Capitulo 3 – Eighty Six – Tu inspiradora apariencia cuando te paras frente a las puertas del Hades

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Medio mes había pasado desde que Lena tomó el mando como Handler del Escuadrón Spear Head.

En ese día, no hubo víctimas en la batalla durante el día, y Lena, sintiéndose aliviada, activó su Para-RAID para contactar a los Procesadores como siempre. Sucedió después de la cena, y ella estaba en su habitación.

Durante el último mes, Spear Head tuvo más incursiones que los otros escuadrones, pero no hubo muertos entre los procesadores. Parecía que eran un verdadero grupo de élites veteranos.

— Los llamo ahora para decirles que han hecho buen trabajo por el día.

Pudo escuchar algo de caos, probablemente a cierta distancia, fácilmente ignorado si hubiera respuesta de los procesadores. Era probable que los sonidos de las batallas nocturnas en las otras zonas de batalla resonaran en el hangar.

— Buen trabajo de tu parte, Handler Uno.

El primero en responder era típicamente Undertaker. Su voz era serena y calmada, sin ningún indicio de su apodo como Dios de la muerte.

Hubo algunos otros que se conectaron a través de Para-RAID, dando saludos.

Estaba el Vice-Comandante Werewolf, corto en palabras pero un confiable hermano mayor para el escuadrón.

Estaba la educada y contundente Kirschblüte, quien sería la primera en contestar cualquier cosa, incluida una estúpida conversación.

El delgado creador de ambientes incómodos, Black Dog.

Snow Witch cuya voz y personalidad eran igualmente amables.

Y Laughing Fox, quien arrojaba crueles palabras con una suave y aguda voz.

La primera impresión que Lena tuvo de Undertaker era de alguien de pocas palabras y que rara vez hablaba, excepto cuando se trataba de asuntos importantes, pero que todos se reunirían a su lado cada vez que se sincronizaba con ella, y que hubiera algunos sin Para-RAID siguiéndolo, hacía parecer cuán importante era él.

— En primer lugar, Undertaker, con respecto al reabastecimiento que solicitaste hace unos días…

Raiden escuchó a la Handler discutir la misión con Shin mientras miraba el crucigrama de una revista que tomó, usándola para pasar el rato.

La habitación de Shin estaba en un cuartel en ruinas, y varios miembros holgazaneaban tranquilamente en su habitación. Seo se estaba enfocando en dibujar; Haruto, Kaie y Crenna estaban jugando cartas alegremente; Ange estaba cosiendo complicados patrones de encaje; y Daiya estaba reparando una radio rota. Los demás estaban en la cantina y en las otras habitaciones, y desde lejos, él podía oír sus risas.

Shin, como líder de escuadrón, tenía que hacer varias tareas administrativas como escribir informes, y tenía la habitación más grande en los cuarteles que funcionaba además como una oficina. Raiden a menudo entraba a esta habitación para discutir varios asuntos sobre el escuadrón, y logró que varios otros vinieran a darle sazón al ambiente. Por lo tanto, se convirtió en un lugar para que todos pudieran descansar e interactuar.

Shin, el dueño de la habitación, simplemente necesitaba un lugar donde leer, y no le importaba si el gato al lado de él sacudía la cola, que hubiera un final de una emocionante partida de ajedrez, o que otros hicieran la danza del vientre* en frente suyo (Kujo y Daiya de verdad lo hacían). En este momento, estaba conversando con la Handler, acostado sobre la cama de acero en su habitación como siempre, apoyando su cabeza con un cojín como almohada mientras leía una vieja novela que había sacado por azar de una biblioteca. El gato negro con las patas blancas se acurrucó en silencio sobre su pecho, y se convertía en un accesorio más de él.

*Sainto: Un tipo de danza árabe

Todo era tan pacifico. Tomó un sorbo de café de la taza. Ese era el tradicional café de reemplazo (Café Ersatz) del Escuadrón Steadfast, la receta del brebaje le había sido transmitida a ellos. Los ingredientes eran los dientes de León utilizados en el campamento, pero era mucho mejor que el sabor sintetizado hecho en fábricas del misterioso líquido hecho con el extraño polvo negro.

¿… Qué dirían esos Albas si probaran este café?

Esos cerdos blancos completamente estrictos, inflexibles, cautelosos y francos nunca entendería el sabor del café.

Incluso en las 85 zonas, las bebidas producidas por las fábricas no eran diferentes en materiales sintetizados para los Campos de concentración.

¿Aún tendrían lastima de gente como nosotros?

El gato dejó escapar un ronroneo estridente, superpuesto con la voz similar a una campana de la Handler.

Nyaa, una vez que escuchó al gato durante la conversación, Lena se sorprendió.

— ¿Eso fue un gato?

— Sí, el escuadrón lo adoptó.

Respondió Black Dog.

— Solo para que quede claro, fui yo quien lo recogió. Cuando fui asignado a este escuadrón, vi a este pequeño sentado en las puertas de una casa que fue destruida por el cañón de un tanque. Sus padres y hermanos ya estaban muertos, es el único que queda.

— Y por alguna razón, simplemente le gusta acurrucarse sobre Undertaker.

— Aunque no jugaba con él, ahora le da palmadas en la cabeza o lo acaricia.

— No solo está apegado a él. También es una mascota leal. Mira.

— Bueno, no se mueve mientras él lee. Pero parece que nunca se aferrará a ti, Black Dog.

— ¡Oye, que cruel! ¿Qué pasa con esa lógica? ¡Discúlpate ahora mismo! Doo doo doo.

Lena se echó a reír al escuchar a los Procesadores pelear entre ellos. Parecía que no eran diferentes a otros chicos y chicas de su edad, e incluso se preguntaba por qué no estaba con ellos.

— ¿Cómo se llama ese gato?

Con una sonrisa, preguntó, y los miembros respondieron al unísono,

— Negrito.

— Blanquito.

— Manchas.

— Kiddo.

— Michi.

— Lemarck.

—… Oye, no le pongas nombre a un gato basándote en el autor de la novela que está leyendo. Debe ser más casual… de todos modos, ¿qué lees? ¿No tiene género…? Laughing Fox fue el único que respondió en vez de dar un nombre. De cualquier modo, Lena estaba confundida.

— Erm… ¿hay muchos gatos allí?

— ¿No nos escuchaste? Sólo hay uno.

Ella seguía confundida. Black Dog, incapaz de soportar la torpeza, decidió ayudarla.

— Es un gato negro, con patas blancas, así que hay algunos que lo llaman Negrito, o Blanquito, y otros lo llaman Manchas. No tiene un nombre fijo, y todos simplemente lo llaman como les apetece. Aunque recientemente a empezado a correr hasta nosotros cada vez que lo llamamos.

Ya veo.

—… Pero, ¿por qué no se deciden por uno?

—… Ahh… bueno, pues.

Black Dog tartamudeó y estaba a punto de contestar.

De repente, se desconectó del Para-RAID.

Crenna se levantó bruscamente y salió de la habitación, derribando la silla, y Daiya, el más cercano a ella, se apresuró también. El sonido de la silla derribada resonó en la habitación.

—¿… Paso algo?

Daiya estaba desconectado, y Crenna nunca estuvo conectada en primer lugar. Shin había mentido.

— Oh, hay un ratón en la habitación.

— ¿¡¡Ratón!!?

— ¿… Eso es demasiado para ti?

El pequeño regaño de Seo aparentemente nunca llegó a los oídos de su Handler.

Apareció un ratón… la voz de la Handler temblaba, y parecía que estaba realmente aterrorizada de ellos. Shin contestó despreocupadamente mientras entrecerraba los ojos al observar la puerta que Crenna cerró de golpe cuando salió del lugar.

Daiya se dirigió al fondo del corredor, y vio a Crenna exhalando con fuerza, descargando todo el estrés en su cuerpo.

¿Por qué están todos y ella tan…?

Simplemente la voz que salía de Crenna denotaba rechazo, ansiedad, y nerviosismo.

Hasta este momento, ella había pasado noches felices con todos los demás, y era un momento excepcionalmente cómodo para ella.

— Crenna.

— ¿Por qué están todos y esa mujer hablan tan cómodamente?

— Es solo por ahora. No pasará mucho tiempo hasta que la princesa deje de molestarnos.

Daiya se encogió de hombros, sus ojos estaban llenos de honestidad, mostrando su actitud frívola habitual. Sin importar cual fuera el Handler, en el pasado, ninguno podía dirigir a ese Dios de la muerte.

Esa chica todavía no sabía el verdadero origen del apodo de Shin. No sabía de los verdaderos enemigos que aún no habían aparecido, y su suerte pronto se agotaría.

La mutada y calamitosa oveja negra en medio del rebaño blanco de la Legión.

Estas «Ovejas Negras» eran llamadas así ya que fueron una vez pocas en número, sin embargo, sus números han superado con creces a las «Ovejas Blancas» en este momento.

Y luego estaban los «Pastores», el mayor peligro hasta ahora.

Crenna apretó los dientes. Ella lo sabía, en verdad lo sabía.

— ¿Por qué Shin aún no le ha revelado cómo es?

