Capitulo 7 – Eighty Six – Un hurra de mierda por el escuadrón Spear Head

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Ese día, hubo muchas Ovejas Negras luchando, y después de que la batalla terminó, Lena exhaló un suspiro, haciendo todo lo posible por soportar el disgusto que sentía.

Su Para-RAID no estaba desconectado, y Crenna al otro lado de repente habló. La batalla había terminado, y los otros Procesadores ya se habían desconectado, a excepción de ella.

— Si no puedes soportarlo, puedes desconectarte, sabes.

Su voz era tan indiferente, sin preocupaciones.

— No importa si nos estás vigilando. Nada sucederá incluso si no nos comandas. Nadie puede verte de todos modos, y es molesto verte sufrir cuando estamos en la batalla, ¿lo entiendes?

Lena no podía enfadarse, ya que ella tenía razón. Sin embargo, Lena se complació de recibir estas palabras.

Entonces, de repente pensó en algo, y preguntó:

— ¿No te duele a tí y al resto…?

No había forma de que Crenna y los demás pudieran desconectarse del Para-RAID solo porque estuvieran sufriendo. La habilidad de Shin podía detectar con precisión la ubicación y el número del enemigo, y era un valioso tesoro de información en batalla.

Crenna luego se encogió de hombros.

— No, ya estamos acostumbrados. Incluso sin Shin, nosotros, los procesadores, ya estamos demasiado acostumbrados a escuchar los gritos de los que se enfrentan a su desaparición.

Su tono era tan tranquilo como siempre, pero Lena podía sentir un poco de titubeo. No era una emoción de miedo, ira, arrepentimiento o remordimiento, sino una emoción más oscura que eso.

— Estallar en pedazos junto con la unidad es una buena forma de morir. Todo el mundo está acostumbrado a ver extremidades volando, cerebros explotando, cuerpos quemándose, órganos saliendo por vientres abiertos, y la gente sintiendo tanto dolor que prefieren morirse más rápido que sobrevivir mientras gritan, hasta que al final simplemente mueren. Comparado con eso, las voces no son nada.

Detrás de esa voz calmada estaban las lágrimas y la amargura que soportó.

Lena podía sentir a la chica en el lejano campo de batalla frunciendo los labios. Sus dientes apretados sonaban.

— Lo mismo pasa aquí, en esta Primera Zona de Batalla… una o dos muertes no nos resultan extrañas.

— …Sí.

De los 24 miembros desde el comienzo, uno había muerto hace dos días, y quedaban trece de ellos en este momento.

 

Raiden arrojó la radio rota que nunca podría ser reparada en el horno de reformación de la fábrica automatizada.

Como de costumbre, algunas caras familiares permanecían en la habitación cuando Lena se conectó de repente a través de Para-RAID.

— Buenas noches.

Una vez que ella los saludó, respondieron.

— Anota eso, Comandante… solo hay unos imbéciles aquí, así que ten paciencia con nosotros.

La chica del otro lado parecía haber inclinado la cabeza en confusión.

Era de esperar que se sintiera de esta manera. Todas las noches, el primero en responder siempre era Shin, y no Raiden.

— … Erm, ¿pasó algo con el Capitán Nouzen?

Seo, sosteniendo el cuaderno de dibujos, resopló,

— ¿No te parece una molestia esas condecoraciones, Comandante Millizé? Sabes que nuestros rangos son solo una fachada, ¿verdad?

El comandante del escuadrón era clasificado como Capitán, seguido por el Vice comandante y los líderes de escuadrón, y finalmente los miembros del escuadrón, los últimos oficiales en la clasificación. Esto era solo para definir claramente una jerarquía dentro de los rangos, pero no había diferencias en el trato o autorización garantizada. Los procesadores en este escuadrón tenían nombres clave personales, y la mayoría de ellos eran heredados de sus antiguos comandantes o vice-comandantes, que fueron relevados de capitanes y tenientes a tenientes segundos o suboficiales.

Sin embargo, Lena respondió con claridad.

Raiden se divertía ligeramente al ver que la chica se volvía un poco más abierta, en comparación con lo tentativa que era antes.

