Capitulo 5 – Eighty Six – Mihi noment est, quia multi sumus – Es mi nombre, porque somos muchos

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Lena se despertó al escuchar un mensaje de notificación de su terminal, se sentó erguida y estiró su cuerpo. El mensaje permanecía activo, la pantalla holográfica mostraba la imagen de la cámara de un arma, y ​​las impresiones del informe de batalla formando un mar de papeles.

Su ventana se inclinaba hacia el oriente, y la luz del sol brillaba a través de las cortinas, iluminando la habitación. Recogió la delgada bata que fue arrojaba sobre la manta hecha de material transparente, se la puso, peinó su cabello simplemente con la mano y se levantó de la cama.

Luego abrió el correo y descubrió que era de Anett.

— El próximo mes es el aniversario de la Revolución. Vayamos a una fiesta de gala durante nuestro próximo descanso.

Después de una pequeña pausa, ella envió una respuesta,

— Lo siento. Estoy algo ocupada recientemente. Por favor, invítame la próxima vez.

Anett respondió rápidamente.

— Solo decía, Lena. Es que ya no apareces a menudo.

Y luego Anett envió otro mensaje,

— Incluso si trabajas duro por los 86, no ganarás nada, ¿sabes?

Lena giró la cabeza y miró hacia atrás.

Ella había estado analizando los registros de batalla del escuadrón Spear Head hasta que se durmió. Los informes de batalla eran concisos y explicativos. La destreza e inteligencia del autor se transmitía claramente con los informes, que fueron enviaron junto con los archivos de datos  provenientes de una cámara durante la misión del Juggernaut. Aunque los informes de la patrulla estaban desprovistos de contenido como de costumbre, el material era un preciado tesoro de información estratégica que debía ser utilizado en las batallas contra la Legión.

Seguramente no obtenían beneficio alguno.

Esta información definitivamente permitiría que todos regresaran a salvo.

— Lo siento.

 

 

— Estaría bien que asistieras a ese evento, ¿verdad?

Shin pulía el rifle de asalto que generalmente era colocado en la cabina de su Juggernaut mientras respondía vagamente a quien se encontraba del otro extremo del Para-RAID. Además de su contacto a diario y sus informes, charlaban de vez en cuando. El informe indicaba que debería ser el momento para que patrullasen.

Estaba atardeciendo, y él estaba en la litera del cuartel. El gatito había sido dejado en el exterior, ya que de lo contrario podría tocar las piezas del arma en la habitación, por lo cual la puerta estaba asegurada.

— ¿Pero y si atacaran en ese momento?

Lena hizo un puchero en respuesta. Uno tendría que preguntarse si era demasiado seria o inflexible.

— Nos las arreglaremos.

— Además, no es razonable estar en una fiesta mientras estamos en guerra.

— Probablemente hay una cierta zona en plena batalla en estos momentos. Pero cualquier cosa dentro del Gran Muro no afectará a las líneas de frente.

Empujó el pasador, quitó el cerrojo y lo puso en un paño tendido. Un rifle de asalto casi no le haría daño a la Legión, pero ciertamente no significaba que fuera inútil. Sería la única cosa confiable como último recurso, y por lo tanto, su mantenimiento diario era necesario.

— Creo que está bien que participes. Aunque estoy agradecido de que nos seas de ayuda al analizar al enemigo, esto no es algo que debería quitarte tu tiempo libre.

Lena de repente se calló una vez que dijo eso,

— ¿Estoy haciendo algo innecesario…?

— No, has sido de gran ayuda.

Él estaba diciendo la verdad. Nunca perdería su tiempo en una Handler inútil tratando de sentirse bien con sí mismo.

— Además, conocemos las líneas de frente, eso es todo. Es beneficioso contar con una oficial que ha sido entrenada militarmente para analizar una enorme extensión.

— …Gracias al cielo.

— Pero no hay necesidad de que le dediques todo el tiempo a esto.

Shin prácticamente podía ver a Lena fruncir los labios infelizmente, sacó el cerrojo del extractor, y mientras lo hacía, respondió en un tono suave.

— Si te involucras demasiado en el campo de batalla, terminarás como nosotros.

Lena suspiró ante las palabras de Shin, insegura de si bromeaba o era sincero. Ella no tenía intención de ser graciosa.

— Te gusta bromear de vez en cuando, Capitán Nouzen… entendido. Trataré de disfrutar esa aburrida fiesta, o el dolor de llevar tacones altos con un vestido.

Ella respondió con esta broma, y ​​Shin parecía reírse.

— ¿Dijiste festival del aniversario de la revolución? Recuerdo un evento así.

— ¿En serio?

Shin hizo una pausa.

— … Recuerdo que hay fuegos artificiales, ¿verdad? Eso pasa en el jardín con una fuente, justo en frente del palacio.

Lena levantó la cabeza.

— Sí. Es en el Palacio presidencial Lune en la primera zona legislativa… ¿Antes vivías en la primera zona?

