa hasta que el cerrojo simplemente se rompió por el mal estado.
Dentro de la caja, envuelto en una tela de colores blancos podía encontrar un corazón humano.
Completamente rojo él seguía latiendo con un sonido como *THUMP THUMP* mientras parecía ignorar la presencia del nigromante.
Como si algo dentro de sí se lo dijera, su primer instinto fue el de tocar aquél corazón. Cuando sus dedos rozaron la capa exterior del órgano, el corazón empezó a latir descontroladamente como si sufriera un ataque.
He Yin, asustado, dejó de tocar el corazón pero eso no evitó que el pequeño corazón siguiera latiendo peligrosamente rápido.
Es como si se hubiera asustado. Como si hubiera contemplado a la muerte a los ojos y ella le hubiera respondido.
Como si fuera cosa del destino, detrás de He Yin salió una figura ennegrecida de él mismo con una sonrisa de oreja a oreja.
— Bienvenido.
He Yin se sobresaltó y cayó con el trasero en el suelo liso y negro.
— Yo…. Gracias.
— ¿Hermoso verdad? Es un regalo.
— ¿Quién regalaría un corazón?
La figura de He Yin ennegrecida y de oscura aura caminó con las manos en la espalda mientras sus ojos se fijaban en la caja ahora abierta con el corazón latiendo peligrosamente rápido.
Las manos del He Yin oscuro tocaron el corazón que poco a poco se calmaba y volvía a su latido normal.
— Yo no sé qué pasó. Solo lo toqué y empezó a hacer eso.
— Lo sé. Te creo.
— ……….
El He Yin oscuro ahora sujetó el corazón en sus manos y lo levantó de su caja con su envoltorio de seda blanca cubriéndolo como si fuera un embalaje.
— El alma humana es muy interesante. Puede permanecer cerca de alguien incluso después de la muerte. ¿Incluso podríamos decir que si el alma es lo suficientemente fuerte ella volverá de una forma u otra?
— ……… ¿Qué intentas decirme?
— Yo no intento decir nada. Siempre me ha resultado interesante el saber cómo funcionan las almas humanas. Tienen un poder tan poco reconocido que avergonzaría a los propios dioses.
— ……….
— Ellos son de ese tipo de personas que piensan cosas como “¡te destruiré un millón de veces y luego haré que tu cuerpo se regenere para seguir destruyéndote!”.
— ¿Ese tipo de personas son?
— ¿Puede ser? ¿Me pregunto?
El He Yin oscuro dejó el corazón de nuevo en su caja mientras volvía a poner sus manos detrás de su espalda y miraba al joven nigromante.
— Adelante, te responderé tres preguntas. Tienes cara de necesitar respuestas.
— …………… ¿Solo tres? Huh, ¿no es eso muy poco?
— ¿Órdenes de arriba supongo?
— ¿De arriba? ¿Para quién trabajas…? ¿Qué es este sitio….? ¿Dónde estoy-?
— Hm….
El He Yin oscuro chasqueó sus dedos y de la nada, una silla con formas espeluznantes formados por huesos de varios animales y criaturas que gritaban de agonía salió. Se sentó e invocó otra para el invitado.
— ¿Gustas?
— Yo….. Creo que prefiero estar así gracias.
Con otro chasquido, la silla invocada para su invitado desapareció solo quedando la del He Yin oscuro.
— Sugeriría al invitado que eligiera bien sus preguntas. Después de este momento no nos volveremos a ver más.
— ……..
He Yin realmente miró a su alrededor. Después de unos segundos en el que el He Yin oscuro sonreía de forma enigmática lanzó su primera pregunta.
— ¿Qué es este lugar?
— Es una mala pregunta, pero te responderé. Unas religiones lo llaman el [Limbo] otras, lo llaman el [Infierno]. ¿Yo? Prefiero llamarlo [el Vacío], la nada y el absoluto a la vez. Aquí es donde las almas que no consiguieron pasar a ningún lado vagan por toda la eternidad.
— Entonces……..