— ¿Y acaso ustedes no me han dejado de llamar Comandante, teniente Shuga y teniente segundo Lica? ¿Hay algún problema al dirigirme a ustedes de la misma manera?

—… Tienes razón.

Seo no tenía nada que decir y sonrió irónicamente.

Lena era sutil. Aunque ella lo había dicho, ninguno de ellos se había referido a ella como tal. Era probable que se dieran cuenta de la barrera que los separaba, y Lena tuvo que dirigirse a ellos como sus subordinados, de una manera desconocida.

Aunque conversaban, no estaban en la etapa en la que podían dirigirse unos a otros por nombres personales. Si ella actuara tan amistosamente con ellos, terminaría resaltando el hecho de que ella era una de los opresores, y esa era una delgada línea que nunca se cruzaría.

—… Entonces, eh, ¿y el Capitán Nouzen? ¿Le pasó algo durante la batalla de hoy?

— Ahh, no.

Raiden miró hacia la pared que aislaba la habitación contigua.

Todos, aparte de Crenna y Ange, estaban reunidos esta noche, pasando el rato como quisieran. Sin embargo, no estaban reunidos en la habitación de Shin, sino en la de Raiden.

El otro lado de la delgada pared era extremadamente silencioso, sin un solo movimiento que se pudiera escuchar.

— Está durmiendo. Debe estar cansado.

Shin comenzó a sentirse somnoliento cuando estaban cenando, y ya se encontraba durmiendo profundamente cuando Raiden, quien estaba de servicio, había terminado de limpiar y revisar su habitación. El gatito junto a él ronroneaba tristemente, por lo que Raiden lo sacó y colocó una manta sobre Shin. Era probable que este último solo se despertara al día siguiente.

Durante los tres años en que Raiden conoció a Shin, tal situación ocurría de vez en cuando. Aunque dijo que estaba acostumbrado, era agotador escuchar las voces de las 24 horas del día.

Raiden y los demás, con sus Para-RAID configurados al mínimo, no escucharían esas voces. Nadie podía comprender en qué clase de mundo vivía Shinn. Una vez, solo una vez, Shin se sincronizó con un ex-Handler a la frecuencia más alta, y ese Handler acabó suicidándose. Este último deliberadamente había estado dando información y órdenes erróneas, dejando que los Procesadores murieran en vano, y se deleitaba con ello, lo que resultó en que un novato, quien acababa de ser asignado, fuera sacrificado en medio de la confusión. Shin estaba molesto por las acciones del Handler, y durante la siguiente batalla, configuró el Para-RAID al máximo nivel, sincronizaándose él solo con el Handler. Este Handler nunca volvió a sincronizarse con ellos, y al día siguiente, recibieron un informe de un mensajero, afirmando que el Handler se había suicidado.

Shin vivía en un mundo lleno de voces, y recientemente, el escuadrón Spear Head había estado aún más frustrado.

— … Supongo que todos, incluido el Capitán, han estado cada vez más estresados ​​de muchas formas… nunca pensaron que tendríamos más caídos en combate…

— …Sí.

Lena se lamentó, y Raiden asintió. Shin no era el único, ya que todos los demás habían estado claramente cansados ​​durante las batallas recientes, y estaban en sus límites.

Desde la creación del escuadrón, hubo 11 caídos en combate, casi la mitad del número asignado al principio. Típicamente, este Escuadrón debería considerarse incapaz de luchar, y tendría que ser reestructurado. La frecuencia de los ataques, junto con la cantidad, no había cambiado en lo más mínimo, por lo cual la responsabilidad de cada miembro en la batalla había aumentado. El número de enemigos era más de los que podían soportar, y la fatiga resultante resultó en lapsus de errores, e incremento en el número de bajas.

Sin embargo, no hubo refuerzos, e incluso las vacantes del trío que murió en febrero, incluyendo a Kujo, no habían sido reemplazadas. La voz de Lena se volvió rígida, como si estuviera frunciendo los labios.

— Agilizaré la solicitud y haré que los superiores prioricen los refuerzos aquí.

Haruto miró a Raiden, y este último soltó un suspiro.

— Ahh… está bien.

— Este Escuadrón está a cargo de defender las bases más críticas, y tiene el privilegio de ser reforzado. Pediré refuerzos a los escuadrones de los alrededores… así que por favor esperen.

