«… Shinn».
La armadura del Dinosauria se elevó ligeramente, extendiendo un sinfín de «brazos».
Los brazos eran plateados, compuestos de nanomáquinas. Los dedos eran largos, las articulaciones gigantescas, y eran las manos de un adulto. Los brazos se transformaron a una asombrosa velocidad y se extendían en varios tamaños más allá de su longitud original. Algunos eran brazos izquierdos, otros derechos, y estaban tratando de alcanzar algo, anhelando algo.
Todos los brazos se extendieron hacia «Undertaker», ya que estaban acompañados por un estruendoso boom,
«¡¡¡Shhhhhiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!»
Incluso con la sincronización en el nivel más bajo, ese grito era ensordecedor, como si lanzara sus órganos y escupiera su sangre. Raiden, el más acostumbrado a esto, temblaba de frío. Anju gritó y se cubrió las orejas.
Shinn a su vez reaccionó como si lo llamaran, y giró el «Undertaker» hacia la unidad enemiga.
«… ¿¡Shinn!?»
«Adelante. Raiden, estarás al mando«.
Raiden prácticamente podía ver sus fríos ojos mirando fijamente al Dinosauria que tenían ante ellos.
«Una vez que entren al bosque, tengan cuidado con los Ameise, y probablemente no los descubrirán. Acábenlos, y continúen».
«¿Qué hay de ti?»
«Una vez que me encargue de este tipo, continuaré. No podemos continuar si no nos deshacemos de él, y no quiero continuar… tampoco parece que me vaya a dejar hacerlo, tampoco».
Una vez que escuchó las últimas palabras de Shinn, Raiden sintió un escalofrío en la espalda.
Este tipo, solo,
Sonríe.
Ahh. Es inútil.
No había vuelta atrás. Este tipo nunca pensó en escapar para nada. Todo el tiempo, estaba mirando, buscando la cabeza de su hermano muerto que fue tomada por el enemigo. Era probable que todo comenzara desde entonces… no, desde que casi fue estrangulado hasta la muerte por su hermano.
Raiden lo sabía muy bien. Sin embargo, el respondió,
«Tienes que estar bromeando. ¿Quién te obedecerá?
¿Quién obedecerá esta orden de huir y dejarme atrás?
«-»
«Si quieres pelear solo, bien por mí… pero bloquearemos los otros ataques por ti. Acaba con ese tipo».
Diciendo eso, Raiden apretó los dientes, soportando las emociones en aumento.
Lucha solo, ¿eh?
Podrías habernos dicho. Solo dinos que peleemos juntos, y aceptaremos ayudar. ¿Por qué es este idiota tan… estúpido en este momento?
Después de un breve momento de silencio, Shinn dejó escapar un pequeño suspiro.
«… Son idiotas».
«Así somos todos nosotros… no mueras».
Esta vez, Shinn no respondió.
Los agudos chillidos metálicos de los cañones de larga distancia marcaron el comienzo de la batalla. La descarga cayó como el viento, y las cuatro unidades retrocedieron rápidamente.
La araña de cuatro patas que portaba al esquelético dios de la muerte inmediatamente se lanzó hacia adelante, como una bestia que apuntaba a su presa.
El Dinosauria comenzó su plan.
Los Ameise esperando al lado comenzaron a moverse por todas partes. Las otras unidades tenían sensores débiles, y por lo tanto, un gran número de ameise, que sacrificaban su potencia ofensiva, actuaba como un enlace de datos que transmitía información sobre el enemigo. El objetivo del Dinosauria era tener a los Ameise en todo el campo de batalla. Dos de ellos vieron que «Undertaker» se aproximaba y transmitieron los diversos datos al Dinosauria. Este último combinó los datos con las imágenes ópticas capturadas en su unidad, y giró sus cañones hacia ellos.
Fuego.
Los cañones de 155 mm estallaron. Estos cañones no eran cañones de tanques, sino cañones pesados. Las cargas capaces de perforar blindaje rompieron la barrera del sonido, volaron a gran velocidad y se estrellaron contra el espacio en el que estaba «Undertaker».
«Undertaker» inmediatamente luchó, no apuntando hacia el Dinosauria, sino hacia los dispersos Ameise. Derribó a uno y evadió, pateando el cuerpo de una segunda unidad, antes de apuntar y disparar hacia el Dinosauria nuevamente. La granada de humo explotó en el aire, enmascarando temporalmente los sensores ópticos del Dinosauria, y «Undertaker» aprovechó el momento para refugiarse en el punto ciego de los dos Ameise destruidos.
El cañón principal del «Juggernaut» era un cañón de 57 mm, completamente incomparable con el del Dinosauria, y su poder de fuego era incapaz de perforar la robusta armadura de este último, sin importar el ángulo. Solo había un lugar efectivo, y para abordarlo, era necesario destruir los ojos exteriores que cubrían los puntos ciegos del enorme enemigo y así aumentar las posibilidades de éxito.
El enorme cuerpo del Dinosauria sopló el velo de humo blanco, y se paró con un salto. Predijo el patrón de aproximación de «Undertaker» y levantó su ametralladora pesada, apuntó y disparó dejando un rastro de fuego. «Undertaker» rápidamente se agachó para evadirlo, y el humo entre ellos se dispersó.
Las ardientes bocas del cañón apuntaban a la figura sin cabeza. Mientras el enemigo continuaba apuntando con cierta precisión divina, «Undertaker» continuó corriendo con los movimientos de un hombre poseído.
Eso obviamente planeaba hacer que «Undertaker» quedara aislado de las otras cuatro unidades, y luego aislar a cada una de las cuatro unidades antes de acabar con ellas.
Varios Grauwolf y Löwe se movieron hacia sus objetivos, e incluso si se escondían, serían descubiertos por los Ameise esparcidos por todo el campo de batalla. Todas las rutas posibles de retirada estaban selladas por los Stiers, y los bombardeos de largo alcance de los Scorpions limitaban en gran medida sus posibles rutas de escape. Derrotaban a uno, pero más enemigos continuarían atacándolos.
En términos generales, nunca usarían una formación agrupada como una táctica. Claramente esto fue ordenado por un «Pastor», el «Pastor» que probablemente estaba dentro de ese Dinosauria.
En medio de los enloquecedores ataques, descargas y golpes, Raiden miró hacia ese lado. Continuaban esparciéndose como hormigas, pero ese lado permanecía despejado cuando el Dinosauria y «Undertaker» se enfrentaban.
Era una escena completamente ridícula.
Luchar solo contra ese Dinosauria era completamente absurdo. Lo que sea que estaba sucediendo ante sus ojos era un milagro. El «Juggernaut» era muy inferior, ya sea en términos de potencia de fuego, armadura o movilidad.
Esto debería no haber sido una competencia. Sin embargo, esta batalla podría continuar porque el quien montaba ese «Juggernaut» era Shinn… no, incluso Shinn no podía convertirlo en una batalla real. El Dinosauria prácticamente ignoraba todas las definiciones de un tanque pesado, ya que permanecía quieto. Por el contrario, «Undertaker» continuaba moviéndose y atacando de manera delicada, pero bárbara, una que haría temblar las entrañas, pero se vio obligado a continuar con esta increíble cadena de movimientos.
No era una batalla. ¿Cuánto tiempo podría caminar por la cuerda floja?
¿O seremos nosotros los primeros en caer?
El corazón de Raiden titubeó. Ya no recordaba con cuántos enemigos había peleado, porque cada vez que se deshacía de uno, aparecía otro. La fatiga y la inutilidad se estaban apoderando de los veteranos endurecidos por la batalla.
«¡Recargando! ¡Cúbranme!»
Seo jadeó mientras gritaba. Esa voz estaba claramente llena de fatiga.
Fido atravesó el fuego solo, haciendo todo lo posible para reabastecer a las diversas unidades, y había expulsado uno de sus seis contenedores. Esto claramente significaba que la munición en ese contenedor se había agotado. De las municiones para todo un mes, el 20% se habían agotado solo en esta batalla.
Una vez que nos quedemos sin municiones, nos espera la muerte, ¿eh?
Al pensar en esto, Raiden sonrió irónicamente. Maravilloso. Esta era la vida que había esperado y la muerte que había esperado.
De repente, otra persona se unió al canal sincronizado.
«¡Teniente Shuga! ¡Préstame tu ojo izquierdo!»
En un instante, su ojo izquierdo se oscureció, antes de que se recuperara nuevamente. La misma voz continuó gritando,
«¡Disparando! ¡Prepárense para el impacto!»