— No debes preocuparte, tú no has muerto. De hecho, ¿me pregunto si puedes morir siquiera? Te traje aquí, una vez terminemos podrás volver.
— …………..Sabes mucho sobre mí.
— Ser desterrado por toda la eternidad puede resultar algo muy aburrido. Por eso disfruto de tu compañía, no he hablado con nadie en mucho tiempo.
— Pero te pareces a……..
— ¿A alguien que conoces? Sí, yo no tengo una forma física así que la gente suele ver reflejado a su mayor miedo.
— ……….
— Bien, ¿segunda pregunta?
He Yin cayó en un profundo caos mental buscando qué pregunta sería la correcta. Según esa persona, él había hecho la primera pregunta incorrecta. Aunque también quería saber algunas cosas así que optó por satisfacer su curiosidad.
— Yo…. Quiero saber sobre mi poder.
El He Yin oscuro realmente puso una mueca extraña. Segundos después explotó a reír a carcajada limpia como si fuera el mejor chiste que hubiera escuchado en mucho tiempo. Después de quitarse las lágrimas por la risa, se disculpó.
— Lo- lo siento. Esa pregunta admito que no la esperaba. Esperaba cosas como “¿podré volver? ¿podré hacer que ella vuelva?” y cosas así.
— ……….Tú ya me dijiste que volvería y no necesito saber si puedo hacer que Xie Jian vuelva. Yo haré que eso suceda.
Una sonrisa extraña de satisfacción cruzó el rostro del He Yin oscuro.
— Me gusta esa resolución. No hay duda de porqué tienes mi poder divino. Bien, responderé tu pregunta.
El hombre chasqueó de nuevo los dedos y la silla desapareció dejando solo un agujero que creaba pequeños remolinos de color azul celeste en él.
— Para responder esa pregunta debemos volvernos atrás. Miles de años atrás en el tiempo.
La mente de He Yin empezó a removerse como si estuviera sufriendo visiones. Era como una película directamente en su cabeza.
— “Miles de años atrás en el tiempo, el tiempo fue custodiado por cuatro grandes guardianes. Los [guardianes del tiempo] eran [Yara, guardiana de la vida], [Idar, guardián de la muerte], [Nogrus, guardián del tiempo] y [Xenia, guardiana de los mundos]. Su misión era simple: mantener el equilibrio entre el fino hilo que mantiene la realidad y los mundos unidos.”
Podía ver cuatro figuras ensombrecidas mientras esto se iba diciendo. Sentados en algo así como una versión celestial del [Vacío] totalmente cubierto por una neblina de colores vivos.
— “Como puedes haber comprobado al venir a este mundo, tu mundo no es el único que existe. Hay una infinidad de realidades y mundos de distinto tipo. Este mundo donde estamos ahora fue el mundo original.”
— “Cierto día, los guardianes legaron sus responsabilidades y decidieron que los mundos podían cuidarse por sí mismos. Los guardianes solo ofreceríamos un poco de ayuda si la cosa iba mal. Así, el mundo original prosperó hasta ser una creación de magia como la que conoces.”
— “Pero, como en toda historia, existe una oveja negra. El guardián de la muerte, Idar decidió que solo dejar que los mundos se controlaran por sí mismos era una pérdida de tiempo. Él defendía que tarde o temprano, esos mundos se revelarían y conseguirían una forma de derrotar a los guardianes.”
— “Como respuesta a sus incomodidades, se crearon siervos fieles de los guardianes y se les llamaron [dioses]. Figuras creadas por una pequeña parte de nuestro poder que vigilaran la paz del mundo original. Aunque Idar se negó a esta idea, fueron creados de todas formas.”
— “Estos dioses pasaban mucho tiempo viendo al mundo original. Tanto fue su devoción hacia su misión, que decidieron ayudar demasiado a ese mundo dando poderes prohibidos. Eligieron criaturas que llevaran sus mensajes al mundo y así tener un control directo de las naciones que estas criaturas habían creado.”
— “Todos los guardianes habían ignorado esto. Ellos ya no estaban interesados en custodiar nada, ¿podríamos decir que ellos se aburrieron de no ver nada interesante allí?”