—… Sí.

Él asintió con la cabeza de una manera ambigua, y por el borde de su ojo, pudo ver a Haruto y Seo encogiéndose de hombros.

 

—… Oye, Ange.

Crenna y Ange eran las únicas en las duchas.

Ange estaba lavando su largo cabello plateado, y Crenna estaba vertiendo agua tibia sobre su cabeza.

— ¿Qué pasa?

— ¿No debería ser hora de decírselo a esa chica?

Por alguna razón, Ange le mostraba a Crenna una mirada eufórica.

— ¿Oh, estás preocupada por la Comandante?

— ¿Qué?

Ella negó frenéticamente con la cabeza. ¿¡Qué acaba de decir!?

— ¡Para nada! ¡¿P-Por qué debería estar preocupada por esa chica?!… Es solo que, al ver como no le tiene miedo a Shin, solo pensé que estaba bien decírselo. Eso era todo.

Crenna frunció los labios, haciendo muecas.

Odiaba a Lena y como esta última siempre decía palabras tan nauseabundamente bonitas. Sin embargo, Lena nunca pensó en los preciosos compañeros de escuadrón de Crenna como monstruos, lo cual no era algo para dar por hecho.

— Supongo que nadie lo ha dicho. Ni Shin, ni Raiden… Si lo hiciéramos, esa chica probablemente nunca volvería a contactarnos. Es lo mejor para ambas.

— Creo que… Kaie una vez dijo eso…

No eres una mala persona. No deberías preocuparte por nosotros.

— Pero es por eso que Shin y Raiden no han dicho nada. Probablemente piensan que decirlo solo perjudicará a ambas partes.

—…

Kaie ya no estaba.

Esta chica pequeña siempre estaba angustiada por su cuerpo plano cada vez que se duchaban, y siempre los demás se reían de eso. Se había ido esa chica que era tan obediente como un gatito, junto con todas sus amigas con las que siempre discutía con entusiasmo temas que los chicos nunca deberían escuchar.

En este punto, solo ellas dos permanecían. De las seis mujeres en el escuadrón, solo Crenna y Ange perduraron, todas los demás habían muerto.

De repente, a Crenna recordó algo y alzó la cabeza hacia Ange.

— Oye, Ange.

¿Qué?

— … ¿De verdad estás bien?

Las manos de Ange dejaron de lavar su cabello, y se encogió de hombros.

Había pasado más de un año desde que se conocieron, pero era la primera vez que Ange se duchaba con ella. Antes de esto, Ange nunca se desnudó frente a nadie, ni siquiera con sus compañeras de escuadrón.

— Sí, creo que está bien ahora. Como solo somos dos, no hay nada que ocultar.

Su piel permanecía excepcionalmente blanca como las perlas, incluso con el vapor. Pero había cicatrices de varios tamaños en todo su cuerpo, y en este aspecto, ella no era diferente de Crenna. Sin embargo, la espalda de Ange claramente tenía muchas más cicatrices brillantes que no fueron causadas en la batalla.

Crenna podía ver cicatrices en forma de palabras entre los espacios de su largo cabello, y apresuradamente miró a un lado. Podía ver vagamente las palabras «Hija de perra» aunque Ange era casi una Alba de sangre pura, uno de sus antepasados ​​tenía un linaje Celesta.

— … Cuando Daiya me conoció, elogió mi bonito cabello. Sabía que tenía el pelo largo para cubrir las cicatrices, pero deliberadamente me preguntó si tenía el pelo largo porque me veía linda así.

Mientras decía esto con un tono tranquilo, Ange finalmente levantó la vista. Los delgados labios hicieron todo lo posible para forzar una sonrisa mientras temblaban, actuando como si no le pertenecieran a ella.

— Ya ni siquiera Daiya sigue vivo. Entonces, no hay necesidad de esconderlas ahora…

Crenna había asumido que Ange estaba llorando, pero no lo estaba. Ange levantó su cabello húmedo, y miró a Crenna, su amable rostro mostraba la sonrisa habitual y serena.

— ¿Qué hay de ti, Crenna? ¿No vas a decírselo?