La primera zona contenía áreas residenciales lujosas que existían desde la época imperial, y la mayoría de los residentes allí eran descendientes de familias que vivieron allí en ese entonces. los Albas, que solían ser de la realeza, lo ocuparon en su mayoría, e incluso hace nueve años, era raro ver a un Colorata allí.

Tal vez pude haberlo conocido antes, pensó ella, y hubo algo de tristeza en su corazón.

— Realmente no lo recuerdo, pero creo que es correcto. Creo que fui con mi familia… en ese entonces, mi hermano me llevaba de la mano.

Ah, Lena se encogió. Ella lo había arruinado nuevamente.

— Mis disculpas.

— … ¿Por qué te disculpas?

— Realmente soy una insensible. En ese momento también… mencioné a tu hermano y tus padres…

— Ahh.

Lena estaba decaída, y el tono de Shin era tan brusco y distante como de costumbre.

— Está bien. Ya me he olvidado de ellos.

— ¿Eh?

— Realmente no recuerdo a mi familia. Puedo recordar algunas cosas más o menos, pero en su mayoría he olvidado sus rostros y voces.

— 

Lena no creía que Shin fuera deliberadamente insensible.

Probablemente era muy joven cuando se despidió de su familia. Después de eso, pasó otros cinco años luchando por su vida.

En el caótico campo de batalla, se puede esperar que olvidase recuerdos preciosos.

En ese momento, ella pareció visualizar a un niño solitario parado en medio de un campo de batalla en ruinas, sin saber a dónde debería ir.

— Él dijo que tenía que regresar con vida, regresar a ti.

Lena intentó transmitir esas palabras con la mayor precisión posible, ya que recordaba lo que dijo Ray dijo, y su apariencia al decirlo.

El Para-RAID transfería la voz a través de la conciencia compartida, y también las emociones de una conversación cara a cara. Esperaba transmitirle sus sentimientos. Ray podría haber desaparecido de los recuerdos de Shin, pero Lena todavía lo recordaba. Aún podía visualizar su silueta, sus palabras y su corazón amable.

— Obviamente él te echa de menos, diciendo que «Probablemente te diste por vencido». Puedo sentir que te trataba como alguien importante de la familia. Tu hermano realmente quería volver contigo.

— …… Esperemos que sí.

Respondió después de este largo silencio, vacilante de una manera que no era visible fácilmente. Parecía que mientras él esperaba eso, entendió completamente que ese deseo ya no podía ser otorgado.

— ¿Capitán…?

Shin no respondió. Lena se dio cuenta de que era un tema que no debiera tocar, y no dijo nada. El suave golpeteo del metal era lo único que se escuchaba de vez en cuando en este silencio.

Y una vez que escuchó este sonido distintivo, más fuerte, Lena inclinó su cabeza. Eso era…

— Capitán, ¿está limpiando un rifle justo ahora?

Shin hizo una pausa.

— …Sí.

— Debería ser el momento de patrullar, ¿no?

Este último no respondió.

No es de extrañar que no hubiera nada importante en los informes de la patrulla. Entonces Lena suspiró.

Sin embargo, las acciones del escuadrón Spear Head eran excepcionalmente rápidas, y uno tendría que preguntarse si eran capaces de detectar a la Legión sin el uso de un radar. Aún no había preguntado sobre esto.

— Ya que has determinado que no hay necesidad de eso, supongo que no es necesario… y en cuanto al rifle…

Oficialmente, a los 86 se les prohibió usar rifles.

— Has determinado que hay una necesidad de usar eso. No diré nada al respecto, sigue con el mantenimiento requerido.

—… Mis disculpas.

Lena escuchó algo de confusión en la voz, y parpadeó.

— Erm, ¿dije algo raro?

— No… pensé que estabas hirviendo de ira.

Él estaba sorprendido después de todo, por lo cual Lena se sobresaltó.

Desde el momento en que tomó el mando, ella había exigido que se presentaran informes detallados y oportunos y, a menudo, se lamentaba de que sus colegas del Cuartel Militar Nacional fueran tan laxos y despreocupados.

— Yo… no seré tan rígida con las reglas y regulaciones sin sentido. Repito, respetaré tu decisión si has decidido que será beneficioso para el combate.

Además, yo no soy el que pelea. No tengo derecho de regañarlos.

Ella tuvo este fugaz pensamiento, y negó con la cabeza, desviándose del tema.

— Hay cierta necesidad de mantener cuidadosamente las armas a mano para el campo de batalla. Pensamos que los rifles de asalto fabricados por la República son demasiado pesados ​​y nadie los usa realmente, ni siquiera en el entrenamiento.

El Ejército de la República requería de balas con gran calibre debido a la potencia de fuego necesaria para combatir las fuerzas blindadas. Por lo tanto, todos los modelos de armas eran pesados, hechos con metales resistentes.

Sin embargo, Shin se sorprendió.

— ¿Pesado? ¿Dijiste que el arma es pesada?

Al principio, Lena quedó desconcertada por su voz extremadamente perpleja, y luego lo comprendió.

Sí, es un chico. Ese peso no debería molestarle…

Y en el momento en que ella entendió esto, se sintió extrañamente nerviosa.