En el mismo momento, el cielo se despejó de repente.
Un destello silencioso fue seguido por una explosión tardía. Los Eintagsfliege desplegado en el aire se quemaron al instante y se vaporizó por las llamas, o se hizo añicos por las ondas de choque que se extendieron por todas partes, desmoronándose.
Esas eran las llamas y energía liberada en la explosión ´de un depósito de combustible. Las nubes de plata se dispersaron momentáneamente, revelando un cielo azul temporal, antes de ser coloreadas de negro debido al bombardeo que le siguió.
Los misiles aterrizaron con precisión encima de sus objetivos, y cuando sus fusibles se quemaron, estos proyectiles de misiles se separaron. Los cientos de balas dentro buscaban las coordenadas de las unidades enemigas según la detección de radar, explotando a una velocidad inicial supersónica de 2500 a 3000 metros por segundo.
Con ese torrente de acero, la débil armadura de los Ameise fue rota, y la primera mitad de la segunda horda de la <Legión> fue silenciada instantáneamente. Una segunda ola de bombardeos siguió inmediatamente cuando el acero llovió sobre los restos de la segunda ola, acabando con ellos.
Raiden, Seo, Krena y Anju se quedaron momentáneamente aturdidos.
Nunca lo habían visto antes, pero lo entendieron. Era un cañón de intercepción, permaneciendo tras de la línea custodiada por los «Juggernauts» como un erizo, una pieza de chatarra que nunca se usó para su propósito.
Y alguien realmente lo había activado.
Solo había una rarita que estaría dispuesto a trabajar duro por estas personas condenadas a muerte.
«¡Comandante Millize!, ¿eres tú?»
Al responderle, se escuchó una voz plateada como una campana, llena de una convicción decidida e implacable.
«Sí. Soy yo. Perdón por llegar tarde, escuadrón».
†
«Ya te dije que no volvieras a aparecer ante mí, Lena».
Lena estaba preocupada de que Arnett no apareciera, pero ésta última estaba presente en el pasillo, justo a tiempo.
«Sí, lo escuché, Arnett. Pero nunca dije que lo cumpliría».
Era una noche lloviznosa. Lena estaba parada en la intersección de la luz de la entrada y la oscuridad de la noche, su rostro estaba claramente fatigado y cansado como un fantasma. Iba vestida con un delicado uniforme militar, su cabello plateado desordenadamente peinado, su cara blanca como la nieve carente de maquillaje.
Los ojos plateados inflexibles emitían un extraño destello desde lo más profundo de su ser.
«La configuración de sincronización visual y ajustes del dispositivo RAID. ¿Puedes hacerlos, verdad?»
Arnett suspiró. Tenía los ojos de un sabueso derrotado.
«No lo haré, y no tiene nada que ver conmigo».
«Tendrás que hacerlo. Ponte a trabajar.»
Lena se reía entre dientes.
Supongo que ahora mi rostro se ve realmente cruel y horrible, así que pensó en algún rincón de su mente.
«Ese amigo de tu infancia que dabas por muerto».
Ella se reía entre dientes. Como un demonio. Como un dios de la muerte.
«Su nombre es Shinn, ¿verdad?»
En ese momento, la expresión de Arnett cambió.
«¿¡…Cómo lo…!?»
Una vez que vio la expresión pálida en la cara de la chica, lo supuse, Lena dijo en voz baja.
Aunque Lena intentaba sacarla de quicio con esto, tenía una cierta confianza para empezar. Él había vivido en la primera área, donde los Colorata eran pocos en número, tenía una edad similar a la de Lena y Arnett, y tenía un hermano mayor.
La habilidad de Shinn le permitió escuchar las voces de los muertos por alguna razón, mientras que el amigo de la infancia de Arnett podía escuchar los corazones de los demás. Es probable que ambos tuvieran una naturaleza similar, solo que diferente en el tipo de audición.
Dadas las muchas pistas, una conclusión podría derivarse fácilmente.
«¿Cómo conoces ese nombre…? ¿¡Acaso está-!?»
«Correcto, está en el escuadrón que comando. El líder del Escuadrón Spearhead, cuyo nombre clave es ‘Undertaker’. Ese es Shinn».
Una vez más, ella tuvo la oportunidad de salvarlo, pero una vez más, Arnett lo había abandonado.
Arnett agarró el cuello de Lena. Ésta última no se inmutó por sus ansiosas acciones y la observaba, sin estremecerse en lo más mínimo.
«¡¿Te lo dijo Shinn?! ¿S-Sigue vivo? ¿T-Todavía me odia? »
«¿Por qué me lo preguntas? ¿Acaso tiene algo que ver contigo? »
Lena apartó la mano de Arnett y lentamente retrocedió. Ignorando la lluvia en su ropa, Arnett siguió adelante, y Lena mostró una sonrisa escalofriante mientras el rostro de Arnett mostraba una mirada oscura.
Lena nunca escuchó a Shinn mencionar algo sobre Arnett… era probable que él se hubiera olvidado de ella. Él, cuyos recuerdos de Ray y sus padres fueron dejados atrás por el campo de batalla y las voces de los fantasmas, seguramente sería incapaz de recordar a su amiga de infancia.
En cuanto a si era una redención o una maldición para Arnett, Lena no podría decirlo.
«Si tiene algo que ver contigo, ayúdame. ¿Que estas intentando hacer? -Apúrate, antes de que cante el gallo.»
Antes de que eso suceda, me negarás tres veces.
Arnett permanecía arraigada, sonriendo. Esa sonrisa se mezclaba con lágrimas y un poco de alivio.
«…Diablos.»
«Bien ajustado, Técnica Capitana Penrose. Eso va para mí y para ti».
†
Sí, Lena no estaba desanimada ni desalentada en lo más mínimo. Simplemente estaba demasiado ocupada para sincronizarse con el resto del Escuadrón Spear Head.
Ella estaba buscando todo lo que podía hacer para ayudar, ya fuera la configuración de sincronización visual y el ajuste, o los códigos de activación de disparo de los cañones de intercepción en las zonas de batalla vecinas.
«¿¡… La mitad de ellos no pueden ser disparados…!?»
Una vez que vio esto, Lena se quejó. El 30% de los cañones no podían dispararse, y del resto, otro 30% no podía encender el fusible, por lo que sus cargas solo podían caer en picada y rebotar. Los misiles, que pesaban más de cien kilogramos, aterrizaban pesadamente sobre las desafortunadas unidades Ameise, aplastándolos, pero eran completamente ineficaces dada la potencia de fuego que deberían tener.
El equipo de mantenimiento se había vuelto muy perezoso. No mantuvieron la armadura que los protegía, y eso era completamente estúpido de parte de ellos.
Ella ingresó coordenadas similares en el cañón de intercepción restante, y disparó. Una vez que vio que las unidades enemigas atacadas fueron aniquiladas, suspiró de alivio.
En ese entonces, Shinn dijo que finalmente eran libres.
Lena no creía que eso pudiera considerarse libertad, pero no podía retractarse de la misión y no podía darles el perdón que merecían. Por lo menos, quería asegurarse de que su anhelado viaje hacia la libertad no estuviera tan obstruido, de que lograran continuar tan lejos como pudieran.
Esta libertad que habían alcanzado era tan rara y valiosa.
Nunca permitiría que el primer día de su largo viaje fuera el último, y que el destino de ellos no estuviera a su alcance.
Al escuchar esa voz plateada como una campana, Raiden arremetió. La segunda horda del enemigo fue aniquilada, y la tercera horda dejó de avanzar, aturdida por la situación repentina. La primera horda perdió soporte, y todos atacaron a la vez.
«¿¡Eres realmente una idiota, verdad!?» ¿¡Qué estás haciendo!?»
«Simplemente me sincronicé con tu ojo izquierdo, verifiqué la ubicación y disparé el cañón de intercepción allí. Oh, cerré mi ojo izquierdo durante la sincronización visual para que no te distraigas».
Una vez que escuchó su respuesta indiferente, se enfureció cada vez más. ¿Qué quieres decir con simplemente? ¿Cómo es eso así de simple?
«¿No sabes que las imágenes sincronizadas pueden hacer que un Handler se quede ciego? ¿Y de dónde obtuviste la autoridad para disparar los cañones de interceptación? Ya estás desafiando las órdenes militares allí, ¿verdad?»