Ange nunca especificó a quién se refería y no tenía necesidad de decirlo. Krena lo sabía muy bien.

Crenna bajó los ojos.

—… Hm. Supongo que no tengo derecho a decir esas palabras.

Cuando la asignaron por primera vez a su escuadrón, a decir verdad, estaba aterrorizada.

Él ya era infame entre ellos. El demente Dios de la Muerte con ojos rojos gobernaba sobre las líneas del frente de la zona de batalla oriental.

La mayoría de aquellos con Nombre clave personal soportaban ver la sangre de sus compañeros fallecidos, y la mayoría eran terribles. Entre ellos, sin embargo, el nombre clave de Shin realmente se destacaba.

Undertaker, el que siempre estuvo más cerca de la muerte, y sin embargo nunca pudo morir, quien siempre simplemente enterraba a otros, y que no diferente de un dios de la muerte. Su nombre clave era la existencia más afín y criticada  en la batalla.

Se decía que de su escuadrón, todos los demás que no fueran «Werwolf» habían muerto. Algunos decían que era un presagio de muerte, como su nombre clave implicaba; otros decían que sacrificaba la vida de sus compañeros para protegerse a sí mismo.

Fue solo más tarde que ella supo que, desde que él fue reclutado, lo enviaban al área más turbulenta todo el tiempo.

Y durante una enésima batalla.

Una unidad de minas terrestres fue activada debajo de una de las unidades de un compañero de ella, y explotó.

Estaba gravemente herido, sufriendo, pero nadie más podía hacer nada al respecto.

Shin solo se arrodilló a su lado. Raiden estaba a punto de hacerlo, solo para ser detenido por Shin.

Crenna, permaneciendo a lo lejos, vio a Shin sacar su pistola. Todos la usarían en defensa propia, y también para suicidarse como último recurso.

Pero ese día, por primera vez, supo de un tercer uso.

— Sé que es difícil para ti. Sin embargo, intenta pensar en algunas cosas felices, cualquier cosa servirá.

Por alguna razón, la persona moribunda mostró una sonrisa. Y sus labios temblaron.

— Prométeme… que me llevarás contigo también, ¿quieres…?

— Sí.

El camarada moribundo extendió su mano cubierta de sangre y órganos destrozados, tocando la cara de Shin. Este último no parpadeó. Mientras miraba esto, Crenna sintió que era la escena más sagrada y hermosa que se podía ver.

Ese es nuestro dios de la muerte, por tanto ella sabía la razón por la que era aclamado como tal por Raiden y los otros compañeros de escuadrón que se habían unido antes que ella.

Porque él siempre los llevaría consigo, cargaría con todos y cada uno de los nombres de sus camaradas fallecidos junto con sus deseos sin excepción alguna, y continuaría hasta el final del viaje.

Porque los procesadores no podían entrar en tumbas, solo estaban destinados a ser olvidados, nunca sabían si podrían ver el amanecer al día siguiente, y esta era una redención irremplazable a la que nunca podrían anhelar.

Verdaderamente y desde el fondo de su corazón, ella se había enamorado de él.

Estaba realmente emocionada de pensar que cuando ella muriera algún día, él la llevaría consigo. Ya no tenía miedo y comenzó a perfeccionar sus habilidades hasta que fue muy hábil en puntería. Pensaba que si eso volviera a suceder, ella podría hacerse cargo.

Aunque estaba predestinada a morir, quería permanecer al lado de él por un tiempo más.

Pero…

Crenna cerró el grifo y levantó la vista. Sabía que no podía hacerlo. Mientras permaneciera en este campo de batalla, nunca podría hacerlo. No podría ser como el Dios de la Muerte, capaz de ir a los confines de la Tierra llevando los nombres y deseos de sus compañeros con los que ella combatió.

Pero si ese fuera el caso, ¿quién sería el que llevara los deseos de Shin…?

— Oye, hay uno más aquí, 86.

Una vez al mes, el escuadrón recibiría suministros transportados por aire, suministros que no podrían ser provistos por la producción o las plantas automatizadas.

Shin inspeccionó los contenedores de suministros que estaban enumerados, y levantó la cabeza una vez que escuchó al transportador.