Dijo mientras reprimía las emociones en su corazón, sus palabras emanaban vileza.

— ¿Por qué habría para preocuparse por esa cerda blanca? Nuestra tasa de sincronización ya está establecida al mínimo.

— Ese es el procedimiento normal. Shin no destruyó al último Handler solo porque quiso.

La velocidad de sincronización del Para-RAID era establecida al mínimo, para permitir que la conciencia y los mensajes se transmitieran con precisión a través del ruidoso campo de batalla, de modo que solo la persona pudiera hablar y escuchar.

Entonces, Daiya preguntó con calma, no de una manera repugnante, sino de una manera persuasiva.

— Además, ¿eres capaz de decirle «La odio, así que por favor, destrúyela con esa cosa tuya» a Shin? ¿Puedes decir eso?

Crenna frunció los labios y permaneció en silencio. Lo que dijo Daiya era cierto.

Shin y los otros escuadrones eran sus aliados, su familia. Ella nunca podría decirle cosas tan duras a su familia.

Eso debería ser normal para Shin.

Pero.

— Lo siento… pero todavía no puedo perdonarlos. Mataron a papá, mamá, los trataron como basura y les dispararon como si fuera tiro al blanco.

La noche en que fue deportada al campo de concentración, los soldados Albas se reían a carcajadas cuando mataron a sus padres, solo para ver en dónde podían impactar las balas, soportaron cuanto pudieron hasta que murieron.

Su hermana, con siete años de edad más que ella en ese entonces, fue enviada al frente de batalla inmediatamente después de que llegara. En aquel entonces, ella tenía 14 años. Ahora Crenna ya tenía 15 años.

Pero esa noche, alguien ahuyentó a esos descarados, ignorando la sangre en su cuerpo mientras hacía lo posible para revivir a los padres moribundos de Crenna, pero no pudo salvarlos. Disculpándose con ellas estaba un soldado Alba.

— Esos cerdos blancos son todos unos imbéciles… nunca los perdonaré.

Pronto, ambos regresaron a la sala, y el tema del ratón había sido desviado hacia el escenario y la habitual vida cotidiana en el campo de batalla.

Daiya simplemente se encogió de hombros cuando vio a Raiden mirándolo y continuó reparando la radio. Crenna recogió al gatito que estaba agachado en la cama junto a Shin y comenzó a jugar con él. Sin embargo, puede que no haya estado de humor para hacerlo.

Y así, Shin se hizo a un lado, indicándole a Crenna se sentara. Ésta última acurrucó al
gatito, pareciendo indiferente mientras se sentaba al otro lado de la cama, alejándose
bastante de él.

— ¿De Verdad? ¿En verdad se puede ver tantas estrellas, Kirschblüte?

— Muchísimas. Supongo que fue hace unos dos años, cuando empecé a mirar hacia arriba, y de repente algunas estrellas comenzaron a caer desde los cielos. La mayoría de las estrellas fluían en senderos de luz.

Realmente era una vista impresionante.

Kirschblüte/Kaie continuaba barajando las cartas, ignorando el hecho de que Crenna había dejado su asiento en el que estaba ella ahora sentada.

Raiden también había visto la lluvia de meteoritos. Sin embargo, en aquel entonces, estaba en medio del campo de batalla, tanto sus amigos como enemigos estaban muertos, y solo Shin estaba a su lado. Los Juggernauts que ambos piloteaban habían agotado sus paquetes de energía, y el rezagado Fido se apresuraba a recorrer el campo de batalla, para reunirse con ellos. No podían sonreír, y mucho menos maravillarse con esta vista.

No había luces encendidas en el campo de batalla, y así que por la noche los alrededores permanecían oscuros. Esa podría ser la interminable oscuridad. Sobre el suelo, no podían ver los dedos de sus manos extendidas, y en los cielos encima de ellos, las llamas blancas continuaron deslizándose. El paisaje silencioso e increíblemente majestuoso era tan hermoso, tan radiante, como si el mundo se estuviera fragmentando y declarara el fin del mundo.

Supongo que vale la pena ver una escena así antes de morir. Raiden realmente se arrepintió de decir eso en aquel entonces. Y soltó una pequeña risa.

— Probablemente nunca volveré a verlo por el resto de mi vida… los cometas se pueden ver todos los años, pero una lluvia de meteoritos se da una vez cada ciertas décadas, y se dice que no se puede ver una tan enorme sino cada 100 años… oh, lo escuché de Sirius.

— Es una lástima… quisiera verlo también.

— ¿No puedes verlas dentro del muro?

— Las calles de aquí están cubiertas con luz. No puedo ver las estrellas.

— Ahh.

Kaie se empezó a reír entre dientes. Era nostálgico para ella.

— Ahora que lo mencionas… la noche aquí en verdad es oscura. No hay mucha gente por aquí, queda lejos de la ciudad y las luces son controladas, así que siempre podemos ver las estrellas del cielo nocturno, siempre está tan lleno de ellas. Es una ventaja de vivir aquí.

—…

Al escuchar la conclusión de Kaie, la Handler se quedó en silencio. Probablemente escuchó una respuesta inesperada. Tal vez ella había asumido que no habría de escuchar nada bueno de las bocas de los Procesadores, quienes vivían el Infierno en la Tierra.

Una voz extraña hizo esta pregunta.

Esa voz estaba llena de convicción, una que estaba lista para ser criticada y reprochada.

— Kirschblüte… ¿tú nos odias?

Kaie se quedó momentáneamente en silencio.

—… Bueno, claro que la angustiosa discriminación es horrible. No es fácil estar en el campo de concentración, y cada día que salimos a las batallas es aterrador. No son muy democráticos aquellas personas que nos impusieron este estilo de vida y nuestro deber, desechándonos a los 86 como ganado en lugar de humanos, por no decir menos.

La Handler estaba a punto de decir algo, probablemente para disculparse o culparse a sí misma, pero Kaie continuó. Como era de esperar, no tenía intención de dejar que el Handler hablara.

— Pero sé que no todos los Albas son malos… así como no todos los 86 son buenos.

— ¿Eh…?

Kaie repentinamente frunció sus labios amargamente.

— Soy una Orienta. Cuando llegué al campo de concentración y con mi antiguo escuadrón, me di cuenta de algunas cosas.

No solo ella, sino también Ange… y aunque no lo mencionó, Shin probablemente sufrió lo mismo. A aquellos que tuvieran la sangre entremezclada con los Albas, o con nobles del Imperio, fueron repudiados en los campos de concentración. Todos fueron blanco de frustración e desdicha. Las razas de la República, que provienen del Oriente y del Sur, también fueron discriminadas sin razón alguna.

No todos los 86 eran víctimas inocentes.

Para la minoría y los débiles, el mundo seguía siendo tan frío, indiferente hacia ellos.

— De todos modos, hay gente buena entre los Albas. Nunca los he conocido personalmente, pero hay quienes me dijeron eso. Así que no te odiaré solo por ser una Alba.

— Ya veo… así que supongo que tendré que agradecerles a esas personas también.

Kaie se inclinó un poco hacia adelante. Solo estaban sincronizadas, pero parecían estar hablando cara a cara.

— Tengo una pregunta. ¿Por qué te preocupas por nosotros?

Una imagen abrasadora apareció de repente en la mente de Shin, y alzó los ojos.

Él nunca se había enfrentado al fuego ni a ninguna tortura ardiente; parecía que estos eran los recuerdos de la Handler.

— Recuerdo haber sido salvada por otros. Esas personas eran procesadores, como ustedes…

Lena recordó.

— Él dijo «Nacimos en este país y nos criamos en él como ciudadanos de la República. Nadie lo admite ahora, pero es por eso que tenemos que demostrarlo nosotros mismos. Luchar para proteger a nuestro país es nuestro deber y honor como ciudadanos. Es por eso que luchamos». Mi anhelo es responder estas palabras de esa persona que me salvó. Él dijo que estaba luchando para demostrar su identidad como
ciudadano de la República. Siento que tenemos que responder a ese llamado. Siento que es una traición a los ideales tener que hacerlos luchar, que se sacrifiquen sin no
reconocerlos, y mucho menos no tratar de entenderlos bien… siento que es imperdonable.

Al escuchar esas palabras ingenuas, Raiden entrecerró los ojos.

Kaie ladeó la cabeza cuando escuchó eso, y reflexionó por un momento, diciendo:

— Handler Uno, realmente eres virgen.

— ¿¡Pfffff!?
Escuchó el sonido del té siendo escupido de los labios de la Handler. Ella no era la única, ya que el aire fue exhalado de los pulmones de los demás miembros.

Crenna y Haruto, los únicos que no sincronizados, inclinaron sus cabezas en confusión, y una vez que escucharon la explicación de Ange, también se echaron a reír.

La chica Handler continuó tosiendo.

Kaie estaba inicialmente perpleja por las reacciones de todos, antes de que su rostro comenzara a tornarse pálido.

— ¡… Ahh! ¡Lo siento, fue mi error! ¡Quería decir que eres como una doncella!