Hablando de eso, nunca había hablado con un chico de su edad durante tanto tiempo.

— … ¿Comandante?

El Para-RAID podría transmitir las emociones de una conversación cara a cara. Shin probablemente podría sentir a Lena sonrojarse.

— Yo… No es nada. Erm.

De repente, el estado de ánimo en el otro extremo cambió.

No hubo ningún sonido, pero Lena pudo sentir a Shin de pie, mirando a lo lejos.

— … ¿Capitán Nouzen?

— Por favor, prepárate para tomar el mando.

Echó un vistazo a su terminal de Inteligencia que no mostraba ninguna alerta. Sin embargo, Shin sonaba convencido.

— La Legión ya viene.

Shin ya estaba sincronizado con Lena, por lo cual Lena participó en esta reunión.

Una vez escuchó la explicación sobre varios aspectos, incluidos números de enemigos, formaciones y rutas de ataque, ¿crearon una estrategia con tan poca información disponible? se quedó estupefacta y, al mismo tiempo, propuso una estrategia para esta operación. Una vez que fue hecha, la reunión finalizó y comenzó la operación.

— Las principales fuerzas enemigas están compuestas solo por Grauwolfs.

A todas las unidades se les tendería una emboscada. Lena comparó la información que había obtenido de los exploradores de las líneas del frente con las señales de radar y los registros de batalla; hizo una deducción con respecto a la laxa composición enemiga.

Teniendo en cuenta las tasas de producción y mantenimiento, los Löwes destruidos en la última batalla pueden no haber sido todos reconstruidos. Y es difícil imaginar que el enemigo tenga a los Stier liderando el ataque.

Los Stier no tenían movilidad, y prácticamente ninguna armadura. Era una unidad típicamente utilizada para emboscadas. Debido a su parecido con los Löwes, a menudo se los confundía con estos últimos cuando los observaron por primera vez, y los humanos lograban derrotarlos.

— Las granadas de los Juggernauts no tienen ningún efecto contra los Löwes, pero que usen la armadura más ligera del Grauwolfs como escudo para los Scorpions es algo con poca efectividad. Creo que si eliminamos a los Ameises primero, no deberían ser una amenaza.

— Werwolf a todas las unidades. Confirmado. Es exactamente como la Comandante había imaginado.

Era Raiden el que hablaba, quien había salido a explorar. Parecía impresionado y atónito.

— Pero en serio… ¿hablas de tasas de producción y mantenimiento? ¿Dormiste lo suficiente?

Shin habló de repente.

— Comandante, apaga el Para-RAID esta vez.

— ¿Eh?

— Se acerca un campo de batalla caótico, especialmente porque vamos a estar luchando contra varios Grauwolfs. Hay demasiados enemigos… será peligroso que permanezcas sincronizada conmigo.

Mientras Shin hablaba fluidamente con acento Republicano, Lena no comprendía. ¿Qué, acaba de decir?

¿Muchas ovejas negras?

— Si quieres, escúchame, te lo explicaré una vez que esta batalla termine. Así que por favor, vete ahora.

La pelea estaba por comenzar, y era comprensible que no tuviera tiempo para explicaciones. Sin embargo, Lena estaba descontenta con esta orden.

— No te has desconectado de los otros compañeros de escuadrón, ¿verdad? Los Eintagsfliege todavía están presentes y las comunicaciones inalámbricas pueden fallar. No me desconectaré.

Ella se negaba a hacerlo. Shin probablemente quería decirle algo, pero se tragó sus palabras una vez que vio a la Legión acercarse.

— … Te lo advertí.

Después de decir esta línea sombría, el Juggernaut de  Undertaker se puso de pie.

Como dijo Shin, el campo de batalla era caótico, y los indicadores que indicaban los aliados y enemigos se entrelazaban en el radar que apenas funcionaba y que se veía afectado por la interferencia. Lena siguió mirando el monitor, cubriéndose una oreja con una mano. Por alguna razón, el ruido era anormalmente agudo. O bien era un sonido que venía de su habitación, o eran los sonidos que Shin y los demás escuchaban en el campo de batalla. ¿Que era ese ruido?

Los puntos rojos indicaban a los enemigos, y se acercaban a los puntos azules indicados como aliados, incluido Undertaker, la unidad de Shin. Ambos bandos se estaban acercando el uno al otro en el campo de batalla, muy a lo lejos, dentro del alcance del combate. Ambos puntos chocaron, y en ese momento-

Una voz desconocida resonó estridentemente en los oídos.

— Mamá.

Esa voz era vacía y fugaz, el murmullo de una persona moribunda que decía esto con su último aliento.

Lena se detuvo, congelada en su posición. Sin embargo, la voz siguió resonando, los recuerdos persistentes y los sentimientos que desaparecían con una bocanada de humo ante la Muerte, mientras una voz vacía gritó,

—Mamá. Mamá.  Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá…

— ¿Eh?

Sentía como se le erizaba el cabello.