La información compartida a través de la sincronización visual era demasiado enorme, y fácilmente podía confundir a ambos lados, tanto que si se sincronizaba durante demasiado tiempo, el cerebro estaría sobrecargado, y en el peor de los casos, daría lugar a ceguera. Por lo tanto, los Handlers normalmente no compartían la sincronización visual. La directiva para esta misión establecía claramente que cualquier apoyo estaba prohibido, sin embargo, esta superior de ellos proporcionó soporte automático de fuego sin permiso. ¡Sus acciones no valdrían la pena para un escuadrón condenado a muerte!
De repente, Lena gritó. Era la primera vez que él escuchaba arremeter a la chica.
«¿¡Y qué!? Todos pueden quedar ciegos de todos modos. Aunque pueda estar desafiando órdenes y brindando apoyo usando los cañones de intercepción, solo perderé mi rango y paga. ¡No es que vaya a morir aquí!»
Raiden estaba estupefacto por este arrebato. Ella estaba jadeando debido a la agitación repentina, y habló con una voz fría que él nunca podría haber imaginado que provenía de ella.
«Los militares, el gobierno, ninguno de ellos es razonable, así que no tengo que escuchar sus razones, ni tengo que molestarme con sus reprimendas… No debería haber esperado orden alguna y seguí».
El siseo se llenó de amargura, y luego, ella suspiró con orgullo.
Esta tensión entre ellos finalmente se calmó, y Raiden dio una pequeña sonrisa amarga.
«… Eres realmente una idiota».
«No es que lo esté haciendo esto por ustedes. Con tantos enemigos, la República correrá peligro si atacan. Lo hago porque no quiero morir».
Ella declaró esto rotundamente, y Raiden se reía a carcajadas. Y entonces, Lena sonrió por primera vez en este día.
«Si la tercera horda comienza a avanzar, atacaré. Lamento no poder apoyarlos porque la primera horda está muy cerca de ustedes. Por favor, arréglenselas».
«Bien, déjanoslo a nosotros. Esto ya es costumbre».
«… ¿Qué hay del Capitán Nouzen?»
Al escuchar ese nombre, Raiden hizo una mueca amarga. A pesar de que estaban sincronizados, Shinn nunca respondió, ni les hacía caso, simplemente emitió una fría y atroz voluntad de luchar.
«Disputándose con su hermano. Eso es lo que Shinn realmente está buscando. Él ya no puede oírnos».
En medio de los aullidos ensordecedores de su hermano, Shinn continuó piloteando el «Juggernaut», buscando una oportunidad para contraatacar.
Mientras continuaba batallando en la cuerda floja, donde incluso el más mínimo error sería castigado, su concentración se centraba por completo en el enemigo que tenía delante, tanto que el paisaje circundante, los innumerables gritos e incluso el paso del tiempo prácticamente desaparecieron.
El cañón apuntó. Disparó. «Undertaker» se lanzó deliberadamente, rompiendo el equilibrio y evadió el cañón por escasos centímetros. El cañón secundario estaba a la derecha del cañón principal, y si seguía esquivando hacia la izquierda, el enemigo solo podía atacar con el cañón principal y las torretas en la parte superior…
Pero el cañón secundario disparó.
El disparo rozó cerca a la pata derecha. Al mismo tiempo, el cañón principal apuntó. La unidad «Undertaker» continuaba deslizándose hacia un lado, y no pudo evadir a tiempo.
Otra oportunidad. Con la ayuda del cable de anclaje lanzado al suelo, «Undertaker» apenas logró evitar el disparo, y el Löwe colocado justo detrás fue impactado y explotó. Debido a los disparos consecutivos, incluso el Dinosauria con su gran peso y robustas patas tuvo que agarrarse del suelo con sus ocho patas para resistir el tremendo retroceso.
Aprovechando este momento, el «Undertaker» rápidamente se precipitó hacia él.
Tenía su cañón principal apuntado detrás de las torretas del Dinosauria. Era visiblemente la parte más débil de la armadura, la única parte de la armadura inexpugnable que el cañón principal del «Juggernaut» podía penetrar.
Apretó el gatillo. La ronda de perforación de armadura voló formando un arco, preparándose para asestar un golpe fatal.
Sin embargo, un brazo extendido desde el Dinosauria desvió la granada.
«¿¡…!?»
Shinn abrió los ojos al ser testigo de esta escena de pesadilla. El brazo extendido fue golpeado por la granada, y se hizo añicos, pero como estaba hecho de nanomáquinas, los nuevos dedos crecieron inmediatamente, y se reconstruyeron de nuevo, como si nada hubiera sucedido.
Sintió que Dinosauria volvía a dirigir su conciencia sobre él e instintivamente se retiró. Al mismo tiempo, las balas de las ametralladoras cayeron sobre él, por lo que se retiró una y otra vez hasta que se alejó lo suficiente. Las armas con poder de fuego más débil que tenía el enemigo, las ametralladoras, eran suficientes para obligar al «Juggernaut» a retirarse. El enorme Dinosauria lentamente se dio la vuelta.
El enemigo estaba disparando para defenderse, y tenía que hacer todo lo posible para evitarlo. Además, su último punto posible de ataque estaba sellado.
Mientras temblaba, sus labios mostraban una sonrisa.
Un Grauwolf aprovechó la oportunidad para atacar cuando se liberó de su grupo y se acercó desde el flanco. Sin embargo, el Dinosauria cruelmente lo destrozó, básicamente gruñendo por la interferencia. Al ver esto, la sonrisa de Shinn se hizo más amplia.
La voz agonizante de su hermano perduraba en sus tímpanos. Pecado. Es tu nombre. Qué apropiado. Todo es tu culpa. Paga con tu vida.
Entonces, incluso cuando yo muera, ¿quieres matarme personalmente?
… Lo mismo digo, hermano.
Para Ray en este momento, no importa si debería llamársele el fantasma de Shourei Nouzen o un miembro cuyos recuerdos fueron replicados de su cerebro que aún no se pudría ese día nevado. Él había muerto, pero había obtenido una segunda oportunidad. Eso estaba bien para él.
Sabía que Shinn había llegado al campo de batalla. Escuchó esa voz.
La voz de Shinn, sin embargo, era suave, cubierta por el enorme y horrible esqueleto llamado República. La República desvergonzadamente arrojó a Shinn al campo de batalla como una propiedad personal, lo que lo dejó incapaz de distinguir la voz de Shinn del resto.
Cada vez que se desplegaba en una determinada batalla, buscaría usando los ojos de sus Ameise. Ray, como miembro, no podía desafiar sus directivas dadas, y como comandante, no podía abandonar el interior de su zona asignada. Sin embargo, si Shinn estaba cerca, quería reunirse con él de nuevo. Verlo, disculparse con él y suplicarle perdón. En este momento.
Un día, a través de los ojos de un Ameise que quedó destrozado e incapaz de moverse, lo vio.
Era una noche llena de lluvias de meteoritos. Aunque la distancia era demasiada, finalmente fue capaz de ver su cara después de ampliar la vista al máximo.
Había crecido, y probablemente le decía algo a su amigo, un Eisen. Quería escuchar su voz y dirigía el receptor hacia ellos. Seguramente su voz debió haberse roto. O no en absoluto. En cualquier caso, quería escuchar esa voz.
Ambos miraban hacia el cielo nocturno mientras la lluvia de meteoros pasaba, apoyados en un «Juggernaut» que estaba acurrucado, sus siluetas parecían de niños.
«¿Tu hermano todavía está por aquí?»
«Sí. Él siempre está llamándome. Es por eso que tengo que ir».
¿Hablas de mí? ¿Me estás buscando?
La máquina siguió temblando. Era triste ver a Shinn entrar en el campo de batalla, pero una vez que supo que lo estaba buscando, no pudo ocultar su deleite.
«¿Pero no ibas a encontrar el cadáver de tu hermano y enterrarlo? Eso debería ser suficiente, ¿no? »
Ohh, ¿enterrar mi cadáver? Qué amable de tu parte, Shinn.
«… Mi hermano no me va a perdonar solo por eso».
Estaba aturdido.
¿Por qué dices eso? Si no puedes ser perdonador, es igual para mí, ¿verdad?
No, eso no es verdad, quería decirle, que no era verdad. Quería verlo, el deseo lo volvía loco.
El carguero de la República rápidamente deportó a Shinn junto con los demás, y la débil voz de su hermano se mezcló entre el ruido. Continuaba buscando, y cada vez que lo encontraba, se emocionaba. Ray no pudo abandonar su área, pero desplegaba todas las unidades que podía.
Shinn seguía peleando.
A pesar de que sabía que sería enterrado en una esquina del campo de batalla, continuó luchando con facilidad.
No hay necesidad de pelear.