Normalmente, tales errores no se cometerían. Aun así, el significado fue similar.

Daiya y Haruto estaban apretando sus obstinados estómagos, golpeando la pared mientras reían, a la vez que Kino, quien estaba al otro lado de la pared gritó ¡Ya cállense, imbéciles! Incluso Shin mostró una extraña reacción, con los hombros temblorosos.

Kaie entró en pánico.

— Erm, lo quiero decir es que eres el tipo de chica que piensa que todo el mundo está cubierto de flores, o que hay un ideal perfecto e inocente. De todos modos, lo que trato de decir es que…

Claramente la Handler se había quedado petrificada, con su cara roja como la remolacha.

—… No eres una mala persona. Es más un consejo para ti.

Finalmente, Kaie pareció haberse calmado, cuando dijo:

— Puede que al final no te guste este cargo. Y no deberías preocuparte por nosotros.

No estamos luchando por razones tan nobles, así que no tienes que preocuparte… es mejor que cambies de trabajo antes de que te arrepientas.

No eres una mala persona, dijo Kaie.

Pero no dijo que era una buena persona.

En aquel entonces, Lena no entendía la distinción entre ambos.

— Handler Uno a todas las fuerzas. Fuerzas enemigas detectadas en el radar.

En este día, todas las fuerzas del Escuadrón Spear Head salieron. Lena estaba en la sala de control, mirando la pantalla mientras decía,

— Es un escuadrón enemigo de Grauwolfs y Löwes. Y algunos cañones antitanque tipo Stier siguiéndolos.

— Lo sabemos, Handler Uno. Listos para interceptar en el punto 478.

— Ah… entendido, Undertaker.

Estaba a punto de transmitir las posiciones de los enemigos y la estrategia de operación, solo para ser interrumpida, y solo pudo afirmar.

El escuadrón Spear head, un grupo de veteranos, no necesitaba el liderazgo de Lena, y recientemente, su trabajo principal era proporcionar todo tipo de ayuda para apoyarlos, incluyendo analizar al enemigo, dar prioridad al reabastecimiento, revisar la sección de información todos los días, buscar información estratégica perteneciente a la zona de batalla, y así sucesivamente.

Durante los últimos días, había estado pidiendo permiso repetidamente para utilizar el cañón interceptor desde la parte posterior de la zona de batalla. Tenía el suficiente alcance y, por lo menos, suprimiría la potencia de fuego de los Scorpions, lo que debería hacer que las batallas fuesen un poco más fáciles. Sin embargo, el cañón de intercepción era de un solo uso, ya que debía ser realineado después de cada disparo.

El equipo de transporte, sin embargo, no deseaba tener que esforzarse por los inferiores 86, y no estaban dispuestos a cambiar de parecer. Por lo tanto, ella nunca pudo obtener el permiso. Cuando se quejó de eso durante su contacto regular,

Laughing Fox respondió Esa cosa ya debe estar completamente oxidada ahora, ¿no?

— Undertaker. Gunslinger lista en posición.

— Laughing Fox a Undertaker. Equipo tres en posición.

Los equipos llegaron rápidamente a sus ubicaciones designadas, habiendo predicho la trayectoria de la Legión mientras permanecían en sus posiciones de emboscada intactas.

Parecía que habían establecido hacia dónde se dirigía y atacaría la Legión, y los Procesadores de Spear Head podían haber visto algo o determinado de manera independiente sus posiciones.

Les preguntaré como lo hacen cuando termine esta batalla, pensó Lena. Si sus métodos se pudieran compartir con los otros escuadrones, tal vez se podría reducir la cantidad de Procesadores asesinados en las emboscadas. La valiosa información estratégica solo era útil personalmente, y una de las principales fallas de este retorcido sistema de batalla era que los datos no podían recopilarse ni difundirse.

De cualquier modo, le dio un vistazo al mapa de la primera zona de batalla que encontró la noche anterior y dijo:

— Undertaker, por favor haz que Gunslinger se posicione a 500 metros de distancia, a las tres en punto. Debería haber una torre alta que puede usar para cubrirse. Debería poder permitirle una posición de disparo más clara y una visión mejorada.

Después de una pausa, Undertaker respondió:

— Afirmativo… Gunslinger, ¿puedes ver esa posición?

— Espera, dame diez segundos… sí, Me dirigiré justó allí.

— Esa posición cubrirá la dirección opuesta que el equipo de vanguardia está atacando. Teniendo en cuenta que la estrategia básica de Undertaker es romper sus filas y eliminarlas, esto debería ayudar a esconder nuestras fuerzas en la fase inicial mejor que antes.

Werewolf se reía.

— Entonces básicamente la usarás como cebo. Suenas como una princesa, pero eso de seguro será interesante.

Las unidades de Löwe y Stier no pueden disparar a ángulos altos, y por lo tanto no pueden atacar a los artilleros desde lugares con gran ventaja. Además, si hay necesidad de cambiar de lugar, puede esquivar usando el paisaje circundante.

— No lo malinterpreten… esa es una buena idea. ¿Correcto, Gunslinger?

— Me conformo con cualquier cosa, siempre y cuando pueda ayudar a otros.

La chica respondió bruscamente, dirigiendo su helado tono hacia Lena.

— ¿Encontraste un nuevo mapa? Qué conveniente, ¿eh?

Lena hizo una mueca. Parecía que no podía dar con el lado bueno de esta chica llamada Gunslinger. Ésta última ni una sola vez participó en los contactos hechos a diario, e incluso en las conversaciones habituales, estaba llena de rencor.
El mapa que Lena tenía fue una vez creado por los militares, con mucho tiempo y mano de obra. Era detallado; sin embargo, se decía que el mapa nunca llegó a las bases de las líneas del frente, actuando como puntos de defensa importantes. El mapa que tenía el escuadrón Spear head fue rescatado de una montón de basura al azar, por uno de sus antiguos miembros, y lo habían estado usando hasta ahora después de que se le añadieron y editaron muchas cosas. Estaban familiarizados con algunos lugares y rutas que serían beneficiosas para contraatacar, pero aparte de eso, no estaban para nada familiarizados con el paisaje.

— ¿Debería enviarlo más tarde?

La información era enorme, y no era conveniente enviarla durante la batalla, así que tal vez sería mejor que las enviase más tarde.

La voz de Werewolf estaba llena de sarcasmo.

— Vale. ¿Pero no tienes problema con tus superiores por enviar un mapa militar clasificado a ciudadanos enemigos como nosotros?

— Está bien. La información debe usarse después de todo.

Al escuchar su respuesta, Werewolf se quedó en silencio y soltó un pequeño suspiro, probablemente de lamento.

Lena buscó este mapa en una pila de cajas de cartón que no estaban archivadas, y nadie sabía dónde estaba antes de que ella lo encontrara. Nadie sabía si se había perdido o si fue robado, y mucho menos fotocopiado, de seguro no era información clasificada.

Hace nueve años, cuando comenzó la guerra, todas las fuerzas militares, incluidas las de las líneas traseras, fueron llevadas al frente de batalla y fueron asesinadas. Por lo
tanto, la información y las posiciones estratégicas nunca se transmitieron correctamente, dando como resultado la pérdida de mucha información.

Y el orgullo de los soldados profesionales, quienes debieron haber abordado estos asuntos decisivamente, había desaparecido.

— Además, ninguno de ustedes son solo 86. Nunca los he llamado así…

— Sí, sí… ya están aquí.

Un ambiente tenso se encendía. Algunos de ellos parecían emocionados, probablemente debido a la confianza como veteranos, o debido a las cantidades masivas de adrenalina que se bombeaban en sus cuerpos durante una intensa batalla.

Los rugidos de los cañones perduraban en sus oídos a través de la audición sincronizada.

En el caótico campo de batalla, los destellos rojos comenzaron a disminuir en números.

El primer equipo de Spear Head se movía a través del bosque de la zona de batalla, y aniquilaba a los Stier, los cuales tenían una potencia de fuego fuerte pero poca defensa y movilidad. Mientras tanto, atraían a los Grauwolf y Löwe al bosque, interceptándolos y derribándolos de uno en uno. Debido a los muchos obstáculos en el bosque, Los Löwe tenían dificultades para retroceder, y siendo incapaces de desplegar su movilidad habitual, su campo de tiro se veía muy obstaculizado. La Legión se vio obligada a dispersarse en el espacio reducido, lo que provocaba una pérdida de la ventaja numérica de su lado.

Para un espectador, ellos estarían muy familiarizados con sus acciones, pero, de hecho, la batalla no era fácil para ellos. El Juggernaut pilotado por Kirschblüte apenas logró evitar un disparo, se metió en un conjunto de árboles y trató de llegar a la izquierda del Löwe.

Lena sintió inmediatamente un escalofrío. El posicionamiento del Löwe era un poco extraño. Esa unidad enemiga no debería estar allí, dado dónde estaban ubicadas las otras unidades enemigas. No había forma de que una sola unidad pudiera proporcionar cobertura para las unidades circundantes.