Se cubrió las orejas con ambas manos, pero no tenía sentido ya que la voz provenía del Para-RAID. El llamado de un niño moribundo buscando a su madre se filtraba como una ola. El grito inteligible invadía su conciencia como un deslizamiento de tierra, repitiéndose una y otra vez. Una explosión contundente y fuerte cortó la voz que llamaba a la madre, y voces similares hicieron eco rápidamente.

— Sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme sálvenme.

— Quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema quema.

— No… no… no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no.

— Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá mamá.

— No quiero morir. No quiero morir No quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir.

— N-No … ¡Nooooo …!

Muchas voces agonizantes se arremolinaban como un vórtice, devorando en silencio todos los restos de racionalidad y pensamiento. Entre ellos, sonó la voz de Shin.

— ¡Comandante! ¡Desconéctate ahora! ¡Comandante Millizé!

El chico generalmente calmado mostraba un matiz de extraña ansiedad en su llamada, pero no podía llegar a los oídos de la aterrada Lena. Ella se cubría las orejas por el dolor, encogiéndose con el impulso de escapar, y soltó un grito ronco. Sin embargo, estaba perdiendo su última pizca de cordura en medio de las interminables oleadas de gritos moribundos.

— ¡Tch!

Shin chasqueó la lengua y se desconectó. Las voces moribundas se desvanecieron.

— …… Ah…

Ella rígidamente levantó la cabeza, y con cuidado aflojó sus manos… no podía oír nada. Ella se había desconectado de todos los procesadores.

En su miedo y respiración frenética, lentamente abrió los ojos y miró la sala de control, y encontraba como un niño que se cayó al suelo.

¿…Qué fue eso…?

No eran las voces de los procesadores sincronizados. Ninguna de esas voces pertenecía a ellos, y eran mucho más en números.

Y entre los gritos interminables, ella pudo identificar uno.

-No quiero morir.

— … Kirschblüte… ¿Kaie…?

 

Shin se desconectó de Lena y luchaba contra un gran cúmulo de «Ovejas negras». Entrecerró los ojos mientras las voces agonizantes saturaban sus oídos. La mayoría de los enemigos eran Grauwolfs, y las cuchillas de alta frecuencia que tenían podían cortar la armadura como si fueran agua. Por lo tanto, tardó en desconectarse ya que tuvo que lidiar con los ataques que se aproximaban.

Gritos, suspiros, gemidos, rugidos. Se escuchaba todo tipo de voces ensordecedoras cuando estaban cerca, tanto que pudo identificar una voz. Seo pudo escuchar una de ellos a través de su Para-RAID, y gritó,

— ¡Maldición…! ¡Esa era Kaie…!

Shin podía sentir algunos jadeos. El comunicador estaba lleno de conmoción.

— ¿¡Kaie…!? ¿Se la llevaron…?

— Maldita sea… ¡Ange, ya deberías superarlo…!

Ignoró los furiosos gritos de sus compañeros de escuadrón e identificó la ubicación de «Kaie». A diferencia de los otros que solo escuchaban esto a través del Para-RAID, solo Shin podía localizarla.

Podía identificar fácilmente dónde estaba, sin tener que enfocar su oído. La precisión de su oído era sobrehumana, capaz de encontrar una aguja en un pajar.

Y quien estaba más cerca a ella era Crenna.

— Gunslinger, a las dos en punto, distancia de ochocientos. Líder del escuadrón con quince unidades, el segundo Grauwolf de la derecha.

— …Entendido.

Después de un disparo de cañón, la voz de un alma que se había permanecido incluso después de la muerte, la suplicante voz de Kaie que suplicaba vivir finalmente desapareció, cuando la destrucción la trajo de vuelta a las puertas de Hades.

Shin permanecía en el torbellino de resentimientos y gritos, suspirando con lástima,

— Una batalla para velar a los muertos, eh.

Las almas de los Muertos nunca se irían hasta que fueran destruidas.

Parecían anhelar irse al consuelo que merecían.

Esa chica Handler probablemente nunca volverá a ponerse en contacto con nosotros… Shin momentáneamente sintió algo de remordimiento, y frunció el ceño.

 

Para cuando ella reunió el coraje para sincronizarse de nuevo, el sol ya se había puesto.

Cada vez que tenía ganas de hacerlo, su corazón se llenaba de mucho miedo, al igual que sentía náuseas. Solo podía hacer una pausa, tranquilizarse e intentar nuevamente, lavarse el rostro y seguir repitiéndolo. Solo cuando llegó el anochecer, cuando ya no quedaban luces en el frente, finalmente envió una transmisión.

¿Les estaré causando un inconveniente en hablarles tan tarde?  Pensó, e hizo un gran esfuerzo para alejar esos pensamientos. Si lo dejaba para mañana, podría vacilar con las mismas excusas otra vez, y no tendría el valor para sincronizarse de nuevo.

Respiró hondo para contener su respiración frenética y activó el Para-RAID. Afortunadamente, él no estaba dormido, y ella logró acceder. Solo había una persona en el otro extremo.

Era quien le dijo que se desconectara, y le advirtió que no permaneciera sincronizada. Por sentido común, él era a quien ella le tenía que preguntar.

… Capitán Nouzen.