No había necesidad de luchar por esos cerdos. Si esos cerdos solo podían hacer eso para sobrevivir, sería mejor llevarse a Shinn a su lado. Shinn podría abandonar el frágil exoesqueleto exterior de un ser humano y cambiar fácilmente su cuerpo. Seguramente podría protegerlo, protegerlo, por la eternidad.
En este día, los cerdos finalmente habían levantado sus sucias manos hacia Shinn. En medio de las voces dentro del ruido, su débil voz permanecía distinguible.
Ray sabía que Shinn se dirigía hacia allí y fue a darle la bienvenida. Finalmente, podría tomar acciones.
En este momento, él estaba justo ante eso. Su amado hermano, a quien había llamado durante años y ansiosamente esperado, estaba en esa horrible araña.
La armadura de esa araña era demasiado frágil, y tenía que tener cuidado de no destruirla. Alzó sus brazos hacia adelante, y la araña fue rápida, difícil de capturar, por lo que solo apuntaba a las piernas.
Finalmente, me encuentro contigo. Finalmente, puedo traerte de vuelta.
Estaremos juntos, por siempre. Tu hermano siempre te protegerá. Entonces, ven aquí, Shinn.
El Dinosauria estaba apuntando solo a las piernas, no usando granadas, solo rondas de perforación de armadura. Las explosiones por granadas crearían metralla que volaría a velocidades cegadoras en direcciones impredecibles, y la armadura de mala calidad del «Juggernaut» no podría resistir la explosión de un cañón de 155 mm de cerca.
¿Está jugando conmigo? ¿O no estás dispuesto a matarme inmediatamente? Las innumerables armas, los brazos que intentaron matarlo esa noche, se movían de forma errática.
¿Crees que esto volverá a suceder?
Shinn miró la pantalla óptica, buscando terreno en el que pudiera luchar. Él fingió una retirada y vio que Ray perseguía.
Se lanzó horizontalmente, mientras retrocedía. Los cañones siguieron sus movimientos mientras se balanceaban ansiosos de izquierda a derecha, tratando de apuntar a las piernas. Estaban encerrados, y en el momento en que estaban a punto de disparar-
Él llegó a la ubicación planificada.
Momentos antes de que el cañón desatara un destello, Shinn disparó su cable de anclaje, apuntando hacia un enorme árbol a la izquierda, detrás del Dinosauria. Al momento siguiente, retrajo la cuerda, pateó las ramas e inmediatamente saltó sobre la cima del Dinosauria.
La torre del Dinosauria era principalmente para atacar unidades de blindaje basadas en tierra, y aunque podía girar en un ángulo superior, había un límite en su ángulo periférico. No podía atacar ningún lugar que estuviera directamente arriba, y no podía golpear nada justo debajo de sus pies.
Shinn se deslizó en el aire, y al mismo tiempo, se ajustó a donde estaría la unidad enemiga. Pisoteó una articulación de la armadura y aterrizó justo detrás del Dinosauria. Las torretas no pudieron alcanzar esa posición ya que era enorme, y en comparación con el frente, la armadura era un poco más delgada. Shinn movió las cuchillas de alta frecuencia utilizadas para el combate cercano, y lo apuñaló profundamente en la armadura.
Saltaron chispas, y la gruesa armadura se cortó como líquido. Las cuchillas de frecuencia abrieron un gran agujero y, después de eso, apuntó con el cañón principal.
Sin embargo, dos brazos de plata se extendieron desde ese agujero, agarrando fuertemente el armamento.
«¿Qué-?»
Y, como una repetición de lo que pasó esa noche en la Iglesia.
Él fue levantado y luego impactado contra el suelo. En ese momento, Shinn perdió el conocimiento.
Pzzt. La sincronización con Shinn fue cortada. Raiden inmediatamente abrió sus ojos. Los alrededores estaban más o menos eliminados, y Fido descartó el segundo contenedor. La multitud de progresivamente comenzó a retirarse debido a los bombardeos que Lena lanzaba sobre ellos. En este momento,
«… ¿¡Shinn!?»
La señal de este último se perdió, y él intentaba conectarla de nuevo, pero falló. Al mirar por encima, vio que el «Undertaker» estaba derrumbado antinaturalmente ante el Dinosauria, inmóvil, probablemente derribado.
El Para-RAID requería una conciencia despierta en ambos lados, por lo que si cualquier lado se desmayaba, la sincronización no ocurriría. Esto demostraba que Shinn probablemente estaba dormido o inconsciente, o incluso muerto.
El Dinosauria se alzaba lentamente. Por alguna razón, no atacó, pero cuanto más se acercaba, más siniestro parecía.
Raiden conectó el comunicador inalámbrico y, afortunadamente, logró comunicarse. Parecía que la cabina no estaba muy dañada.
«¡Shinn, idiota! ¡Levántate!»
Pero el «Undertaker» permanecía inmóvil.
Eso hizo todo lo posible para controlar su fuerza y no dañar la cabina, pero los armamentos del frágil «Juggernaut» no pudieron soportar este impacto, y Shinn, a quien logró atrapar después de mucho esfuerzo, salió volando de nuevo.
Al ver a Shinn inmóvil, dejó escapar un suspiro de alivio. Probablemente estaba desmayado, probablemente herido. En cualquier caso, probablemente tendría que disculparse después.
Suprimiendo la agitación en su corazón, se acercó lentamente. Finalmente, podría llevarlo a su lado.
Finalmente, podría recuperar lo que había perdido. Finalmente, podrían estar juntos. Por lo tanto, primero, tenía que acabar con ese débil cuerpo de carne.
Una vez que vio al Dinosauria en el radar acercándose lentamente a «Undertaker», Lena se mordió los labios. Raiden y los demás lo persiguieron, pero su armamento solo no podría detenerlo. Seguramente, si esto seguía, Shinn, e incluso Raiden y los demás, morirían.
Ella se mordió los labios con tanta fuerza que pudo saborear su sangre.
En aquel entonces, Ray dijo que quería regresar. No dijo cuánto adoraba a su hermano menor, pero su expresión lo revelaba todo. Sin embargo, ¿por qué Ray quería tanto matar a Shinn?
Lena quería detener a Ray, pero se había quedado sin ideas. Había un arma extremadamente potente en sus manos, pero no podía usarla para atacar al Dinosauria sin herir a Shinn.
El poder de los misiles guiados, o el cañón, serían demasiado. La armadura de un «Juggernaut» era excepcionalmente frágil, y si golpeaba al Dinosauria, la metralla de la explosión claramente heriría a Shinn.
¿Qué debo hacer? ¿No hay realmente nada que pueda hacer?
Piensa, piensa, rápido, piensa. –Repentinamente, un recuerdo llegó a ella rápidamente, y Lena abrió los ojos.
«Teniente Cucumila, por favor, dame las coordenadas del Dinosauria. Cuanto más preciso sea, mejor».
Krena casi se sobresaltó una vez que escuchó las órdenes de Lena. Como francotiradora, supo de inmediato lo que estaba planeando Lena.
«Te dejaré la baliza de sondeo. Simplemente haz que el láser apunte al objetivo… »
«¡E-Espera un momento! ¿¡En verd…!?»
Y luego, Seo interrumpió. Todos estaban irritados. Incluso Anju respondió, sintiéndose angustiada.
«¿Realmente vas a disparar? ¡Tienes que estar bromeando! ¡Ese Shinn todavía está allí!
«¡Con una explosión tan cercaba, no hay forma de que el ‘Juggernaut’ pueda resistir la explosión! ¡Shinn seguramente quedará atrapado en la explosión!
«Tengo una idea. Sin embargo, supongo que solo puede crear una abertura… No quiero que el Capitán muera tampoco».
Su voz estaba llena de honestidad y determinación.
Y Krena involuntariamente asintió.
Raiden entendió y disparó, mientras que Seo y Anju también continuaron. La armadura desviaba sus balas, pero continuaron disparando. Al mismo tiempo, siguieron disparando contra los alrededores repletos de Ameise, continuando con sus feroces ataques.
Todo era desviado por la armadura, o esquivado por los brazos, ya que el Dinosauria no mostró intenciones de detenerse en su camino. Maldita sea, estos dos hermanos son realmente iguales, no se preocupan por nada a su alrededor.
Una ametralladora fue desactivada por la metralla, cuando una explosión por un cañón estalló en el sensor óptico ante sus ojos.
Finalmente, el Dinosauria dirigió su atención hacia ellos.
La torreta de la ametralladora restante giró con impaciencia. Raiden la vio moverse y evadió hacia un lado. La avalancha de balas pasó casi rozandolo.