Identificó frenéticamente hacia dónde se dirigía Kirschblüte, un área claramente marcada en el mapa de la zona de batalla, la cual esta última no conocía, algo que parecía estar cubierto,

— ¡No vayas allí, Kirschblüte!

— ¿Eh?

Pero ya era demasiado tarde para detenerla.

El punto que indica la posición de la Kirschblüte se detuvo de forma antinatural en el radar.

—… ¿¡Qué!? ¿¡Un humedal…!?

Kaie se sacudió con fuerza debido a la inercia mientras su unidad se detuvo, quejándose. Según la pantalla, parecía que las dos patas delanteras de su unidad estaban hundidas profundamente en el suelo, pero se dio cuenta de que estaba parada en los humedales, que solo se asemejaban a los pastizales debido al bosque oscuro. Esta era una trampa mortal para un Juggernaut, ya que la presión que sus piernas ejercen sobre el suelo era enorme.

De todos modos, debería retirarme de aquí tan pronto como sea posible. Pensó

Kaie mientras sostenía sus controles de mando:

— ¡Kirschblüte! ¡Sal de ahí!

Ella alzó la cabeza ante la advertencia de Shin. Los sensores ópticos de Kirschblüte se elevaron junto con sus ojos.

Ante ella estaba un Löwe.

—… Ah.

La distancia entre los dos era mínima, y el Löwe balanceaba sus patas delanteras. Cruelmente. Los engranajes giratorios movieron las articulaciones, sin importar
cuanto gimiera la presa bajo sus pies.

— No.

Su voz era débil, como un niño al borde del llanto.

— No quiero morir.

Los engranajes giraron, y las enormes patas capaces de moverse rápido y soportar una masa de cincuenta toneladas aplastaron el Kirschblüte.

Las uniones eran muy débiles, y una vez recibiera un impacto más allá de un límite, la parte interna saldría volando. Esta cabina similar a una almeja, llamada la «guillotina» por los procesadores, se separó como corresponde a su nombre.

Algo redondo cayó al suelo con un ruido sordo, rodó por el follaje y desapareció.

Después de un momento de shock, el sistema de comunicación se vio abrumado por los gritos y la ira.

— ¿¡Kirschblüte!? ¡¡Mierda!!

— Undertaker, voy a recuperarla. ¡Dame un minuto! ¡No podemos dejarla así!

Shin respondió, su voz era tan tranquila como siempre, como el agua debajo de la superficie helada de un lago en invierno.

— No tiene sentido, Snow Witch… es una trampa, y están al acecho.

Los Löwe que habían matado a Kaie permanecieron ocultos allí. Era una táctica común a menudo utilizada por los francotiradores, el apuntar un soldado herido o cadáver en una posición obvia y matar a cualquier enemigo que venga a ayudarlo o recuperarlo.

Ange no respondió, en su lugar golpeó el tablero con el puño, lo que generó sonido sordo. Snow Witch continuó disparando granadas de 57 mm sobre Kirschblüte y el área a su alrededor.

— Kirschblüte cayó en combate. Fafnir, ayuda al Equipo Cuatro… los enemigos son pocos ahora, elimínalos antes de que abran una brecha.

— Entendido.

La respuesta tranquila no estaba envuelta en ira. Estas personas con Nombres clave ya estaban demasiado acostumbradas a ver a sus aliados caer ante ellos, o como las señales de sus aliados se perdían en el radar, tanto que no les sorprendía. La angustia tendría que esperar su turno después de que terminara la batalla, ya que de lo contrario acabarían muriendo también. Este maldito sentido de la racionalidad se forjó a través de las llamas de la guerra, de modo que tenían que dejar de lado todos sus sentimientos, a excepción de la necesidad de mantener la calma. Tal era la decisión que se tomó después de estar acostumbrados a la locura del campo de batalla, ya que los humanos estaban impregnados gradualmente con la subconsciencia de una máquina de combate.

Por un momento, en un abrir y cerrar de ojos, las arañas de cuatro patas crujieron, emitiendo extraños pasos mientras entraban en la oscuridad del verdor.

Lo destruían todo, como un grupo de esqueletos errantes ante las Puertas del Hades, para que después de la despedida, su camarada fallecida no se sintiera sola.

Poco después, las fuerzas de la Legión fueron liquidadas. Ninguno pudo retirarse, y todos fueron eliminados sin dejar rastro, en una demostración de las voluntades de los Procesadores. Lena sentía dolor en su corazón.

Hace dos días, hace apenas dos días, escuchó a la fallecida describir la majestuosa escena de la lluvia de meteoritos con sus orgullosas palabras. El lamento surgía en su corazón como una marea.

Si ella solo hubiera podido encontrar el mapa antes.

Si ella tan solo los hubiera alertado antes.

— La batalla ha terminado. Buen trabajo a… todos.

Nadie respondió. Probablemente todos estaban angustiados.

— Con respecto a la muerte de Kirschblüte… mis más sinceras condolencias. Si solo pudiera haber hecho un poco más…

En ese momento,

Un aterrador silencio vino del otro lado del Para-RAID.

— ¿… Condolencias?

La respuesta vino de Laughing Fox. Su voz era calmada, pero estrepitosa, haciendo
todo lo posible por controlar su rabia.

— ¿De qué nos das condolencias? ¿Qué son las muertes de uno o dos 86 para ti? Una vez que te vayas a casa luego del trabajo, simplemente te olvidarás de eso y cenarás feliz, ¿verdad? Todo lo que sabes es recitar bonitas palabras ¿¡Sabes cuán vacías están!?

Por un momento, ella se sorprendió, sin saber lo que estaba diciendo, y sin saber cómo debía responder.

No se sabía cuáles eran los sentimientos tenía Laughing Fox cuando Lena se quedó sin palabras, él suspiró y continuó, con clara hostilidad, disgusto e ira.

— Dijiste que no discriminarías a los demás, que no pensabas en nosotros como cerdos, que eras tan pura y justa. Eso solo es un juego para que quedes como una Santa, ya estábamos hartos de ello. ¿Pero siquiera sabes cómo nos sentimos nosotros? Acabamos de perder una compañera. No hay tiempo para que nos entretengas con tu falsa bondad, ¿entiendes?

— Fal…

Falsa bondad

— ¿O crees que no sentimos nada solo porque una compañera murió? -Jaja, sí, ¡para ti, los 86 son solo un puñado de cerdos que están debajo de los humanos, y que de ninguna manera podemos razonar con ustedes!

— No…

Las repentinas palabras dejaron completamente en blanco la mente de Lena.

— ¡No! ¡No trataba de…!

— ¿No? ¿Entonces qué más? Nos lanzan al campo de batalla como armas, nos hacen luchar hasta la muerte y se esconden dentro de los muros, simplemente disfrutan del espectáculo con una cara arrogante. Si eso no es llamarnos los cerdos 86, ¿entonces qué es?

—…

Los sentimientos de los Procesadores se filtraron en su corazón a través del Para-RAID. Algunos estaban despreocupados, mientras que otros, como Laughing Fox, daban sensaciones de diferentes niveles de frialdad, con malicia, disgusto y rechazo.

— ¿¡No nos llamas 86?! ¡Simplemente no nos has llamado así pero nos tratas como así, eso es todo! A la mierda con eso de «proteger este país es nuestro orgullo como ciudadanos, tenemos que responder al llamado» ¿Crees que hemos venido a luchar una guerra por voluntad propia? ¿No será porque ustedes nos arrastraron hasta aquí y nos obligaron a luchar? ¿Sabes cuántos millones murieron desde que comenzó la guerra? No te importa terminar la guerra, sino solo decir esas lindas palabras todos los días y pensar que eso es suficiente para pensar en nosotros como humanos. Tú…

Con una oración tras otra, Laughing Fox procedía a abofetearle la cara verbalmente.

Lena había asumido que pensaba en ellos como personas. Eso era todo. Lo que él dijo a continuación era la prueba decisiva de que no lo hizo, expulsando sangre de su luminoso y brillante corazón.

— Nunca te molestaste en preguntar ni siquiera nuestros nombres de todos modos, ¿o sí?

En ese momento, ella se olvidó de respirar.

— Ah…

Recordó las conversaciones que tuvieron y entró en estado de shock. Era cierto, ella no sabía sus nombres, y nunca se los preguntó. No podía llamar a ninguno de ellos por sus nombres, ni a Undertaker quien siempre respondía primero, o a la entusiasta Kirschblüte. Y claramente nunca dio su nombre, solo se refería a sí misma como Handler Uno, el nombre en clave que indicaba que ella era la Comandante y vigilante. Nunca sintió nada malo en ello al respecto.

Tal acto era una falta de respeto entre los humanos, uno que era absolutamente imperdonable, a menos que fuera por una pauta establecida.

Les había faltado el respeto sin darse cuenta.

El ganado debe ser tratado como ganado. Recordó a su madre decir esto, y ella misma actuaba de esta manera. Aparte del hecho de que nunca lo dijo, ¿qué tan diferente era de ella?
Su cuerpo comenzó a temblar. Las lágrimas brotaban de sus ojos, goteando como un sendero de perlas sobre un hilo suelto. No pudo decir nada y ni siquiera llorar. Ella se cubrió la boca con ambas manos. Había pisoteado inconscientemente a los demás, sin sentir nunca remordimiento. Estaba aterrada al ver el feo rostro escondido en su corazón, y estaba aterrorizada.

