Todos los integrantes de su escuadrón habían muerto, él solo había venido para esconderse en las calles de una ciudad abandonada, y cuando llegó la noche, la nieve comenzó a caer.
Shin estaba en una biblioteca abandonada, apoyando la espalda sobre el Juggernaut que tenía innumerables marcas en su armadura, la unidad databa de cuando fue reclutado por primera vez hace un año, se encontraba en un sueño ligero mientras esperaba el amanecer.
Para el pequeño cuerpo de un chico de 12 años, el frío de una noche nevada era apenas tolerable. La biblioteca no colapsaba, ya que las gruesas y pesadas paredes se mantenían firmes. Encontró una fina manta en una sección de archivos sin ventanas en la biblioteca y se cubrió con ella. La Legión, que aún merodeaba por las ruinas hasta hace un momento, comenzó su retirada para evitar quedarse sin energía y terminar enterrada en la nieve, por lo cual debería poder regresar a la base con seguridad una vez llegara el día. Por alguna razón, sin embargo, el Recolector que pertenecía a su antiguo escuadrón, al que llamaba Fido, siempre estaba tan aferrado a él, y siempre era el primero en encontrarlo.
De repente, fue llamado por alguien y abrió los ojos.
Desde que escapó de la muerte, pudo escuchar las voces de los muertos. Aunque no muy típicamente podía escuchar voz alguna, también podía sentir que lo estaban llamando.
Era una llamada que había desaparecido hacía mucho tiempo, una que pensaba que nunca volvería a escuchar.
Lo atraía y él salió.
Las calles de metal negro y piedra de color gris oscuro estaban cubiertas principalmente de blanco puro, dejando atrás una silueta. La nieve no tenía voz ni aliento, solo caía sobre su rostro, revoloteaba y se amontonaba mientras teñía las calles, los escombros e incluso la noche negra, como si un demonio blanco estuviera alborotándose silenciosamente. El hermoso paisaje parecía haber vuelto blancas las almas.
Al pasar por las calles de nieve y escombros, llegó a la plaza central de la ciudad.
Y en el medio había una iglesia, una de sus dos torres se había derrumbado, y en la nieve blanca, parecía estar un enorme esqueleto en la oscuridad. Así que llegó ante él.
Un Juggernaut destrozado se había derrumbado en el suelo, como un esqueleto caído.
La cubierta ya no estaba y todo lo que quedaba era una armadura que se había deformado debido al clima; apenas podía ver la marca personal de un caballero esqueleto sin cabeza.
Pisoteaba la nieve mientras se acercaba, mirando hacia la cabina.
— …Hermano.
¿Cómo lo sabía? Incluso si se le preguntara, no podría decir más que solo era su instinto. Shin simplemente estaba convencido de que era un hecho, y no había necesidad de excusas o razones para explicar el por qué.
La pequeña cabina negra se llenaba lentamente de blanco. Bajó la cabeza y encontró los huesos descoloridos de su hermano que yacían dentro, pero este no tenía cabeza.
Sainto: Bastante corto este capitulo comparado a los demás xd
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