Sentía que Shin abrió los ojos.

— Soy Millizé. Erm, ¿podemos hablar ahora?

Hubo una breve pausa.

Y por alguna razón, pudo oír algo de agua durante este momento, como si lloviera.

— … Estoy en las duchas.

— ¿¡Eh!?

Era la primera vez que Lena se encontraba dando un grito tan sobresaltado.

Tenía las orejas completamente rojas y, aunque quería responder, su lengua no se movía y había dejado de pensar. Quedó aterrorizada de una manera diferente en comparación con las primeras horas del día, y finalmente dijo algunas palabras.

— L-lo siento, erm, ya está tarde… Me desconectaré de inmediato.

— No.

La voz de Shin estaba tan calmada como siempre, y era un poco irritante para Lena.

— En realidad no me importa,  y me iré a dormir una vez termine de ducharme. Si pasa algo, solo pregunta. Además, no te preocupes.

— ¿En… serio? Entonces…

Aun así, el padre de Lena murió hace mucho, y ella no tenía hermanos ni amante. Esta situación era demasiado extraña para ella. Así que decidió hablar, sintiendo que su rostro todavía seguía acalorándose.

— Ah… sí, eh, ¿cómo estuvo la batalla? ¿Hubo alguna baja? ¿O, caídos en combate…?

— Para nada… ¿es eso todo lo que quieres preguntar?

— Es que…

No importa cuán intensas fueran, no había seguridad de que pudieran regresar de la batalla contra la Legión en una sola pieza.

Además, luchaban contra los ecos de los gritos, estaba completamente aterrorizada de imaginar que el escuadrón habría sido aniquilado, y que nadie estaría conectado si intentaba sincronizar.

— Capitán… la voz que escuché durante la batalla de hoy era de….

Una vez dijo eso, sintió un escalofrío en su cuerpo.

Había algo de ruido en el ambiente de la transmisión, como de costumbre. Sonaba como un susurro en un bosque profundo o una charla a lo lejos.

Y en este punto, esa charla se parecía a un grupo de innumerables voces de muertos.

Finalmente entendió por qué a Shin se le llamaba Undertaker, el por qué los Handlers anteriores estaban completamente aterrados de él.

La razón eran esas voces.

— ¿Qué, eran esas…?

— …

El sonido del agua solo hizo eco en la pausa.

— En el pasado, yo había muerto.

De la nada, surgió un dolor sordo en el cuello de ella, como si la estuvieran estrangulando brutalmente.

El dolor no provenía de los propios sentidos de Lena, sino a través del Para-RAID… en otras palabras, eran los recuerdos de Shin.

— Mejor dicho, diré que morí una vez en aquel entonces. Así que puedo escuchar las voces de las almas que perecieron y que aún permanecen en este mundo… porque soy como ellos.

— … Fantasmas.

De repente, recordó el accidente por el que pasó el padre de Anett.

Aumentó la tasa de activación nerviosa del Para-RAID al valor máximo teórico, y cayó en la conciencia del mundo entero, siendo incapaz de regresar nunca más.

Si ese fuera el caso, si todos los muertos debieran regresar al profundo mundo sin fondo, entonces aquellos al borde de la muerte, que casi caen al abismo, podrían establecer contacto con las otras cosas dentro de ese abismo, así de fácil como usar un Para-RAID. Por ejemplo, los fantasmas que nunca perecían por la eternidad, aquellos que habían caído en el fondo del abismo después de la muerte y aquellos que residían en los cuerpos aun luchando por salir.

Pero eso era…

— La Legión… ¿verdad?

Ella escuchó los sonidos de cuando los Grauwolfs estaban justo frente de Shin. Antes de la batalla, Shin había dicho:

— La Legión, son fantasmas. Perdieron su propósito como armas cuando el Imperio fue destruido, no tenían misión ni necesidad de cumplir con sus obligaciones, pero continúan perdurando en este mundo… son los fantasmas que pertenecen al ejército de un país destruido.

— … Espera, entonces la razón por la que eres capaz de detectar la Legión es…

— Sí, puedo escuchar sus voces. Cuando se acercan, puedo escucharlos, incluso cuando estoy durmiendo.

— ¡Espera, por favor…!

Gritó Lena. Acababa de mencionar algo que simplemente no podía pasar.

¿Puede escuchar cuando se acercan aún si la base enemiga más cercana está a cierta distancia de la suya? ¿¡Puede decir cuántos de la Legión se mueven dentro de ese rango!?

Las voces de los Muertos eran como pasos distantes o como el susurro de las hojas.

Debido a que el Para-RAID se ajustó al valor mínimo, ella solo podía escuchar la voz de aquella persona con la que estaba sincronizada, los sonidos que se encontraran a cierta distancia de los sincronizados y sonidos fuertes.

Para Lena, cada vez que se sincronizaba con Shin, el ruido de fondo simplemente parecía estar mezclado con ella… ¿pero qué opinaba Shin al respecto?

— ¿Cuántas voces puedes escuchar ahora, Shin? ¿Qué tan grande es el alcance, y de cuánto…?