Seo y Anju aprovecharon la oportunidad para acercarse, y dispararon sus cables de anclaje en el cañón y la pierna del Dinosauria, respectivamente, antes de pisar fuerte del suelo. El peso del «Juggernaut» era solo un décimo que el de los Dinosauria, e incluso con dos unidades, no eran suficientes para derribarlo. Raiden disparó una granada con una mecha cronometrada formando un arco, desactivando el arma restante, y luego uso con un cable de anclaje para agarrarse del Dinosauria. La máquina masiva finalmente disminuyó un poco.
Una fuerte intención asesina que nunca habían sentido antes vino directamente hacia ellos, y el trío inmediatamente soltó los cables. Al momento siguiente, el Dinosauria balanceó con fuerza el cañón y las extremidades que estaban enganchadas. «Snow White» no se soltó a tiempo, y fue lanzada al aire, golpeando con fuerza a «Laughing Fox», quien también salió volando muy lejos.
«¡Anju! ¡Seo!»
«Estoy bien.»
«Aquí igual. Lo siento, Seo».
«Está bien. Ahora… ¡Raiden! ¡Viene por ti! «
«¡…!»
Mientras estaba momentáneamente distraído, el enemigo le apuntaba. Raiden no pudo evadir a tiempo. En el momento en que apretó los dientes, vio que el cuerpo del Dinosauria se hundía con fuerza. El disparo de un cañón vino desde muy atrás de «Werewolf». Era un disparo de Krena. Hizo un agujero en el suelo bajo los pies del Dinosauria.
«Raiden, ¿estás bien?»
«¡Sí, me salvaste! Pero retírate primero. Estaremos condenados si acabas aquí… Comandante, ¡¿estás bien?!»
La voz de Lena estaba llena de tensión.
«Lo he lanzado. ¡Distancia de aterrizaje… 3000! ¡Teniente Cucumila!
«Entendido. Preparación de baliza de sondeo. Tiempo estimado de llegada al objetivo en… cinco segundos… tres, dos…»
El «Gunslinger» apuntaba con una sonda láser invisible a simple vista. Estaba apuntando justo en el lugar donde estaba el Dinosauria ante «Undertaker».
El Dinosauria tenía sensores débiles.
Incluso como una unidad de mando, Ray no era la excepción, y solo pudo compensar esta desventaja usando los numerosos Ameise a su lado y los ejércitos que comandaba. Sin embargo, los Ameise fueron completamente aniquilados, y él nunca había dado órdenes a sus fuerzas a excepción del comienzo de la operación, lo que provocó que fueran derrotados. Para él, recuperar la cabeza de Shinn era su objetivo principal, y el resto era secundario, lo cual no le importaba.
Y así, en el momento en que se dio cuenta de lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde.
Estaba a punto de abrir la cabina, antes de que una señal de alerta sonara sin previo aviso.
Según los sensores ópticos que sobresalían, había una enorme bala de cañón justo delante de sus ojos. Era similar a un gusano del tamaño de un bebé, que desplegaba sus alas de control mientras volaba a cuarenta y cinco grados, apuntando directamente a la armadura.
Un cañón pesado de 155 mm, con una carga penetrante.
La ira hervía dentro de él.
Por supuesto. Era una gigantesca y poderosa carga de cañón, tanto que si lo impactaba, incluso Ray no podría permanecer ileso.
Esos bastardos republicanos. No es suficiente que lo desechen, ¿sino que lo están utilizando como cebo para matarnos a todos?
Ray no pudo escapar con Shinn a tiempo. Por lo tanto, pisó con fuerza sus patas delanteras, y levantó la parte superior del cuerpo como un caballo que fue frenado, tratando de bloquear la ronda entrante con la armadura delantera más resistente, y desplegó todas sus nanomáquinas para formar el sinnúmero de armas de antes. Si la débil armadura en la parte superior no puede soportarlo, ¿qué hay del frente? Bloquearé todo, la explosión, el impacto. ¡Voy a proteger a Shinn detrás de mí sin importar nada!
La carga del cañón estaba justo ante él, y golpearía en el siguiente momento.
De repente, recordó las innumerables estrellas que vio, como si innumerables pixies estuvieran murmurando en la noche.
Y bajo del cielo, una niña habló. Tenía el pelo y los ojos plateados, y tenía una edad similar a la de Shinn. Él la había visto antes.
«¿Quieres protegerlo?»
Ahh, si Tengo que proteger a Shinn. Él es mi querido hermano pequeño.
La niña dijo:
«¿Y vas a matarlo de nuevo?»
El «Juggernaut» permanecía inmóvil. El pequeño Shinn no se movía.
Otra vez.
Yo.
Impacto.
Al entrar en contacto, la sonda no explotó.
Fue un fracaso.
Teniendo en cuenta los materiales utilizados, la baliza de sondeo llena de explosivos nunca sería capaz de romper la gruesa armadura frontal del Dinosauria, incluso con velocidad o densidad. El disparo fue anulado, y como la sonda no se activó, los explosivos no explotaron.
Pero dada la velocidad supersónica y que la calidad del material era muy superior a la armadura del tanque, el tremendo impacto que recibió se filtraba en cada esquina del cuerpo de Ray.
«Justo en el blanco.»
Lena vio la baliza de sondeo indicada en el radar, superponiéndose con el Dinosauria antes de desaparecer.
No explotó. Por supuesto. Lena se aseguró deliberadamente de no armarlo.
Una vez escuchó a su padre decir.
Que la armadura de un tanque podría desviar balas. Sin embargo, eso no significaba que el tanque no estuviera dañado de ninguna manera.
Que mientras fuera golpeado, parte de la energía cinética de la carga se extendería a través del tanque. Esta energía sería suficiente para aflojar las partes del cuerpo, derribar a los pasajeros, o si la armadura se fundía con los clavos o tornillos, estos rebotarían debido a que la armadura se contorsionaría, incluso rebotarían dentro como balas, matando los pasajeros.
Pero para los Dinosauria, probablemente era solo un simple rasguño. Para Lena, dada sus armas, esta era su única opción si quería atacar sin herir a Shinn.
Por lo menos, ella había ganado unos segundos. Rezaba para que todos pudieran usar este corto periodo de tiempo para hacer algún cambio.
De repente, se dio cuenta.
Había una persona adicional sincronizada en el canal.
Raiden había estado tratando de conectarse con Shinn mientras estaba en combate. Él también notó que Shinn se había despertado.
«¡Shinn!»
La reacción de este último fue lenta. Parecía que todavía estaba mareado. Raiden lo volvió a llamar, pero no hubo respuesta.
Y entonces, gritó,
«¡Levántate, idiota! ¡¡Oye Shinn!!»
«¡Capitán Nouzen! ¿¡Me copias, Capitán Nouzen!? ¡Por favor despierta!»
Lena escuchó a todos los demás en el escuadrón gritar, y ella también gritó. Despierta, aléjate de allí, acaba con el Dinosauria. Sin embargo, ella no le pedía que lo hiciera por esos motivos.
Ella lo sabía. Se había dado cuenta. Por lo tanto, ella tenía que hacer que él terminara su misión.
Ese momento, esa noche, juró que vencería a su hermano con una convicción desgarradora.
Shinn no estaba dispuesto a luchar contra su hermano mayor, pero se puso de pie antes que este último, y la razón de su enfrentamiento era…
«¿¡Quieres ahorcar a tu hermano, verdad!? -¡Shinn!»
Una sacudida
Los ojos rojos parecían haberse abierto ligeramente.
El cuerpo de acero se tambaleaba hacia atrás y se desplomó en el suelo. Con el impacto que reverbera en gran medida, la CPU no funcionaba, dando como resultado un espacio en blanco temporal.
Sin embargo, los instintos de una máquina de combate hicieron que disparara violentamente sus cañones en su entorno. Podía sentir las moscas volando a su alrededor.
La CPU y los sensores se recuperaron.
Y entonces, Ray lo vio.
Detrás de él, «Undertaker» finalmente se había levantado, levantando su cañón de regresado en sí.
Parecía que Shinn estaba herido en el momento en que perdió el conocimiento, ya que la sangre permanecía adherida a su ojo izquierdo, y tenía dificultades para abrirlo. Sintió que su cuerpo estaba muy a lo lejos, que sus miembros ya no le obedecerían. Su mente todavía estaba atontada, y no podía pensar correctamente.
La pantalla secundaria estaba caída, y en la oscura cabina, levantó su mano izquierda, tocando su cabeza todavía mareada, apoyándose en la pared interna, sin levantarse, simplemente sosteniendo el joystick y mirando la pantalla principal.