Werewolf, no, el chico Colorata a quien ella se refería como tal, cuyo nombre y apariencia no conocía, habló en ese momento.

— Seo

— ¡Raiden! ¿¡Por qué habrías de proteger a esta cerda blanca!?

— Seeeo.

— Tch… Entendido.

Un chasquido de lengua sonó. La presencia de Laughing Fox desapareció del Para-RAID.

Werewolf dio un gran suspiro, expulsando todos los sentimientos de su corazón, y dirigió sus palabras hacia ella.

— Handler Uno, desconéctate.

— … Werewolf, erm.

— La batalla ha terminado. No tenemos el deber de ser comandados… lo que Laughing Fox hizo fue demasiado, pero esto no significa que estemos dispuestos a charlar contigo.

El frío tono no tenía intención de criticar, pero parecía excepcionalmente cruel para los oídos de Lena.

Nunca la reprendió por su insolencia. Nunca la culpó, demostrando que la había dejado ser como era. En cualquier caso, mientras fingían hablar, ella no tenía intención de escuchar, y no sabían lo que estaba diciendo.

Para él, ella era simplemente una cerda similar a un humano. Ya se había dado por vencido.

—… Lo siento.

Ella reprimió el temblor de su voz mientras pronunciaba esas palabras, y después de una pausa, se desconectó. Ninguno de ellos respondió a sus disculpas.

Después de desconectarse con la Handler y los demás escuadrones, Seo se sentía insoportable.

Y luego, Ange finalmente se conectó con él.

— Seo.

—… Lo sé.

Se quejó. Él odiaba su propia respuesta inmadura y puso un rostro de ira.

— Entiendo cómo te sientes, pero fuiste demasiado lejos allí. Incluso si fuera verdad, no debiste haberlo dicho.

— Entiendo… lo siento.

Lo había entendido. Les había prometido a todos que no haría eso. No había necesidad de enfatizar nada que ya se tuviera claro, y hasta ese momento había cumplido esta promesa.

Expresó todo en su corazón con las palabras más duras que se le ocurrieron, pero su corazón nunca pudo ser sofocado. En vez de eso, estaba cada vez más agitado, y eso lo enfurecía. Las pronunciadas palabras también herían a sus irremplazables compañeros de escuadrón, a los que él no debería haber lastimado.

Él rompió esa promesa. Rompió esa importante promesa, debido a esa maldita cerda blanca.

Pero no pudo soportarlo. Porque seguramente fue debido a…

—¿… Es por tu antiguo líder de escuadrón?

—…Sí.

Recordó esa enorme espalda.

Cuando tenía 12 años y acababa de inscribirse, conoció al líder de su primer escuadrón.

Era alegre, animado y, aun así, excluido por todos en el escuadrón. En ese momento, incluso Seo lo odiaba.

El nombre clave personal de Laughing Fox le fue heredado de él. En aquel entonces, las habilidades de dibujo de Seo no eran decentes para nada, y solo podía hacer garabatos de un Zorro sonriente bajo la cubierta del Juggernaut de su Líder, convirtiéndolo en una burla.

Una vez escuchó a esa cerda blanca hablar como una Santa autoproclamada, con la misma expresión de ese Líder, actuando compasiva por la muerte de Kaie, Seo ya no pudo soportarlo más.

Un solo momento de impulso acabó en un resultado que no estaba dispuesto a ver.

—… Lo siento, Kaie.

Bajó los ojos cuando vio los restos quemados del Kirschblüte Había visto innumerables cadáveres de sus compañeros, pero al ser ella, no podía sepultarla aunque estuviera frente a él, y tampoco podía recuperar su cadáver.

— Hice lo que hizo esa cerda blanca. Desperdicié tu sacrificio.

Y a ti, que te sentías tan orgullosa incluso después de pasar por tanto, y nunca te quejaste de nada hasta el final.

Cada noche que un compañero de escuadrón moría, el resto estarían solos o en grupo, estando de luto por los muertos a su modo. Nadie entró en la habitación de Shin.

La luz de la luna y de las muchas estrellas llegaba hasta la habitación, de modo que no había necesidad de encender las luces. Shin tenía los ojos cerrados bajo esta fría luz. De repente, escuchó un pequeño golpe en la ventana desde el exterior, y abrió sus sangrientos ojos rojos.

Fuera de las ventanas de los cuarteles estaba Fido, extendiendo sus brazos de grúa en lo alto, y junto con los manipuladores, le entregó la placa de metal de varios centímetros de ancho.

— Gracias.

— Pi.

Shin recibió la placa, y Fido parpadeó con sus sensores ópticos, antes de chirriar mientras giraba, y regresó al establecimiento de recuperación automatizada para entregar el contenedor lleno de escombros. Tal era el trabajo real de un Recolector.

Una vez que colocó la placa de metal en un trozo de tela, se activó el Para-RAID.

Shin detuvo su mano al intentar ocultar la bolsa de tela con herramientas básicas y frunció el ceño. Él era el único que estaba sincronizado y el resto del grupo en esta base no se unió.

—…

Pero una vez ella contactó con él, no dijo nada, sino que tenía una sensación de dolor y tristeza. Shin suspiró y preguntó:

— ¿Pasa algo, Handler Uno?

Parecía que los hombros de ella se sacudieron, pero permaneció en silencio, probablemente con duda. A Shin no le importaba, esperando pacientemente que ella hablara.

Él continuó con su trabajo, y al cabo de un rato, la chica Handler finalmente soltó una voz temblorosa. Esta vez, Shin no detuvo lo que estaba haciendo mientras escuchaba la voz delicada y penetrante que aún temía el rechazo.

—… Erm…

Si él se hubiera negado, ella simplemente se desconectaría de modo obediente, así pensaba.

Con esta idea en mente, Lena estaba aterrorizada al escuchar esa voz tranquila y habitual.

Una y otra vez intentó calmar su respiración, preparándose para hablar, y después de
varios intentos, finalmente dejó escapar una voz.

—… Erm, Undertaker, ¿ahora es conveniente…?

— Sí, seguro.

Era una voz serena, firme, monótona, y de corta respuesta.

 

Una vez que escuchó ese tono habitual, finalmente entendió que no era una muestra de su calma, sino que simplemente se mantenía alejado de ella.

Ella bajó la cabeza, regañando su corazón por dudar debido al miedo.

Tal vez todavía era despreciable de su parte.

Ella debería haberse presentado a todos los miembros. Sin embargo, no tuvo el coraje para tratar de contactarse con Laughing Fox o Werewolf, quienes seguramente no volverían a conectarse.

— Mis disculpa. Por lo que pasó hoy día y todo lo anterior, lo siento mucho… erm.

Ella apretó sus puños, los cuales estaban colocados sobre sus rodillas.

— Me llamo Lena. Vladilena Millizé. Podría ser tarde para preguntarlo ahora… pero ¿me podrías decirme tu nombre…?

El silencio duró un rato.

Lena sintió una total aprensión en este silencio. La voz que venía de lejos enfatizaba este silencio ante ella.

—… Si te sientes mal por lo que Laughing Fox dijo…

La voz todavía estaba llena de frialdad. Era distante, directa y con una narración objetiva.

— Entonces no tienes necesidad de hacerlo. Lo que dijo no es representativo de lo que todos pensamos. Este no es un problema que solo tú causaste, y es poco probable que hayas sido capaz de hacer algo por ti misma. Lo entendemos. Él te culpa de lo que no pudiste hacer, no hay necesidad de pensar en ello.

— Pero… es mi culpa por no haberles preguntado a todos sus nombres.

— No hay necesidad de eso. La sincronización Para-RAID está diseñada para que la <Legión> no nos espíe, pero sí debemos identificarnos a través de los nombres clave. ¿Por qué crees que los datos personales de los procesadores no se revelan?

Lena frunció los labios. No era difícil darse cuenta de la razón, aunque no era algo glorioso para comenzar.

— Así los Handlers nunca pensarán en los Procesadores como humanos.

— Sí. La mayoría de los Handlers no vivirán más de un año. Es demasiada responsabilidad para un solo Handler soportar tantas muertes. Probablemente incluido esta.

— ¡Esto sería muy despreciable! Yo…

Ya se había recuperado, y su voz se consumió una vez más.

— Yo también soy despreciable… pero no quiero permanecer así cuanto pueda. Si están dispuestos… ¿podrían por favor decirme sus nombres?

Shin solo pudo suspirar ante esta inesperadamente obstinada chica Handler.

— El verdadero nombre de la caída en combate de hoy, Kirschblüte, era Kaie Tanya.

— ¡…!

Hubo un chillido claramente de asombro desde el otro extremo del Para-RAID, pero se sofocó una vez se dio cuenta de que era el nombre de la chica que acababa de morir el mismo día. En contraste, Shin dio los nombres de sus compañeros de escuadrón con calma.