— No podría decir la distancia exacta, pero puedo escuchar a toda la Legión dentro de las antiguas tierras de la República… Puedo escuchar algunas voces de aún más lejos, pero no puedo entender que dicen.

Ese mundo estaba más allá de la imaginación.

Incluso si una sola voz era un murmullo, se incluía dentro de los números totales de la Legión.

Los había estado escuchando todo el tiempo, incluso mientras dormía.

— ¿No… te molesta?

— Me acostumbré a ello desde hace mucho tiempo.

— ¿Desde cuándo…?

Él no respondió, entonces Lena hizo la siguiente pregunta,

— Escuché la voz de la teniente Kaie Tanya. ¿Eso es porque, ella… se ha convertido en un fantasma también?

Había algo de desconcierto en sus palabras. Este hecho le resultaba tan surrealista.

Tras una breve pausa el sonido del agua se detuvo, y parecía que estaba quitando el agua de su cabello.

— El gobierno de la República determinó que esta guerra terminará en otros dos años como máximo, ¿verdad?

— Eh, sí… ¿cómo lo supiste?

Lena estaba un poco perturbada con respecto al repentino cambio en la conversación, pero asintió de todos modos. El gobierno no revelaba esto, para evitar que los procesadores tuvieran esperanza.

— Lo escuché de Seo. Él lo escuchó de su antiguo Capitán… la CPU de la Legión fue diseñada para tener una vida útil limitada, con menos de dos años. ¿Estoy en lo cierto?

— …Sí.

El Sistema Nervioso Central de la Legión consistía en nanomáquinas fluidas que imitaban el sistema nervioso de un mamífero, y le otorgaban la capacidad de procesamiento similar al sistema neural de un gran mamífero. Sin embargo, en los planos que mantenían estas estructuras, había un límite de tiempo impuesto y un proceso de autodestrucción que no se podía eliminar.

— Una vez que escuché la explicación de Seo, lo entendí. La Legión eran como máquinas, nada más. Entonces, un día empecé a escuchar voces humanas. Puedo suponer lo que sucedió, pero no sabía por qué lo hicieron.

Entonces escuchó el sonido del cabello siendo secado de una manera simple que una mujer no podría imaginar, seguido por el suave sonido de tela siendo frotada. Era obvio que la ropa era de baja calidad, áspera y rígida.

— Si los planos del Sistema Nervioso Central desaparecieron, simplemente podrían buscar un reemplazo… y lo que se puede usar para reemplazarlo está justo frente a ellos.

— … ¿Es eso?

— Sí. Nuestro sistema nervioso central es excepcionalmente avanzado incluso entre todos los mamíferos. El cerebro humano.

Un momento de reflexión fue suficiente para dejar a Lena asqueada. Esto iba mucho más allá de lo grotesco; era una profanación total de la dignidad humana. Por el contrario, Shin se mantuvo calmado como de costumbre.

— Creo que es una réplica de un cerebro humano. El cerebro de una persona muerta se pudre rápidamente, y no hay muchos cadáveres bien conservados que puedan ser utilizados, y mucho menos aquellos con el cerebro intacto. De hecho, ya nos enfrentamos a la Legión con las mismas voces. Supongo que Kaie debería estar al otro lado.

La chica ya no estaba viva, su súplica permanecía sellada en una máquina, repitiéndose como una caja musical.

— Entonces, aunque digo que son fantasmas, son diferentes a lo normal. Diría que en lugar de eso son más bien un residuo. No tienen la voluntad de los humanos ni la intención de comunicarse. Lo que replicaron fue el cerebro de los Muertos en sus últimos momentos. Sus pensamientos son solo una repetición de ese momento, y se convirtieron en fantasmas que residen en la Legión.

— …Como ovejas negras…

— Sí, ovejas negras, poseídas por fantasmas, se mezclan entre las ovejas blancas que componen en sí a la Legión. En este momento, las ovejas negras ya han superado por mucho a las ovejas blancas.

A pesar de que comenzaron a pudrirse desde el momento de la muerte, el cerebro humano era el más avanzado entre los mamíferos. El Sistema Nervioso Central de la Legión imitaba el cerebro humano, y seguramente sus capacidades eran superiores. Aunque los planos habían fallado una y otra vez, las incesantes voces de los Muertos mostraban que las ovejas negras se multiplicaban más rápido en número.

Ella tenía la sensación de que Shin sentía lástima por la Legión, ya que habían perdido su ciudad natal, la razón para seguir luchando y la razón de existir, sin embargo, eran fantasmas mecánicos, recogiendo cadáveres, y siempre luchando como se define en sus parámetros.

—… De alguna manera puedo entender la razón por la cual siguen atacando a la República.

— ¿Eh?

— Son fantasmas. Deberían haber desaparecido, pero aún permanecen, hasta que sean aniquilados. Supongo que quieren volver, y es por eso que están atacando a los que también son fantasmas ante ellos, queriendo llevárselos con ellos.

— ¿Fantasmas…?

¿A quién se refería?

¿A los 86 que permanecían con vida, pero no eran considerados humanos, y no eran diferentes a los muertos en la sociedad?