Alguien lo llamaba, y él abrió los ojos, pero el dolor y el daño no se disipaban. No sabía lo que había sucedido, no sabía por qué se mantenía con vida, ni sabía lo que sucedía a su alrededor.
Pero Shinn y «Undertaker» no estaban muertos.
Y el hermano que quería enterrar personalmente estaba ante sus ojos.
En su conciencia nublada, su cuerpo se movió instintivamente, y se agarró a los joysticks de nuevo, presionando con su dedo el gatillo.
Eso era suficiente.
«… Shinn».
Era la voz del fantasma, la voz de su hermano muerto. Al igual que las últimas palabras que había escuchado, era la voz de su hermano, que estaba solo en algún lugar en este campo de batalla, todavía no estaba dispuesto a perdonarlo incluso en la muerte.
En el momento en que escuchó esa voz entre los gritos de los fantasmas, decidió que iba a encontrar a su hermano y enterrarlo personalmente.
«… Shinn».
Antes de darse cuenta, Shinn apretó los dientes. Él, que debería haber sido estrangulado hasta la muerte a la edad de siete años, lloraba silenciosamente en un rincón de su corazón, llorando, diciendo que debería haber muerto, que todo fue por su culpa. La voz de su hermano continuó persuadiéndolo, diciendo que nunca era demasiado tarde para hacerlo. Tu hermano nunca te dejará olvidar… nunca te perdonará, nunca.
Sin embargo, Shinn ya no era un niño. Él nunca dejaría que le volviera a suceder lo mismo.
Había pasado una gran cantidad de tiempo desde entonces, y él sabía más que suficiente, y ya entendía lo que sucedió.
En aquel entonces, cuando estaba siendo casi estrangulado hasta la muerte, no fue su culpa.
La muerte de sus padres, la muerte de su hermano, todo no era su culpa.
Eso fue solo su hermano expresando frustraciones en él. En ese entonces, su hermano no podía soportarlo más, y lo encontraba alguien a quien podía atacar, ya que era mucho más débil. Eso era simplemente todo.
Él no tenía ningún pecado que soportar.
«Shinn».
El fantasma seguía gritando.
Esa voz lo siguió llamando, pero Shinn no pensaba que fuera aterradora. Era simplemente una cosa trágica. Era una máquina que tomaba prestadas las palabras de los muertos, o algunas palabras fragmentadas que escuchaba, y anhelaba tener un lugar al que regresar.
Los innumerables fantasmas perdieron su país, sus cuerpos, y aunque estaban muertos, no podían regresar al lugar al que deberían dirigirse, simplemente repitiendo su deseo de regresar, utilizando los gritos de los muertos que no querían morir.
No podía obligarse a dejar a su hermano allí, ni a moverlo desde allí.
Su hermano fue asesinado, y después de su muerte, su cabeza fue extraída, sellada en una máquina de combate como un fantasma, gritando una y otra vez que fuera devuelta al suelo. Shinn tenía que encontrarlo, enfrentarse a él, luchar, vencer y enterrarlo.
Por esta razón, Shinn estaba en el campo de batalla. Por esta razón, Shinn luchó durante cinco años completos.
No era la deuda que debería soportar. No era el pecado por el que debería buscar la redención.
Él lo sabía bien. Pero aun así,
Al final, su hermano lo maldijo con un pecado. Hasta el final, el fantasma de su hermano muerto seguía llamándolo.
Sin esta redención, Shinn no podía seguir.
La mira apuntaba. El cañón apuntaba a un espacio abierto en la armadura de acero.
«… Adiós, hermano».
Apretó el gatillo.
A través de los sensores ópticos en la parte posterior de la unidad, Ray fue testigo de todo.
El gatillo se apretó y apareció una chispa.
Por alguna razón, en ese momento, él los vio.
Los ojos rojo sangre lo estaban mirando directamente, llenos de fuerte convicción y voluntad.
Esa cara, esa expresión, todo era demasiado extraño para él.
Pero eso era obvio.
Hace cinco años, Ray murió. Murió, y desde entonces, nunca cambió, y nunca creció.
Pero Shinn seguía con vida. Él vivía y, por lo tanto, podía seguir creciendo, aventurando en tierras desconocidas.
El hermano pequeño y débil que juró proteger ya no estaba.
Tarde o temprano, un día, Shinn sería más viejo de lo que era. Aunque eufórico, Ray estaba un poco triste.
Ahh, por supuesto.
Hubo esas últimas palabras, solo esas palabras que quiso decir.
Las palabras que quería transmitir, pero nunca podría decirle. Las palabras que quería decir antes de su muerte, en las ruinas en esa noche nevada, pero nunca podría hacerlo.
Al igual que antes, extendió su mano. Una mano se extendió desde un espacio en la armadura, y parecía que algo pasó.
Shinn.
Un resplandor.
La cubierta de su cabina se agitó, y durante este tiempo, apareció una brecha. Desde ese espacio, fluían nanomáquinas que se filtraba formando un brazo.
De hecho, hubo menos de un segundo entre el disparado y el golpe. Sin embargo, la mano continuó extendiéndose durante una cantidad inmensurable de tiempo, avanzando lenta y constantemente. La enorme mano de su hermano se abrió levemente, aparentemente buscando algo.
Shinn recordó esa noche e instintivamente se sintió triste. Sin embargo, apretó los dientes rápidamente, levantó la cabeza y miró la mano que tenía delante sin estremecerse.
Al momento siguiente, su hermano sería volado en pedazos por al cañón. Durante cinco años, buscó a su hermano, o para ser precisos, los pensamientos persistentes de su hermano antes de la muerte de este último. Quería grabar esta escena en su mente.
Ya fuera malicia o un impulso de matar, quería recordarlo, a pesar de que no tenía intención de soportarlo.
La mano tocó su cuello, enrollándose alrededor de su bufanda. Se parecía a la mano que había intentado matarlo, pero con ternura, acariciaba tristemente la fea cicatriz que una vez había dejado atrás.
«…Lo siento.»
En ese momento, abrió los ojos. El flujo de tiempo se reanudó de forma normal.
Al momento siguiente, la bala de cañón golpeó la máquina y los explosivos contenidos en ella lo hicieron añicos. El metal se deformaba por las altas temperaturas y las altas velocidades, y la armadura se rompía desde dentro como resultado. Al momento siguiente, el cuerpo macizo del Dinosauria expelaba llamas de color rojo oscuro.
La mano de su hermano lo soltó, volviendo del hueco de la cabina, y de vuelta a las llamas ardientes.
«Her…»
Inconscientemente extendió su mano, pero no pudo alcanzarla a tiempo. La mano de su hermano se retiró, y fue devorada por las llamas, ardiendo, por lo que todo lo que estaba agarrando era un paisaje fugaz que se desvanecía en las llamas, y todo parecía nublado.
«…mano.»
Algo se deslizó por sus mejillas. Por un momento, Shinn no se dio cuenta de qué se trataba. Desde que Ray lo mató, Shinn nunca había llorado.
No sabía por qué estaba triste, y tampoco podía comprender que los sentimientos que subían desde el fondo de su corazón se llamaban angustia.
Todo lo que sabía era que las lágrimas salían, y que no podía controlaras por sí mismo.
«-Comandante. Desconectate por favor… ese chico probablemente no quiere que nadie lo vea así».
«Sí.»
Un momento después, Raiden se conectó, diciendo que todo estaba bien, por lo que Lena también activó su Para-RAID. Los otros habían terminado y Raiden habló por todos.
«¿Te sientes mejor?»
«Sí.»
La respuesta de Shinn permaneció ronca, pero parecía que ya no estaba llorando, de vuelta a su habitual tranquilidad, aunque con algo más roto. Con una sonrisa, Raiden dijo:
«Ahora puedes dejar el nombre de tu hermano aquí».
En respuesta a eso, Shinn silenciosa pero claramente, sonrió,
«Supongo que sí.»
Y dirigió su conciencia a un lado,
«…Comandante.»
«Estoy aquí. Claro que soy yo. Soy la Handler del escuadrón Spear Head después de todo».
Ella quería despedirse hasta el final. No era una orden, ni una obligación, pero sabía que era algo que tenía que hacer.
«…»
«Conflicto resuelto. Buen trabajo Undertaker. Y a todos los demás también».
Lena dijo deliberadamente usando el nombre clave, y Shinn mostró una sonrisa irónica.
«Sí, buen trabajo, Handler Uno».
«Está bien», murmuró Raiden. Parecía que estaba estirándose en el reducido espacio, y habló.