— El nombre del Vice-comandante Werewolf es Raiden Shuga. Laughing Fox es Seo Lica. Snow Witch es Ange Ema. Gunslinger es Crenna Cucumila. Black Dog es Daiya Iruma…

Después de que se les nombrara a los veinte compañeros de escuadrón, la Handler concluyó,

— Soy Vladilena Millizé. Llámame Lena.

— Ya lo escuché justo ahora… ¿y tu rango es?

— Ah, sí. Comandante. Recién nombrada.

— Entonces, ¿está bien que te llame Comandante Millizé?

—…Cielos.

Lena dio una sonrisa irónica al escuchar la insistencia de Shin de llamarla su superior.

Y luego, habiendo finalmente pensado en algo, preguntó:

— Nadie parece estar a tu alrededor hoy… ¿qué estás haciendo?

Shin se quedó momentáneamente en silencio.

— Un nombre.

— ¿Eh?

— Estoy grabando el nombre de Kaie ahora… Los 86 no tenemos tumbas.

Levantó la pequeña placa de metal, la puso a la luz de la luna y la inspeccionó. La aleación de aluminio rectangular tenía el nombre de Kaie grabado en ella, la parte enrojecida contenía palabras negras sobre ella. Y sobre la imagen de una flor de cerezo con cinco pétalos, la palabra Kirschblüte en su lengua nativa se escribió, el nombre clave personal del Juggernaut de Kaie.

— En el primer escuadrón en que estuve, hice la promesa con otros de grabar los nombres de esos caídos en combate sobre los escombros de sus unidades, y quienes sobrevivieran debían mantenerlos. Los que finalmente siguieran vivos llevarían las piezas de esos muertos.

Inicialmente, no podían obtener los restos de algunas unidades, y solo pudieron usar otras placas de metal o tablas de madera para reemplazarlos, y grabar los nombres de los muertos con clavos, como prueba de que alguna vez existieron.

Una vez que Fido supo esto, comenzó a comprometerse a obtener los restos de las unidades. También aprendió a cortar la marca personal de los muertos que se ubicaban en el fondo de la cubierta.

Todas las placas de metal, incluidas las de los miembros de su escuadrón inicial y los difuntos con quienes se topó luego, estaban en la caja de herramientas ubicada en la cabina del Undertaker. Todo lo que quería hacer era cumplir con la promesa que hizo con ellos.

— En aquel entonces, quien logró vivir hasta el final fui yo. Luego estuve en otro escuadrón y terminé siendo el único vivo nuevamente. Así que tengo que llevarlos conmigo. Necesito mantener a los camaradas que lucharon a mi lado todo el tiempo.

Lena sintió una repentina sacudida en su corazón cuando escuchó esa voz tranquila.

De repente comprendió que, a diferencia de antes, el equilibrio en su voz no era lo que lo hacía que se inmutara.

Y ella se avergonzó rápidamente de esto.

Simplemente aceptó las innumerables muertes de quienes lo rodeaban. Nunca lamentó sus muertes, porque simplemente las aceptaba y los llevaba con él.

Durante el día, él no simplemente reconoció que un compañero de escuadrón había muerto ni llorado hasta quedar seco por su muerte. Él simplemente tomó la muerte de ella con calma, y eso era realmente más admirable.

— ¿Cuántos han muerto hasta este momento…?

— Quinientos sesenta y uno, incluyendo a Kaie.

Él respondió de inmediato, y ella frunció los labios. No recordaba los números de los que habían muerto bajo su mando. No eran muchos, pero si se le preguntara, podría ,no ser capaz de recordarlos con precisión.

—… Entonces es por eso que te llaman Undertaker*.

*Sainto: Undertaker significa aquella persona que prepara los actos fúnebres de alguien.

— Esa es una de las razones.

Solo podía recordar a sus compañeros difuntos, siendo incapaz de construirles tumbas, y plasmar sus recuerdos y pensamientos de ellos sobre las placas de aluminio.

No era de extrañar que él fuera tan adorado. Este chico, llamado Undertaker, era muy amable.

Al pensar en esto, Lena de repente abrió los ojos.

— Erm, Undertaker.

Pero incluso en este momento, Shin no se dio cuenta de cómo lo había expresado con tan poco cuidado y preocupación por todo lo demás. Esto no solo aplicaba en Lena, sino también en él mismo.

— No recuerdo haber escuchado tu nombre…

Shin parpadeó. ¿No estás dispuesto a decírmelo? ella preguntó, pero ese no era el caso. Simplemente se le había olvidado decirlo.

— Lo siento. Shinei Nouzen.

Para Shin, su nombre o nombre clave personal eran solo marcadores de identificación para él, y no le importaba como se lo nombrara. Él simplemente respondió, solo para levantar los ojos una vez que oyó a Lena jadear.

— ¿¡Nouzen…!?

Lena repitió ese nombre aturdido.

¡Pammm! Hubo un sonido como si la silla de ella se hubiera derrumbado cuando de
repente se paró.

— ¿Conoces a alguien llamado Shourei Nouzen? ¡Su nombre en clave personal es Dullahan, con la marca personal de un caballero esqueleto blanco sin cabeza…!

Shin abrió ligeramente los ojos.

— Demos un vistazo al campo de batalla, Lena. Revisa lo que está sucediendo allí.

Ese día, el Coronel Vaclav Millizé de la República llevó a su hija única, Vladilena, de diez años, a la primera línea en un avión de exploración.

—… ¿Estamos en medio de la guerra, padre?

—Si por supuesto. Y al mismo tiempo, estamos haciendo algo extremadamente inhumano.

Vaclav era uno de los pocos supervivientes del ejército de la República. Los subordinados que estaban bajo su mando luchaban por sus familias y compañeros, llenándose las manos de sangre y, sin embargo, su amado país introdujo una ley cruel que pisoteaba sus ideales.

Consideraron que algunas de sus personas, a quienes deberían proteger, no eran humanos, y los expulsaron, obligándolos a luchar.

Él no pudo olvidar un incidente que ocurrió en una ciudad determinada.

Se apresuraron en reclutar nuevo personal para reemplazar a sus soldados que fueron eliminados, y la mayoría de los nuevos eran desempleados debido a las tendencias psicóticas y la pereza, siendo carentes de educación, y la primera misión que recibieron fue expulsar a los ciudadanos junto con ellos, usando armas. La moral lastimosamente pequeña que tenían se agotó, y todos los escuadrones comenzaron a ser violentos en todas partes.

Todavía recordaba a esos descarados que dispararon a unos padres hasta su muerte ante los ojos de sus hijas.

La imagen de la posiblemente hermana mayor, negándose a llorar con sus ojos helados, y la hermana menor observó gritando suplicas de que se detuvieran quedó impresa en la mente de Vaclav.

Era poco probable que perdonaran alguna vez a los Albas y la República.

— Si pudiéramos apresurarnos y detener esto…

El avión explorador no estaba volando demasiado rápido, de modo que su hija pequeña podía ver todo más allá del Gran Muro.

Los ciudadanos que vivían en la primera zona legislativa difícilmente salían. El avión explorador volaba sobre las fábricas de producción a lo largo de los barrancos montañosos situados al borde de las zonas, atravesando los generadores de energía solar, generadores geotérmicos, generadores de energía eólica, y atravesando el Gran muro que permanecía alto y majestuoso como las montañas. Lena abrió los ojos al ver este paisaje por primera vez en su vida. Sin embargo, una vez que el avión voló sobre los cielos de la zona de contención, observó los pésimos cuarteles rodeados de cercas de alambre y minas sobre las praderas mientras el ocaso brillaba sobre ella, y sus ojos parecían cada vez más sombríos, a diferencia del entusiasmo que mostraba antes.

Vaclav sonrió cuando vio a su hija mirar hacia afuera con una mirada sombría. Una doncella tan inteligente; ella podía observar, aprender y pensar por sí misma, incluso sin que otros le enseñaran.

Era un delito utilizar un artefacto militar para uso personal, y tener a un civil sin permiso, pero no le importaba. El ejército real de la República consistía en fallas con fracasados usando vestimentas militares, gastando su tiempo de trabajo en diversión y juegos de azar para irse de fiesta luego del trabajo.

— Baja un poco y ve un poco más lejos hacia las líneas de frente. Quiero mostrarle a mi hija cómo es un campo de batalla.

Le dijo al piloto, quien sostenía el control de mando. Un avión de exploración casi no tenía la posibilidad de volar más allá de las ochenta y cinco zonas legislativas, y como no había muchas posibilidades de volar más lejos, el piloto aceptó entusiasmado asintiendo sin pensar demasiado.

— Entendido, Coronel… pero el área debería ser una zona de exclusión aérea establecida por el equipo de logística, ¿cierto?

— Está bien. No estamos volando en un área de pelea. Será de noche si seguimos volando a esta velocidad. La Legión no se moverá.

Normalmente la Legión solo actuaba durante el día, ya que su energía se generaba a través de la electricidad. Los enemigos de tipo generador en la zona controlada, los almirantes, producían paquetes de energía para las fuerzas de combate en el día, y si las unidades se quedaban sin energía durante la batalla, podrían recargarla a través de paneles solares. Ya que la electricidad no se podía generar en la noche, serían
derribados una vez que se les acabara la electricidad. Por lo tanto, normalmente evitarían pelear en la noche.