Había un oficial de aspecto enojado vistiendo su uniforme militar de mala calidad, acariciándose el mentón mientras conducía a dos soldados que empuñaban rifles de asalto, probablemente con el propósito de intimidarlo. Los rifles de los soldados tenían puestos los seguros y no contenían balas. Dada su proximidad a Shin, este último podría derrotarlos a todos antes de que pudieran disparar, pero no tenía sentido hacerlo, y no le importaba.

— Tu ama Handler solicitó una entrega de esta munición especial. Hmph, este puñado de cerdos tienen suerte de tener a una humana preocupándose por ustedes…

El oficial tenía un contenedor anti-explosiones detrás de él, un objeto muy voluminoso con muchos paquetes y una etiqueta clara que indicaba explosivos.

Shin lo miró con sorpresa y frunció el ceño. Él no recordaba haber ordenado tal cosa.

Y mientras Shin permanecía en silencio, el oficial de repente lo observó con odio. La mayoría de los 86 los atacarían sin pensarlo, pero la persona que tenía delante parecía obediente e inmutable por cualquier cosa.

— Escuché que tienen una Ama. Oye, ¿cómo los cerdos como ustedes la consiguieron? ¿Han engañado fácilmente a esa ingenua princesa con solo una dulce charla?

De repente, Shinn levantó la cabeza hacia el oficial.

— Si quieres saber como, te lo puedo demostrar con tu esposa. Ha de sentirse sola en esta larga noche, ¿verdad?

— ¡Tú…!

El furioso oficial estaba a punto de estallar, solo para quedarse inmóvil una vez que vio a Shin a los ojos. Los ojos rojos estaban tan serenos como siempre, y no mostraban ninguna intención amenazante, pero para un cerdo blanco que vivía su vida a salvo tras él, no había manera de que fuera un rival para un cerdo que vivía en el campo de batalla. Shin apartó deliberadamente al oficial rígido y se dirigió al contenedor. Estaba este número de serie en la lista de verificación, y contenía la firma de Lena, la cual estaba acostumbrado a ver en los últimos meses.

Debajo, vio una línea escrita en la etiqueta.

— ¿Palacio Lune…?

Un breve momento de reflexión después, Shinn abrió los ojos, recordando algo.

La fiesta era una reunión social, una actividad para que muchos mantuvieran su estatus, negociaran y recopilaran información.

Se discutían sobre todo cuestiones elegantes y triviales como el arte, la música o la filosofía, pero seguían siendo inútiles.

La plaza del Palacio Blanc Neige estaba llena de luces brillantes y ruidos de infinitas charlas. Lena había escapado a solas a una terraza en la que las estrellas brillaban mientras suspiraba.

Personalmente, no le gustaban tales fiestas y se sentía frustrada con la mayoría de hombres que venían a discutir el tema exclusivo de su grupo de edad. Los Millizés antes fueron nobles e inversionistas. Había muchos que apuntaban al prestigio y la herencia de la familia.

Afortunadamente, nadie le habló a Lena.

Si bien el vestido de noche de seda negro no era exactamente una violación del código de vestimenta social, se parecía claramente a ropa de luto cuando a la que solo se le añadió gemas negras y una flor blanca. Además, ella no había bebido, y simplemente se quedaba en silencio junto a las flores en la pared. Todas las damas elegantes simplemente la ignoraban, a excepto por algunas miradas preocupadas de vez en cuando. A excepción de unas pocas palabras de una asombrada Anett y un preocupado Carl-Stahl, había algunas mujeres que de vez en cuando la elogiaban literal y metafóricamente por tener una flor en la cabeza que combinaba con el dispositivo RAID en forma de collar.

Era realmente grosero de parte suya ir así, pero no tenía intención de responder.

Para Lena, todos estos actos eran simplemente tonterías ociosas, ya sea por confinarse uno mismo a escapar de la realidad, jactarse de orgullo propio en el pretencioso y confinado mundo, o para mostrar deseos de codicia y lujuria. Además, debido a su propia incompetencia, ella había causado la muerte de unos pocos procesadores.

De repente, su dispositivo RAID se activó.

—¿… Comandante?

— Capitán Nouzen… ¿qué pasa?