Lena repentinamente parpadeó. Justo entonces.
Por alguna razón, parecía que todos habían tomado una decisión, a excepción de Lena. Ella se vio obligada a mirarlos, estupefacta.
«Fido, ¿terminaste con la recarga?»
Hubo un silencio, y parecían estar esperando algo. «¿Fido? Ahh, ese ‘Scavenger’ que siempre los está siguiendo».
«Solo podremos hacer nuestro mantenimiento y reparaciones una vez que encontremos un lugar para dormir… consumimos tanta munición en el primer día. Duele.»
«Bueno, eso está bien, ¿no? Acabamos con muchos de ellos».
«Supongo que sí… bueno, no hay elección entonces».
Sonó un fuerte sonido retumbante. Los cinco activaron sus «Juggernauts» que se encontraban esperando y los pusieron de pie.
«Vamos, nos vemos, Comandante. Por favor cuídate.»
Lena escuchó la muy común despedida, y por un momento, no pudo entender.
Era porque la batalla había terminado.
El enemigo se había retirado, y no tenían bajas. Seguramente, podrían regresar al campamento como siempre este día.
«¿Eh?»
Los adolescentes ignoraron las preocupaciones de Lena mientras avanzaban. Los «Juggernauts» fuertemente devastados en la intensa batalla emitían ruidos estruendosos, y comenzaron a conversar como niños en el camino a la escuela.
«Oh sí, ¿seguro que estaremos bien yendo hacia adelante de este modo? Hubo muchos disparos».
«Sí… ciertamente parece aterrador ya que hay minas terrestres». Shinn, ¿te importa buscar una ruta alternativa?
«No hay otras unidades alrededor, ¿así que cualquier forma estaremos bien… chicos?»
«Yo digo que lo hablemos en el camino». Shinn, realmente no miras por donde sea que vayas, ¿eh? »
Continuaron hacia el oriente, al desconocido campo de batalla controlado por la <Legión>.
Por supuesto.
Ellos no regresarían de nuevo.
«Es-»
La ansiedad llenó su corazón, su cuerpo frío al sentir que estaba a punto de perder algo. Lena no pudo soportarlo más, y gritó,
«¡Esperen, por favor esperen…!»
Parecía que todos se detuvieron y dieron media vuelta, esperando que ella continuara. Sin embargo, Lena no sabía qué decir. Porque ella era quien los había alejado. Fue ella quien les ordenó morir. En este punto, si ella se disculpaba o se culpaba a sí misma, no tenía sentido para ellos, entonces no tenía nada que decir.
Pero ella gritó inadvertidamente,
«¡Por favor no me dejen atrás!»
Un momento después, Lena se dio cuenta de lo que acababa de decir y se sintió congelada. ¿De todas las cosas que podría decir, dije esto? Estaba avergonzada y desconcertada.
Pero una vez que escucharon esas palabras, amablemente sonrieron.
Eran amables sonrisas, con un matiz de amargura. Eran como hermanos mayores que se dirigían a la escuela primaria, viendo a su hermanita hacer pucheros mientras anhelaba ir a la escuela también.
«Oh, esa es una buena manera de decirlo».
Raiden sonrió. Su voz estaba llena de determinación y el orgullo de una bestia salvaje, caminando a través de la pradera con su fuerza, junto con sus camaradas.
«Sí. No estamos siendo perseguidos. Nos marcharemos. Continuaremos hasta el final».
Todos desviaron su atención hacia Lena otra vez. Sus ojos y corazones estaban fijos hacia adelante, hacia el futuro.
Lena se quedó sin aliento.
Ella podía sentir la sensación en sus corazones. No era una determinación tenaz, ni tampoco una crueldad.
Eran como personas que habían sido testigos de los vastos mares brillando en azul.
Eran como niños que habían sido testigos de una pradera sin fin en la primavera, a quienes sus padres les dijeron que podían jugar tanto como quisieran.
Era euforia, las emociones fascinantes que ya no podían ser suprimidas, el éxtasis puro, la alegría, el júbilo, una anticipación incontenible.
Ahh.
Ella no podría detenerlos. No hay palabras que puedan formar un grillete, un yugo.
Para ellos, era libertad,
Era algo tan precioso, tan difícil de obtener, a pesar de que sabían que era su lugar de entierro y un camino que conducía hacia esa tierra.
Una vez que vieron que Lena había aceptado silenciosamente sus despedidas, los adolescentes volvieron a moverse. Sin embargo, probablemente vieron la persistente falta de voluntad en su corazón, porque al final, Shinn sonrío.
Por primera vez, mostró una sonrisa cordial.
Era una sonrisa clara, sin ninguna pretensión.
«Seguiremos nuestro camino, Comandante».
Los Para-RAID se desconectaron en silencio.
Los cinco puntos de luz desaparecieron silenciosamente. Estaban fuera de su jurisdicción, y fueron borrados de su lista de contactos del Para-RAID.
A partir de este punto, nunca se encontrarían de nuevo.
Las lágrimas brotaron de sus ojos, formando rastros de gotas. No podía contener su llanto.
Lena se puso boca abajo sobre la consola, y lloró en voz alta.
†
La bandera de cinco colores, colocada horizontalmente de manera recíproca, se había desvanecido por mucho tiempo, y permanecía colgada en la pared de madera del cuartel.
De izquierda a derecha, los colores se invertían, haciendo alusión a la inversión de los valores. Opresión, discriminación, parcialidad, violencia, degradación.
Al lado de la bandera de cinco colores había una imagen vandalizada de San Magnolia, que no sostenía una espada afilada que rompía el yugo de la opresión, sino cadenas y grilletes. No estaba pisoteando las cadenas de la opresión, sino a la gente que se burlaba de los cerdos mientras mantenía la sonrisa de un Santo.
Esa era la República vista desde los ojos de ellos.
Lena extendió sus dedos que estaban apropiadamente cuidados, y acarició la pared de madera completamente maltrecha junto con la pintura sobre ella. Este mural había existido por mucho tiempo, probablemente cuando el cuartel fue construido hace nueve años, y pintado por el primer grupo de ochenta y seis.
Había muerto. Hacía mucho tiempo que había muerto la República, en la que sus ciudadanos, incluido Lena, habían confiado.
Ellos fueron quienes personalmente lo derribaron, lo pisotearon y lo desecharon sin pensarlo dos veces.
Ella cerró los ojos y suspiró. Recordó al niño que podía escuchar el fantasma de la República, el niño que ya no estaba.
Después de esa batalla, sus superiores le dijeron que mantuviera un perfil bajo antes de que se determinara su castigo. Sin embargo, ella abordó una nave de transporte para hacia el campamento base en el que estaba el Escuadrón Spear Head. La nave estaba llena con el siguiente grupo de soldados reunidos en varias zonas de batalla, listos para ser ejecutados. Solo pudo abordar esta embarcación al amenazar al amable soldado de logística con débil de voluntad.
«… Comandante Millize, ¿verdad?»
Ella giró la cabeza y vio a un mecánico que rondaba los cincuenta. El Teniente Lev Audreht, jefe del equipo de mantenimiento.
«Escuchaba de ti por los chicos, pero nunca esperé que te aparecieras aquí. Eres rara».
Habló con voz ronca y tosca, y levantó la barbilla, señalando el cuartel detrás de ella.
«Lo arreglaron al menos, pero no dejaron nada atrás. Todavía queda algo de tiempo para que lleguen los nuevos chicos, así que si está dispuesta, dele un vistazo».
«Muchas gracias. Me disculpo por visitar cuando está ocupado».
«No es nada. He visto como algunos grupos de chicos se van, pero tú eres la primera Alba que vino a llorarlos».
En ese momento, Lena levantó la cabeza hacia su cara bronceada y de lado.
«… Teniente Audreht. Usted es,»
Su cabello no era gris, mezclado con algo de blanco. Sino que era cabello plateado, opaco como resultado de manchas de aceite.
«Un Alba… ¿no?»
«…»
Finalmente, Audreht se quitó las gafas de sol, revelando sus ojos tan plateados como la nieve.
«Mi esposa era una Heliodor. Mi hija realmente se parecía a ella, y desde que se las llevaron, no pude soportarlo, y me teñí el pelo para seguirlas. En aquel entonces, juré que recuperarían su ciudadanía… Yo era inútil. Las negociaciones fracasaron, y no tuve elección… solo pude verlas ir al campo de batalla y morir allí».
Dio un largo suspiro y se rascó la cabeza.
«… ¿Has oído hablar de su habilidad? ¿De ese Shinn?»