— La República murió hace nueve años, ¿verdad? ¿Se puede encontrar aún el espíritu de la bandera de cinco colores que formaba la base del país?

Las palabras tranquilas de Shin contenían su crítica mordaz que atacaba directamente a su hogar.

Libertad, igualdad, fraternidad, justicia y pureza. Sin ninguna razón racional, degradaron a las personas en clases, y no sentían vergüenza ni lástima de que millones perdieran la vida. Este país había perdido durante mucho tiempo su derecho a exaltar sus valores.

La República declaró su propia desaparición. Murió completamente hace nueve años, en el momento en que algunas personas persiguieron a diferentes grupos.

Tal vez Shin podía oír la voz de los que habían muerto, y sin embargo permanecía la voz del enorme fantasma llamado la República.

Lena no tenía nada que decir al respecto. Después de una breve pausa, Shin habló de repente, su voz era directa como siempre, narrando lo que parecía ser un hecho bien establecido.

— Comandante, ustedes perderán esta guerra.

Él no dijo «nosotros».

— ¿Qué quieres decir?

— Digo que la Legión podría no dejar de funcionar solo porque su Sistema Nervioso Central esté desactivado. De hecho, puedo sentir que sus números no disminuyen, sino que aumentan… Además, ¿qué hay de los 86? ¿Cuántos quedamos?

Lena no podía responder. No lo sabía. La República nunca los contó.

— Supongo que los únicos que quedan son dos o tres años más jóvenes que nosotros. Una vez que fueron detenidos en los campos de concentración, pocos 86 se reprodujeron, y la mitad de los bebés moría en ese entonces.

Los 86 que eran adultos fueron detenidos y prácticamente fueron aniquilados dos años después de luchar. Ninguno de los soldados reclutados sobrevivió, y los otros que se movilizaron para construir el Gran Muro fueron sometidos a duras condiciones, obligados a realizar duras labores a mano destinadas a agotarlos, y perecieron como resultado. Los ancianos y enfermos, que no tenían ningún uso particular para nadie, fallecieron durante estos nueve años.

— … ¿Por qué? ¿Los bebés también…?

— ¿Preguntas por las tasas de mortalidad de los bebés, en un entorno sin adecuados servicios médicos?… En el campo de concentración en el que estuve, ninguno de los bebés sobrevivió al primer invierno, y supongo que lo mismo pasó en los otros campamentos. De los bebés supervivientes, la mitad de ellos fueron vendidos.

— ¿Vendidos?

— Sí, por algunos soldados y 86, los cambiaron por dinero. Aunque no sé si eran vendidos en su totalidad o por partes.

Solo un poco más tarde, Lena entendió el significado. Sintió como su cara palidecía.

En otras palabras, en esta República, había personas que ridiculizaban a los 86 como cerdos, hacían lo que quisieran con los hijos de esos cerdos, y usaban sus órganos para extender sus vidas.

Todo lo que quedaba eran adolescentes, preadolescentes, y eran enviados al campo de batalla, hasta que ya no pudieron pelear.

— La Legión no bajará en número, pero los 86 perecerán. Cuando eso suceda, ¿ustedes serán capaces de pelear? No saben cómo pelear, ni entienden las formaciones de batalla. Sin pensarlo dos veces, reclutaron a los 86 y solo pagaron el gasto militar ¿Creen que serán capaces de armarse de valor y luchar como nosotros?

Probablemente no,  dijo Shin en tono de burla.

No se estaba burlando de los que infligían el dolor a los demás y sufrirían la misma situación; se estaba burlando de los que solo se preocupaban por los beneficios que tenían frente a ellos, ignorando la realidad, residiendo en el breve y furtivo consuelo, y que se habían degradado a no más que criaturas retrasadas sin capacidad de protegerse.

— Si nadie está dispuesto a ofrecerse como voluntario, el reclutamiento forzado será la única salida. Bajo el establecimiento de la República, esto solo se hará en el último momento, cuando el peligro sea inminente. Para entonces, será demasiado tarde… un defecto de su republicanismo moderno es que las decisiones no se pueden tomar a menos que sea una cuestión de vida o muerte.

Lena seguía imaginando una imagen clara y realista de la derrota cuando Shin dijo esto, y negó frenéticamente con la cabeza para quitarse esa idea, tratando de negarlo. No era porque tuviera un motivo para refutarlo, sino porque no podía aceptar la posibilidad repentina e inimaginable de que su país desaparecería en unos pocos años.

— ¡P-Pero, la Legión detectada está disminuyendo en número! Ya está a la mitad comparada con años anteriores…

— Ese es el número que se puede detectar dentro de su alcance, ¿verdad? Debido a la interferencia electrónica las 24 horas de los Eintagsfliege, no se puede detectar todo, desde el área contenida hasta las profundidades del territorio de la Legión. Es cierto que los números de Legión en el frente de batalla han estado cayendo, pero eso es porque no están no enviando más que los números necesarios. En un extremo, continúan batallando en una guerra de agotamiento, mientras que, por otro lado, reservan más fuerzas en la retaguardia y estas aumentan en número.