Ella inmediatamente acercó una mano hacia el dispositivo, lo presionó y respondió suavemente. No debería estar comandando en este momento. ¿Hubo una batalla masiva que otro escuadrón no pudo manejar…?

Sin embargo, la voz de Shin permaneció serena.

— Es la hora de contacto habitual, y no lo has hecho así que te contactamos. ¿Paso algo? Si no es conveniente ahora, será en otro momento…

— Estoy bien. ¿Qué pasa?

Ahora que lo mencionaba,  a esta hora la hora comúnmente se contactaba con el escuadrón Spear Head. Asi que ella salió de la fiesta y les preguntó, mientras la oscuridad de la Luna Nueva brillaba en el jardín.

— La ‘Munición especial’ fue recibida. Informando confirmación.

 

Solo las estrellas brillaban en la noche, y un gran fuego artificial floreció en el cielo.

La reacción llameante resultó en una variedad de colores vibrantes dispersos en todas direcciones, y luego revoloteaban como copos de nieve flotantes. Otro estallido resonó, y otra fugaz ráfaga salió disparada del suelo, pasando por los copos de nieve ya apagados, y explotó para formar otro fuego artificial vibrante.

Cada vez que aquellos pétalos florecían, había un aumento en los inocentes e infantiles aplausos. No era de extrañarse, ya que la mayoría de aquellos 86 nunca había sido testigo de un fuego artificial desde su infancia. Los fugaces momentos de los fuegos artificiales iluminaban los ojos eufóricos, brillando sobre sus sombras danzantes.

Después de todo, no podían iluminar su base, por lo cual los miembros del escuadrón fueron a un campo de fútbol cercano que estaba en ruinas. La hierba silvestre crecía a través del suelo, los soldados y mecánicos se dispersaron en grupos, y los Juggernauts esperaban silenciosamente afuera.

Fido, que vino junto con el equipo de mantenimiento, estaba colocando los contenedores en el suelo, encendió el mechero como reemplazo de un fósforo y los encendió uno a uno.

Shin estaba inclinado sobre el Juggernaut conocido como Undertaker, mirando hacia arriba mientras observaba otro fuego artificial dispararse hacia el cielo.

— Gracias por los fuegos artificiales.

Lena escuchó algunos aplausos de los otros miembros. Se dio cuenta de que Shin podría haber aumentado la velocidad de sincronización del Para-RAID para que ella lo escuchara, y se sintió feliz.

— Es el aniversario de la revolución. Lo viste junto con tu hermano y tus padres, ¿verdad? De seguro los otros también.

Cada vez que se acercaba el festival, las tiendas de la ciudad vendían muchos fuegos artificiales. Entonces Lena compró una buena cantidad y se los entregó al escuadrón. Les brindó algunas botellas de vino fino a los trabajadores de la rama logística, puso algunas cosas en la etiqueta y las metió en el contenedor. Los fuegos artificiales eran inflamables y debían ser transportados por el mensajero, aun si el contenedor utilizado era a prueba de explosiones. La lista de verificación lo registraba como explosivo.

Nunca pensó que terminaría sobornando a los demás, y sin embargo se sorprendió al saber que era imprescindible hacer eso si quería hacer algunas cosas inescrupulosas.

— Es una tradición de la fiesta de la Revolución, ¿verdad? ¿Puedes ver fuegos artificiales en el Salón Presidencial?

— Erm

Desde el otro lado de la terraza, Lena miró hacia la residencia presidencial. Parecía que los fuegos artificiales acababan de comenzar, y los múltiples colores florecían en el cielo nocturno junto con el majestuoso himno de la República.

Ella estaba viendo esta intrincada pieza de arte de fuegos artificiales sola, y dio una sonrisa triste.

— Si puedo. Pero el cielo es demasiado brillante.

La fiesta en las calles y las muchas luces erráticas eran demasiado brillantes. El aire en la ciudad estaba contaminado, ya que la energía se desperdiciaba sin cuidado. Las llamas masivas que deberían mostrar la dignidad de la República eran borrosas debido a lo aburrido que eran.