Mientras Vaclav quería mostrarle a Lena cuán intensa sería una batalla contra la Legión.

Nada se comparaba con la seguridad de su hija. Mientras la observaba, ella hizo una mueca.

Sin embargo, Vaclav cometió un error.

Subconscientemente podría haber asumido que solo los 86 se iban a sacrificar en el campo de batalla, y no le importaba demasiado.

La Legión los rodeaba, su contacto con los otros países estaba bloqueado, y no podían desplegar aviones de combate para atacar objetivos terrestres enemigos.

Los Stachelschwein. Estas eran unidades antiaéreas móviles de la Legión desplegadas en todas partes de la República y en cualquier otro lugar justo cuando comenzó la guerra, escondidas en medio de los Eintagsfliege.

Las brillantes luces del campo de batalla iluminaban el cielo negro y las llamas rojas se dispersaron junto con una explosión ensordecedora.

Las hojas del rotor del ala izquierda fueron golpeadas cuando el avión explorador dejó escapar un rastro de llamas, perdió el equilibrio y cayó gradualmente hacia el suelo.

Un líder de escuadrón patrullaba por la noche cuando presenció esta escena.

—… Oye, había un avión explorador.

— ¿Eh? Ohh, olvídalo, Dullahan. Probablemente algún cerdo idiota volaba un avión para ver las líneas del frente. ¿No es genial que los 86 veamos morir a varios de esos cerdos blancos?

El líder no escuchó sus palabras, sino que cerró la compuerta de su cabina y activó su amada unidad. Tenía un sangriento cabello de color rojo e iris de color negro oscuro en sus ojos.

— Oye Dullahan…

— Los salvaré… continuaré con la patrulla.

Un mar de fuego la rodeaba cuando abrió los ojos.

Las manos de Lena estaban en el suelo mientras apoyaba su cuerpo, encontrándose aturdida.

Todo estaba ardiendo, y su padre no se movía en medio de las llamas, porque todo lo que estaba sobre su torso había desaparecido.

Ella escuchó las llamadas desde el exterior y salió de la cabina.

Ante ella estaba un enorme monstruo, solo pudo verlo cuando levantó su cabeza, su exterior reflejaba una color plateado y agudo en medio de las llamas.

Los ojos rojos y sangrientos brillaban como el cristal, y las ametralladoras montadas sobre sus hombros tenían un color terriblemente profundo. Las articulaciones parecidas a un gusano se movían de forma errática, y su figura saltó en el aire, de una manera repulsiva.

El piloto del avión, no muy lejos, estaba gritando algo, y levantó el rifle de asalto en su cintura, apretando el gatillo con locura. La mayoría de las balas no impactaron, y las pocas simplemente rozaron la armadura. El Ameise no prestó atención mientras se acercaba lentamente a él, y con indiferencia movió sus patas delanteras hacia delante. En ese momento, la parte superior del cuerpo del piloto fue cortada, y la sangre salpicaba desde la región cortada como un géiser, separándose de la parte inferior del cuerpo.

La unidad del sensor óptico de Ameise volvió a mirar a Lena nuevamente.

Ella solo pudo retroceder al fondo. En ese momento,

— ¡Si alguien de allí todavía está vivo, agáchese!

Un gran rugido resonó a través de los parlantes. Una araña de cuatro patas atacó dejando un rastro de fuego, disparando en la oscuridad de la noche y las llamas rojas del fondo.

La marca personal del caballero esqueleto blanco sin cabeza, adornaba el costado de la araña ante los ojos de Lena.

Levantó las ametralladoras pesadas en sus brazos de combate y comenzó a disparar.

Las ametralladoras pesadas rugieron, ensordeciendo el oído.

El rifle de asalto que el soldado acababa de usar era un simple juguete en comparación con el de ellos. Las balas de la ametralladora pesada podían disparar fácilmente a través de paredes de concreto y tanques blindados, y se dirigieron hacia el Ameise como una fuerte ráfaga, antes de que éste pudiera dar la vuelta.

La delgada armadura de Ameise fue rasgada de inmediato, convirtiéndose en una pieza de chatarra totalmente deformada.

Lena, todavía aturdida en medio del fuego de las ametralladoras pesadas, levantó la cabeza y vio que la enorme araña se acercaba hacia ella.

— ¿Estás bien?

Ella estaba cada vez más aterrorizada cuando escuchó al monstruo hablar con una voz y lenguaje humano, permaneciendo en silencio y encogiéndose de hombros. El cuerpo de la araña se partió en dos, se abrió la escotilla y alguien apareció desde dentro.

Era un chico, de aproximadamente veinte años, con el sangriento pelo color rojo, un cuerpo esbelto y gafas de color verde oscuro.

El hermano mayor que acababa de salvarla se llamaba Shourei Nouzen.

Ella llegó a la entrada del lugar que él llamaba base. Había muchas arañas mecánicas dentro de la base, y las estrellas llenaban el cielo nocturno. Era una escena que no se podía ver en la primera zona legislativa.

Había otros allí, pero este hermano mayor le había advertido que no se acercara a ellos.

Ninguno de ellos se había acercado a ella, solo la fulminaban con la mirada a lo lejos, lo que la dejaba un poco aterrorizada.

Una vez que escuchó a este hermano mayor decir su nombre, Lena parpadeó. Ella nunca había oído hablar de este nombre.

—… Ese es un nombre extraño.

— Sí. Escuché que incluso en el Imperio, solo el clan de mi padre usa este raro apellido.

El nombre también es extraño.

El hermano mayor se encogió de hombros con una sonrisa irónica.

— Llámame Ray. Ese no es un buen nombre que quieras leer ¿eh? Parece ser un nombre tradicional de mi familia, pero es demasiado extraño para la República.

— ¿No eres ciudadano de la República, hermano mayor?

— Mis padres nacieron en el Imperio, mientras que mi hermano menor y yo nacimos en la República… sí, tengo un hermano, de la misma edad que tú… ya debería haber crecido justo ahora.

Ray estaba sonriendo mientras decía esto, pero se veía tan solo. Sus ojos estaban llenos de nostalgia y amargura, como si estuviera mirando no muy lejos.

— ¿No lo has visto?

—… Sí. No puedo volver.

Hasta el final de su servicio, los 86 nunca podrían volver, y no descansaban ningún día. En aquel entonces, Lena no lo sabía.

¿Tienes hambre? él preguntó, y recordó que aún no había comido, pero ella que no sentía hambre y negó con la cabeza. Los ojos de Ray se volvieron serios, deberías poder tomar algo dulce, ¿verdad? Puso un trozo de chocolate en agua caliente y se lo entregó. Aunque era joven, Lena se dio cuenta de que ese trato era raro en lugares así.

—… Mi padre me dijo una vez.

— ¿Hm?

— Que hicimos cosas crueles con los Colorata. Tú eres uno también, hermano mayor. ¿Por qué me salvaste?

Ray tenía una expresión desgarradora en su rostro cuando la niña le hizo esta pregunta directa. Esta última había visto tal rostro antes, la cara de un adulto que le trataría de responder una pregunta compleja.

—… Bueno, justo ahora estamos siendo cruelmente tratados, nuestra libertad nos fue arrebatada y nuestra dignidad pisoteada. Esto es imperdonable para cualquier persona, y aquellos que hicieron eso son imperdonables. Nos trataron así, catalogándonos de inferiores a ciudadanos humanos, esos barbaros, violentos y despreciables cerdos.

La fría e impresionable ira parpadeó sobre esos ojos negros por un momento, pero se desvanecieron en un instante. Tomó una taza, bebió un sorbo de agua e intentó saitragarse esa rabia.

— Pero nacimos en este país y nos criamos en él como ciudadanos de la República.

Era una oración tranquila llena de determinación y dureza, resonando en los oídos de
Lena.

— Nadie lo admite ahora, pero es por eso que tenemos que demostrarlo nosotros mismos. Luchar para proteger a nuestro país es nuestro deber y honor como
ciudadanos. Es por eso que luchamos y somos capaces de protegernos durante la batalla. Nos protegeremos… y de ninguna manera haremos algo peor que aquellos que solo hablan.

Lena parpadeó, estando confundida. Batallar, proteger, y demostrar. Sin embargo, los enemigos eran unos enormes monstruos.

— ¿No tienes miedo…?

— Claro que tengo. Pero si no peleo, no podré vivir.

Se encogió de hombros y sonrió, levantó la cabeza y miró el cielo estrellado.

Las estrellas llenaban cada rincón del cielo nocturno, reluciendo, dando como resultado un terrorífico silencio. Apareciendo entre las estrellas había un vacío interminable, una noche digna.

La sonrisa desapareció de la cara de Ray. Con cada palabra, él señaló un solemne juramento.

— No moriré y no puedo morir. Tengo que vivir, para encontrar a mi hermano menor.

Hasta el día de hoy, Lena, de dieciséis años, aún podía recordar la mirada seria y las palabras de Ray.