— “El guardián de la muerte Idar decidió detener esto y poner un límite. Él era partidario de tener un control directo del mundo original pero los dioses, avariciosos de poder traicionaron a Idar. Con el poder de todos los dioses unidos, derrocaron al guardián de la muerte Idar y lo condenaron a una eternidad en el Vacío.”
— “Los dioses, sabiendo que esto provocaría una alteración en el hilo de la realidad, desviaron la gestión de la muerte a un sistema automático gestionado por ellos. Su “creación” podía decidir qué alma había sido pura y qué alma merecía un castigo. Al tener control sobre las almas, ellos ganaron un poder más allá de su comprensión.”
— “Como puedes intuir, al ver que algo así había sucedido los demás guardianes se alertaron y decidieron actuar. Pero, con el poder de Idar, el guardián de la muerte, no importaba las veces que los guardianes trataron de impedir esto.”
— “Una cruel guerra estalló. Los fieles siervos se habían vuelto locos de poder y habían decidido que los guardianes eran innecesarios. Tras miles de años de guerra, Yara fue derrotada. Sin el guardián de la muerte ni la guardiana de la vida, era solo tiempo hasta que los otros dos guardianes fueran derrotados.”
— “Tiempo después, Nogrus fue también derrotado. Xenia, asustada de que el poder de los dioses había superado sus expectativas, huyó de esa guerra y fue considerada fugada. No se sabe cómo, pero se cree que Xenia sigue escondida esperando el momento de actuar. Todos los dioses substituyeron a los guardianes por un tipo de máquinas que hacían su trabajo.”
— “Aunque pueda parecer una idea aceptable, una máquina jamás tendrá el componente que un guardián puede darle. Un alma no es blanca o negra, también puede ser gris si él decidió redimirse. Pero esa máquina solo verá un alma negra sin importar su redención.”
— “Entonces fue cuando te encontré. Aún en esta prisión, soy capaz de usar una parte de mis poderes pero no puedo escapar. Vi tu historia, vi tu resolución, tus ganas por cambiar las cosas. Tú fuiste despreciado, tratado como basura. He podido ver tus pensamientos y he podido sentir lo que tú has sentido.”
La visión cesó de repente y He Yin se arrodilló en el suelo intentando asimilar toda la información respirando pesadamente. El He Yin oscuro torció sus labios de una forma simpática y le puso una mano en el hombro.
— Tú eres ahora, el recipiente de mi poder. Claro está, tienes que aprender a manejar la fuerza. Cuando emplees todo mi poder, serás capaz de manejar las almas a tu placer. Si creías que traer almas a cuerpos muertos es tu poder todavía no has visto todas las posibilidades.
— ……….
— El tiempo se agota. Una vez salgas de aquí, te daré lo que queda de mí. Yo desapareceré de esta existencia y me reuniré con mis compañeros en algún lugar, ¿me pregunto si habrá un cielo para los guardianes? Bueno, no importa, si eso existiera posiblemente yo no iré allí.
— ………..
— ¿Oh? ¿No estarás poniéndote triste? Debes saber que [Un guardián carece de sentimientos] por lo que no deberías poder sentir ninguna emoción lejos de…
El He Yin oscuro retiró una mano y de una forma sombría su tono de voz se volvió más agudo y tétrico.
— Escucha chico. Hay una última cosa.
— ¿Qué es?
— Llevo tanto tiempo aquí que mi esperanza se transformó en odio. Enfermizo y repugnante que debía mover a algún lugar. Durante muchos miles de años ese odio tomó forma y se impregnó en mi alma. Tú fuiste el rayo de esperanza que golpeó mi oscuridad pero hay una cosa con la que debes tener cuidado.
— ……
— Ese odio también es una parte de mí y, como tal, también lo es de ti ahora. Si permites que [el odio te domine, él ganará]. Si el odio gana, podrás desatar todo mi poder pero a cambio perderás un fragmento de tu alma.
He Yin oscuro se levantó de su silla y recogió de nuevo el corazón envuelto en sábanas blancas. Después se dirigió al otro cofre y acariciando la caja esta se abrió sin dificultad. En su interior, un forrado de algún material suave de colores rojos mantenía oculto un corazón negro grotesco.