Además, nadie más allí miraba los fuegos artificiales, ni los que estaban en la fiesta, ni los peatones en las calles. Si bien los fuegos artificiales hechos por especialistas eran mucho más hermosos que los que se vendían en las tiendas, a la gente no parecía importarles.

— Los fuegos artificiales allí deberían ser aún más hermosos. El cielo está oscuro y el aire es limpio y claro.

En la clara oscuridad de la noche, los fuegos artificiales se encendieron en una esquina de un campo de batalla a lo lejos, y florecieron para los espectadores.

Quisiera verlos junto a ellos. Lena tragó las palabras que estuvo a punto de decir. No debería estar diciendo esas palabras. Si estaba dispuesta, Lena podía dirigirse a las líneas del frente para investigar, pero Shin y los demás tendrían que permanecer alejados, y podrían no seguir a Lena y los demás. El «estar juntos» era simplemente una fugaz ilusión, no un deseo que se esperara.

Después de pensarlo, dijo:

— Si fuera posible, querría invitarlos a todos a la Primer Área para que vean los fuegos artificiales. Se alegrarían.

Parecía que Shin le dio una sonrisa irónica.

— No recuerdo haber visto tantos fuegos artificiales allí.

— Entonces por favor sean testigos personalmente. Una vez que la guerra termine, una vez que te retires, veámoslos juntos.

Su voz se ensombreció. Los nombres de Daiya y los otros seis miembros que murieron recientemente aparecieron en su mente.

— Desearía que el Subteniente Iruma y los demás pudieran ver esto… lo siento, estas palabras no son apropiadas ahora.

— No, creo que Daiya y los demás estarían felices, ya que estamos recordando a los muertos con fuegos artificiales por primera vez. No les gustaría que todos estuvieran melancólicos y tristes de todos modos.

Kino y los demás probablemente estaban contentos con esto, por lo cual Shin aparentemente remarcó una sonrisa. Probablemente estaba mostrando un cambio emocional más grande en comparación con lo habitual, y probablemente había cambiado a tal grado.

— Además, Ange terminó llorando. Ella siempre ha estado escondiendo sus sentimientos para sí misma, así que en este sentido, estoy agradecido por los fuegos artificiales.

—…

Daiya y Ange habían permanecido cerca el uno del otro durante mucho tiempo.

— La Suboficial Emma probablemente nunca olvidará esto…

— Nadie lo olvidará. Así como nunca te olvidaste de mi hermano, Comandante.

Después de un momento de silencio, Shinn continuó,

— Estoy realmente contento… porque ya me había olvidado de mi hermano.

Lena escuchó la voz temblorosa y permanecía con incredulidad.

Era la primera vez que Shin había sido tan franco con ella.

—… Capitán Nouzen.

— ¿Podrías por favor no olvidarse de nosotros, Comandante?

Shin probablemente estaba bromeando. Su tono y voz estaban exhalaban malicia.

Sin embargo, como la velocidad de sincronización era más alta de lo normal, Lena podía sentir los deseos fervientes detrás de sus palabras.

Si morimos, aunque sea por solo por un momento… por favor no te olvides de nosotros.

Lena cerró lentamente los ojos.

Eran tan fuertes, habían enfrentado innumerables batallas y habían sobrevivido hasta este punto. Pero por el momento, la posibilidad de morir permanecía al alcance, nunca se iría.

— Por supuesto, no lo haré… pero…

Ella respiró hondo y respondió claramente. Este era su deber y responsabilidad, como Vladilena Millizé, la Handler del Escuadrón Spearhead.

— No solo eso, no voy a dejar que mueran otro de ustedes.

 

Y sin embargo, Lena siguió informando a sus superiores, solicitando refuerzos por un tiempo indefinido.

Pero el Escuadrón Spearhead no obtuvo ni un solo soldado adicional en su archivo.

 

Ese día, durante la salida, cuatro habían murieron.

Era una misión de asalto simple, donde atacaron una base de la primera línea. Esta base era una posición ventajosa desde la cual atacarían las fuerzas enemigas. Sin embargo, era simplemente un cebo indefenso a primera vista, pero repleto de trampas por todas partes.

Shin había determinado la ubicación de la emboscada y las unidades enemigas, y tenía la intención de evitar el frente, atacando desde los flancos.