«Sí.»
«Esa habilidad es bastante famosa en el frente oriental… cuando lo asignaron por primera vez aquí, le susurré algo, preguntándole si había alguien buscando a este imbécil de mierda que no pudo proteger a su esposa e hija».
«…»
«Estaba pensando, que si estuvieran allí, iría y haría que me mataran. Ese mocoso respondió que no había nadie diciendo mi nombre. Al escuchar eso… estaba un poco aliviado. Por lo menos, mi esposa y mi hija no quedaron tras el campo de batalla. Un día, cuando vaya al otro lado, seré capaz de verlas».
El viejo jefe mecánico mostró una sonrisa, algo triste, pero en paz.
Pero mientras miraba hacia el distante campo de batalla hacia el oriente, su rostro se llenó de tristeza.
«Antes de cada misión especial de exploración, informaba a cada miembro del escuadrón mi verdadera identidad, que estaba bien que me odiaran, que podían matarme si querían desahogarse… sin embargo, ninguno de ellos me escuchó. Esta vez también. Todavía no puedo morir».
Era como si se estuviera quejando de que lo había sido dejado de nuevo.
Por su esposa e hija… y los muchos hijos que había cuidado hasta este punto.
Se puso las gafas de sol otra vez, probablemente para ocultar las emociones, y crudamente dijo:
«¿Qué? ¿No te dije que no hay mucho tiempo? …Apúrate.»
«Si muchas gracias.»
Ella se inclinó ante Audreht, y pasó junto a él, entrando al cuartel.
El cuartel hecho de materiales de mala calidad estaba repleto de gris y marrón, y era terrible a la vista.
El pasillo estaba un poco blanco debido a los años de desgaste de los materiales, junto con el polvo. El suelo de madera aparecía en todas partes, y cuando ella dio un paso adelante, éste crujía.
La cafetería y la cocina estaban completamente cubiertas de aceite y manchas que no se podían limpiar. De ninguna manera podría considerarse limpio.
El baño se asemejaba a una cámara de gas de los documentales, húmedo y oscuro. En una esquina, había algo negro temblando.
No había lavadora, aspiradora, solo una escoba y un recogedor, junto con algunas cubetas y tablas llenas de marcas dentadas en el estanque del jardín trasero. Estas eran todas las herramientas de limpieza que tenían.
No se veía señal de civilización. Lena estaba completamente avergonzada de pensar que este era el estilo de vida que un país desarrollado y humano le concedía a su gente.
Llegó a los dormitorios de los procesadores en el segundo piso. Ella pisó las escaleras, y el suelo de madera se contorsionaba, haciendo crujidos en señal de protesta.
La habitación estrecha estaba llena de viejas camas pequeñas y armarios. Los colores se habían desvanecido debido al polvo, el tiempo y la luz del sol, y la habitación estaba ordenada, sin presencia de los residentes originales, solo montones de mantas limpias, sábanas y almohadas esperando al próximo grupo de residentes.
La habitación más al fondo era la más espaciosa para que la utilizara el líder de escuadrón. Abrió la temblorosa puerta y ésta dejó escapar un crujido.
También contenía una cama pequeña y un armario, pero esta habitación también contenía un escritorio, junto con artículos de varios tamaños.
Una guitarra vieja, una baraja de cartas de poker, un juego de mesa y algunas herramientas de trabajo.
Un libro de crucigramas con sus páginas esparcidas por todos lados, solo quedaban espacios sin resolver.
Un cuaderno de dibujos sin ilustraciones, completamente en blanco.
Una canasta de hilos y agujas, sin nada dentro.
Una pequeña estantería hecha apresuradamente con tablas, que contenía varios libros de diversos géneros y autores, y parecía que el propietario no tenía preferencias particulares.
Tal vez no estaban acomodados ya que podrían ser utilizados por el próximo grupo de miembros del escuadrón. Todo lo demás que se creó fue desechado, ya que sabían que no podían quedarse atrás.
Ella podía escuchar la risa de ellos.
Sabían que nada quedaría atrás, pero estos jóvenes hicieron todo lo posible para reírse y vivir todos los días.
Nunca sucumbieron ante la desesperación
Nunca dejaron que el odio manche su orgullo.
En las duras circunstancias que podrían haber pisoteado su dignidad, siguieron manteniendo una dignidad humana de la que cualquiera estaría orgulloso.
Llegó a la estantería, y encontró un gatito negro con cuatro patas blancas, aparentemente preguntándose a dónde habían ido los ocupantes anteriores. Fuera de la ventana, los soldados estaban reuniendo procesadores a quienes les tomaron fotos.
Mirando esta habitación, parecía que no podía encontrar nada. Sacó el libro escrito por un autor del que había oído hablar, y lo hojeó, intentando al menos entender de qué se trataba.
En este momento, algo salió de entre las páginas.
«Ah»
Ella lo recogió. Unos pocos pedazos de papel. El de arriba era una foto que mostraba a un grupo de personas paradas frente a un edificio.
Ella podía ver la bandera invertida de cinco colores. La foto fue tomada en este campamento. De pie en la parte delantera estaban los miembros del equipo de mantenimiento, junto con 20 o más adolescentes.
«¡…!»
Lena entendió sin ninguna explicación necesaria. Eran los miembros del Escuadrón Spearhead que habían existido hasta el día anterior. Probablemente era la primera foto del escuadrón cuando se formó, incluía a Shinn, Raiden, Seo, Krena, Anju y los demás miembros.
El tamaño de esta foto que se usó no era grande para empezar, y para asegurar que los veinticuatro procesadores y mecánicos estuvieran incluidos, cada persona era pequeña y borrosa. Por alguna razón, incluso el viejo «Scavenger» estaba incluido. Es probable que fuera Fido.
Era la primera vez que los veía. Sin embargo, como la foto era demasiado pequeña, y como fue tomada desde muy lejos, no podía ver sus apariencias con claridad. Sin embargo, podía verlos de pie erráticamente, frente a la cámara, sonriendo serenamente.
El segundo trozo de papel contenía una nota con letra fuerte y desordenada de un hombre.
«Si nos estás buscando ahora y encuentras este pedazo de papel, te convierte en una verdadera idiota».
Esta vez, ella jadeó.
Era Raiden. No lo firmó, pero estaba escrito claramente para Lena.
Si nos estás buscando ahora y encuentras este pedazo de papel, te convierte en una verdadera idiota.
¿Y tú no lo eres? Me dejaste este pedazo de papel, esta línea.
El trozo de papel debajo tenía los nombres de muchos escritos desordenadamente. Obviamente, estaba escrito para que Lena pudiera decir quién estaba en qué posición.
«¿Escribir mi nombre? Probablemente estás llorando porque no puedes decir quién es quién».
Seo.
«Cuida de ese gato. Ya que te gusta actuar tan amablemente, ¿bien?»
Krena.
«No tiene nombre, así que por favor, ponle un bonito nombre, Comandante».
Anju.
Ella sostuvo el papel con manos temblorosas. Los sentimientos que se elevaban en su corazón llenaban su pecho.
Dejaron palabras para ella. Dejaron sus últimas palabras para ella, quien no podía luchar junto a ellos, que no podía salvarlos, y que solo podía pisotearles la cabeza, diciendo palabras inútiles y bonitas.
La última hoja de papel contenía palabras escritas por Shinn. Las metódicas palabras y la actitud indiferente eran tan típicas de él.
«Si algún día llegamos al final de nuestro viaje, ¿te importaría llevarnos flores?»
Era una línea simple de palabras, pero contenía un mensaje proverbial.
Al final de sus vidas estaba la libertad que Shinn y los demás anhelaban. Lena tenía que dar un paso adelante para llegar a su destino.
Lena también podría seguir adelante.
No sucumbas ante la desesperación, ni pisotees la dignidad de la humanidad, y sigue avanzando, hasta el final de tu vida.
Sí, creo que puedes, hasta el final.
Una lágrima cayó por su mejilla, llena de algo de calor y más angustia. A pesar de esto, ella mostró una sonrisa.
Shinn había dicho que era solo cuestión de tiempo hasta que cayera la República. Estaba destinada a fallar, porque seguía siendo arrogante y olvidó como protegerse.
Quizás este país no podría evitar su inminente perdición. Ese día podría ser mañana.
Pero ella debía continuar luchando hasta el final, nunca rendirse, vivir y luchar hasta el final, al igual que las indomables personas que vivían orgullosamente de principio a fin.
Seguir luchando. Hasta el final de su destino, hasta sus momentos finales.
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