Y cuando se enteró de un nombre familiar similar al suyo, se puso de pie emocionada, sin importarle que la silla se hubiera derrumbado, o que su taza de té hubiera caído y se hubiera hecho pedazos.

Ray había mencionado que su apellido era raro incluso en el Imperio, y Lena nunca había conocido a nadie más llamado Nouzen. Este chico con un nombre similar podría ser familiar de Ray, o incluso aquel que tenía la misma edad que ella:

Finalmente, Shin habló.

Parecía haberse quedado momentáneamente atónito, porque era la primera vez que ella escuchaba una voz tan estupefacta por parte de él.

—… Ese es mi hermano mayor.

— Hermano mayor… entonces…

No lo he visto, dijo. Quiero verlo, dijo. Esa persona juró una vez hacerlo.

Ya veo, entonces él es el hermano menor.

— Él dijo que realmente quería conocerte, que tenía que volver… ¿puedo preguntarte cómo está tu hermano mayor?

Lena preguntó ansiosamente, porque estaba abrumada por la nostalgia, pero la voz de Shin había vuelto a ser helada.

— Él murió. Hace cinco años. En el frente oriental.

Ah.

—…Mis disculpas.

— No.

Fue una breve respuesta de él que implicaba que realmente no pasaba nada.

Lena estaba un poco confundida por la forma en que la actitud de Shin era tan diferente a la de Ray cuando este último habló sobre el primero. Permaneció en silencio, pero no parecía ser distante, como si estuviera familiarizado con la muerte.

Mientras se preguntaba qué debería decir, Shin habló en voz baja.

— Me preguntaste, ¿qué quiero hacer una vez que me retire, verdad?

— Ah, sí.

— Realmente no hay nada que quisiera hacer, ya sea ahora o cuando me retire. Sin embargo, hay algo que tengo que hacer… Necesito encontrar a mi hermano mayor.

Lo he estado buscando en los últimos cinco años.

Lena ladeó la cabeza en confusión. Él sabía que su hermano había muerto, de modo que eso significaba,

— ¿Quieres encontrar… su cuerpo?

Él parecía un poco agitado. No era una sonrisa, sino más como una burla, una muy helada y sin corazón en comparación con antes.

Sus ojos eran tan atrayentes como una afilada y aterradora cuchilla de hielo, llena de locura.

— No.

Al día siguiente.

Después de escuchar una breve explicación de Shin, la Handler se sincronizó con el escuadrón, se disculpó y les pidió que dijeran sus nombres, uno por uno. Esto hizo que Seo se pusiera realmente incómodo.

—… Shin, ¿te importaría no hacer nada innecesario?

— Te estás arrepintiendo ahora, ¿verdad? No deberías haber dicho eso de todos modos.

Daiya mostró una sonrisa, mientras que Ange mostraba una mirada tierna en sus ojos.

Maldición Crenna, ¿por qué miras y actúas como si no tuviera nada que ver contigo?

Estabas tan enojada como yo. Le habrías gritado si yo no lo hubiera hecho.

— Escuché que eres la Comandante Millizé. ¿Shin no te dijo ya nuestros nombres?

— Los escuché de él. Pero nunca escuché que ninguno de ustedes mencionara sus nombres.

Entonces, ¿no puedes llamarnos por nuestros nombres hasta que te hayamos perdonado? Eres problemática.

Shin permaneció en silencio, y Lena sonaba como una chica que se encogía de hombros, esperando ser regañada, porque sabía que estaba equivocada. Seo mostró una mirada frustrada, ya sea porque estaba molesto o porque no cooperaba.

— El Líder que me fue asignado por primera vez a nuestro escuadrón…

Este repentino cambio de tema dejó a Lena un poco perturbada, pero él continuó,

— Era tan feliz como un idiota, y era un soldado que para comenzar… era un Alba.

Pudo oír un suspiro desde el otro extremo del Para-RAID.

— Sobrevivió a las primeras defensas y dijo que era extraño que solo los 86 luchasen, así que llegó a las líneas del frente. Mis compañeros de equipo nunca dijeron nada frente a él, pero lo maldecían a sus espaldas muchas veces. De todos modos, él en verdad era irritante, muy irritante de hecho. Decía que todos eran procesadores, pero él fue quien eligió venir aquí, mientras que nosotros nunca tuvimos otra opción. Aun si vino aquí, podría haber regresado a su casa si se cansara de esto. Todos nos enojamos cada vez que fingía ser uno de nosotros. Todos apostaban cuando agotaría toda su compasión y regresaría.

—…

— Pero todos estábamos equivocados. Ese líder nunca se retiró, incluso hasta el final.

Murió sin regresar. Protegió a los otros Procesadores, se quedó atrás y murió.

El último en escuchar sus palabras fue Seo. Él era el más cercano al líder cuando lo dejaron atrás, y en ese momento, este lo contactó a través del comunicador inalámbrico, pidiéndole que lo escuchara, incluso si no prestaba atención a sus palabras.

— Sé que ustedes me odian. Es normal, no diré nada al respecto.

— Por supuesto que ustedes me odian. No vine aquí a ayudarlos, después de todo, y tampoco a salvarlos.

— Solo siento que si los dejo pelear, nunca podré perdonarme a mí mismo. Tengo miedo de volverme así. Llegué a este campo de batalla por mi propio bien y, por supuesto, no seré perdonado.

— Nunca me perdonen.

De repente, el comunicador inalámbrico se llenó de estática, y el silencio empezó. Seo finalmente entendió que ese Líder sabía que un día así llegaría, y que nunca más se sincronizaría con ellos en el Para-RAID. Ya había tomado una decisión, que cuando regresara al campo de batalla por segunda vez, moriría en batalla y nunca regresaría.

Seo se arrepintió, lamentó no poder decir unas pocas palabras al líder. Incluso en este momento, se arrepintió.

— Mira, no quiero que hagas lo mismo que ese líder. Solo quiero decir que mientras permanezcas allí detrás de las paredes, nunca serás igual a nosotros, y que nunca seremos compañeros tuyos, eso es todo.

Una vez dijo lo que quería decir, dio un estirón. Era claramente un pasado de él que todos los demás sabían, lo había explicado por sí mismo y era algo que había pensado muchas veces. En este punto, no estaría de más que él dijera esto.

— Eso es todo lo que tengo que decir aquí… Ahh, soy Seo Lica. Solo llámame Seo, o Lica, o tu lindo cerdo de mierda, o como quieras.

— Este no es un asunto trivial… Me disculpo, por todo lo ocurrido ayer, de verdad.

— Ya es suficiente. Cielos, eres molesta.

— Entonces, cuando Kaie hablaba sobre esas buenas personas… ¿a quién se refería?

— No solo a ese líder. Eso va para todos los que regresaron a pelear, como él.

Todos los demás también luchaban contra este mundo trágico, creado por los de su especie.

—…

Raiden luego se presentó.

— Aquí el Vice-comandante Raiden… primero, tengo que disculparme. Pensábamos que nos mostrabas lástima y actuabas como una santa cuando seguías contactándonos todas las noches, y nos reíamos de ti, como unos idiotas que nunca supieron lo pretenciosa que eras. Todos tenemos que disculparnos por eso. Fue nuestro error. Y también…

Los ojos negros y metálicos se estrecharon fríamente.

— Como dijo Seo, no pensamos en ti como iguales, ni como una compañera. Eres la idiota que nos pisoteó y decía palabras tan bonitas desde lo alto. Eso nunca cambiará, y no podemos cambiar nuestra opinión. Si deseas que algunas personas continúen pasando tiempo contigo, no nos importaría hacerlo durante el tiempo libre, pero personalmente no recomiendo hacerlo. Realmente no eres apta para ser una Handler… mejor renuncia tan pronto como sea posible.

Lena soltó una pequeña risa.

— Si no es mucha la molestia, permíteme invadir tu tiempo libre.

Raiden sonrió con ironía. Su feroz rostro parecido a un lobo estaba lleno de una rara marca de emoción humana.

— Eres una idiota sin remedio también… Ah sí. Envía el mapa. Lo olvidaste después de llorar toda la noche, ¿verdad?

Esta vez, Lena sonrió de nuevo.

— Inmediatamente.

Mientras escuchaba las conversaciones con indiferencia, Shin recordó las palabras que dijo Lena.

Shourei Nouzen.

Un nombre que no había escuchado en mucho tiempo.

Nunca pensó que volvería a oír ese nombre. Casi lo había olvidado por completo. Shin nunca llamó a esa persona por su nombre, ni siquiera hasta el final.

Sin querer, su mano derecha buscó la bufanda envuelta alrededor de su cuello.

Hermano


Sainto: Cambie un poco la forma en la que se escriben las conversaciones, me parece mas cómodo con — en vez de ir agregando » a todo.

También me di cuenta que había varias palabras o oraciones en cursiva lo cual significa algún pensamiento, nombran una conversación del pasado o a veces cuando veíamos los pensamientos de Lena por ejemplo se ponía cursiva cuando los 86 le hablaban por el comunicador.

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