Chorreaba un líquido negro que se deshacía en contacto con los bordes del cofre. Sus venas palpitaban desagradablemente y su sonido mientras bombeaba parecía recordar a un insecto siendo aplastado y gritando de dolor.
— El odio es una interesante arma de doble filo…
He Yin acercó el corazón rojo hacia el negro. El corazón negro extendió dos manos oscuras como las que él recordó y se aferraron al corazón rojo que empezó a bombear rápidamente de nuevo. Las manos de un material parecido a una neblina negra se introducieron dentro de él y empezaron a corromperlo haciendo que el color rojo y alegre poco a poco se marchitara en un carmesí apagado.
— Cada vez que tú liberas un fragmento de tu alma, pierdes una parte de ti. Si decides optar por este camino, recuerda que no hay vuelta atrás. Toda alma humana se compone de tres partes. Tú ya has perdido dos fragmentos, ten mucho cuidado con lo que haces.
— … ¿Y qué sucede si pierdo el último fragmento de mi alma….?
He Yin oscuro rió de nuevo.
— Esa es, sin duda, la pregunta correcta.
A medida que el corazón rojo se marchitaba, empezaban a brotar venas oscuras y a volverse una bola de carne amorfa como el corazón oscuro hasta que eran casi iguales.
— Si el odio te domina, tú ya no serás capaz de sentir nada nunca más. Odio será tu camino y por él vivirás. Venganza y destrucción, la sensación de poder…
— Ya….. veo.
— ¿Aceptarás esta responsabilidad? Bueno, a decir verdad, no es como si tuvieras elección ¿cierto?
— …..
Si He Yin simplemente rechazaba esta misión, su alma dejaría de existir. Sin el poder de Idar, él moriría. Con una mano extendida, el He Yin oscuro dejó ese corazón ahora putrefacto en la mano del joven nigromante.
— Este era tu regalo. Yo ahora te lo devuelvo. Cuida bien de tu último fragmento de alma y solo úsalo cuando realmente sepas las consecuencias de tus actos.
He Yin notó cómo ese corazón oscuro se fundía en su mano y volvía a su cuerpo donde perteneció en un principio. No estaba tan marchitado como en un principio pero era producto de lo corrompida que su alma ya estaba por haber usado los dos fragmentos de alma en Black Raven y en el modo frenesí de furia hacía minutos atrás.
— …..¿Los apreciabas? ¿A tus compañeros?
Idar sonrió melancólicamente.
— Los extraño mucho. Espero algún día reunirme con ellos donde quiera que estén.
— ….. Cumpliré tu misión. Además, si eso que dices es cierto, ellos vendrán por mí ¿no?
Idar asintió mientras una puerta se formaba en el eterno vacío. Aquella puerta tenía patrones de runas rojas y negras girando dentro de sí misma.
— La tranquilidad no estará contigo mucho tiempo. Con el tiempo, cuando tú despiertes todo mi poder su máquina dejará de funcionar. Si el guardián de la muerte vuelve, su máquina no tendrá poder en este mundo. Ese será el momento donde ellos intervendrán directamente. Por el momento, confórmate con esperar que sus enviados vengan por ti.
— ¿Quiénes son?
Idar sonrió de forma extraña y enseñó sus dientes en el proceso.
— Creo que tú ya conoces la respuesta a esa pregunta.
Antes de cruzar la puerta, dejó unas últimas palabras.
— Yo, Idar, por el siguiente vínculo sentencio que tú, He Yin, serás el [segundo guardián de la muerte]. Poco a poco irás despertando esa fuerza. Mucha suerte, chico. La vas a necesitar.
— ¡Esper-!
Entonces él entró por la puerta y desapareció como si nunca hubiera existido. El corazón que había estado en la caja de patrones dorados con gemas pronto se marchitó volviéndose polvo haciendo que la caja dejara de flotar y cayera en el suelo inerte.
— …
Parece que él tendría compañía tarde o temprano.