Solo había un objetivo.

Preservar su fuerza, cesar la guerra de agotamiento que los acababa, y lanzar un ataque a gran escala, rompiendo las defensas de la República con un solo ataque.

— Pero la Legión no tiene la inteligencia para tomar tales decisiones.

— Querrás decir que no la tenía. Esa es otra razón para la derrota de ustedes.

A diferencia de la respuesta patética de Lena, la voz de Shin se mantenía tranquila y despreocupada.

— Hay pocos cadáveres con la cabeza intacta, pero en este campo de batalla, hay millones de cadáveres que no fueron recuperados, y es posible encontrar una cabeza que no se haya podrido. Para los humanos, es fácil tomar la decisión de crear fuerzas cuando se lucha contra un enemigo que no puede ser derrotado de otra forma. Entonces, suponiendo que haya unidades de Legión con inteligencia a la par de los humanos, ¿qué sucederá después?

— ¡…!

Existirían las ovejas negras debido a  que la Legión que había replicado la estructura del cerebro humano. Incluso después de pudrirse, tendrían mejores capacidades que el Sistema Nervioso Central.

Entonces, ¿qué pasaría si encontraran una manera de ser inmortales, que pudieran encontrar un cerebro humano que aún no se pudriera?

— A esas unidades de la Legión las llamamos «Pastores». La Legión son soldados que tienen la tarea de actuar, pero los Pastores son los comandantes que lideran estas almas muertas. En este punto, hemos luchado contra algunos escuadrones enemigos liderados por Pastores, y son mucho más bizarros que aquellos sin líder. No tienen comparación.

— Espera. ¿Quieres decir que esas máquinas no son solo una suposición, que realmente existen? Puedes-

— Sí, puedo escucharlos. Las voces de estos comandantes llegan desde muy lejos, y puedo distinguirlas fácilmente incluso entre unidades enemigas. Hay docenas de comandantes a lo largo de todos los campos de batalla, y en nuestra Primera Zona de Batalla hay uno.

En ese momento, la voz de Shin se volvió escalofriantemente fría, como una espada que refleja la luz de la luna, emitiendo una presencia filosa, peligrosa y maníaca similar a cuando mencionó a su hermano muerto.

Estaba aterrorizada. La República sería aniquilada, por su incompetencia e insensatez, porque millones fueron enviados al campo de batalla y perecieron, porque sus tobillos ya estaban siendo agarrados por las almas muertas de los 86, y porque fueron demasiado negligentes al prohibirles enterrarlos.

— P-Pero.

De repente, Lena habló, como si pensara en algo.

— Eso sucederá… solo si todos ustedes mueren, ¿verdad?

Shin parpadeó.

— Sí.

— Entonces, si podemos vencer a la Legión antes de eso, no sucederá. Si tú… el Escuadrón Spear Head puede descubrir dónde se esconde la Legión y la ataca… no es del todo imposible, ¿verdad?

Si no fuera por ellos, ¿quién más podría luchar en los más duros ataques de la Legión?

— Con suficiente mano de obra, equipo y tiempo, debería haber una posibilidad. Todas las formas de guerra requieren tales condiciones.

— Entonces, permítenos vencerlos. Yo también…

Estaba a punto de decir lucharé, pero se corrigió a sí misma ya que sentía que era arrogante de su parte.

— Haré lo que más pueda. Ya sea para analizar al enemigo, formular estrategias, cualquier cosa que pueda hacer, la haré… debería de ser lo mismo para los otros frentes de batalla.

Seguramente, si pudiera obtener información detallada del enemigo y planear las contramedidas básicas, sería beneficioso para la República. Con esta lógica, compartir esta experiencia con otros no sería una tarea difícil de lograr.

— Capitán Nouzen, su servicio terminará este año, ¿verdad? Permítenos… vivir hasta entonces.

Shin mostró una sonrisa irónica, su voz se llenó de un matiz de amabilidad.

—…Supongo.

Después de desconectarse con Lena, Shin regresó a su habitación en el cuartel, con las luces apagadas y todo estaba en silencio.

Entró en su habitación oscura, y la ventana de cristal reflejaba su apariencia bajo la luz de la luna llena. El pañuelo azul permanecía en su cuello incluso en batalla, pero él se lo quitaba cada vez que dormía. Tenía la intención de dormir una vez terminara de ducharse, y así, en el cuello de su ropa militar sin arreglar, por encima de su camiseta, el azul familiar no se veía por ningún lado.

Habiendo vivido una vida de batalla, cada una de las cuestiones de vida o muerte, su delgado cuerpo fue perfeccionado para ser tan fuerte y rápido como un leopardo. En este cuello elástico, había una marca roja en anillo.

La espantosa cicatriz no era en línea recta, sino irregular. Era como si su cabeza hubiera sido cercenada una vez, y luego cosida de nuevo.

Luego levantó una mano, acariciando suavemente la cicatriz en su cuello.


Sainto: Estoy agradecido de que hayan menos palabras porque a decir verdad 11k eran demasiadas, ahora llegan a las 6500.

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