Por alguna razón, el enemigo no desplegó ningún Eintagsfliege para bloquear las señales, y Lena no vio ningún marcador enemigo en el radar. Sin embargo, antes de encontrarse con el enemigo, Shin y algunos otros sintieron que algo andaba mal. «Tengo un mal presentimiento sobre esto” murmuró Raiden, diciendo lo que otros habían sentido. Tal vez era un instinto que les permitió sobrevivir a través de sangre y muerte.

No era la capacidad de buscar al enemigo escuchando las voces de los fantasmas; era el sentido del olfato de un guerrero.

El radar de repente estalló y un cañón dio un disparo en diagonal desde el cielo, explotando en el suelo.

Unos inconscientemente lograron evadirlo en ese momento debido al instinto que tenían. Griffin (la Unidad de Chise) fue un poco lento, siendo golpeado directamente y reducido a cenizas, mientras que Fafnir (la unidad de Kino) estaba demasiado cerca del disparo, siendo alcanzado por la metralla y permaneciendo desde entonces en silencio. Las otras unidades quedaron de lado por el impacto, dando vueltas. Al mismo tiempo, el segundo y tercer disparo llegaron junto con explosiones.

La computadora calculó que el disparo del cañón fue dado a 120 kilómetros al noreste. Nadie había visto una explosión de tan largo alcance, también tan anormalmente rápida. La velocidad inicial del disparo se estimaba en al menos 4000 metros por segundo, mucho más allá de la potencia de fuego de un solo disparo.

Así que las unidades enemigas de la emboscada eran simplemente peones para asegurar que el escuadrón Spear Head permaneciera en la zona de la explosión, intentando flanquear a estos últimos desde lados considerables. El plan detallado y cruel era de un nivel completamente diferente al típico.

Shin, siempre tan alerta, descubrió y destruyó rápidamente el Ameise que actuaba como explorador, y el bombardeo a larga distancia se detuvo repentinamente después de diez disparos más o menos, o tal vez hubo algún mal funcionamiento con la nueva instalación. Si no lo hubiera hecho, incluso éstos élites habrían sido aniquilados.

Y así, después de perder cuatro unidades, lograron escapar y retirarse. Los cuatro caídos en combate fueron Chise, Kino, Toma y Kioto.

Solo quedaban 9 unidades Juggernaut.

Más de la mitad fueron asesinados, y su cantidad solo era de un solo dígito.

— E…

Lena estaba aturdida, su voz era temblorosa.

Tenía la boca seca. Tenía una imaginación ominosa, una premonición en su corazón que hacía que su corazón se acelerara. Estaba angustiada y sin palabras.

— ¡Exijo más soldados. En este momento y de inmediato. ¡Esto es muy extraño-!

El Escuadrón Spear Head estaba demasiado cansado como para molestarse.

Carecían de números, no podían descansar lo suficiente y apenas podían mantener la línea defensiva pidiendo ayuda a los escuadrones circundantes o asumiendo el control temporalmente. Los superiores deberían haberlo sabido, pero no hacían nada. Si bien las solicitudes de refuerzos y reabastecimientos se habían aprobado fácilmente, la solicitud de más soldados seguía siendo ignorada. Una vez fue directamente hacia el general de brigada, Carl-Stahl, directamente, a riesgo de ser acusada de nepotismo, pero nunca se le añadió ni una sola persona al escuadrón Spear Head.

Shin brevemente dijo:

— Comandante.

— Hablaré con el general de brigada de nuevo. Si no, entonces haré cualquier cosa para…

— Comandante Millizé.

Dijo nuevo, y Lena guardó silencio.

— Escuchen todos, ¿ninguno tiene problemas con que ya lo diga?

—… No, hazlo.

Raiden respondió por todos. Hubo un pesado silencio entre ellos.

— ¿…Qué…?

— Comandante, está bien. No importa lo que hagas, nada cambiará.

— Capitán Nouzen, ¿qué quieres decir?

No vendrán tropas adicionales. Ni una sola.

—… Eh.

Shin luego indicó con tranquilidad la verdad que todos conocían, pero nunca le informaron a Lena.

— Todos aquí moriremos. Este escuadrón está condenado a muerte solo con ese único propósito.

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